El primero de mayo de 1886

primeiro_maio_port

El primero de mayo de 1886, Albert Parsons, líder de la organización laboral “Caballeros del Trabajo de Chicago”, dirigió una manifestación de 80 mil trabajadores a través de las calles de Chicago, solicitando la reducción del horario laboral a ocho horas diarias. En los siguientes días se unieron a esta demanda 350 mil trabajadores de toda la Unión Americana, que iniciaron una huelga nacional que afectó más de mil fábricas. La unión de los trabajadores causó mucha alarma entre los industriales y en la prensa, pues vieron en las manifestaciones el inicio de una “revolución”.

chicago2

La masacre de Haymarket

Los anarquistas convocaron a una reunión masiva en la noche del 4 de mayo de 1886 en el mercado de la ciudad (Haymarket). Spies, Parsons y Samuel Fielden fueron los oradores en Haymarket, ante una reunión de más de 3000 trabajadores. Cuando la manifestación estaba terminando y empezaba a llover, llegaron al lugar 200 policías. Fielden intentó detenerlos alegando que esta era una manifestación pacífica, cuando alguien arrojó una bomba contra los policías, hiriendo a 66 (7 de los cuales murieron). La policía disparó contra la multitud matando a un número no precisado de personas e hiriendo a 200.
Este episodio fue tomado como pretexto para disolver la organización de los trabajadores. Así fue que la patronal y la prensa a su servicio iniciaron una campaña contra los “anarquistas extranjeros que quieren destruir América”.
Uno de los diarios en manos de la patronal publicó: “Qué mejores sospechosos que la plana mayor de los anarquistas. ¡A la horca los brutos asesinos, rufianes rojos comunistas, monstruos sanguinarios, fabricantes de bombas, gentuza que no son otra cosa que el rezago de Europa que buscó nuestras costas para abusar de nuestra hospitalidad y desafiar a la autoridad de nuestra nación, y que en todos estos años no han hecho otra cosa que proclamar doctrinas sediciosas y peligrosas!”

primeirodemaio1860

El juicio y la condena

el 21 de junio de 1886 comenzó el juicio contra 31 trabajadores quienes fueron acusados de ser los autores de arrojar la bomba y causar los desmanes que acabaron con las vidas de policias y trabajadores. De los 31 acusados solo fueron condenados 8 que, casualmente, eran quienes se encontraban al frente de la organización de las huelgas que paralizaron al país.
La elección de los acusados fue política, dos de ellos ni siquiera estuvieron en la manifestación de Haymarket, otros se habían retirado antes de la refriega. Las irregularidades en juicio fueron muchas, violándose todas las normas procesales de forma y de fondo, tanto que ha llegado a ser calificado de juicio farsa.
El primer paso fue asegurarse un jurado adicto a los patronos. Luego, el propio ministerio público preparó los falsos testimonios. No había existido la menor participación de los inculpados en el atentado. Pero uno de los jurados, cuando se le argumentó la inocencia de los acusados confesó: “Los colgaremos lo mismo. Son hombres demasiado sacrificados, demasiado inteligentes y demasiados peligrosos para nuestros privilegios”.
Los juzgados fueron declarados culpables. Tres de ellos fueron condenados a prisión y cinco a la horca.

Prisión

* Samuel Fielden, inglés, condenado a cadena perpetua.
* Oscar Neebe, estadounidense, condenado a 15 años de trabajos forzados.
* Michael Swabb, alemán, condenado a cadena perpetua.

A muerte en la horca

El 11 de noviembre de 1887 se consumó la ejecución de:
* Georg Engel, alemán.
* Adolf Fischer, alemán.
* Albert Parsons, estadounidense (aunque se probó que no estuvo presente en el lugar, se entregó para estar con sus compañeros y fue juzgado igualmente).
* Hessois Auguste Spies, alemán.
* Louis Linng, alemán, (para no ser ejecutado se suicidó en su propia celda, aunque algunos aseguran que fue asesinado).

martiresdechicagoAlineación al centro

RELATO de la ejecución por José Martí, corresponsal en Chicago del periódico La Nación de Buenos Aires (Argentina):
“…salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro… Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: “la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable…”

11 de noviembre de 1887. Se ahorca a 5 trabajadores cuyo único crimen fue protestar por sus derechos.



http://okupalibertad.blogspot.com/

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El primero de mayo de 1886

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El primero de mayo de 1886, Albert Parsons, líder de la organización laboral “Caballeros del Trabajo de Chicago”, dirigió una manifestación de 80 mil trabajadores a través de las calles de Chicago, solicitando la reducción del horario laboral a ocho horas diarias. En los siguientes días se unieron a esta demanda 350 mil trabajadores de toda la Unión Americana, que iniciaron una huelga nacional que afectó más de mil fábricas. La unión de los trabajadores causó mucha alarma entre los industriales y en la prensa, pues vieron en las manifestaciones el inicio de una “revolución”.

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La masacre de Haymarket

Los anarquistas convocaron a una reunión masiva en la noche del 4 de mayo de 1886 en el mercado de la ciudad (Haymarket). Spies, Parsons y Samuel Fielden fueron los oradores en Haymarket, ante una reunión de más de 3000 trabajadores. Cuando la manifestación estaba terminando y empezaba a llover, llegaron al lugar 200 policías. Fielden intentó detenerlos alegando que esta era una manifestación pacífica, cuando alguien arrojó una bomba contra los policías, hiriendo a 66 (7 de los cuales murieron). La policía disparó contra la multitud matando a un número no precisado de personas e hiriendo a 200.
Este episodio fue tomado como pretexto para disolver la organización de los trabajadores. Así fue que la patronal y la prensa a su servicio iniciaron una campaña contra los “anarquistas extranjeros que quieren destruir América”.
Uno de los diarios en manos de la patronal publicó: “Qué mejores sospechosos que la plana mayor de los anarquistas. ¡A la horca los brutos asesinos, rufianes rojos comunistas, monstruos sanguinarios, fabricantes de bombas, gentuza que no son otra cosa que el rezago de Europa que buscó nuestras costas para abusar de nuestra hospitalidad y desafiar a la autoridad de nuestra nación, y que en todos estos años no han hecho otra cosa que proclamar doctrinas sediciosas y peligrosas!”

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El juicio y la condena

el 21 de junio de 1886 comenzó el juicio contra 31 trabajadores quienes fueron acusados de ser los autores de arrojar la bomba y causar los desmanes que acabaron con las vidas de policias y trabajadores. De los 31 acusados solo fueron condenados 8 que, casualmente, eran quienes se encontraban al frente de la organización de las huelgas que paralizaron al país.
La elección de los acusados fue política, dos de ellos ni siquiera estuvieron en la manifestación de Haymarket, otros se habían retirado antes de la refriega. Las irregularidades en juicio fueron muchas, violándose todas las normas procesales de forma y de fondo, tanto que ha llegado a ser calificado de juicio farsa.
El primer paso fue asegurarse un jurado adicto a los patronos. Luego, el propio ministerio público preparó los falsos testimonios. No había existido la menor participación de los inculpados en el atentado. Pero uno de los jurados, cuando se le argumentó la inocencia de los acusados confesó: “Los colgaremos lo mismo. Son hombres demasiado sacrificados, demasiado inteligentes y demasiados peligrosos para nuestros privilegios”.
Los juzgados fueron declarados culpables. Tres de ellos fueron condenados a prisión y cinco a la horca.

Prisión

* Samuel Fielden, inglés, condenado a cadena perpetua.
* Oscar Neebe, estadounidense, condenado a 15 años de trabajos forzados.
* Michael Swabb, alemán, condenado a cadena perpetua.

A muerte en la horca

El 11 de noviembre de 1887 se consumó la ejecución de:
* Georg Engel, alemán.
* Adolf Fischer, alemán.
* Albert Parsons, estadounidense (aunque se probó que no estuvo presente en el lugar, se entregó para estar con sus compañeros y fue juzgado igualmente).
* Hessois Auguste Spies, alemán.
* Louis Linng, alemán, (para no ser ejecutado se suicidó en su propia celda, aunque algunos aseguran que fue asesinado).

martiresdechicagoAlineación al centro

RELATO de la ejecución por José Martí, corresponsal en Chicago del periódico La Nación de Buenos Aires (Argentina):
“…salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro… Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: “la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable…”

11 de noviembre de 1887. Se ahorca a 5 trabajadores cuyo único crimen fue protestar por sus derechos.



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El primero de mayo de 1886

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El primero de mayo de 1886, Albert Parsons, líder de la organización laboral “Caballeros del Trabajo de Chicago”, dirigió una manifestación de 80 mil trabajadores a través de las calles de Chicago, solicitando la reducción del horario laboral a ocho horas diarias. En los siguientes días se unieron a esta demanda 350 mil trabajadores de toda la Unión Americana, que iniciaron una huelga nacional que afectó más de mil fábricas. La unión de los trabajadores causó mucha alarma entre los industriales y en la prensa, pues vieron en las manifestaciones el inicio de una “revolución”.

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La masacre de Haymarket

Los anarquistas convocaron a una reunión masiva en la noche del 4 de mayo de 1886 en el mercado de la ciudad (Haymarket). Spies, Parsons y Samuel Fielden fueron los oradores en Haymarket, ante una reunión de más de 3000 trabajadores. Cuando la manifestación estaba terminando y empezaba a llover, llegaron al lugar 200 policías. Fielden intentó detenerlos alegando que esta era una manifestación pacífica, cuando alguien arrojó una bomba contra los policías, hiriendo a 66 (7 de los cuales murieron). La policía disparó contra la multitud matando a un número no precisado de personas e hiriendo a 200.
Este episodio fue tomado como pretexto para disolver la organización de los trabajadores. Así fue que la patronal y la prensa a su servicio iniciaron una campaña contra los “anarquistas extranjeros que quieren destruir América”.
Uno de los diarios en manos de la patronal publicó: “Qué mejores sospechosos que la plana mayor de los anarquistas. ¡A la horca los brutos asesinos, rufianes rojos comunistas, monstruos sanguinarios, fabricantes de bombas, gentuza que no son otra cosa que el rezago de Europa que buscó nuestras costas para abusar de nuestra hospitalidad y desafiar a la autoridad de nuestra nación, y que en todos estos años no han hecho otra cosa que proclamar doctrinas sediciosas y peligrosas!”

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El juicio y la condena

el 21 de junio de 1886 comenzó el juicio contra 31 trabajadores quienes fueron acusados de ser los autores de arrojar la bomba y causar los desmanes que acabaron con las vidas de policias y trabajadores. De los 31 acusados solo fueron condenados 8 que, casualmente, eran quienes se encontraban al frente de la organización de las huelgas que paralizaron al país.
La elección de los acusados fue política, dos de ellos ni siquiera estuvieron en la manifestación de Haymarket, otros se habían retirado antes de la refriega. Las irregularidades en juicio fueron muchas, violándose todas las normas procesales de forma y de fondo, tanto que ha llegado a ser calificado de juicio farsa.
El primer paso fue asegurarse un jurado adicto a los patronos. Luego, el propio ministerio público preparó los falsos testimonios. No había existido la menor participación de los inculpados en el atentado. Pero uno de los jurados, cuando se le argumentó la inocencia de los acusados confesó: “Los colgaremos lo mismo. Son hombres demasiado sacrificados, demasiado inteligentes y demasiados peligrosos para nuestros privilegios”.
Los juzgados fueron declarados culpables. Tres de ellos fueron condenados a prisión y cinco a la horca.

Prisión

* Samuel Fielden, inglés, condenado a cadena perpetua.
* Oscar Neebe, estadounidense, condenado a 15 años de trabajos forzados.
* Michael Swabb, alemán, condenado a cadena perpetua.

A muerte en la horca

El 11 de noviembre de 1887 se consumó la ejecución de:
* Georg Engel, alemán.
* Adolf Fischer, alemán.
* Albert Parsons, estadounidense (aunque se probó que no estuvo presente en el lugar, se entregó para estar con sus compañeros y fue juzgado igualmente).
* Hessois Auguste Spies, alemán.
* Louis Linng, alemán, (para no ser ejecutado se suicidó en su propia celda, aunque algunos aseguran que fue asesinado).

martiresdechicagoAlineación al centro

RELATO de la ejecución por José Martí, corresponsal en Chicago del periódico La Nación de Buenos Aires (Argentina):
“…salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro… Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: “la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable…”

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Carlos Cayupe condenado a cinco años de cárcel


Finalmente el peñi Carlos Cayupe Aillapan fue condenado a cinco años de cárcel sin beneficios y al pago de 11 UTM por el delito de incendio de un camión en la ruta cinco sur. Fue absuelto de los cargos de daños y homicidio frustrado.

Los hechos sucedieron el 26 de diciembre del 2007 en la comuna de Victoria, a la altura del kilómetro 617 de la Ruta 5 Sur. Según el relato de la parte acusatoria, dirigida por los fiscales Miguel Angel Velásquez y Alberto Chiffelle, un grupo indeterminado de encapuchados procedieron a obstaculizar la calzada poniente, dirección norte-sur, derribando árboles sobre la vía.

Luego, habrían procedido a disparar contra unos vehículos que recibieron impactos de perdigones en su carrocería. Por último rociaron con combustible un camión y le prendieron fuego. Los daños fueron avaluados en unos 17 millones de pesos.

El peñi de la Comunidad Domingo Trangol de la comuna de Victoria, permanecía en prisión preventiva en la cárcel de Victoria desde el cuatro de septiembre del 2008. Allí, muy a su pesar fue obligado a cortarse el pelo por orden de la jueza, lo que para él fue una aberración hacia su cultura.

Testigos colaboradores contra los mapuche

Un importante papel en este montaje jugaron las declaraciones de la jueza Karen Atala, su pareja Ema de Ramón y su hijo Sergio Vera, quienes presenciaron lo acontecido.

Ema de Ramón prestó una colaboración trascendente para los fiscales, al reconocer al peñi Cayupe "por tener cara de mapuche". Esa noche habría visto el rostro de Cayupe cuando a unos metros de distancia "se le calló la pañoleta que cubría su rostro" y pudo ver que tenía los rasgos de mapuche.

Además, se atrevió a precisar que "era como una guerrilla colombiana de 10 a 12 sujetos armados", y que por su supuesta habilidad de retratista habría reconocido al acusado cuatro meses más tarde por su foto de carnet.

En contraste, el chofer del camión incendiado, dijo no poder reconocer a nadie, y que sólo serían unos cinco encapuchados.

Un nuevo montaje en base a pruebas ridículas que encierra por largos años a mapuche de comunidad que solo quieren vivir en paz en su tierra y con su gente. Una nueva muestra de la violencia del estado chileno que al parecer, mientras más mapuche hallan encarcelados, más seguras están los intereses capitalistas que tanto protege en Territorio Mapuche.

Fuentes: Diario Austral, Comunicados

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Carlos Cayupe condenado a cinco años de cárcel


Finalmente el peñi Carlos Cayupe Aillapan fue condenado a cinco años de cárcel sin beneficios y al pago de 11 UTM por el delito de incendio de un camión en la ruta cinco sur. Fue absuelto de los cargos de daños y homicidio frustrado.

Los hechos sucedieron el 26 de diciembre del 2007 en la comuna de Victoria, a la altura del kilómetro 617 de la Ruta 5 Sur. Según el relato de la parte acusatoria, dirigida por los fiscales Miguel Angel Velásquez y Alberto Chiffelle, un grupo indeterminado de encapuchados procedieron a obstaculizar la calzada poniente, dirección norte-sur, derribando árboles sobre la vía.

Luego, habrían procedido a disparar contra unos vehículos que recibieron impactos de perdigones en su carrocería. Por último rociaron con combustible un camión y le prendieron fuego. Los daños fueron avaluados en unos 17 millones de pesos.

El peñi de la Comunidad Domingo Trangol de la comuna de Victoria, permanecía en prisión preventiva en la cárcel de Victoria desde el cuatro de septiembre del 2008. Allí, muy a su pesar fue obligado a cortarse el pelo por orden de la jueza, lo que para él fue una aberración hacia su cultura.

Testigos colaboradores contra los mapuche

Un importante papel en este montaje jugaron las declaraciones de la jueza Karen Atala, su pareja Ema de Ramón y su hijo Sergio Vera, quienes presenciaron lo acontecido.

Ema de Ramón prestó una colaboración trascendente para los fiscales, al reconocer al peñi Cayupe "por tener cara de mapuche". Esa noche habría visto el rostro de Cayupe cuando a unos metros de distancia "se le calló la pañoleta que cubría su rostro" y pudo ver que tenía los rasgos de mapuche.

Además, se atrevió a precisar que "era como una guerrilla colombiana de 10 a 12 sujetos armados", y que por su supuesta habilidad de retratista habría reconocido al acusado cuatro meses más tarde por su foto de carnet.

En contraste, el chofer del camión incendiado, dijo no poder reconocer a nadie, y que sólo serían unos cinco encapuchados.

Un nuevo montaje en base a pruebas ridículas que encierra por largos años a mapuche de comunidad que solo quieren vivir en paz en su tierra y con su gente. Una nueva muestra de la violencia del estado chileno que al parecer, mientras más mapuche hallan encarcelados, más seguras están los intereses capitalistas que tanto protege en Territorio Mapuche.

Fuentes: Diario Austral, Comunicados

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Carlos Cayupe condenado a cinco años de cárcel


Finalmente el peñi Carlos Cayupe Aillapan fue condenado a cinco años de cárcel sin beneficios y al pago de 11 UTM por el delito de incendio de un camión en la ruta cinco sur. Fue absuelto de los cargos de daños y homicidio frustrado.

Los hechos sucedieron el 26 de diciembre del 2007 en la comuna de Victoria, a la altura del kilómetro 617 de la Ruta 5 Sur. Según el relato de la parte acusatoria, dirigida por los fiscales Miguel Angel Velásquez y Alberto Chiffelle, un grupo indeterminado de encapuchados procedieron a obstaculizar la calzada poniente, dirección norte-sur, derribando árboles sobre la vía.

Luego, habrían procedido a disparar contra unos vehículos que recibieron impactos de perdigones en su carrocería. Por último rociaron con combustible un camión y le prendieron fuego. Los daños fueron avaluados en unos 17 millones de pesos.

El peñi de la Comunidad Domingo Trangol de la comuna de Victoria, permanecía en prisión preventiva en la cárcel de Victoria desde el cuatro de septiembre del 2008. Allí, muy a su pesar fue obligado a cortarse el pelo por orden de la jueza, lo que para él fue una aberración hacia su cultura.

Testigos colaboradores contra los mapuche

Un importante papel en este montaje jugaron las declaraciones de la jueza Karen Atala, su pareja Ema de Ramón y su hijo Sergio Vera, quienes presenciaron lo acontecido.

Ema de Ramón prestó una colaboración trascendente para los fiscales, al reconocer al peñi Cayupe "por tener cara de mapuche". Esa noche habría visto el rostro de Cayupe cuando a unos metros de distancia "se le calló la pañoleta que cubría su rostro" y pudo ver que tenía los rasgos de mapuche.

Además, se atrevió a precisar que "era como una guerrilla colombiana de 10 a 12 sujetos armados", y que por su supuesta habilidad de retratista habría reconocido al acusado cuatro meses más tarde por su foto de carnet.

En contraste, el chofer del camión incendiado, dijo no poder reconocer a nadie, y que sólo serían unos cinco encapuchados.

Un nuevo montaje en base a pruebas ridículas que encierra por largos años a mapuche de comunidad que solo quieren vivir en paz en su tierra y con su gente. Una nueva muestra de la violencia del estado chileno que al parecer, mientras más mapuche hallan encarcelados, más seguras están los intereses capitalistas que tanto protege en Territorio Mapuche.

Fuentes: Diario Austral, Comunicados

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Sobre el “método”

Se habla del “método”, lo que debe o no debe hacer un revolucionario, y de “las acciones y/o formas organizativas” porque eso no cuesta más que saliva; todo lo contrario de ponerse “mano a la obra” y mancharse. Si las opiniones costasen procesos judiciales y cárcel verías que rápido dejarían la inmensa mayoría de hablar/opinar.

Piensa, por ejemplo, en el controvertido tema de los “secuestros” (reales o ficticios) y toma varios “casos” para debatir sobre este método ubicado en contextos precisos/concretos: el secuestro de carceleros por presos, el “secuestro” de directivos empresariales (como los últimos en Francia y Bélgica) por parte de trabajadores en lucha, el “secuestro” espontáneo que José y yo hicimos en Alemania para escapar de la policía/cárcel; el secuestro de Georgos Mylonas por algunos compañeros en Grecia, y el “secuestro” de un piloto de helicóptero para sacar a un compañero de prisión como han hecho, otra vez, en Grecia para liberar a Vassilis Paleokostas…

Ahora intenta “debatir” sobre ésto en Internet y verás la cantidad de estupideces que debes leer en la red. No, estas cosas solo se pueden debatir de forma interna con aquellos compañeros susceptibles de ser afines y no con una masa de “cibernautas” anónimos… al fin y al cabo la finalidad del debate es la acción y no el exhibicionismo.

En todos estos “casos” el método empleado ha sido el secuestro… (o digamos la retención de personas) pero lo interesante de un debate no es “el método en sí mismo” sino la finalidad que se persigue en cada acción asi como su efectividad. Si perdemos de vista todos los factores y circunstancias: objetiv@s y subjetiv@s, teóric@s y practic@s, dialéctic@s pués, no tiene sentido el debate y análisis sobre los métodos.

¿Qué “finalidad” buscan los presos que retienen a sus secuestradores? ¿Qué “finalidad” buscan los trabajadores que retienen a sus explotadores? ¿Qué “finalidad” cumplió la retención de personas que José y yo “secuestramos”? ¿Qué “finalidad” el secuestro del Oligarca Mylonas? ¿Qué “finalidad” la retención del piloto por parte de los amigos de Vassilis? El acto habla por sí mismo.

Como puedes apreciar “el método en sí” no nos dice gran cosa pues los objetivos y finalidades de cada acción son diversas y, sin embargo, yo encuentro cada “caso” expuesto una justificación razonable y legítima.

Pienso que son los hechos en su totalidad los que pueden servirnos para hacernos una idea si el método puesto en práctica fue o no el adecuado en cada acción, si había otro método más efectivo que éste o no…

Solo después de haber analizado ésto (desde todas las perspectivas razonables y materiales a disposición de los compañeros que han efectuado la acción) puedo expresar mis opiniones, mi simpatía y/o rechazo por la acción y los métodos empleados…

Y aún considerando que yo pensase que existen métodos más efectivos para llevar a cabo una acción JAMÁS criticaría por ello a compañerxs que se han atrevido a poner en práxis su proyecto revolucionario.

Pero no quisiera dejar de mencionar otros métodos legítimos en la agitación armada como son “la expropiación individual” o “el sabotaje en todas sus formas”... En suma, no se trata que nos hagamos “especialistas” en estos métodos de agitación armada pero tampoco que cerremos los ojos ante las posibilidades que estas cosas nos proporcionan...

Me gusta lo escrito por compañer@s chilen@s en el cuadernillo Ícaro que viene al caso para esto que estamos debatiendo aquí... “Son los grupos de afinidad en torno a la acción y la coordinación informal de éstos, que nos permiten formas cualitativamente distintas de llevar a cabo los ataques, ya no teniendo en cuenta la espectacularidad cuantitativa de la acción, sino, la cualidad de ésta, es decir, lo certero del golpe, el desarrollo cualitativo y experiencia de los individuos y del grupo, la interrupción de la normalidad atacada, la propagación de la acción, etc...”

Y aquí entramos de lleno en el projecto FAI (informal) que a mi me gusta y sobre el cual he intentado generar un debate pero donde tod@s, sin excepción, se han callado… ¿Porqué? Porque, como ya escribí, estamos rodeadxs de bocazas y cobardes, de gente que solo quieren “opinar”, pero sin mojarse… No obstante yo sigo empeñado en debatir de verdad sobre esta experiencia/proyecto porque, a mi humilde parecer, ha sido la/el único hecho serio y organizado (de forma autónoma y federativa) que se ha dado en “Europa” (Italia) en los últimos 10 – 20 años.

Ciertamente, cuando una organización insurreccional-informal se constituye como tal y pasa al ataque ofensivo siempre habrán acciones que no serán todo lo perfectas que como revolucionarios deseamos… ya sea por la falta de conocimientos técnicos y/o experiencias o el modo de redactar el comunicado (el lenguaje que se emplea) y/o la acción en sí… pero se debe precisamente al hecho de que cada grupo es autónomo y tiene sus límites en función de lxs individuxs que lo componen. Nobody is perfect!

L@s poc@s que se han atrevido a debatir conmigo sobre la FAI me comentaban que las acciones eran “espectaculares”… ¿Espectaculares? ¿Qué carajo quiere decir eso? ¿Sobredosis de situacionismo? Si las acciones son “espectaculares” es porque el poder mediático las utiliza como mercancía espectacular, pero no porque l@s compañer@s vayan buscando protagonismo… ¿Entonces las acciones deben de ser anónimas?

Y luego, aquí alguien me dice: “las acciones tienen que ser tan evidentes que no haya necesidad de explicarlas o reivindicarlas”… Eso sería ciertamente así si estuvieramos en los años 60 – 70 donde todavía no se había masificado la sociedad y nos encontrabamos ante una sociedad de clases y un proletariado consciente… ¿Acaso se cree alguien que después de esta dictadura tecnológica “la gente” entienda el significado y la evidencia de cada acción? Realmente a mi esto de “la gente”, “la sociedad” (de masas), “el movimiento” me importa una mierda… y ojo que no soy un Nihilista!!

Llevo desde los 16 años en “re-formatorios” y “cárceles” (y voy a cumplir 42), soy un proletario revolucionario “educado” en el vientre de la Bestia y no en el seno de “movimiento” alguno, y por eso mi conciencia y odio de clases no es equiparable al de la inmensa mayoría de pacotilla que buscan más el hablar por debatir que debatir para atacar este sistema criminal.

No tiene sentido tomar todas estas cosas por separado sin ubicarlo todo en un proyecto/contexto concreto y específico. Para mí las teorías (anarquista-comunista-marxista, etc.) son “herramientas” a disposición del proyecto que quiero poner en práxis y lo mismo los métodos.

Si yo “solo” desease matar-expropiar-secuestrar no me preocuparía de argumentaciones o teorías ideológicas, sería un bandido al 100% y basta. Como revolucionario en guerra contra lo existente soy consciente que deberé ejecutar, expropiar y secuestrar si mi proyecto lo requiere… no porque disfrute de estos métodos, sino porque se debe hacer en todo momento lo que es práctico y eficaz en la lucha revolucionaria. Son “males” necesarios.

Nosotrxs debemos hablar, opinar, debatir y actuar; sin complejos ni miedos. Nosotrxs queremos destruir lo existente para construir un mundo nuevo y para ello debemos atacar, destruir y eliminar sus símbolos, sus estructuras y esbirros. Nosotr@s queremos “desmasificar” esta sociedad de consumo para generar una sociedad de clases que nos permita una lucha de clases. Nosotros aspiramos una revolución libertaria que nos permita organizar una sociedad/existencia libre y… horizontal.

Para lograr este deseo debemos ser capaces hoy de asumir las consecuencias de nuestro empeño, nos guste o no…

abril 2009

Gabriel Pombo Da Silva




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Sobre el “método”

Se habla del “método”, lo que debe o no debe hacer un revolucionario, y de “las acciones y/o formas organizativas” porque eso no cuesta más que saliva; todo lo contrario de ponerse “mano a la obra” y mancharse. Si las opiniones costasen procesos judiciales y cárcel verías que rápido dejarían la inmensa mayoría de hablar/opinar.

Piensa, por ejemplo, en el controvertido tema de los “secuestros” (reales o ficticios) y toma varios “casos” para debatir sobre este método ubicado en contextos precisos/concretos: el secuestro de carceleros por presos, el “secuestro” de directivos empresariales (como los últimos en Francia y Bélgica) por parte de trabajadores en lucha, el “secuestro” espontáneo que José y yo hicimos en Alemania para escapar de la policía/cárcel; el secuestro de Georgos Mylonas por algunos compañeros en Grecia, y el “secuestro” de un piloto de helicóptero para sacar a un compañero de prisión como han hecho, otra vez, en Grecia para liberar a Vassilis Paleokostas…

Ahora intenta “debatir” sobre ésto en Internet y verás la cantidad de estupideces que debes leer en la red. No, estas cosas solo se pueden debatir de forma interna con aquellos compañeros susceptibles de ser afines y no con una masa de “cibernautas” anónimos… al fin y al cabo la finalidad del debate es la acción y no el exhibicionismo.

En todos estos “casos” el método empleado ha sido el secuestro… (o digamos la retención de personas) pero lo interesante de un debate no es “el método en sí mismo” sino la finalidad que se persigue en cada acción asi como su efectividad. Si perdemos de vista todos los factores y circunstancias: objetiv@s y subjetiv@s, teóric@s y practic@s, dialéctic@s pués, no tiene sentido el debate y análisis sobre los métodos.

¿Qué “finalidad” buscan los presos que retienen a sus secuestradores? ¿Qué “finalidad” buscan los trabajadores que retienen a sus explotadores? ¿Qué “finalidad” cumplió la retención de personas que José y yo “secuestramos”? ¿Qué “finalidad” el secuestro del Oligarca Mylonas? ¿Qué “finalidad” la retención del piloto por parte de los amigos de Vassilis? El acto habla por sí mismo.

Como puedes apreciar “el método en sí” no nos dice gran cosa pues los objetivos y finalidades de cada acción son diversas y, sin embargo, yo encuentro cada “caso” expuesto una justificación razonable y legítima.

Pienso que son los hechos en su totalidad los que pueden servirnos para hacernos una idea si el método puesto en práctica fue o no el adecuado en cada acción, si había otro método más efectivo que éste o no…

Solo después de haber analizado ésto (desde todas las perspectivas razonables y materiales a disposición de los compañeros que han efectuado la acción) puedo expresar mis opiniones, mi simpatía y/o rechazo por la acción y los métodos empleados…

Y aún considerando que yo pensase que existen métodos más efectivos para llevar a cabo una acción JAMÁS criticaría por ello a compañerxs que se han atrevido a poner en práxis su proyecto revolucionario.

Pero no quisiera dejar de mencionar otros métodos legítimos en la agitación armada como son “la expropiación individual” o “el sabotaje en todas sus formas”... En suma, no se trata que nos hagamos “especialistas” en estos métodos de agitación armada pero tampoco que cerremos los ojos ante las posibilidades que estas cosas nos proporcionan...

Me gusta lo escrito por compañer@s chilen@s en el cuadernillo Ícaro que viene al caso para esto que estamos debatiendo aquí... “Son los grupos de afinidad en torno a la acción y la coordinación informal de éstos, que nos permiten formas cualitativamente distintas de llevar a cabo los ataques, ya no teniendo en cuenta la espectacularidad cuantitativa de la acción, sino, la cualidad de ésta, es decir, lo certero del golpe, el desarrollo cualitativo y experiencia de los individuos y del grupo, la interrupción de la normalidad atacada, la propagación de la acción, etc...”

Y aquí entramos de lleno en el projecto FAI (informal) que a mi me gusta y sobre el cual he intentado generar un debate pero donde tod@s, sin excepción, se han callado… ¿Porqué? Porque, como ya escribí, estamos rodeadxs de bocazas y cobardes, de gente que solo quieren “opinar”, pero sin mojarse… No obstante yo sigo empeñado en debatir de verdad sobre esta experiencia/proyecto porque, a mi humilde parecer, ha sido la/el único hecho serio y organizado (de forma autónoma y federativa) que se ha dado en “Europa” (Italia) en los últimos 10 – 20 años.

Ciertamente, cuando una organización insurreccional-informal se constituye como tal y pasa al ataque ofensivo siempre habrán acciones que no serán todo lo perfectas que como revolucionarios deseamos… ya sea por la falta de conocimientos técnicos y/o experiencias o el modo de redactar el comunicado (el lenguaje que se emplea) y/o la acción en sí… pero se debe precisamente al hecho de que cada grupo es autónomo y tiene sus límites en función de lxs individuxs que lo componen. Nobody is perfect!

L@s poc@s que se han atrevido a debatir conmigo sobre la FAI me comentaban que las acciones eran “espectaculares”… ¿Espectaculares? ¿Qué carajo quiere decir eso? ¿Sobredosis de situacionismo? Si las acciones son “espectaculares” es porque el poder mediático las utiliza como mercancía espectacular, pero no porque l@s compañer@s vayan buscando protagonismo… ¿Entonces las acciones deben de ser anónimas?

Y luego, aquí alguien me dice: “las acciones tienen que ser tan evidentes que no haya necesidad de explicarlas o reivindicarlas”… Eso sería ciertamente así si estuvieramos en los años 60 – 70 donde todavía no se había masificado la sociedad y nos encontrabamos ante una sociedad de clases y un proletariado consciente… ¿Acaso se cree alguien que después de esta dictadura tecnológica “la gente” entienda el significado y la evidencia de cada acción? Realmente a mi esto de “la gente”, “la sociedad” (de masas), “el movimiento” me importa una mierda… y ojo que no soy un Nihilista!!

Llevo desde los 16 años en “re-formatorios” y “cárceles” (y voy a cumplir 42), soy un proletario revolucionario “educado” en el vientre de la Bestia y no en el seno de “movimiento” alguno, y por eso mi conciencia y odio de clases no es equiparable al de la inmensa mayoría de pacotilla que buscan más el hablar por debatir que debatir para atacar este sistema criminal.

No tiene sentido tomar todas estas cosas por separado sin ubicarlo todo en un proyecto/contexto concreto y específico. Para mí las teorías (anarquista-comunista-marxista, etc.) son “herramientas” a disposición del proyecto que quiero poner en práxis y lo mismo los métodos.

Si yo “solo” desease matar-expropiar-secuestrar no me preocuparía de argumentaciones o teorías ideológicas, sería un bandido al 100% y basta. Como revolucionario en guerra contra lo existente soy consciente que deberé ejecutar, expropiar y secuestrar si mi proyecto lo requiere… no porque disfrute de estos métodos, sino porque se debe hacer en todo momento lo que es práctico y eficaz en la lucha revolucionaria. Son “males” necesarios.

Nosotrxs debemos hablar, opinar, debatir y actuar; sin complejos ni miedos. Nosotrxs queremos destruir lo existente para construir un mundo nuevo y para ello debemos atacar, destruir y eliminar sus símbolos, sus estructuras y esbirros. Nosotr@s queremos “desmasificar” esta sociedad de consumo para generar una sociedad de clases que nos permita una lucha de clases. Nosotros aspiramos una revolución libertaria que nos permita organizar una sociedad/existencia libre y… horizontal.

Para lograr este deseo debemos ser capaces hoy de asumir las consecuencias de nuestro empeño, nos guste o no…

abril 2009

Gabriel Pombo Da Silva




http://okupalibertad.blogspot.com/

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Sobre el “método”

Se habla del “método”, lo que debe o no debe hacer un revolucionario, y de “las acciones y/o formas organizativas” porque eso no cuesta más que saliva; todo lo contrario de ponerse “mano a la obra” y mancharse. Si las opiniones costasen procesos judiciales y cárcel verías que rápido dejarían la inmensa mayoría de hablar/opinar.

Piensa, por ejemplo, en el controvertido tema de los “secuestros” (reales o ficticios) y toma varios “casos” para debatir sobre este método ubicado en contextos precisos/concretos: el secuestro de carceleros por presos, el “secuestro” de directivos empresariales (como los últimos en Francia y Bélgica) por parte de trabajadores en lucha, el “secuestro” espontáneo que José y yo hicimos en Alemania para escapar de la policía/cárcel; el secuestro de Georgos Mylonas por algunos compañeros en Grecia, y el “secuestro” de un piloto de helicóptero para sacar a un compañero de prisión como han hecho, otra vez, en Grecia para liberar a Vassilis Paleokostas…

Ahora intenta “debatir” sobre ésto en Internet y verás la cantidad de estupideces que debes leer en la red. No, estas cosas solo se pueden debatir de forma interna con aquellos compañeros susceptibles de ser afines y no con una masa de “cibernautas” anónimos… al fin y al cabo la finalidad del debate es la acción y no el exhibicionismo.

En todos estos “casos” el método empleado ha sido el secuestro… (o digamos la retención de personas) pero lo interesante de un debate no es “el método en sí mismo” sino la finalidad que se persigue en cada acción asi como su efectividad. Si perdemos de vista todos los factores y circunstancias: objetiv@s y subjetiv@s, teóric@s y practic@s, dialéctic@s pués, no tiene sentido el debate y análisis sobre los métodos.

¿Qué “finalidad” buscan los presos que retienen a sus secuestradores? ¿Qué “finalidad” buscan los trabajadores que retienen a sus explotadores? ¿Qué “finalidad” cumplió la retención de personas que José y yo “secuestramos”? ¿Qué “finalidad” el secuestro del Oligarca Mylonas? ¿Qué “finalidad” la retención del piloto por parte de los amigos de Vassilis? El acto habla por sí mismo.

Como puedes apreciar “el método en sí” no nos dice gran cosa pues los objetivos y finalidades de cada acción son diversas y, sin embargo, yo encuentro cada “caso” expuesto una justificación razonable y legítima.

Pienso que son los hechos en su totalidad los que pueden servirnos para hacernos una idea si el método puesto en práctica fue o no el adecuado en cada acción, si había otro método más efectivo que éste o no…

Solo después de haber analizado ésto (desde todas las perspectivas razonables y materiales a disposición de los compañeros que han efectuado la acción) puedo expresar mis opiniones, mi simpatía y/o rechazo por la acción y los métodos empleados…

Y aún considerando que yo pensase que existen métodos más efectivos para llevar a cabo una acción JAMÁS criticaría por ello a compañerxs que se han atrevido a poner en práxis su proyecto revolucionario.

Pero no quisiera dejar de mencionar otros métodos legítimos en la agitación armada como son “la expropiación individual” o “el sabotaje en todas sus formas”... En suma, no se trata que nos hagamos “especialistas” en estos métodos de agitación armada pero tampoco que cerremos los ojos ante las posibilidades que estas cosas nos proporcionan...

Me gusta lo escrito por compañer@s chilen@s en el cuadernillo Ícaro que viene al caso para esto que estamos debatiendo aquí... “Son los grupos de afinidad en torno a la acción y la coordinación informal de éstos, que nos permiten formas cualitativamente distintas de llevar a cabo los ataques, ya no teniendo en cuenta la espectacularidad cuantitativa de la acción, sino, la cualidad de ésta, es decir, lo certero del golpe, el desarrollo cualitativo y experiencia de los individuos y del grupo, la interrupción de la normalidad atacada, la propagación de la acción, etc...”

Y aquí entramos de lleno en el projecto FAI (informal) que a mi me gusta y sobre el cual he intentado generar un debate pero donde tod@s, sin excepción, se han callado… ¿Porqué? Porque, como ya escribí, estamos rodeadxs de bocazas y cobardes, de gente que solo quieren “opinar”, pero sin mojarse… No obstante yo sigo empeñado en debatir de verdad sobre esta experiencia/proyecto porque, a mi humilde parecer, ha sido la/el único hecho serio y organizado (de forma autónoma y federativa) que se ha dado en “Europa” (Italia) en los últimos 10 – 20 años.

Ciertamente, cuando una organización insurreccional-informal se constituye como tal y pasa al ataque ofensivo siempre habrán acciones que no serán todo lo perfectas que como revolucionarios deseamos… ya sea por la falta de conocimientos técnicos y/o experiencias o el modo de redactar el comunicado (el lenguaje que se emplea) y/o la acción en sí… pero se debe precisamente al hecho de que cada grupo es autónomo y tiene sus límites en función de lxs individuxs que lo componen. Nobody is perfect!

L@s poc@s que se han atrevido a debatir conmigo sobre la FAI me comentaban que las acciones eran “espectaculares”… ¿Espectaculares? ¿Qué carajo quiere decir eso? ¿Sobredosis de situacionismo? Si las acciones son “espectaculares” es porque el poder mediático las utiliza como mercancía espectacular, pero no porque l@s compañer@s vayan buscando protagonismo… ¿Entonces las acciones deben de ser anónimas?

Y luego, aquí alguien me dice: “las acciones tienen que ser tan evidentes que no haya necesidad de explicarlas o reivindicarlas”… Eso sería ciertamente así si estuvieramos en los años 60 – 70 donde todavía no se había masificado la sociedad y nos encontrabamos ante una sociedad de clases y un proletariado consciente… ¿Acaso se cree alguien que después de esta dictadura tecnológica “la gente” entienda el significado y la evidencia de cada acción? Realmente a mi esto de “la gente”, “la sociedad” (de masas), “el movimiento” me importa una mierda… y ojo que no soy un Nihilista!!

Llevo desde los 16 años en “re-formatorios” y “cárceles” (y voy a cumplir 42), soy un proletario revolucionario “educado” en el vientre de la Bestia y no en el seno de “movimiento” alguno, y por eso mi conciencia y odio de clases no es equiparable al de la inmensa mayoría de pacotilla que buscan más el hablar por debatir que debatir para atacar este sistema criminal.

No tiene sentido tomar todas estas cosas por separado sin ubicarlo todo en un proyecto/contexto concreto y específico. Para mí las teorías (anarquista-comunista-marxista, etc.) son “herramientas” a disposición del proyecto que quiero poner en práxis y lo mismo los métodos.

Si yo “solo” desease matar-expropiar-secuestrar no me preocuparía de argumentaciones o teorías ideológicas, sería un bandido al 100% y basta. Como revolucionario en guerra contra lo existente soy consciente que deberé ejecutar, expropiar y secuestrar si mi proyecto lo requiere… no porque disfrute de estos métodos, sino porque se debe hacer en todo momento lo que es práctico y eficaz en la lucha revolucionaria. Son “males” necesarios.

Nosotrxs debemos hablar, opinar, debatir y actuar; sin complejos ni miedos. Nosotrxs queremos destruir lo existente para construir un mundo nuevo y para ello debemos atacar, destruir y eliminar sus símbolos, sus estructuras y esbirros. Nosotr@s queremos “desmasificar” esta sociedad de consumo para generar una sociedad de clases que nos permita una lucha de clases. Nosotros aspiramos una revolución libertaria que nos permita organizar una sociedad/existencia libre y… horizontal.

Para lograr este deseo debemos ser capaces hoy de asumir las consecuencias de nuestro empeño, nos guste o no…

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Gabriel Pombo Da Silva




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Sobre el “método”

Se habla del “método”, lo que debe o no debe hacer un revolucionario, y de “las acciones y/o formas organizativas” porque eso no cuesta más que saliva; todo lo contrario de ponerse “mano a la obra” y mancharse. Si las opiniones costasen procesos judiciales y cárcel verías que rápido dejarían la inmensa mayoría de hablar/opinar.

Piensa, por ejemplo, en el controvertido tema de los “secuestros” (reales o ficticios) y toma varios “casos” para debatir sobre este método ubicado en contextos precisos/concretos: el secuestro de carceleros por presos, el “secuestro” de directivos empresariales (como los últimos en Francia y Bélgica) por parte de trabajadores en lucha, el “secuestro” espontáneo que José y yo hicimos en Alemania para escapar de la policía/cárcel; el secuestro de Georgos Mylonas por algunos compañeros en Grecia, y el “secuestro” de un piloto de helicóptero para sacar a un compañero de prisión como han hecho, otra vez, en Grecia para liberar a Vassilis Paleokostas…

Ahora intenta “debatir” sobre ésto en Internet y verás la cantidad de estupideces que debes leer en la red. No, estas cosas solo se pueden debatir de forma interna con aquellos compañeros susceptibles de ser afines y no con una masa de “cibernautas” anónimos… al fin y al cabo la finalidad del debate es la acción y no el exhibicionismo.

En todos estos “casos” el método empleado ha sido el secuestro… (o digamos la retención de personas) pero lo interesante de un debate no es “el método en sí mismo” sino la finalidad que se persigue en cada acción asi como su efectividad. Si perdemos de vista todos los factores y circunstancias: objetiv@s y subjetiv@s, teóric@s y practic@s, dialéctic@s pués, no tiene sentido el debate y análisis sobre los métodos.

¿Qué “finalidad” buscan los presos que retienen a sus secuestradores? ¿Qué “finalidad” buscan los trabajadores que retienen a sus explotadores? ¿Qué “finalidad” cumplió la retención de personas que José y yo “secuestramos”? ¿Qué “finalidad” el secuestro del Oligarca Mylonas? ¿Qué “finalidad” la retención del piloto por parte de los amigos de Vassilis? El acto habla por sí mismo.

Como puedes apreciar “el método en sí” no nos dice gran cosa pues los objetivos y finalidades de cada acción son diversas y, sin embargo, yo encuentro cada “caso” expuesto una justificación razonable y legítima.

Pienso que son los hechos en su totalidad los que pueden servirnos para hacernos una idea si el método puesto en práctica fue o no el adecuado en cada acción, si había otro método más efectivo que éste o no…

Solo después de haber analizado ésto (desde todas las perspectivas razonables y materiales a disposición de los compañeros que han efectuado la acción) puedo expresar mis opiniones, mi simpatía y/o rechazo por la acción y los métodos empleados…

Y aún considerando que yo pensase que existen métodos más efectivos para llevar a cabo una acción JAMÁS criticaría por ello a compañerxs que se han atrevido a poner en práxis su proyecto revolucionario.

Pero no quisiera dejar de mencionar otros métodos legítimos en la agitación armada como son “la expropiación individual” o “el sabotaje en todas sus formas”... En suma, no se trata que nos hagamos “especialistas” en estos métodos de agitación armada pero tampoco que cerremos los ojos ante las posibilidades que estas cosas nos proporcionan...

Me gusta lo escrito por compañer@s chilen@s en el cuadernillo Ícaro que viene al caso para esto que estamos debatiendo aquí... “Son los grupos de afinidad en torno a la acción y la coordinación informal de éstos, que nos permiten formas cualitativamente distintas de llevar a cabo los ataques, ya no teniendo en cuenta la espectacularidad cuantitativa de la acción, sino, la cualidad de ésta, es decir, lo certero del golpe, el desarrollo cualitativo y experiencia de los individuos y del grupo, la interrupción de la normalidad atacada, la propagación de la acción, etc...”

Y aquí entramos de lleno en el projecto FAI (informal) que a mi me gusta y sobre el cual he intentado generar un debate pero donde tod@s, sin excepción, se han callado… ¿Porqué? Porque, como ya escribí, estamos rodeadxs de bocazas y cobardes, de gente que solo quieren “opinar”, pero sin mojarse… No obstante yo sigo empeñado en debatir de verdad sobre esta experiencia/proyecto porque, a mi humilde parecer, ha sido la/el único hecho serio y organizado (de forma autónoma y federativa) que se ha dado en “Europa” (Italia) en los últimos 10 – 20 años.

Ciertamente, cuando una organización insurreccional-informal se constituye como tal y pasa al ataque ofensivo siempre habrán acciones que no serán todo lo perfectas que como revolucionarios deseamos… ya sea por la falta de conocimientos técnicos y/o experiencias o el modo de redactar el comunicado (el lenguaje que se emplea) y/o la acción en sí… pero se debe precisamente al hecho de que cada grupo es autónomo y tiene sus límites en función de lxs individuxs que lo componen. Nobody is perfect!

L@s poc@s que se han atrevido a debatir conmigo sobre la FAI me comentaban que las acciones eran “espectaculares”… ¿Espectaculares? ¿Qué carajo quiere decir eso? ¿Sobredosis de situacionismo? Si las acciones son “espectaculares” es porque el poder mediático las utiliza como mercancía espectacular, pero no porque l@s compañer@s vayan buscando protagonismo… ¿Entonces las acciones deben de ser anónimas?

Y luego, aquí alguien me dice: “las acciones tienen que ser tan evidentes que no haya necesidad de explicarlas o reivindicarlas”… Eso sería ciertamente así si estuvieramos en los años 60 – 70 donde todavía no se había masificado la sociedad y nos encontrabamos ante una sociedad de clases y un proletariado consciente… ¿Acaso se cree alguien que después de esta dictadura tecnológica “la gente” entienda el significado y la evidencia de cada acción? Realmente a mi esto de “la gente”, “la sociedad” (de masas), “el movimiento” me importa una mierda… y ojo que no soy un Nihilista!!

Llevo desde los 16 años en “re-formatorios” y “cárceles” (y voy a cumplir 42), soy un proletario revolucionario “educado” en el vientre de la Bestia y no en el seno de “movimiento” alguno, y por eso mi conciencia y odio de clases no es equiparable al de la inmensa mayoría de pacotilla que buscan más el hablar por debatir que debatir para atacar este sistema criminal.

No tiene sentido tomar todas estas cosas por separado sin ubicarlo todo en un proyecto/contexto concreto y específico. Para mí las teorías (anarquista-comunista-marxista, etc.) son “herramientas” a disposición del proyecto que quiero poner en práxis y lo mismo los métodos.

Si yo “solo” desease matar-expropiar-secuestrar no me preocuparía de argumentaciones o teorías ideológicas, sería un bandido al 100% y basta. Como revolucionario en guerra contra lo existente soy consciente que deberé ejecutar, expropiar y secuestrar si mi proyecto lo requiere… no porque disfrute de estos métodos, sino porque se debe hacer en todo momento lo que es práctico y eficaz en la lucha revolucionaria. Son “males” necesarios.

Nosotrxs debemos hablar, opinar, debatir y actuar; sin complejos ni miedos. Nosotrxs queremos destruir lo existente para construir un mundo nuevo y para ello debemos atacar, destruir y eliminar sus símbolos, sus estructuras y esbirros. Nosotr@s queremos “desmasificar” esta sociedad de consumo para generar una sociedad de clases que nos permita una lucha de clases. Nosotros aspiramos una revolución libertaria que nos permita organizar una sociedad/existencia libre y… horizontal.

Para lograr este deseo debemos ser capaces hoy de asumir las consecuencias de nuestro empeño, nos guste o no…

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CARTA DE ELENA VARELA DESDE EL SUR DE CHILE

TODOS A RANCAGUA MAÑANA 29 DE ABRIL
10 am TRIBUNAL DE GARANTÍA de Rancagua

Estimados amigos

En estos dias se cumplirá un año desde que fui detenida y acusada injustamente. Se que todos ustedes han estado conmigo. Este miércoles 29 de Abril se dará inicio al proceso judicial con la Audiencia de preparacion de juicio, allí se verán las pruebas y testigos y se fijará el dia del juicio. Tambien se que muchos compañeros y amigos solidarios estaran presente. Les pido realicemos una cadena de unidad como ustedes puedan hacerlo, apoyar en los tribunales, en sus actividades diarias, organizaciones e instituciones. En oración y en cualquier apoyo material o espiritual.

Tengo la esperanza puesta en la libertad

Un abrazo

Elena Varela

PABLO MARMOL - ®ed de Comunicadores Independientes


Sintonía Rebelde Liberando la palabra secuestrada. 107.5 Radio Villa Francia



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CARTA DE ELENA VARELA DESDE EL SUR DE CHILE

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Estimados amigos

En estos dias se cumplirá un año desde que fui detenida y acusada injustamente. Se que todos ustedes han estado conmigo. Este miércoles 29 de Abril se dará inicio al proceso judicial con la Audiencia de preparacion de juicio, allí se verán las pruebas y testigos y se fijará el dia del juicio. Tambien se que muchos compañeros y amigos solidarios estaran presente. Les pido realicemos una cadena de unidad como ustedes puedan hacerlo, apoyar en los tribunales, en sus actividades diarias, organizaciones e instituciones. En oración y en cualquier apoyo material o espiritual.

Tengo la esperanza puesta en la libertad

Un abrazo

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Estimados amigos

En estos dias se cumplirá un año desde que fui detenida y acusada injustamente. Se que todos ustedes han estado conmigo. Este miércoles 29 de Abril se dará inicio al proceso judicial con la Audiencia de preparacion de juicio, allí se verán las pruebas y testigos y se fijará el dia del juicio. Tambien se que muchos compañeros y amigos solidarios estaran presente. Les pido realicemos una cadena de unidad como ustedes puedan hacerlo, apoyar en los tribunales, en sus actividades diarias, organizaciones e instituciones. En oración y en cualquier apoyo material o espiritual.

Tengo la esperanza puesta en la libertad

Un abrazo

Elena Varela

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El Negocio De Las Carceles - Documentos TV

“Documentos TV” presenta este domingo “El negocio de las cárceles”, un documental francés que recorre la industria creada en torno a las cárceles privadas en Estados Unidos y la explotación económica de la población reclusa, que es usada como mano de obra barata.

Como consecuencia de las leyes antidroga, Estados Unidos ha experimentado en los últimos veinte años un aumento sin precedentes de su población reclusa, que se ha multiplicado por ocho.

Con dos millones de presos, este país posee un índice de encarcelamiento entre cinco y ocho veces superior al de cualquier nación industrializada.




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El Negocio De Las Carceles - Documentos TV

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Como consecuencia de las leyes antidroga, Estados Unidos ha experimentado en los últimos veinte años un aumento sin precedentes de su población reclusa, que se ha multiplicado por ocho.

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Como consecuencia de las leyes antidroga, Estados Unidos ha experimentado en los últimos veinte años un aumento sin precedentes de su población reclusa, que se ha multiplicado por ocho.

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Como consecuencia de las leyes antidroga, Estados Unidos ha experimentado en los últimos veinte años un aumento sin precedentes de su población reclusa, que se ha multiplicado por ocho.

Con dos millones de presos, este país posee un índice de encarcelamiento entre cinco y ocho veces superior al de cualquier nación industrializada.




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EL TESTAMENTO DE DURRUTI


Antología de textos de la Agrupación de Los Amigos de Durruti, y otros documentos

por Agustín Guillamón

El fascismo representa y es, en efecto, la desigualdad social, si no queréis que los que luchamos os confundamos a los de retaguardia con nuestros enemigos, cumplid con vuestro deber... Vais equivocados consejeros, con el decreto de militarización de las milicias. Ya que habláis de disciplina de hierro, os digo que vengáis conmigo al frente. Allí estamos nosotros que no aceptamos ninguna disciplina, porque somos conscientes para cumplir con nuestro deber. Y veréis nuestro orden y nuestra organización. Después vendremos a Barcelona y os preguntaremos por vuestra disciplina, por vuestro orden y por vuestro control, que no tenéis...

Acracia (Lérida, 5-11-1936). Notas tomadas por Peirats del discurso radiado por Durruti la noche del 4 de noviembre de 1936.

Los anarquistas podemos ir a la cárcel, morir como murieron Obregón, Ascaso, Sabater, Buenaventura Durruti y Peiró, cuyas vidas son dignas de ser cantadas por un Plutarco. Podemos morir en el exilio, en los campos de concentración, en el maquis, o en el hospicio, pero ostentar el cargo de ministro, eso es inconcebible.

Jaime Balius: "Por los fueros de la verdad". Solidaridad Obrera/ Le Combat Syndicaliste. (2-9-1971).

Introducción, selección documental, epílogo y notas de Agustín Guillamón.
Balance. Cuadernos de historia del movimiento obrero.
Cuadernos números 18 y 19. Barcelona, mayo 2002.
Segunda edición, corregida y aumentada.


INTRODUCCIÓN
El título de este número de Balance retoma el de un artículo de Balius publicado en Solidaridad Obrera, y es sobre todo una antología de artículos de Balius y/o de la Agrupación de Los Amigos de Durruti, constituida en marzo de 1937, bajo la advocación del nombre de Durruti, para reclamar y alzarse con la herencia y práctica revolucionaria del anarquismo español.
Durruti fue un hombre de acción, y un militante anarquista ejemplar, en el sentido que señalaba a los demás el camino a seguir con su propio ejemplo. Jamás fue un teórico. No se debe buscar en Durruti una reflexión sobre la Revolución española, sino más bien la expresión espontánea e intuitiva del instinto y sentimiento de la clase obrera. Pero no se puede permitir la manipulación de una o dos frases suyas para justificar toda una orientación política de colaboración anarquista con el Estado capitalista, que siempre le fue ajena y extraña. Durruti jamás propugnó que se debía renunciar a la revolución social para obtener una victoria militar.
Fuera muerto por una bala perdida, o no, de lo que no cabe duda es que la frase "renunciamos a todo, excepto a la victoria" fue una añagaza más de la ideología antifascista de unidad sagrada con la burguesía, amañada, malinterpretada y desvirtuada por los anarquistas partidarios de la colaboración con el gobierno burgués republicano, esto es, por los ideólogos del ANARQUISMO DE ESTADO.
Cuando utilizamos la chocante expresión "anarquismo de Estado" lo hacemos en concordancia con la existencia de "ministros anarquistas", y con el ánimo de PROVOCAR la necesidad de diferenciar claramente entre un anarquismo revolucionario (antagónico con el capitalismo, como era el de Durruti) y un anarquismo reformista, que no ofrece más que una opción socialdemócrata dentro del sistema capitalista (el anarquismo de los colaboracionistas y de los ministros anarquistas). Durante la guerra civil, a medida que pasaban los meses y se consolidaba la contrarrevolución, el anarquismo de Estado (siempre mayoritario) alcanzó cotas de exclusividad; mientras el anarquismo revolucionario (siempre minoritario) se sumió en la clandestinidad, la exclusión organizativa y la marginación social y política.
Durruti no renunció nunca a la revolución: esa frase es fruto de la manipulación del "héroe del pueblo" por los estalinistas y los anarquistas partidarios de la unidad antifascista con la burguesía democrática republicana. Esa frase fue ayer, y sigue siéndolo hoy, la quintaesencia del pensamiento de los anarcosindicalistas que rechazaron la vía revolucionaria. Más que el individuo que atendía al nombre de Buenaventura Durruti nos interesa la existencia, en la España de 1936, de un IMPORTANTE movimiento revolucionario, anónimo y de masas. Durruti, más allá de la claridad de sus ideas y de la ambigüedad de sus posiciones, fruto de una situación revolucionaria desaprovechada (como fue la del 19 de Julio de 1936), encarnó el símbolo de la revolución para esos obreros en armas, enfrentados a las tareas de una revolución social y de una guerra a muerte contra el capitalismo (no sólo del fascismo, sino también de la democracia). Durruti fue también la bandera que alzaron los revolucionarios libertarios, que tomaron el nombre de "Agrupación de Los Amigos de Durruti", para enfrentarse a la dejación de los principios anarquistas de que hicieron gala tanto ministro, tanto intelectual ácrata con el sombrero demasiado ancho para su cabeza, y tanto cabezón metido a jefecillo. Ya hemos dicho que Durruti no fue nunca un teórico, sino un hombre de acción, y como tal no nos dejó más que algunos trazos ambiguos de su pensamiento, que además nos han llegado malinterpretados y matizados a través de la mediación de terceras personas, en escasas entrevistas, y en algún discurso radiofónico, más o menos fiel, o censurado. En todo caso estamos completamente seguros que los herederos del testamento político "del Durruti libertario y revolucionario" no fueron en ningún momento los ministros anarquistas; sino la organización minoritaria de anarquistas y revolucionarios que invocó su ejemplo, y también su nombre, en la Agrupación de Los Amigos de Durruti, que después de las Jornadas de Mayo de Barcelona fueron desautorizados y perseguidos por la CNT-FAI.
¡Si es que hay herencias..., si es que hay testamentos de tal índole...! Pero en todo caso sí que existe un hilo de continuidad revolucionaria entre Durruti y Los Amigos de Durruti. Del mismo modo que existe una afinidad destructora y vilipendiadora entre quienes pusieron en labios de Durruti la frase "renunciamos a todo, excepto a la victoria" y los que le nombraron póstumamente teniente coronel del ejército popular: sólo muerto podía colocarse en boca y pecho de Durruti tamaños despropósitos, en contradicción con toda su vida, obra y pensamiento.
NO HA HABIDO UN ANÁLISIS ANARQUISTA RIGUROSO SOBRE LAS DEBILIDADES Y ERRORES COMETIDOS POR EL MOVIMIENTO LIBERTARIO EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA. Y SIN ESE ANÁLISIS NO HAY FUTURO PARA EL MOVIMIENTO ANARQUISTA, porque se condena a repetir los errores de siempre, porque fortalece la ambigüedad y CONFUSIONISMO característicos del pensamiento libertario, y sobre todo porque ni siquiera plantea la inexcusable, radical y tajante ruptura organizativa, ideológica y doctrinal de los revolucionarios libertarios con los anarquistas reaccionarios, DEFENSORES Y SEGUIDORES del anarquismo de Estado.

El 4 de noviembre de 1936 Solidaridad Obrera publicaba la noticia de la entrada de cuatro anarquistas en el Gobierno de Largo Caballero. ¡Ministros anarquistas!: ¿puede haber una expresión más absurda y contradictoria? Pero esto suponía además, entre otras muchas cosas, la renuncia a la formación de un Consejo Nacional de Defensa, que ampliara y potenciara el Consejo Regional de Defensa de Aragón, o lo que es lo mismo, la renuncia definitiva a las propias soluciones, a la propia ideología y principios, a un programa propio. A las nueve y media de la noche de ese mismo día Durruti trasmitió por radio un duro discurso, crítico con la burocratización de la CNT y los audaces avances de la contrarrevolución, en el que proclamó su oposición total al decreto de militarización de las Milicias Populares, y amenazó con la necesidad de sanear la retaguardia y liquidar el gobierno burgués de la Generalidad. El discurso de Durruti fue percibido por la burguesía catalana como una amenaza[1], y por los obreros como la prueba de que la esperanza aún no había muerto. Hay que subrayar que el discurso de Durruti del 4 de noviembre de 1936 manifestaba su posición ante un fenómeno histórico tan importante como era el de la entrada en un gobierno capitalista de cuatro ministros anarquistas. Durruti era una amenaza para esa política de unidad antifascista, que subordinaba el movimiento libertario a la política de la burguesía republicana. Durruti y el Consejo Regional de Defensa de Aragón estaban sentenciados a muerte. Ese discurso radiofónico de Durruti fue publicado por Solidaridad Obrera el 6 de noviembre, debidamente CENSURADO Y DULCIFICADO. Debe compararse con los fragmentos publicados por Josep Peirats en Acracia, órgano de la CNT-FAI en Lérida, para comprender hasta que punto era Durruti un peligroso e incómodo enemigo para los burócratas burgueses del gobierno de la Generalidad, un formidable obstáculo para la política de unidad antifascista propugnada por el PSUC y los soviéticos, y también un enojoso fastidio para el sector colaboracionista de la CNT y una amenaza insufrible para el anarquismo de Estado.
La CNT y la FAI estaban profundamente divididas en dos posiciones antagónicas: colaboracionistas y revolucionarios. Pero aunque unos a otros se llamaron despectivamente "pájaros carpinteros" y "piel rojas", en unas confrontaciones cada vez más tensas, la ambigüedad propia de la ideología anarquista, la posibilidad organizativa de defender las propias posiciones políticas sin acatar más que formalmente las resoluciones de Plenos y Congresos, y sobre todo el patriotismo organizativo cenetista y la infinidad de grados de rechazo o aceptación del colaboracionismo con las instituciones burguesas, hicieron imposible una escisión, que por otra parte nadie quiso provocar.
Desde primeros de noviembre los "pájaros carpinteros" habían colocado en la dirección de Solidaridad Obrera a Jacinto Toryho, que sustituía al "piel roja" "Liberto Callejas". El discurso radiado por Durruti fue censurado, aguado y manipulado. Si Durruti fue censurado por La Noche[2] y por Solidaridad Obrera, ¿qué no habían de tramar los estalinistas y la NKVD soviética? ¡Hay complicidades que matan! Y la complicidad del anarquismo de Estado, a través de la vía ideológica de la unidad antifascista, no fue "pecata minuta".
Los números 17 y 18 de Balance se publican en continuidad con un ya largo y amplio trabajo de estudio e investigación sobre la guerra civil española, y se relaciona aún mucho más concretamente con los números de Balance dedicados a la Agrupación de Los Amigos de Durruti, la correspondencia de Jaime Balius, el debate con Ediciones Gratis y al informe secreto de Helmut Rüdiger[3]. Por esta razón no repetiremos argumentos ya expuestos anteriormente, y remitiremos al lector a los números correspondientes de Balance [4].
La Revolución Española fue la tumba del anarcosindicalismo como teoría revolucionaria del proletariado, porque no supo dar respuestas adecuadas a los problemas que planteaba la revolución social. Algunas de las posiciones teóricas de la Agrupación de Los Amigos de Durruti y los artículos publicados en El Amigo del Pueblo, fueran o no de Balius, fueron el intento crítico, realizado desde el seno del propio movimiento anarquista, de plantear las soluciones requeridas para salvar, afianzar y extender la revolución de Julio de 1936.
Ese es el interés que nos mueve a reproducir los artículos que seleccionamos en los números 17 y 18 de Balance: la crítica revolucionaria (desde el seno del movimiento anarquista) a la acción y teoría del anarcosindicalismo reformista durante la Revolución Española. Sin el empeño de sustituir un mito por otro, esto es, el mito del Durruti que renunciaba a la revolución para ganar la guerra al fascismo, por el mito de un Durruti puro, santificado y todopoderoso, revolucionario sin mácula, supermán de la anarquía. Sin la creencia religiosa en salvadores supremos, aunque sean anarquistas; con el afán de derribar santos e ídolos, aunque sea el del dios Durruti. Porque sabemos que el testamento de Durruti no puede ser otro que aprender de la derrota. Y porque Los Amigos de Durruti renunciaron a todo, menos a la revolución.
El editorial de Solidaridad Obrera del 21 de febrero de 1937 era un artículo anónimo titulado "Nosotros renunciamos a todo, excepto a la victoria". Era probablemente la primera vez que se atribuía a Durruti esa frase, en la prensa anarquista, sin justificar lugar, ni contexto, ni testigos, ni el sentido de la misma. Se trata de un artículo editorial del que cabe responsabilizar al director del diario Jacinto Toryho, que posiblemente fue también su redactor.
A medida que se aproximaba el primer aniversario de la muerte de Durruti empezaron a publicarse en la portada de Solidaridad Obrera con letras de gran formato, y acompañadas por un dibujo del busto de Durruti, unos eslógans que supuestamente resumían el pensamiento de Durruti en una frase. Así en los números de Solidaridad Obrera del 4 y del 5 de noviembre de 1937 se publicó en portada y a gran formato la siguiente frase: "PRONTO HARÁ UN AÑO: "Responsabilizar a la retaguardia". Durruti en Madrid". El día 10 de noviembre de 1937 se cambió ese eslogan por otro que decía así: "EL HABLO POR TODOS: "Renunciamos a todo, excepto a la victoria"." Se trataba de un eslogan más, que pretendía resumir el pensamiento de Durruti en una frase. No se buscaba ni intentaba siquiera justificar que la frase fuera de Durruti. En realidad ni siquiera se dice que la frase sea de Durruti: sólo aparece el busto dibujado de Durruti, y en letras minúsculas esta breve explicación:
"Y expresó en síntesis magistral el pensamiento de todo un movimiento de masas, en el que se compendia la generosidad más fervorosa. Habló poniendo en sus labios el acíbar de la verdad. De la verdad que no tiene etiqueta, ni color de partido, ni sabor de secta. Con rudeza cordial, firme el ánimo, erguida la voluntad y entero el carácter, sin retórica, sin perífrasis. con un ansia de triunfo indescriptible dijo: "Renunciamos a todo, excepto a la victoria".

Solidaridad Obrera el 10 de noviembre de 1937 resumía toda la obra y el pensamiento de Durruti en una frase que se le atribuía, sin indicación de lugar ni tiempo, a un Durruti divinizado. No era suficiente con la primera muerte de Durruti, era necesario volver a asesinarlo. Y esa frase, inventada por el periodista soviético Ilya Ehrenburg en uno de sus fantasiosos y poco rigurosos reportajes, manipulada por el aparato de propaganda estalinista, y en todo caso usada fuera de contexto por los ideólogos del anarquismo de Estado que dominaban Solidaridad Obrera, se convirtió en LA FRASE DE DURRUTI.
Esa portada del 10 de noviembre viene acompañada por otros dos artículos que no desmerecen en nada al eslogan colgado a Durruti: "Para que la unidad antifascista sea un hecho", que conmemora el aniversario de la revolución rusa y glorifica la Rusia de Stalin, y otro titulado "Mera y El Campesino símbolos de la unidad del ejército", que glosa la integración libertaria en el Ejército Popular.
A Durruti, después de muerto, le hicieron decir lo contrario de lo que pensaba; para santificar así la renuncia a la revolución social y a todos los principios ácratas, en aras de una improbable victoria militar sobre el fascismo, que pasaba por sacrificarlo todo a una sagrada unidad antifascista con la burguesía republicana y la contrarrevolución estalinista.
La revolución de mañana será anónima y colectiva, sin héroes individuales ni salvadores supremos, sin durrutis ni lenins, sin marxs ni bakunins, heredera de las luchas revolucionarias del proletariado revolucionario del pasado, con la certeza y la seguridad aprendida en los errores pagados con sangre y sufrimiento; con la insolencia de quienes poseen las claves del futuro.
Leamos pues los artículos anónimos, o no, de la Agrupación de Los Amigos de Durruti, con la atención que nos merece el combate de una vanguardia revolucionaria del proletariado; sin hacer de esta vanguardia ningún nuevo dios, con el ánimo de conocer y reflexionar sobre una de las más destacadas experiencias históricas del movimiento obrero internacional; pero también con la intención de criticar unas debilidades insuperables en la época.
Ni dios, ni amo, ni anarquismo de Estado: sólo la lucha revolucionaria del proletariado mundial por su liberación de clase. Porque la emancipación del proletariado como clase explotada en el capitalismo es también el fin de toda sociedad de clases, y es, por lo tanto, la liberación de la especie humana del absurdo yugo a las leyes de la plusvalía, que sepultan a dos tercios de la Humanidad en la miseria, ponen en peligro la conservación de la biodiversidad del planeta, facilitan y magnifican las "inevitables catástrofes naturales" y amenazan con el agotamiento de los recursos y materias primas para las futuras generaciones. No hay futuro para nadie en un mundo capitalista. No se trata de reformar y dulcificar las consecuencias más hirientes y catastróficas del sistema capitalista, como proponen ATTAC y la mayor parte de las organizaciones del movimiento por "otra" globalización; se trata de destruirlo. El capitalismo es la guerra y la institucionalización de la barbarie. Está en juego la supervivencia misma de la especie humana. La alternativa expresada por Rosa Luxemburg y el proletariado mundial, durante la Primera guerra mundial, es HOY más actual que nunca: "Socialismo o Barbarie".
El comunismo no es un bello ideal, sino una fuerza real que opera, como un viejo e implacable topo, en el seno de la actual sociedad capitalista, y anticipa el futuro.
Hemos de ir más allá de Durruti, más allá del anarquismo, más allá de todo testamento, más allá del mito. A Durruti lo mató una bala perdida, o no (quizás lo asesinó la NKVD, como a Nin unos meses después), y una vez muerto le hicieron decir lo contrario de lo que pensaba (el aparato de propaganda estalinista y los ideólogos del anarquismo de Estado), porque no se trata sólo de un combate a muerte: es también una lucha por el derecho a existir hoy, y por la memoria de lo que existió ayer. No nos pertenece ni nuestra propia historia; ELLOS también necesitan apropiársela.
Quisieron y quieren hacernos creer que Durruti renunció a la revolución. Ése sería el mismo Durruti a quien póstumamente se le dio el grado de teniente coronel. Es su Durruti. Repugna a la razón una bala perdida con una diana tan precisa, y sobre todo tan certera para los intereses soviéticos. Como reacción a los numerosos intentos de manipulación, difamación y desinformación sobre la personalidad de Durruti, la sabiduría popular creó un mito incólume y ambiguo, como todos los mitos. Pero los mitos sólo sirven para forjar cadenas: sólo la verdad es revolucionaria.
En su discurso del 4 de noviembre Durruti no dijo que renunciaba a la revolución, sino que alertó contra la burocratización de la CNT, afirmó que la retaguardia debía trabajar para las necesidades de guerra, que era necesario movilizar a la burguesía, se opuso radicalmente al decreto de militarización de las Milicias y amenazó claramente a los políticos burgueses y al gobierno de la Generalidad con bajar a Barcelona para imponerles la disciplina de hierro que ELLOS reclamaban a los milicianos[5]:
"El fascismo representa y es, en efecto, la desigualdad social, si no queréis que los que luchamos os confundamos a los de retaguardia con nuestros enemigos, cumplid con vuestro deber... Vais equivocados consejeros, con el decreto de militarización de las milicias. Ya que habláis de disciplina de hierro, os digo que vengáis conmigo al frente. Allí estamos nosotros que no aceptamos ninguna disciplina, porque somos conscientes para cumplir con nuestro deber. Y veréis nuestro orden y nuestra organización. Después vendremos a Barcelona y os preguntaremos por vuestra disciplina, por vuestro orden y por vuestro control, que no tenéis..."
Éste hubiera sido un resumen fiel del discurso del 4 de noviembre, y ésas son las frases con las que debiera recordarse e identificarse a Durruti. Que esa identificación se produzca con la frase "renunciamos a todo, excepto a la victoria" es obra de los ideólogos del anarquismo de Estado (o socialdemocracia libertaria), como Jacinto Toryho (director de Solidaridad Obrera), "Marianet" y Horacio Prieto del Comité Nacional de la CNT; Federica Montseny, Diego Abad de Santillán, Germinal de Sousa y Herrera del Comité Peninsular de la FAI; los ministros anarquistas como Juan García Oliver, Joan Peiró, Juan López, Segundo Blanco, y tantos otros...
Por esas frases de amenaza a los consejeros de la Generalidad y la burocracia cenetista, y de movilización militar de la burguesía (y no por la que le atribuyeron de renuncia a la revolución), la muerte de Durruti era una muerte anunciada desde su discurso radiofónico del 4 de noviembre de 1936. Porque al poder no se le amenaza: se le destruye o te destruye. Porque la toma del poder por el proletariado, EN UNA SITUACIÓN REVOLUCIONARIA COMO LA PLANTEADA EN JULIO DE 1936, no permite aplazamientos, ni dudas, ni renuncias: se toma para imponer la vía revolucionaria, o lo toma el enemigo de clase para rehacerse, aplastar la revolución y asesinar a los revolucionarios. Porque no hay nada más autoritario que una revolución. Autoritario fue expropiar a la burguesía de sus fábricas, empresas o riquezas; autoritario fue derrotar al ejército; autoritario hubiera sido disolver la guardia civil y las fuerzas de policía, en lugar de dejarlas acuarteladas en retaguardia, a disposición del gobierno de la Generalidad; autoritario fue eliminar de raíz instituciones como la Iglesia; y autoritario hubiera sido disolver parlamento y gobierno de la Generalidad, y sustituirlos por un Consejo Regional de Defensa de Cataluña. Porque todo era insuficiente sin un acto autoritario inevitable e insustituible: destruir el Estado burgués. Debería ser obvio para cualquier anarquista. Sin embargo, en 1936 los anarquistas no se plantearon la destrucción del Estado, decidieron colaborar con la burguesía; y la ideología de unidad antifascista les ató al programa y a los métodos de la burguesía democrática/republicana, imponiéndoles la renuncia al programa y a los métodos propios del proletariado revolucionario. Durruti, ya demasiado tarde, amenazó al gobierno de la burguesía, que sólo cuatro meses antes podía haber sido destruido.
Por eso a Durruti había que matarlo dos veces:
La primera, físicamente, con una bala "perdida".
La segunda, intelectualmente, con la "pérdida" de su ideario; manipulado, deformado y corrompido hasta hacerle decir lo contrario de lo que dijo.

La antología de textos de la Agrupación de Los Amigos de Durruti, expuestos en los números 17 y 18 de Balance, nos muestra el intento fallido de unos revolucionarios anarquistas de defender y profundizar la victoriosa insurrección obrera del 19 de Julio, en continuidad directa con el testamento político de Durruti, expuesto en su discurso del 4 de noviembre de 1936. Esta amplia selección de textos de Los Amigos de Durruti ilustra y complementa el estudio sobre la Agrupación publicado en el número 3, sección de estudios e investigaciones, de Balance, a cuya lectura remitimos para una mejor comprensión del contexto histórico del surgimiento, teoría revolucionaria, acción política y valoración histórica de esta agrupación anarquista. El método histórico de la revista Balance da prioridad a la lectura de los documentos originales por el lector, ofreciéndole con las notas a pie de página información suplementaria para la interpretación del documento. La opinión del historiador se realiza en la introducción; pero el lector tras leer los documentos está capacitado para discrepar y formar su propio criterio. No es ése el método habitual de trabajo de los historiadores académicos, que ofrecen textos fragmentarios debidamente malinterpretados y manipulados dentro de una narración global, que desde la primera a la última página conducen al lector a aceptar sumisamente su versión de los hechos históricos, por muy descabellada o parcial que sea.
Queremos hacer una reflexión sin la cual es imposible entender nada de lo que ocurrió durante la guerra civil: la insurrección obrera del 19 de Julio creó una situación revolucionaria[6] desaprovechada por los anarquistas, que en lugar de destruir el Estado capitalista, optaron por un pacto[7] con los partidos burgueses y las instituciones estatales. Para terminar debemos señalar que en esta antología faltan, por razones de espacio, numerosos artículos, el folleto Hacia una nueva revolución, y quizás algunas circulares y documentos de carácter secundario.
Agustín Guillamón por "Balance".
Barcelona, mayo de 1999/mayo 2002.




BALIUS, Jaime: "En el Frente de Aragón. La Columna Durruti". Solidaridad Obrera (12-8-1936).

Cataluña en pie de guerra.
Hemos cruzado un gran número de poblaciones catalanas, En todas ellas hemos observado el mismo espectáculo: a la entrada y a la salida de las villas y de las localidades de mayor importancia, se hallan barricadas u obstáculos de la más variada estructura.
Al pie de los cachivaches, o de los árboles arrancados de cuajo, permanecen en constante alerta unos cuantos milicianos. Los trabajadores exigen la documentación de los vehículos y son escrupulosos en su cometido. Vigilan día y noche para que los enemigos no se filtren en las poblaciones catalanas.
La impresión que produce Cataluña es de que se encuentra en pie de guerra. Un aire de renovación recorre el espacioso perímetro de nuestra tierra. De este soplo revolucionario se han contagiado la inmensa mayoría de los naturales del país.


A lo largo de las carreteras se observa constantemente el saludo que se ha estilizado con las jornadas de Julio. Los campesinos que están absortos con el trabajo de la cosecha se distraen de sus labores cotidianas para levantar el puño en el aire y corresponder de esta manera al veloz vehículo que cruza raudamente por las calzadas de la campiña catalana. [...]
En tierras de Aragón.
[...]. Nuestra emoción es intensa. Dentro de breves instantes nos hallaremos junto a nuestros camaradas. [...]
El cambio de paisaje es considerable y contundente. Sabemos que los límites de Cataluña se han esfumado. Ya no divisamos la espléndida exuberancia de la campiña catalana. En su lugar avizoramos un suelo yermo. Los montículos terrosos sin una sola brizna de hierba producen una impresión deplorable. [...]
Bujaraloz...
Un sol abrasador nos acompaña en todo el recorrido del trayecto. Al fin llegamos a la población aragonesa que cobija el grueso de la columna de Durruti. Nos hallamos en Bujaraloz.
Nos apeamos en la plaza del pueblo. A primera vista, remarcamos que es la clásica plaza de villorrio. Tres cuerpos de casas, casi pegadas. En una de las casas más cercanas a la carretera está instalada una oficina que atiende a un gran número de servicios que afecta a la concentración de milicianos.
Bujaraloz está situado entre los pueblos de Peñalba y Pina. Su población es de 1500 habitantes. Sus habitantes viven del campo. Hasta el momento que precedió a la entrada de las milicias obreras los campesinos de Bujaraloz percibían jornales de 4,50 pesetas diarias y trabajando de punta de día hasta el anochecer.
Está situado en un llano y todas las casas son de tipo rústico. Pertenece al período cuaternario. Cuenta con capas subterráneas de sal y toda el agua es salada. Para beber, los pobladores han de aprovechar el agua de lluvia.
Es de la provincia de Zaragoza y del partido judicial de Pina de Ebro. Cosecha cereales en gran abundancia si la atmósfera prodiga la lluvia. Abunda el ganado. Es una población muy miserable.
La tierra estaba en manos de dos grandes caciques que nuestros camaradas ahuyentaron con su presencia. El censo de la localidad está integrado por obreros, campesinos y pequeña industria.
El pueblo de Bujaraloz conoció la bestialidad de los fascistas por espacio, tan sólo, de unas horas. Se llevaron en rehenes a tres hijos del pueblo. Pero la rápida aparición de las milicias limpió de fascistas a Bujaraloz y sus contornos. [...]
Nueva estructuración económica.
En la región aragonesa que controlan las milicias catalanas se ha terminado la explotación y la rapiña. Ha nacido un nuevo orden revolucionario.En Bujaraloz los campesinos trabajan colectivamente. Se reparten de una manera equitativa el fruto de su labor cotidiana. Y el entusiasmo del campesino es grandioso. No están dispuestos a que ningún político burgués trate de arrancarles la indudable mejora que acaban de conquistar. Funciona un comité de abastos que controla las necesidades de las milicias y de los pobladores y que está integrado por una representación de ambas partes.
Los víveres son distribuidos a las familias de la población de acuerdo con el número de familiares y de milicianos que cada casa ha de alojar. Y para los restantes artículos o productos se sigue una tónica idéntica.
Los camaradas residen en las casas de los hijos del pueblo. Están debidamente atentidos y existe una perfecta convivencia.
Las centurias.
Los milicianos están organizados en grupos de cien. Al frente de cada centuria se encuentra un camarada, y como elemento coordinador de todas las centurias actúa un delegado de las centurias.
La organización de las milicias ha ido plasmándose sobre el terreno. Hoy un detalle y mañana otro, ha posibilitado que al cabo de tres semanas ya se cuente con una buena organización. No podemos dar más detalles respecto al número de centurias y al número de fuerzas y cantidad de material porque podríamos caer en una indiscreción.
El avance de la columna.
En el mismo momento de nuestra llegada se acaba de trasladar el cuartel general de Bujaraloz a unos kilómetros de distancia. La Prensa ya ha informado de la ocupación de Pina y Gelsa.
La columna de Durruti cuando entra en una población, la primera medida que toma es la quema del registro de la Propiedad, Inmediatamente el camarada Durruti arenga al pueblo congregado en la plaza o en un lugar a propósito para ello. Durruti procura explicarles lo que significa la entrada de los milicianos en la población. Expone de una manera detallada las bases prácticas del comunismo libertario.
Una de las faenas importantes es la depuración de los enemigos. De esto se encarga la Legión Negra, que está integrada sobre todo por los camaradas metalúrgicos, que además de cumplir con esta misión acuden siempre a los lugares de mayor peligro.
Nuestros camaradas no molestan a los vecinos de las poblaciones. Pero si alguna vez se comete algún exceso el comité procura sancionarlo.
En el cuartel general.
Esta instalado en una casilla de peones camineros. En una casa destartalada. Se nota una actividad febril. Hay varias dependencias. Una de ellas, entrando a mano izquierda, ha sido habilitada para despacho del comité de la columna. El comité lo integran los camaradas Durruti, Carreño y Miguel Yoldi.
Estrechamos emocionados las manos del camarada Durruti y Carreño. Penetramos en el despacho. Observamos un ir y venir continuo. El nerviosismo es grande.
Durruti es la figura más destacada. Es un hombre admirable. No para un momento. Acude a todas partes. Habla, gesticula. Sus palabras se hallan reflejadas en sus ojos. Es todo un guerrillero. Hombre de rasgos faciales duros, pero noble y generoso. Su aspecto impresiona, pero al minuto da una sensación de bondad. Durruti tiene un temple de granito, pero posee un alma de niño. Nos acordaremos siempre del Durruti de Bujaraloz con su casquete rojinegro.
Otro camarada. Francisco Carreño[8] tiene una cierta similitud con los insurrectos del Méjico turbulento. Un sombrero de paja de anchas alas le da todo el aspecto del guerrillero de ultramar. Es un muchacho muy simpático. Afable y cariñoso con todo el mundo. Es un intelectual que sabe empuñar el fusil.
Miguel Yoldi es otro de los componentes del comité de la columna. Lo tenemos muy presente por ser compañero de redacción de Solidaridad Obrera. Es un valor en todos los aspectos. Habla poco. Es un hombre de acción.
No queremos terminar esta ligera impresión de una visita realizada al frente de combate sin recordar a Pablo Ruiz[9], que es uno de los luchadores que mayor valor y decisión pone en la lucha.
Adiós a nuestros camaradas.
La premura del tiempo nos impide que podamos permanecer largas horas con nuestros camaradas. Además, nuestra misión ya se había terminado.
Durruti no quiere turistas. A los camaradas que tratan de distraerse con un viajecito los incorpora a la columna. Estamos de acuerdo. Al frente de batalla hay que ir para rendir una utilidad u otra, pero de ninguna de las maneras hay que pasearse.
Nos despedimos de todos los camaradas deseándoles mucha suerte. Nuestro pensamiento está junto a ellos. Si nuestra salud nos lo hubiera permitido nos hubiéramos movido del lado de Durruti y de sus buenos camaradas.
Nos reintegramos al suelo catalán con el alma dolorida. Sentimos alejarnos de los bravos camaradas que con tanto tesón luchan contra el fascismo. Salud, camaradas. Jaime Balius[10].
*
BALIUS, Jaime: "El relato de un fugitivo de Zaragoza". Solidaridad Obrera (26-8-1936).
Vísperas de la insurrección fascista.
Los insistentes rumores de un golpe de Estado causaron profunda desazón en el alma del proletariado aragonés. Días antes de la trágica cuartelada se produjo una unánime movilización de la clase trabajadora.
La región aragonesa, que es confederal, por excelencia, montó la guardia en su radio de acción. La ciudad de Zaragoza presentaba el aspecto de las grandes solemnidades populares.
Nuestros camaradas se plantaron en la calle. En las barriadas, en los lugares de gran concurrencia y en los paseos urbanos cacheaban a los transeúntes que eran suspectos de simpatizar con los patrocinadores de la guerra civil que ensangrienta nuestro suelo. Acaeció lo mismo que en las restantes localidades. Los rumores del levantamiento militar iban acentuándose. Pero faltaban armas.
La traición del gobernador civil.
Los trabajadores se percataron del peligro que acechaba. Sabían que sin armamento no podrían esfumar la grave amenaza que se perfilaba con trazos trágicos. El problema se planteaba en términos concluyentes.
El proletariado de Zaragoza se concentró en los Sindicatos. Desde ellos seguía impacientemente el hilo de la conspiración que se fraguaba en los cuartos de banderas.
Circularon una multitud de versiones. El día 18 se sublevó un regimiento. Se ignoran las causas de la asonada, pero es presumible que eran desafectos a los revoltosos. Fueron ejecutados algunos jefes y oficiales.
Siguió la incertidumbre. Los trabajadores seguían atentamente las incidencias que iban desarrollándose en los prolegómenos de la polacada militar. Después de varios cambios de impresiones se acordó que una Comisión visitase al gobernador civil.
En aquella sazón ocupaba el cargo de gobernador un militante de Izquierda Republicana, Vera Coronel. El papel jugado por este republicano de "doublé", es de una importancia notoria en el curso de los sucesos.
El día 19, se entrevistó la Comisión mentada con el representante del Estado español en la ciudad de Zaragoza. Nuestros camaradas expusieron cono todo detalle el pensamiento de la CNT y sentaron la necesidad de armar, sin pérdida de tiempo, al proletariado.
El gobernador de Izquierda Republicana respondió con evasivas. Alegó que tenía que ponerse en comunicación con el ministro de la Gobernación y que según las órdenes que recibiese de Madrid adoptaría una postura u otra.
Nuestro interlocutor nos da la siguiente versión: Vera Coronel telefonea y asegura que al cabo de media hora el ministro de la Gobernación respondería acerca de la consulta hecha desde el Gobierno civil de Zaragoza. ¿Fue una artimaña o un subterfugio de Vera Coronel, con el propósito deliberado de no armar a los trabajadores zaragozanos[11]?
Estalla la insurrección fascista.
A la media hora justa que había señalado Vera Coronel, para responder a la Comisión destacada al Gobierno civil, se produce el levantamiento militar. Las fuerzas facciosas salen a la calle. Asaltan los locales de las organizaciones sindicales. Se ensañan con los trabajadores. Asesinan a mansalva. Desde el primer momento de la cuartelada se fusila sin piedad. Nuestro camarada que ha tenido la fortuna de burlar a los cancerberos fascistas calcula que los fusilamientos rebasan la cifra de dos mil trabajadores.
Huelga general.
Pasados los instantes de la consiguiente sorpresa, las fuerzas proletarias se rehicieron[12]. Nuestros camaradas plantaron cara al enemigo. En la calle de las Armas se levantó una barricada.
Inmediatamente se cursó la orden de huelga general. La ciudad de Zaragoza paralizó totalmente sus actividades. Los trabajadores respondieron como un solo hombre, pues se percataron de la gravedad de la situación.
La huelga general duró por espacio de quince días. El heroísmo del proletariado no alcanza a ser transcrito con la pluma. Los fascistas asaltaban las moradas y recurrían a los procedimientos más viles y canallescos con tal de contrarrestar la valiente y ardorosa réplica de los trabajadores.
Los quince días de huelga remembran las hercúleas gestas a que nos tiene acostumbrados la Zaragoza confederal. Es falso cuanto se ha supuesto de que el asesino que se apellida Cabanellas lograse reducir con relativa facilidad a nuestros hermanos de Zaragoza.
La lucha fue titánica. Nuestros camaradas no poseían armas. Poca cosa podían hacer ante un tropel de caníbales perfectamente armados. Se les arrancaba del hogar. Se les cogía a la familia en rehenes. Se les acechaba a las puertas de sus casas. Se les delataba en plena calle. Y se les masacraba sin piedad, ni titubeo.
Al cabo de los quince días se agotó la resistencia de los trabajadores. Se les retuvo en los lugares de trabajo bajo la constante amenaza. Al lado de un trabajador montaba guardia un fascista que no perdía de vista a los camaradas. La violencia desenfrenada quebró momentáneamente la resistencia que transcurrió durante quince días en medio de oleadas de sangre y sarcasmo.
Los fascistas han constituido Sindicatos de Falange Española. Los trabajadores están obligados bajo pena de muerte a inscribirse en dichos centros. Y quien se niega a tal decisión, ya sabe la suerte que le aguarda.
La ciudad de Zaragoza.
La capital aragonesa está tomada militarmente. Circulan por las calles una crecida cantidad de requetés con boina encarnada y un cuantioso número de sujetos de Falange Española. A l,os transeúntes les obligan a saludar al estilo fascista. Quien se niega a ello es brutalmente agredido.
Según nuestro informador las iglesias han sido transformadas en cuarteles en las que se cobijan los asesinos que aterrorizan la población zaragozana. En los centros oficiales de los facciosos y en los edificios fascistas ondea la bandera del fascio.
Las mujeres de los aristócratas y las burguesas que cohabitan con los orondos curas se pasean por las vías urbanas con un pistolón al cinto. Parece que no son ajenas a la barbarie que se ceba en las barriadas obreras.
La vida de Zaragoza se teje en torno de las solemnidades religiosas. Estas se celebran con mucha frecuencia. Los popes trabucaires elevan rogativas al Dios vesánico para que bendiga a la armada de asesinos profesionales. Las misas de campaña constituyen la nota del día.
Aprovechando la circunstancia de que las bombas que lanzó nuestra aviación sobre el templo del Pilar no llegaron a explotar, se organizó una manifestación para dar las gracias al Todopoderoso. La manifestación desfiló por el centro de la ciudad y se dirigió al templo, que por deficiencia de las substancias explosivas aún permanece intacto. Los manifestantes penetraron en el atrio de la iglesia con el arma al brazo. La plana mayor de la religión presidía la mascarada.
El espíritu del proletariado.
A pesar de la gran represión sufrida, subsiste el deseo ferviente de arremeter a toda costa contra los militares, curas, falangistas, tradicionalistas y Acción Popular.
Nuestro camarada nos dice que hagamos constar que la clase trabajadora está dispuesta a batirse en la calle en la primera ocasión favorable que se les presente. No obstante, persisten en una resistencia sorda y siempre que pueden hostilizar al enemigo lo realizan a expensas de su propia vida y de sus familiares.
El proletariado de Zaragoza aguarda a que las milicias catalanas se adentren en la capital aragonesa para sumarse a los bravos trabajadores de la región catalana. Y cuando perciban nuestras avanzadas, saltarán como fieras sobre las filas de los fascistas.
Los hermanos de la región aragonesa mantienen vivo el espíritu confederal y están dispuestos a demostrar que no se les ha considerado en vano como el baluarte de la CNT y de la FAI.
Camino de Huesca.
Nuestro interlocutor nos cuenta que a través de muchas dificultades pudo llegar a Huesca. En esta población observó las mismas características que en Zaragoza.
Nos cuenta que pudo escuchar algunas conversaciones de los guardias de Asalto y de la Guardia Civil. Le pareció por el tono de las mismas que estos cuerpos están descohesionados. No poseen un criterio unánime. Y hasta se da el caso de que muchos de ellos protestan con voz altisonante de los múltiples atropellos y asesinatos que se cometen.
En nuestras filas.
El afortunado fugitivo que nos ha informado ampliamente permaneció contadas horas en Huesca. A campo traviesa y pernoctando en los montes logró adentrarse en nuestras posiciones. Se le tributó un recibimiento cordial. Nuestros milicianos le dieron toda clase de facilidades. Y una vez repuesto de las privaciones pasadas, se encaminó hacia la capital catalana. Esta es la relación sucinta de un fugitivo del infierno fascista. Jaime Balius.
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CARREÑO, Francisco: "Per a que consti". Full Oficial. Organ del Comité Local de defensa. Sabadell (9-9-1936).

Sabadell, 6-9-1936.
En nombre de la Columna Durruti dejo constancia de haberme incautado, de acuerdo con todas las organizaciones sindicales, políticas y sociales que componen el Comité de defensa, de todo el material de guerra, ametralladoras, etc..., que poseían las organizaciones, excepción de los fusiles necesarios para la defensa local. Dejo bien aclarado que todo se ha realizado de mutuo acuerdo[13] en bien de la causa y del triunfo contra el fascismo. Francisco Carreño. Rubricat.
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"Durruti en Madrid". Solidaridad Obrera (8-10-1936).

Ha llegado a Madrid Durruti. Ha venido para resolver cuestiones de extraordinaria importancia para el curso general de la guerra, y en gran parte ha conseguido su propósito.
Durruti ha hecho las siguientes manifestaciones:
- Con un poco de sentido común, se comprenden en seguida los movimientos del enemigo. Este pone todo su empeño en un ataque a Madrid. También crece la presión en los frentes aragoneses. Saben los facciosos, que hagan lo que hagan, Huesca, Zaragoza y Teruel caerán pronto en nuestras manos. En cuanto eso ocurra, habrán perdido la guerra. Desde el punto de vista estratégico estas tres plazas tienen una importancia extraordinaria. En cuanto las tomemos, se habrá desmoronado el frente enemigo, desde Calatayud a Burgos, y se hundirá el cerco de Sigüenza, exactamente igual que la ofensiva de la Sierra. Por otra parte, podremos poner en pie de guerra un Ejército de más de cien mil hombres. Asturias quedará pronto limpia de facciosos y los asturianos saben lo que tienen que hacer respecto a Galicia y Castilla. También se encuentran en difícil situación Granada y Córdoba.
En estas condiciones, el enemigo tenía que ser tonto para no pensar en salvarse, mediante la conquista de Madrid, pero también fracasará este intento.
Ahora bien: la resistencia no se consigue con palabras, sino con fortificaciones. El pico y la pala, valen tanto como el fusil. En Madrid hay que movilizar una infinidad de vagos y vividores que viven en la retaguardia. También es preciso escatimar la gasolina. En el sector centro, hay que abrir una red de trincheras, parapetos y alambradas. Que todo Madrid viva para la guerra y entregado a su propia defensa.
En cuanto a mi columna, estoy satisfecho de ella. Nosotros hacemos la guerra y la revolución, al mismo tiempo. Las medidas revolucionarias no se toman únicamente en Barcelona, sino que llegan hasta la línea de fuego. Cada pueblo que conquistamos, empieza a desenvolverse revolucionariamente. Una derrota de mi columna, sería algo espantoso, porque nuestra retirada no se parecería a la de ningún ejército; tendríamos que llevarnos con nosotros, a todos los habitantes de los pueblos por donde hemos pasado. Desde la línea de fuego, hasta Barcelona, en la ruta que hemos seguido, no hay más que combatientes. Todo el mundo trabaja para la guerra y para la revolución: esta es nuestra fuerza.
En cuanto a la disciplina, para mi no es más que el respeto a la responsabilidad propia y a la ajena. Estoy en contra de la disciplina de cuartel; pero también en contra de la libertad mal entendida, a que suelen recurrir los cobardes, para escurrir el bulto. En la guerra, los delegados deben ser obedecidos; de lo contrario no es posible realizar ninguna operación. En mi columna han surgido todos los trucos de la Gran Guerra. La madre moribunda, la compañera de parto, el hijito enfermo, los ojos malos, etc. Pero tengo un equipo sanitario que examina cada caso. Quien miente sabe que tiene jornada doble de pico y azadón. Las cartas desalentadoras, van al cesto. Al que quiere marchar a su casa alegando que se va voluntario, como voluntario vino, después de hacerle unas consideraciones, le mando a casa a pie. Casi nunca se llega a ese extremo. Francamente, estoy satisfecho de los compañeros que me siguen.
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BALIUS, Jaime: "Como en la guerra. La justicia ha de ser inflexible". Solidaridad Obrera (11-10-1936).

No queremos sentar plaza de hombres sedientos de sangre. Pero los fallos de los Tribunales Populares, aunque nos parecen infundidos por un alto sentido de justicia, y por una elevada dosis de rectitud, adolecen en ciertos casos de un humanitarismo que en estos momentos es de sí castrador.
Nos ha sorprendido grandemente que se haya indultado a un militar que con toda seguridad se levantó en armas contra las libertades populares. En la relación diaria del Boletín de la Generalidad se menciona a un oficial, que ha sido dispensado de la última pena. Según la nota oficial fue indultado a instancias del Tribunal Popular.
Hemos seguido con atención los fallos de los Tribunales Populares, y nos sorprende que en muchos de los juicios celebrados se dictan sentencias leves. Es ridículo, y contrarrevolucionario, que en los duros instantes que estamos atravesando se piense en reclusiones y en prisiones correccionales.
Nos parece que hay cierto empacho de legalismo. Nuestros curiales están todavía enmohecidos por el cúmulo de apartados y de cláusulas que bordean los atrios y los corredores de los nefastos palacios de la intildada justicia.
En la guerra no existe variedad de penas para el enemigo. A quien se le halle con las armas en la mano se le ha de aplicar el castigo que exige la vindicia pública. Y a quien se le descubra conspirando, o espiando, o saboteando la Revolución se le ha de imponer la máxima sanción.
Los oficiales recluidos en los sollados del "Uruguay" están convictos y confesos del hecho realizado. Se les detuvo haciendo fuego contra el pueblo y se les sorprendió en flagrante delito de asesinato. ¿Qué duda cabe?
Las sesiones del Tribunal Popular que se celebran a diario en el "Uruguay", se prolongan demasiado. Debería simplificarse el procedimiento. La justicia que se incuba en el aliento callejero, no puede padecer de los mismos defectos que la justicia encharcada y maloliente de la burguesía vencida y acorralada del 19 de julio.
A resultas de la pesadez con que actúa la Justicia popular, se ha producido un intento de fuga que ha abortado gracias a la rápida intervención de nuestros camaradas que impidieron que dos oficiales se escabullesen de la sanción suprema.
Los detenidos no han de permanecer largas horas en calidad de detenidos. Si se comprueba que han agredido a los milicianos, o que han cometido algún acto de carácter agresivo, o bien son cómplices de cualquier hecho atentatorio alas prerrogativas revolucionarias, no se ha de vacilar en la clases de sanción que se les ha de aplicar.
La crueldad de la guerra, y los atropellos inauditos a que se entregan los facciosos, nos empuja a proceder con una energía indomable y con una cantidad de dureza que en resumen no hace otra cosa que reflejar el barómetro popular y callejero.
Los Tribunales Populares fueron creados para dar una sensación de seguridad a las personas detenidas y para demostrar
al mundo entero que no se ajusticia a nadie sin haberlo escuchado. Pero esta garantía que se ha pretendido levantar no implica para que la sanción que se imponga sea de un contenido terminante y que no ha de merecer un átomo de apelación.
La crueldad de los fascistas que asesinaron dos mil trabajadores en la plaza de toros de Zaragoza, como si se tratase de una mera exhibición de circo, ha de merecer una réplica brutal. Y los innúmeros crímenes que se deslizan a lo largo de una cadena interminable que está salpicada por el recuerdo tétrico de Baena, Badajoz, y por todas las poblaciones que han estado sometidas al hierro candente de la salvajada del crucifijo y del sable, no han de quedar sin respuesta.
Somos seres humanos. Nos sentimos doloridos por la sangre que se derrama, pero la salud de la Revolución pide a grandes voces que no se respete al enemigo que se ha levantado en armas contra el nuevo mundo que nace en medio de espasmos de dolor.
La Revolución francesa tuvo un momento sublime. L'Abbaye y la Conciergerie fueron asaltadas por el pueblo enfurecido y los detenidos ajusticiados. Nuestra Revolución ha vivido el momento histórico de la cárcel de Madrid. Pero no es suficiente para vanagloriarnos.
La guerra exige sanciones ejemplares. Sólo se puede imponer una sanción. El enemigo ha de ser fusilado. Su delito tiene pena de la vida. La única sanción es la pena de muerte[14].
Jaime Balius.
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"El camarada Durruti, nervio y corazón de la lucha antifascista del frente aragonés, dirige una carta abierta al Pueblo ruso llena de emoción y sinceridad revolucionaria". Solidaridad Obrera (30-10-1936).

"Hoy es en Occidente - dice Durruti - donde renace una nueva revolución y ondea también una nueva bandera que representa un ideal". "Somos trabajadores auténticos y por nada en el mundo haremos dejación de nuestros principios y menos humillaremos la herramienta, símbolo de la clase trabajadora".
Al partir hacia Rusia la Delegación de trabajadores españoles, en la que figura un representante[15] de la columna Durruti, éste, sintiendo el momento con visión certera, dirige a los camaradas de la URSS la siguiente carta:
Compañeros:
Sirvan estas líneas para mandaros un fraternal saludo desde el frente de Aragón, donde miles de hermanos vuestros luchan como vosotros luchasteis hace veinte años por la emancipación de una clase ofendida y humillada durante siglos y siglos. Hace veinte años, que los trabajadores rusos izaron en Oriente la bandera roja, símbolo de la fraternidad entre el proletariado internacional, en el cual depositasteis toda vuestra confianza, para que se os ayudara en la magna obra que habíais emprendido; depósito del que supimos todos los trabajadores del mundo hacernos cargo, respondiendo abnegadamente con las posibilidades que el proletariado posee.
Hoy es en Occidente donde renace una nueva revolución y ondea también una bandera que representa un ideal, el cual triunfante unirá con lazos fraternales a dos pueblos que fueron escarnecidos por el zarismo a un lado y la despótica monarquía por otro. Hoy, trabajadores rusos, somos nosotros los que depositamos en vuestras manos la defensa de nuestra revolución; no confiamos en ningún político sedicente demócrata o antifascista, nosotros confiamos en nuestros hermanos de clase, en los trabajadores; ellos son los que tienen que defender la Revolución española[16], lo mismo que hicimos nosotros hace veinte años cuando defendimos la Revolución rusa.
Confiad en nosotros; somos trabajadores auténticos y por nada en el mundo haremos dejación de nuestros principios y menos humillaremos la herramienta símbolo de la clase trabajadora.
Un saludo de todos los trabajadores que luchan contra el fascismo con las armas en la mano en el frente de Aragón.
Vuestro camarada [Firmado: B. Durruti]. Frente de Osera, 23 octubre 1936.
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Milicias Antifascistas- Columna Durruti: "La Columna contesta al Decreto de Militarización". Vía Libre. Badalona (7-11-1936).

Al Consejo de la Generalidad de Cataluña.
El Comité de Guerra de la COLUMNA DURRUTI, ante la publicación del Decreto de militarización de las milicias y recogiendo el sentir de la totalidad de los individuos enrolados en ella, expone lo siguiente:
La provocación militar-fascista del 19 de Julio dió origen a un movimiento auténtica e indiscutiblemente popular por el que se condenó definitivamente, entre otras cosas, la organización jerárquica militar y el Código de Justicia a que se refiere el artículo 2º del Decreto referido.
Esta Columna, formada espontáneamente al calor de esa protesta en las calles barcelonesas y engrosada posteriormente por todos los que se han sentido hermanados con nuestro ideal, tiene unidad en su conjunto y finalidades, y sus individuos se disciplinan a cuanto tienda a conseguir su objetivo de batir al fascismo. Si la disciplina tiende a buscar un mayor rendimiento en los individuos, esta Columna puede dar buena prueba de su efectividad: el trabajo realizado en el frente por nuestros milicianos y el avance constante de nuestras posiciones son nuestro exponente mejor en favor de la auto-disciplina.
Los milicianos de esta Columna tienen confianza en si mismos y en los que la dirigimos, por su expresa delegación, sin reservas. Por tanto creen, y nos identificamos con ellos, que el decreto de militarización no puede mejorar nuestras posibilidades de lucha, viniendo a crear en cambio suspicacias, reservas y repulsiones que ya han apuntado y concretarían un verdadero estado de desorganización.
La razón que se aduce de que el enemigo luche "aprovisionado de material[17] en grandes proporciones" no tiene, evidentemente solución con la militarización de las milicias.
Por todo lo expuesto, este Comité, haciéndose eco del clamor de protesta levantado en la Columna por el Decreto referido, se ve precisado a no admitirlo[18].
Al dar cuenta de esta determinación formal y concreta y estimando que la lucha emprendida no debe entorpecerse por esto, recabamos de ese Consejo, libertad de organización y le rogamos una respuesta precisa que venga, a la mayor brevedad, a poner fin al estado de inquietud que se ha creado.
Por el Comité de Guerra,
D U R R U T I
Frente de Osera, 1º de Noviembre de 1936.

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[DURRUTI, Buenaventura]: "Durruti habla ante el micrófono". Solidaridad Obrera (6-11-1936)[19]. [Versión CENSURADA del discurso radiado la noche del 4-11-1936[20]].

"Estad tranquilos, en el frente no hay ningún caos, ninguna indisciplina. El deber de todos los trabajadores es el de sacrificarse por la Revolución", dijo nuestro camarada.
Anteanoche, a la nueve y media, pronunció una alocución por radio Buenaventura Durruti, el cual se expresó en estos términos: "Trabajadores de Cataluña: Me dirijo al pueblo catalán, a ese pueblo generoso que hace cuatro meses supo deshacer la barrera de los militarotes que querían someterle bajo sus botas. Os traigo un saludo de los hermanos y compañeros que luchan en el frente de Aragón a unos kilómetros de Zaragoza, y que están viendo las torres de la Pilarica.
A pesar de la amenaza que se cierne sobre Madrid, hay que tener presente que hay un pueblo en pie, y por nada del mundo se le hará retroceder.
Resistiremos en el frente de Aragón, ante las hordas fascistas aragonesas, y nos dirigimos a los hermanos de Madrid para decirles que resistan, pues los milicianos de Cataluña sabrán cumplir con su deber, como cuando se lanzaron a las calles de Barcelona para aplastar al fascismo.
No han de olvidar las organizaciones obreras cuál debe ser el deber imperioso de los momentos presentes.
En el frente, como en las trincheras, hay un pensamiento, sólo un objetivo. Se mira fijo, se mira adelante, con el sólo propósito de aplastar al fascismo.
Pedimos al pueblo de Cataluña que se terminen las intrigas, las luchas intestinas; que os pongáis a la altura de las circunstancias; dejad las rencillas y la política y pensad en la guerra. El pueblo de Cataluña tiene el deber de corresponder a los esfuerzos de los que luchan en el frente. No tendrá más remedio que movilizarse todo el mundo; y que no crean que se han de movilizar siempre los mismos. Si los trabajadores de Cataluña han de asumir la responsabilidad de estar en el frente, ha llegado el momento de exigir del pueblo catalán el sacrificio también de los que viven en las ciudades. Es necesaria una movilización efectiva de todos los trabajadores de la retaguardia, porque los que ya estamos en el frente queremos saber con qué hombres contamos detrás de nosotros.
Y que no piensa nadie ahora en aumentos de salarios y en reducciones de horas de trabajo. El deber de todos los trabajadores, especialmente los de la CNT es el de sacrificarse, el de trabajar lo que haga falta.
Me dirijo a las organizaciones y les pido que se dejen de rencillas y de zancadillas. Los del frente pedimos sinceridad, sobre todo a la Confederación Nacional del Trabajo y FAI. Pedimos a los dirigentes que sean sinceros. No es suficiente con que nos envíen cartas al frente alentándonos, y con que nos envíen ropa, comida y cartuchos y fusiles. Es necesario también darse cuenta de las circunstancias, prever el avenir. Esta guerra tiene todos los agravantes de la guerra moderna y está costando mucho a Cataluña. Se tienen que dar cuenta los dirigentes de que si esta guerra se prolonga mucho, hay que empezar por organizar la economía de Cataluña, hay que establecer un Código en el orden económico.
Si es verdad que se lucha por algo superior, os lo demostrarán los milicianos que se sonrojan cuando ven en la Prensa esas subscripciones a favor suyo, cuando ven esos pasquines pidiendo socorro para ellos. Se sonrojan, porque cuando vuelan los aviones fascistas, les lanzan periódicos facciosos, en los que se leen subscripciones y consejos idénticos.
Si queréis atajar el peligro, se debe formar un bloque de granito.
Ha llegado el momento de invitar a las organizaciones sindicales y a los partidos políticos para que esto termine de una vez. En la retaguardia se ha de saber administrar. Los que estamos en el frente queremos detrás una responsabilidad y una garantía, y exigimos que sean las organizaciones las que velen por nuestras mujeres y nuestros hijos.
Si esa militarización decretada por la Generalidad es para meternos miedo y para imponernos una disciplina de hierro, se han equivocado, e invitamos a quienes han confeccionado el Decreto a que vayan al frente a ver nuestra moral y nuestra disciplina y luego vendremos nosotros a comparar aquélla con la moral y con la disciplina de retaguardia.
Estad tranquilos. En el frente no hay ningún caos, ninguna indisciplina. Todos somos responsables y conocemos el tesoro que nos habéis confiado. Dormid tranquilos. Pero nosotros hemos salido de Cataluña confiándoos la Economía. Responsabilizaos, disciplinaos. No provoquemos, con nuestra incompetencia, después de esta guerra, otra guerra civil entre nosotros.
Si cada cual piensa en que su partido sea más potente para imponer su política, está equivocado, porque frente a la tiranía fascista sólo debemos oponer una fuerza, sólo debe existir una organización, con una disciplina única.
Por nada del mundo aquellos tiranos fascistas pasarán por donde estamos. Esta es la consigna del frente. A ellos les decimos: "¡No pasaréis!". A vosotros: ¡No pasarán!"."

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[DURRUTI, Buenaventura]: "Palabras de Buenaventura Durruti"[21]. Acracia nº 86. Lérida, 5 de noviembre de 1936. [Fragmentos del discurso radiado la noche del 4-11-1936, tomados por Josep Peirats[22]].

"No estoy dispuesto a escribir más cartas para que los compañeros o el hijo de un miliciano coma un trozo de pan o un vaso de leche más, mientras existen consejeros que no tienen tasa para comer y gastar..."
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"El fascismo representa y es, en efecto, la desigualdad social, si no queréis que los que luchamos os confundamos a los de retaguardia con nuestros enemigos, cumplid con vuestro deber..."
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"Los aviones fascistas nos tiran en sus visitas, diarios en los que pueden leerse listas de suscripciones para los que luchan, ni más ni menos que hacéis vosotros. Por esto tenemos que deciros que no somos pordioseros y, por lo tanto, no aceptamos la caridad bajo ningún concepto..."
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"La política es el arte de la zancadilla, el arte de vivir, y éste debe suplantarse por el arte del trabajo..."
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"Vais equivocados consejeros, con el decreto de militarización de las milicias. Ya que habláis de disciplina de hierro, os digo que vengáis conmigo al frente. Allí estamos nosotros que no aceptamos ninguna disciplina, porque somos conscientes para cumplir con nuestro deber. Y veréis nuestro orden y nuestra organización. Después vendremos a Barcelona y os preguntaremos por vuestra disciplina, por vuestro orden y por vuestro control, que no tenéis..."
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"Nos dirigimos a la CNT-FAI para decirles que si como organización controlan la economía de Cataluña, deben organizarla como es debido..."
(Del discurso pronunciado anoche por Radio CNT-FAI, y retransmitido a toda España por las emisoras barcelonesas).
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[¿PEIRATS, Josep?[23]]: "Durruti, altavoz de la anarquía". Acracia nº 87. Lérida, 6 de noviembre de 1936.

Otro discurso de Durruti. Otro discurso con el sello propio del discurseante. Sin retórica, sin latiguillos, sin preparación ni amarenamientos. Durruti es de los únicos que en la Confederación Nacional del Trabajo ha sabido mantenerse inalterable. La fecha 19 de julio ha dividido la vida de no pocos en dos partes. Durruti es el mismo que antes. Sus palabras responden invariablemente a los hechos; y palabras y hechos son los mismos ahora que antes[24].
Durruti ha hablado el lenguaje de las trincheras. Ha hablado por él y por los que con él comparten los azares de la guerra en el frente de Zaragoza. Sus palabras no han sido de halago para la retaguardia. No ha habido en ellas una frase hecha copiada en la academia circulante instaurada por la nueva situación. Han sido trallazos para los de arriba y los de abajo. Para los ciudadanos y para los consejeros. Una diatriba contra las derivaciones burocráticas de la revolución y una condena contra el arte de la zancadilla que es la política con o sin confederados al frente del tinglado[25]. En la retaguardia todavía persisten los resabios a la antigua usanza. Se confunde lamentablemente el deber con la caridad, la administración con el mando, la función con la burocracia, la responsabilidad con la disciplina, el acuerdo con el decreto y el ordeno y mando.
La palabra de Durruti, el compañero de los luchadores que orienta desde las avanzadillas, que empuña el fusil cuando la necesidad así lo exige, que recorre de día y de noche las líneas cualquiera que sea la hora y la situación; que abomina del militarismo con sus gradaciones y tratamientos, con sus petulancias y sus proserías; la palabra de Durruti ha sido un resorte que nos hace volver a la realidad, recordándonos nuestra condición de militantes revolucionarios, nuestra condición de héroes de la causa de la libertad a la que nos debemos sin ceremonias ni privilegios.
No sentimos en nosotros el acicate servil del halago. Repudiamos a estas horas, contra el endiosamiento de los hombres por sus semejantes. Durruti no reconoce dioses en los demás ni nosotros en él. Pero hay que hacer justicia al que tiene a su cargo la columna más bien organizada y combativa, sin disciplina y sin grados militares. No por lo que es Durruti sino por lo que representa.
La revolución es perdurable hasta que queda corrompida por los necios. Durruti no es vanidoso ni necio. Ni lo son los que con él luchan, compañeros militantes en su mayoría, anarquistas probados, objetores de consciencia, prófugos y desertores del ejército del Estado pero que voluntarios en primera línea en el frente de Aragón y en aquel frente épico que fueron las ramblas barcelonesas contra los reductos fascistas, que fueron los cuarteles sublevados contra el pueblo.
Durruti representa nuestro pensamiento que es el que fue trasmitido a las ondas desde la emisora Radio CNT-FAI, antes de pasar por el fieltro oficial[26].

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"Unos párrafos de Durruti"; en MISTRAL, Emilio: Vida revolucionaria de Durruti. Editorial Guerri, Valencia, 1938, pp. 27-28.

A pesar de que Buenaventura no fue orador ni escritor en el amplio concepto de la palabra, influyó con su "rústica" peroración en el ambiente bélico de sus hombres y en todos los antifascistas. He aquí unos párrafos del inmortal luchador:
"En el frente no se distrae la mirada. Se mira adelante, con un solo pensamiento: Aplastar al fascismo. Pedimos al pueblo de Cataluña, a ese pueblo que ha dado todo, se deje de intrigas, de rencillas, y piense definitivamente en la guerra. A ese pueblo, en nombre de los milicianos de Aragón, voy también a decirle: tú que eres la fuerza, tú que eres el nervio, tienes que movilizarte; pero no puede consentir que siempre sean los mismos, los trabajadores, los que vayan a los frentes de combate o a la retaguardia. Es necesario que los partidos políticos vayan también a él, y con ellos, también, los representantes del Gobierno. Es un deber de igualdad, de responsabilidad, incluso. No puede consentirse que los trabajadores den sus vidas tan sólo, en holocausto de un triunfo que a todos interesa. Darse cuenta que esta guerra tiene los agravantes de una guerra moderna. A Cataluña le corresponde la mayor parte, por no decir toda, de los gastos de la misma. Por eso es necesario establecer también un Código en la economía. Nadie sabe cuánto puede durar esta guerra. Es igual uno que cinco meses o más. Por eso se impone una reacción formidable en cuanto a la economía.
Vais a decir que mi lenguaje es salvaje, de guerra. Sí; es salvaje. Es la voz que ante los acontecimientos que nos rodean se esparce, rebelde, para llegar a vosotros. En los frentes hay disciplina, se trabaja, se lucha y se construye, sin que los milicianos tengan otra disciplina que la que ellos han querido imponerse. Dormid tranquilos, trabajadores de Cataluña; en el frente no hay indisciplina, en el frente de Aragón hay un tesón, una fe magníficos. Yo os lo aseguro. Pensad como en las trincheras; porque si pensamos en que un partido sea más numeroso que otro, para imponer mañana su política, yo os digo que no lo consentiremos. Para triunfar es necesario sacrificarse, aquí y allá, en el frente y en la retaguardia."
Con la táctica precisa de su sentir, estos párrafos de Durruti son más interesantes que muchos y cuidados discursos de firmas conocidas.

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BALIUS, Jaime: "El testamento de Durruti". Solidaridad Obrera, 6 de diciembre de 1936.

A los pocos días de haber escuchado la ciudad de Barcelona la voz recia del camarada Durruti[27], una bala perdida en el océano del fragor del combate, apagaba los latidos y las ansias del anarquista que se había convertido en un pedazo del alma popular.
Pero la grandiosidad de los últimos momentos del camarada fenecido poseen tal envergadura, que siguen marcando el surco por el que habrá de recorrer la nave social si quiere llegar a puerto.
Aun retenemos en nuestro oídos las expansiones tajantes que pronunció Durruti en una noche memorable que difícilmente se difuminará a través de las fechas, por memorable que sean los acontecimientos que se sucedan a lo largo del período revolucionario. Y tampoco podremos ahuyentar de nuestra hilera de recuerdos la fisonomía que ofrecía en aquella noche apoteósica la capital de la Cataluña industrial.
Durante la alocución, que precedió a la muerte del malogrado camarada, las arterias barcelonesas ofrecían un aspecto multitudinario. La población catalana estaba pendiente de las ondas que trasmitían el verbo encendido de un hombre que supo morir por los ideales que presidieron su agitada vida. Y al cabo de unas horas de haber escuchado las sensatas indicaciones que percibían los trabajadores catalanes por conducto de un representante del frente de Aragón, se seguía comentando lo que había dicho con su clásica energía, y entereza, el anarquista que sintió cerrarse sus párpados con la entera satisfacción de haber derramado su sangre por la redención del proletariado.
La peroración del llorado camarada, constituye el legado revolucionario que hemos de cultivar y llevar a la práctica. La memoria de nuestro Durruti no ha de honrarse solamente con actos fúnebres, más o menos espectaculares. Lo que posee un verdadero interés, es el cumplimiento de la voluntad del anarquista y revolucionario, que clamó como un gigante horas antes de su heroica muerte en las avanzadillas de la Revolución que se debate en el corazón de la desolada Castilla.
Las palabras de Durruti que resonaron con intensa emoción en el firmamento barcelonés, encarnan el genuino pensamiento de la clase trabajadora. Durruti afirmó rotundamente que los anarquistas exigimos que la Revolución tenga un carácter totalitario[28]. Y que los camaradas que con tanto tesón se enfrentan al fascismo en los campos de batalla no están dispuestos a que nadie escamotee el contenido revolucionario y emancipador de la hora presente.
Se rebeló nuestro Durruti contra ciertas apreciaciones que en boca de algunos elementos son de un colorido castrador. Supo plasmar con trazos felices el pensamiento que anida en los lugares de trabajo. Sus últimas palabras, dirigidas a sus hermanos de infortunio, tienen todo el valor de un testamento revolucionario. No se encuentra en los anales revolucionarios del proletariado español un solo hombre que haya rubricado de una manera tan heroica y eficiente un pasado y un presente.
El Durruti que levantó en vilo al proletariado de las barriadas, y que arrugó por unos instantes los rostros grasientos de la burguesía en plena bancarrota, es el mismo Durruti que contemplamos en una casilla de peones camineros en el término de Bujaraloz.
La manifestación monstrua que acompañó el féretro de Durruti, cerró tan sólo la existencia física del indómito anarquista. Pero el testamento de Durruti no ha perecido. Persiste con más fuerza que en la misma noche de la arenga. Nosotros sabremos plasmar su última voluntad.
JAIME BALIUS.
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BALIUS, Jaime: [Párrafo sin título]; en Secretariado Propaganda. Comité Regional CNT-FAI: Durruti, 20 noviembre 1936/1937. Barcelona, Gráficas Juan, 1937, p. 27.

Nuestro Durruti tenía una conciencia acusada de la carta decisiva que nos estamos jugando. Por esta razón en aquella noche[29], que nos concibió tantas esperanzas, señalaba qué se había de hacer para batir rápidamente a los fascistas. Lo dijo sin rodeos y sin usar ambigüedades. Su voz agrandada por la emisora, decía a los cuatro vientos que todos los obreros habían de ponerse en pie de guerra; que todos los burgueses debían enrolarse en los batallones de fortificaciones. Acusó Durruti a quienes no se disponían a hacer la guerra tal como se debe hacer.
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BALIUS, Jaime: "La revolución de Julio ha de cerrar el paso a los arribistas". Solidaridad Obrera, 17 de diciembre de 1936.

Nos acaban de informar de un caso que, de ser exacto, no lo llegamos a comprender.
Se trata de Manuel Carrasco y Formiguera. Este político catalán se ha destacado siempre de un modo especial por un catolicismo exacerbado. Una prueba de la aserción que lanzamos, se halla en una de las sesiones de la Constituyentes, del movimiento de abril de 1931. Tal como apuntamos, defendió en las Cortes a los jesuitas. La opinión todavía remembrará su cálida defensa.
Además, fue uno de los militantes más destacados de la Unión Democrática de Cataluña. Su actuación ha poseído siempre un color derechista cien por cien. ¿Cómo se comprende que en la hora actual, ocupe cargos de confianza en los departamentos ministeriales?
Sabemos que Carrasco y Formiguera[30] desempeña el cargo de asesor jurídico del departamento de Finanzas. [O sea,] que este arribista está trabajando [en] un alto cargo. ¿Es posible esto después del 19 de Julio?
¿Se puede aceptar que un ex-defensor de los jesuitas pueda continuar medrando en un régimen que ha roto todo un pasado y que se desangra para terminar con un ayer vergonzoso?
La Revolución ha de ser dura, y casi nos atreveríamos a decir brutal, con los individuos que, a pesar de su actuación netamente contraria a las esencias revolucionarias que presiden el momento actual, no se resignan a desaparecer por el foro y hacen gala de un descoco que no tiene calificativo.
Como el caso relatado hay muchísimos. Ha llegado la hora
de purificar los cuadros revolucionarios. Si no lo hacemos así, nos exponemos a hacer una Revolución de léxico y fachada.
A los arribistas hay que cerrarles el paso.
Jaime Balius.

*
BALIUS, Jaime: "El camarada Pablo Ruiz, herido en el frente de Aragón" Solidaridad Obrera, 22 diciembre 1936.

[...] Acabamos de enterarnos de que el aguilucho de la FAI, el querido camarada Pablo Ruiz, ha resultado herido en el curso de una operación practicada en la toma de Purbuller. Una bomba de mano le cubrió materialmente el cuerpo de llamas, y sus carnes han sufrido el dolor de la metralla que, afortundamente, no le ha causado el daño que se sospechaba. Las esquirlas de la bomba le han arrancado unas partículas de los huesos del pie izquierdo, y parte de los cascotes le han causado diversas heridas en distintos lugares del cuerpo.
Nuestro valiente camarada es uno de los mejores luchadores que se han forjado en los medios anarquistas. Su vida es una hilera interrumpida de lucha y de sacrificios. Su historial parte desde las etapas enconadas de la Monarquía, para deslizarse a través de la época republicana, y culmina en las incidencias presentes de la guerra que estamos sosteniendo con una dosis de elevado coraje y de férrea voluntad.
En las jornadas de julio estuvo en los lugares de mayor peligro. Se distinguió en la toma de la Maestranza de Atarazanas. Apenas apagado el eco de la lucha barcelonesa, partió en la columna Durruti hacia tierras aragonesas. Ha tomado parte en diversas operaciones. Es de remarcar su actuación en las operaciones de Villafranca, Alfajarín y en la toma de Purbuller.
El camarada Pablo Ruiz se halla de nuevo entre nosotros. Pero no es el bullicioso camarada de años atrás. Su cuerpo ha sufrido las caricias de la guerra. Anda con gran dificultad. Los vendajes y el taponamiento de las carnes desgarradas, le dan todo el aspecto del guerrero alcanzado por la metralla enemiga.
[...] Es Pablo Ruiz el luchador valeroso y sereno de siempre. Es el mismo de los años de Martínez Anido. ¡Es el mismo de su encierro en las mazmorras carcelarias; es el mismo luchador que no faltó nunca en la calle, cuando la Revolución
ha reclamado su presencia en los puestos de peligro!
Hemos hablado largamente. De nuestra charla he obtenido apreciaciones interesantísimas que daré a conocer. Y si en sus palabras he descubierto algunas recriminaciones, se refieren a la conducta pasiva, por no decir indiferente, que se observa en determinados sectores de la retaguardia.
[...] No hemos querido que el camarada Pablo Ruiz permaneciese ignorado para el grueso de la clase trabajadora. Nuestros obreros han de conocer a sus defensores. Y éste es el caso que me ha movido a hacer justicia al camarada que ha burlado la muerte por enésima vez.
Jaime Balius.

*

"Ideas y propósitos de la Agrupación LOS AMIGOS DE DURRUTI". [Texto del carnet de afiliado número 247, extendido en Barcelona a nombre de Antonio Romero con fecha 1-3-37].

Somos anarquistas. Queremos la emancipación absoluta de la clase trabajadora. Recogemos el espíritu de nuestro camarada Buenaventura Durruti y el ambiente revolucionario del 19 de Julio.
Somos enemigos de la burocracia, de los privilegios y de los entorchados. Somos luchadores de la revolución.
Vamos a la consecución inmediata de las concreciones sociales que la CNT y la FAI han defendido en los años gloriosos de la Cataluña confederal.
Nuestra vida está empeñada en la cristalización de nuestros propósitos.
No idolatramos a ningún camarada. Pero Buenaventura Durruti, es uno de los valores más positivos de la revolución. Por su recuerdo y por nuestros ideales, siempre adelante.

RÉGIMEN INTERIOR.
Artículo primero. Con el título de la AGRUPACION DE LOS AMIGOS DE DURRUTI, queda constituida dicha entidad, adhiriéndose a la CNT y la FAI.
Art. 2º. Representa a esta Agrupación una Junta compuesta por Secretario, Vice-Secretario, Tesorero, Contador y cinco vocales teniendo indistintamente voz y voto en sus reuniones de Junta.
Art. 3º. A partir de su constitución y fecha, pasados los seis meses se renovará la mitad de la Junta.
Art. 4º. De manera regular se celebrarán reuniones ordinarias al final de cada mes y extraordinarias a juicio de la Junta y si lo reclaman un grupo de 10 compañeros pertenecientes a la Agrupación.
Art. 5º. La Junta tendrá facultad para el nombramiento de Comisiones de propaganda: oral, escrita, de estudio de problemas político-económicos y de Defensa.
Art. 6º. Se condicionará el ingreso en esta Agrupación mediante presentación de dos compañeros que pertenezcan a la Agrupación. Su nombre quedará visible en el local social, de no haber oposición al final de una semana se le considerará socio definitivo.
Art. 7º. Cada socio tendrá su Carnet y fotografía, siendo la cuota de dos pesetas mensuales.
Art. 8º. Al disolverse esta Agrupación todos los enseres y valores serán entregados a la FAI o a alguna escuela Racionalista.
[Sellos de cotización meses de marzo y abril].

*

"Los amigos de Durruti". La Noche, 2 de marzo 1937[31].

A iniciativa de unos cuantos camaradas del anarquista Buenaventura Durruti, que supo finalizar su vida de acuerdo con los anhelos de liberación que matizaron toda su ejecutoria personal, se ha pensado en la conveniencia de constituir una agrupación que perpetúe la memoria del hombre que simbolizó, por su honradez y por su valer, la etapa revolucionaria comenzada a mediados de julio.
Invitamos a todos los camaradas que, en vida quisieron al camarada Durruti y que al desaparecer el gigante de nuestra revolución conservan el recuerdo del gran luchador, a que ingresen en "Los Amigos de Durruti".
"Los Amigos de Durruti" no es una peña más. Nosotros pretendemos que la revolución española se compenetre de la savia revolucionaria de nuestro Durruti. Los amigos de Durruti permanecen fieles a las últimas palabras pronunciadas por nuestro camarada en el corazón de Barcelona y denunciando la labor contrarrevolucionaria, y acusando con trazos viriles el camino que habíamos de seguir[32].
Para inscribirse a nuestra asociación, es indispensable pertenecer a la CNT y comprobar un pasado de lucha y de amor a las ideas y a la revolución. De una manera transitoria se reciben las inscripciones en Rambla de Cataluña, 15, principal (Sección de Periodistas de la CNT), DE CINCO A SIETE DE LA TARDE.
La comisión organizadora.

*

BALIUS, Jaime: "Atención trabajadores. ¡Ni un paso atrás!"[33]. La Noche, 2 de marzo de 1937.

Los sucesos que, de un tiempo a esta parte, vienen sucediéndose - y no queremos entrar en detalle - son lo suficientemente explícitos para que nos sintamos alarmados por el cariz de determinadas actuaciones.
No ha de conceptuarse como algo singular el desplante que se manifiesta cotidianamente en contra de las esencias y de las conquistas de la revolución. La conducta de la pequeña burguesía, de los Cuerpos armados y de toda la masa amorfa que aguarda la primera ocasión para apuñalar a la revolución, halla
el camino trillado por culpa nuestra, a causa de las muchas concesiones que hacemos a nuestros propios enemigos.
Sabemos sobradamente que todavía pululan por nuestro suelo un gran número de emboscados, y de defensores de situaciones antípodas, que se han acomodado a la presente situación. Podríamos dar nombres y pruebas, pero la indiferencia y el sabotaje que muchas veces parte de los Centros oficiales, no permite que se sanee la retaguardia.
La labor contrarrevolucionaria es facilitada por la poca consistencia de muchos revolucionarios. Nos hemos dado perfecta cuenta de un gran número de individuos que consideran que para ganar la guerra se ha de renunciar a la revolución. Así se comprende este declive que desde el 19 de julio se ha ido acentuando de una manera intensiva.
De acuerdo con esta poca fe en la victoria de la clase trabajadora, podemos leer un artículo del camarada Peiró, en el que se hacen una serie de sugerencias que al lector le han de producir un efecto deprimente. Y en el mismo terreno, hallamos colocados a un crecido porcentaje de militantes que consideran que para orillar el peligro de una intervención extranjera, hay que dejar en suspenso el ritmo de la revolución.
Estamos en un momento muy parecido al que se vivió en Francia, en el curso de su revolución del siglo XVIII, cuando se pedía a grito pelado la suspensión de los clubs y en un instante similar al que vivió la URSS cuando se propugnó por la eliminación de los Soviets. En nuestra revolución se pide que desaparezcan los Comités y las Patrullas de Control. No cabe duda que nos hallamos en pleno oleaje contrarrevolucionario.
No hay que buscar parangones de carácter histórico. Los culpable somos nosotros mismos, que teniendo la revolución en nuestras propias manos, nos asustamos ante la grandiosidad del momento y que por temor a la metralla de los buques extranjeros cedimos en bandeja la revolución a los partidos que indudablemente habían de estrangularla. ¿No es cierto? ¿Estuvimos a la altura de las circunstancias? Ni por asomo.
Cada momento en la vida de los pueblos tiene sus características específicas. Si no se recoge debidamente el resultado, en la plasmación de los hechos diarios, en el terreno político y social, es de efectos contraproducentes. En estos siete meses de guerra, encontramos ejemplos a espuertas. Los anarquistas hemos llegado al límite de las concesiones. Si proseguimos cediendo posiciones, no cabe duda que dentro de poco seremos desbordados y la revolución pasará a ser un recuerdo más. Por esta razón de peso es de desear que se inicie una nueva ruta.
No es justificable que para llevar a las masas al frente de batalla se quieran acallar los anhelos revolucionarios. Debería ser todo lo contrario. Afianzar todavía más la revolución para que los trabajadores se lanzasen con brío inusitado a la conquista del nuevo mundo que en estos instantes de indecisión no pasa de ser una promesa.
Recomendamos que se preste atención a la embestida contrarrevolucionaria. Ha llegado la hora de reaccionar. Salvemos la revolución. con nuestra propia vida, si es preciso, pero no demos ni un paso atrás.

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BALIUS, Jaime: "En esta hora grave. Hagamos la revolución". Ideas. Portavoz semanal del Movimiento Libertario en la Comarca del Bajo Llobregat, 8 de abril de 1937.

La crisis política que por su longevidad se remonta por encima de las demás cuestiones de confianza que se han planteado en esta nueva etapa es la prueba más fehaciente de que la Revolución está llamando con recios aldabonazos a las puertas de la Generalidad catalana.
No es admisible que se interprete la crisis mentada como una manifestación propia del juego político que se desarrolla bajo la aureola de una trayectoria que aún no ha bebido la savia de las primeras jornadas. Se trata de una nueva etapa que surge y trata de plasmarse por encima de los obstáculos que acumulan los adversarios, de que le proletariado se sitúe en las avanzadillas de la hora actual.
En el curso de la crisis, hemos contemplado un gesto del Presidente que se aposenta en el estamento titulado Generalidad, que nos ha chocado en gran manera. Luís Companys ha procedido como si, en realidad, nos encontrásemos en una de las fechas que precedieron al 19 de julio. La actitud del capitoste de la "Esquerra" nos ha recordado la paternidad nociva de Maciá y las modalidades presidenciales de Pilsudski en Polonia, de De Valera en Irlanda y de Massarik en Checoeslovaquia.
Un Gobierno presidencialista, en estos instantes, es la condenación más categórica de la hora que vivimos. Es intolerable que el Poder, que sólo corresponde al pueblo trabajador, trate de arrogárselo un individuo que no tiene el menor respaldo en los lugares de trabajo. Esta medida es de si suficiente para comprender que si este mismo político tuviese a su disposición un contingente crecido de fuerzas armadas, amarraría de nuevo a la clase trabajadora al dogal capitalista.
La culpa de lo que ocurre no hay que achacarlo a los políticos burgueses, pues a fin de cuentas defienden una posición [propia]. Los culpables de que la Revolución no haya barrido a los enemigos de la clase trabajadora haya que buscarla en las filas obreras, [en] quienes por poca decisión en los primeros momentos, han permitido que las fuerzas contrarrevolucionarias hayan alcanzado un volumen tan cuantioso que costará mucho reducirlas.
A pesar de las dificultades que se interponen en nuestro camino, es obligado salvarlas, haciendo la revolución, La única medida para contrarrestar la amenaza que cada día que pasa se perfila con mayor precisión, radica en la labor revolucionaria que no puede demorarse ni un minuto más.
En este propósito liberador, hallaremos una barrera difícil de apartar. Pero, ya que en el 19 de julio no se procedió tal como se debía, se ha de apechugar cono los inconvenientes que se han ido acumulando por la constante demora de la única solución que podía desbrozar el camino a la clase trabajadora.
Demos satisfacción a los anhelos del proletariado. Sin olvidar las necesidades imperiosas de la guerra, hemos de adentrarnos, de una manera decisiva, en las lides que se nutren del céfiro que bañó nuestro suelo en las jornadas de julio.
JAIME BALIUS.
*

PELLICER, Francisco[34]: "El momento actual". La Noche, 14 de abril de 1937.

Una mirada escrutadora desde la atalaya magnífica que son más de ocho meses de lucha es conveniente y necesaria.
¿Estamos satisfechos de los resultados obtenidos en favor de la causa emancipadora del pueblo? No.
No lo estamos, aunque justifiquemos como queramos el que no hayamos avanzado más en el camino de nuestra emancipación.
Podíamos y debíamos avanzar más, y a estas alturas, ningún partido político ni ningún aspirante a dictador, se atrevería a preguntar insolentemente: ¿cuántos afiliados tiene la CNT en Cataluña?
Hemos sido excesivamente condescendientes, y excesivamente pusilánimes, en no habernos apoderado del poder en Cataluña, para de esta forma pesar sobre el boicot que ejerce el Gobierno de Valencia sobre la CNT y la FAI en Cataluña y de rechazo en Aragón, ya que hablar de la región catalana, es hablar del frente aragonés. Pusilánimes porque nos amedrantó la amenaza de una intervención extranjera. Podíamos y debíamos haber tomado el poder[35], y estoy convencidísimo que la Revolución hubiera seguido otro curso, y la guerra igualmente. La intervención extranjera ya sabemos que ha sido exactamente igual al temor que nos poseía por el mes de julio.
En aquel entonces, nadie circulaba por Cataluña sin el aval de la CNT. Todo era nuestro, absolutamente todo.
Companys decía que mandáramos, que dijéramos que había que hacer, que él estaba dispuesto a refrendar políticamente frente a España y el extranjero nuestra obra revolucionaria. ¿Qué queda señor Companys, de aquellos propósitos suyos? Nada[36].
Se quiso ganar tiempo al tiempo, para que se rehicieran las fuerzas político-conservadoras, de la democracia burguesa y el centralismo socialista, marca Moscú. Y después de que el tiempo tenía que ser el mejor ayudante de la clase media y la burocracia, contra la CNT y la FAI, nuestros deslices durante los meses de colaboración antifascista hicieron el resto, para llegar a la grave situación actual. [...]
En el terreno de Abastos dejamos campar por sus respetos a todos los logreros y agiotistas de la región, en vez de habernos incautado, como medida de guerra, de toda la industria de la alimentación de las principales comarcas y ciudades de Cataluña, para no llegar al caos actual en este problema.
Hoy no se puede comer con un sueldo mediano en Cataluña. Sin embargo, los hoteles y restaurantes de lujo rebosan de manjares. Esto es un insulto al hambre del pueblo y sobre todo a los familiares de los milicianos que luchan. Los cafés de lujo, repletos de vagos, eternamente sentados en las mesas, en vez de coger un fusil, o un azadón en el campo
La burocracia a la orden del día, en todos los centros oficiales, en los cuales reina el desbarajuste y la incapacidad más palmaria. La mendicidad y la prostitución en plena vía pública. Una industria de guerra en mantillas.
El campo nos odia, porque sólo nos hemos preocupado de vivir bien en las ciudades, y sobre todo en esta pútrida Barcelona, repleta de aburguesados comités de control, que cogen el coche incluso para sus quehaceres particulares.
¿Esto es la revolución? Para esto no hacía falta pasar tanta calamidad antes del 19 de Julio, y perder tantas vidas ese día y después. Pero basta de lamentaciones y análisis retrospectivos, ya que lo que interesa es el hoy y el mañana.
Debemos coger Abastos, de grado o por fuerza; debemos suprimir los hoteles y cafés; los dancings y la prostitución. Establecer el jornal familiar. Que los capitales de cada industria sean propiedad del Sindicato respectivo. Municipalizar la vivienda. El jornal familiar ha de alcanzar a todo el mundo. Intervenir, como medida de guerra, todo el grande y pequeño comercio de la alimentación, para restablecer el orden en la retaguardia, aunque el que no esté conforme con esta medida y lleve el carnet que lleve grite cuanto quiera.
Aumentar la jornada de trabajo, y rebajar el sueldo de los paniaguados, para que todo el mundo coma. Y el que no encuentre acomodo en la ciudad en un trabajo útil que coja el tren, que en el campo hace falta gente para que los compañeros campesinos no trabajen tantas horas.
Esta es la obra que precisa realizar contra todos los políticos hipócritas que pretenden aplastar a la CNT y a la FAI.
*

FAI: Informe que este Comité de Relaciones de Grupos Anarquistas de Cataluña, presenta a los camaradas de la región. S. ed., s.l., s.d. [¿abril 1937?].

EL PROBLEMA DE LA MILITARIZACION.
[...] Después de largas discusiones y entrevistas por parte de los componentes de los Comité regionales CNT-FAI, por lo que a Cataluña respecta, fue aceptada por nuestras columnas la militarización que desde un principio se había acordado por parte de ambas organizaciones.
Sin embargo, a pesar de que a los camaradas del frente se les dieron, referente al asunto de la militarización, toda clase de satisfacciones de el por qué la organización confederal y la específica lo había aceptado, hubo una parte de camaradas de la Columna Durruti, en el sector de Gelsa[37], que se negaron a aceptar terminantemente lo que era un acuerdo de la organización cuando las otras columnas confederales lo habían aceptado. Estos camaradas alegaban en sus motivos de no aceptar la militarización, en el hecho de que las ideas anarquistas estaban reñidas con el militarismo. Otro de los motivos del por qué no lo aceptaban, era que consideraban, a su entender, que en un movimiento revolucionario y en unas columnas que habían partido voluntarias al campo de batalla no podían aceptar jerarquías militares, ya que esto suponía que se castraba el espíritu revolucionario de las respectivas columnas, a la vez que se volvía a la vieja estructuración del ejército español contra el cual luchaban en aquellos momentos.
A pesar de que todas estas consideraciones, que no dejamos de comprender, tienen una gran importancia, y que denotan un sentimiento de pureza hacia nuestras ideas, entendíamos nosotros, y la organización en general, de que no eran los momento más propicios de entablar discusiones sobre nuestras ideas y sí de llevar adelante la militarización ya que ésta era la única forma de combatir al fascismo[38]. Este Comité de Relaciones dándose cuenta de la situación en que vivimos, fue uno de los primeros en propugnar que se aceptase la militarización, pues entendíamos nosotros que el anarquismo de Cataluña en el cual tiene puestos sus ojos la mayor parte del mundo, tenía el ineludible deber de hacer todo cuanto estuviera en su mano para ganar la guerra, puesto que de no ser así, suponía la desaparición total del anarquismo en España, por el triunfo del fascismo, y en el resto del mundo, por nuestra incapacidad, ya que no habríamos sabido anteponer a la concepción de nuestras ideas las necesidades imperiosas que exige una guerra como la que sostenemos[39].
Nuestros razonamientos no llegaron a hacer comprender a nuestros camaradas de la cuarta agrupación de la Columna Durruti, en Gelsa, la necesidad de militarizarse. Después de una serie de entrevistas y viajes al frente y a la retaguardia de ambas partes, no se pudo llegar a un principio de acuerdo. Los compañeros de la cuarta agrupación en Gelsa no desperdiciaron ningún Pleno[40] en el cual no vinieran a exponer las razones que los inducían a mantenerse en la posición que habían adoptado. En todos cuantos Plenos expusieron dichas razones no lograron en ninguno de ellos crearse un ambiente favorable entre las delegaciones en contra de dicho proyecto[41]. Se les conminó varias veces a que depusieran su actitud y acataran los acuerdos de la organización. Estas indicaciones que fueron hechas por parte de los Comités Regionales CNT-FAI, fueron desatendidas por completo. No solamente se negaron a militarizarse sino que tampoco atendieron al requerimiento de ambos Comités para que dejasen las armas y abandonaran el frente.
Transcurridas varias semanas y visto que no era posible armonizar la división de criterio que existía en la Columna Durruti, bajó a entrevistarse con estos Comités una comisión presidida por el camarada Manzana y en una reunión conjunta de los mismos expuso la delicada situación porque atravesaba la Columna, ya que entre las dos partes existía tal tirantez que se temía degenerara en un choque sangriento[42]. En esta reunión se tomó el acuerdo de invitar una vez más a los camaradas de Gelsa para que en la forma que ellos creyeran más conveniente se solucionara definitivamente la situación.
Al acudir estos camaradas a la invitación hecha por los Comités de la organización, después de deliberar largo rato acordaron que en el término de quince días, a partir de la reunión, abandonarían el frente[43], entregando las armas[44] a otros camaradas que fueran a reemplazarlos.
En los momentos en que escribimos este informe, la mayor parte[45] de los camaradas de la agrupación de Gelsa han abandonado el frente en contra de todo criterio y de los acuerdos de la organización específica y confederal. Algunos camaradas de la misma, dándose cuenta del momento en que vivimos y de la gravedad histórica que suponía abandonar el frente, objetaron por continuar en él, en contra del criterio de la mayoría de la Agrupación.
*

"Agrupación de Los Amigos de Durruti. A la clase trabajadora." [Cartel encolado en muros y árboles. Finales de abril de 1937][46]:

Agrupaciión de Los Amigos de Durruti. A la clase trabajadora:
1.- Constitución inmediata de una Junta Revolucionaria integrada por obreros de la ciudad, del campo y por combatientes.
2.- Salario familiar. Carta de racionamiento. Dirección de la economía y control de la distribución por los sindicatos.
3.- Liquidación de la contrarrevolución.
4.- Creación de un ejército revolucionario.
5.- Control absoluto del orden público por la clase trabajadora.
6.- Oposición firme a todo armisticio.
7.- Una justicia proletaria.
8.- Abolición de los canjes de personalidades.
Atención trabajadores: nuestra agrupación se opone a que la contrarrevolución siga avanzando. Los decretos de orden público, patrocinados por Aiguadé no serán implantados. Exigimos la libertad de Maroto y otros camaradas detenidos.
Todo el poder a la clase trabajadora.
Todo el poder económico a los sindicatos.
Frente a la Generalidad, la Junta Revolucionaria[47].

*










"CNT-FAI. Agrupación "Los Amigos de Durruti". !TRABAJADORES!". [Octavilla distribuida en las barricadas el 5 de mayo de 1937][48]."

"CNT-FAI. Agrupación "Los Amigos de Durruti".
¡TRABAJADORES¡ Una Junta revolucionaria. Fusilamiento de los culpables. Desarme de todos los Cuerpos armados. Socialización de la economía. Disolución de los Partidos políticos que hayan agredido a la clase trabajadora. No cedamos la calle. La revolución ante todo. Saludamos a nuestros camaradas del POUM que han confraternizado en la calle con nosotros. ¡VIVA LA REVOLUCIÓN SOCIAL. ¡ABAJO LA CONTRARREVOLUCIÓN¡"

*

"A través de la radio. La CNT y la FAI desautorizan". La Batalla. Órgano central del POUM, nº 235 (6-5-1937).

Nota de la CNT y de la FAI:
"No vemos sorprendidos con una octavilla que circula por la ciudad, avalada por Los Amigos de Durruti. Su contenido, absolutamente intolerable y en pugna con las determinaciones del movimiento libertario, nos obligan a desautorizar plenamente su contenido.
Conste así a todos los camaradas y a la opinión en general: desautorizamos categóricamente ese manifiesto que señalamos. Y ya ayer nos vimos obligados a desautorizar otro[49].
El Comité Regional de la CNT y de la FAI no están dispuestos a que nadie especule con nuestra organización, ni nadie puede hacer el juego a posiciones dudosas, o tal vez a maniobras de auténticos agentes provocadores.
Que cada cual se atenga a las consignas concretas de este Comité.
Ya constituido el Consejo de la Generalidad debe cada cual aceptar sus decisiones, puesto que en él estamos representados.
¡Fuera las armas de la calle!
El Comité Regional de la CNT. El Comité Regional de la FAI.
Barcelona, 5 de mayo de 1937."
*


"CNT-FAI. Agrupación Los Amigos de Durruti. Trabajadores". [Manifiesto[50] distribuido el 8 de mayo de 1937].

La provocación de la contrarrevolución.
El asalto a la Telefónica fue el toque de clarín de las fuerzas contrarrevolucionarias. Fue el comienzo de un ataque a fondo contra la clase trabajadora.
La encrucijada histórica que hemos señalado de una manera clara y rotunda desde días ha, acaba de surgir a la superficie catalana con rasgos de tragedia. El día 3 de Mayo se consumó la agresión de los partidos pequeño-burgueses, y de las fuerzas de orden público, que sintiéndose impotentes ante el avance de las fuerzas revolucionarias se dispusieron a ahogar en sangre nuestras ansias justas y de un contenido altamente humano.
No nos equivocamos, cuando decíamos en el acto público celebrado por los "Amigos de Durruti" en el teatro Goya, en la propia víspera de la batalla entablada, que la agresión contra los trabajadores iba a producirse acto seguido. Y señalamos que el entierro de Roldán Cortada, la sublevación de los carabineros en Ripoll, y otras provocaciones registradas, constituían diversos eslabones de una cadena que se estaba forjando en los propios centros oficiales en donde residen los representantes de los sectores apellidados antifascistas en el terreno de los denominativos.
En esta provocación han intervenido en primer término el PSUC, Estat Català, Esquerra Republicana, Partido Socialista Unificado de Cataluña y los cuerpos armados que estaban a sueldo de la Generalidad. Todas estas fuerzas contaban con el apoyo oficioso, por no decir oficial, de la Generalidad de Cataluña y del Gobierno de Valencia.
El proletariado en la calle.
A la agresión de la Telefónica, que encabezó el propio Rodríguez Salas, respondió de una manera unánime el proletariado personándose en la calle arma al brazo. Cuatro días ha durado la lucha, batiéndose los trabajadores con una bravura inenarrable. La sangre ha teñido, de nuevo, el pavimento callejero.
Hemos revalorizado aquellos días memorables de las Jornadas de Julio. Hemos ganado la calle, que no queremos ceder por ser nuestra y por haberla conquistado en lucha franca y decidida.
El actual movimiento.
Se ha afirmado que las Jornadas de Julio fueron una respuesta a la provocación fascista, pero los "Amigos de Durruti" hemos sostenido públicamente que la esencia de los días memorables de Julio radicaba en las ansias absolutas de emancipación del proletariado[51].
Nos hallamos en un caso idéntico.
En las actuales jornadas de Mayo, a pesar de haber existido una provocación no hemos salido a la calle, tan solo, para pedir el desarme de los cuerpos armados sino que queremos que la sangre que se ha derramado halle la debida compensación.
Estamos viviendo un instante de superación de una etapa pequeño-burguesa. El combate librado por el proletariado catalán se polariza en un anhelo de avance que ha de consistir en la plasmación de un predominio obrero, cien por cien.
Nuestra Agrupación que ha estado en la calle, en las barricadas, defendiendo las conquistas del proletariado propugna por el triunfo total de la revolución social. No podemos aceptar la ficción, y el hecho contrarrevolucionario, de constituir un nuevo gobierno con los mismo partidos, pero con distintos representantes[52]. Esto es un engaño de tal calibre que no llegamos a comprender cómo los comités de la CNT, y algún comité de la FAI se hayan prestado a la realización de tal villanía.
Nuestra Agrupación exige la constitución inmediata de una junta revolucionaria, el fusilamiento de los culpables, el desarme de los cuerpos armados, la socialización de la economía y la disolución de todos los partidos políticos que han agredido a la clase trabajadora.
La Generalidad no representa nada. Su continuación fortifica la contrarrevolución. La batalla la hemos ganado los trabajadores. Es inconcebible que los comités de la CNT hayan actuado con tal timidez que llegasen a ordenar "alto el fuego" y que incluso hayan impuesto la vuelta al trabajo cuando estábamos en los lindes inmediatos de la victoria total. No se ha tenido en cuenta de dónde ha partido la agresión, no se ha prestado atención al verdadero significado de las actuales jornadas. Tal conducta ha de calificarse de traición a la revolución que nadie en nombre de nada debe cometer ni patrocinar[53]. Y no sabemos como calificar la labor nefasta que ha realizado Solidaridad Obrera y los militantes más destacados de la CNT.
El comité regional de la CNT nos desautoriza.
No nos ha sorprendido la desautorización de los llamados comités responsables de la CNT. Sabíamos, de antemano, que estos comités no podían hacer otra cosa que entorpecer el avance del proletariado. Conocemos sobradamente a los TREINTISTAS que están en el comité Regional.
Somos los "Amigos de Durruti" quienes tenemos autoridad
moral suficiente para desautorizar a estos individuos que han traicionado a la revolución y a la clase trabajadora, por incapaces y cobardes. Cuando no tenemos enemigo enfrente, entregan de nuevo el poder a Companys y a la pequeña burguesía y, además, entregan el Orden Público al gobierno contrarrevolucionario de Valencia y la consejería de Defensa al general Pozas.
La traición es de un volumen enorme. Las dos garantías esenciales de la clase trabajadora, seguridad y defensa, son ofrecidas en bandeja a nuestros enemigos.
¿Qué hacer?
A pesar de la tregua concertada el espíritu de las jornadas que acabamos de vivir continúa en pie. Se ha cometido el error grandioso de dar tiempo al adversario de reforzar sus posiciones. Se ha posibilitado que el gobierno de Valencia mande fuerzas a la contrarrevolución.
No se ha sabido atacar a fondo ni ha existido una coordinación de esfuerzos en el terreno insurreccional. Se ha perdido el tiempo y las municiones con simples paqueos, en vez de planear una ataque rápido y audaz. Ha faltado inteligencia y dirección.
El alto a la lucha no presupone una derrota[54]. A pesar de que no hayamos dado cima a nuestros objetivos hemos aumentado nuestro armamento[55].
Estas armas conquistadas no las hemos de entregar a la contrarrevolución. Son de la clase trabajadora. Subsiste el peligro de nuestros enemigos que mantienen sus posiciones y que poseen, todavía, abundante armamento.
Estemos atentos a los acontecimientos que se avecinan. No desmayemos. Mantengamos una sólida moral revolucionaria. No olvidemos que nos estamos jugando una carta decisiva. No nos dejemos alucinar por el supuesto peligro de una agresión de los barcos de la escuadra inglesa cuando en realidad las potencias democráticas están apoyando al fascismo de una manera descarada.
Sepamos interpretar el momento actual. Nuestro adversarios pretendían destruir el proletariado revolucionario para sentar las premisas de un armisticio patrocinado por los gobiernos inglés y francés, y al mismo tiempo para asegurar un predominio del capital en el perímetro de la España proletaria.
No abandonemos la calle. Mantengamos el espíritu indomable que caracterizó a Durruti en la calle, en los lugares de trabajo, y en donde nos encontremos, y mantengámonos prestos a terminar la grandiosa obra iniciada en estas memorables jornadas que estuvieron saturadas del espíritu de los camaradas del FRENTE que ha hecho sentir su voz airada contra los agiotistas, contra la burocracia voraz y contra las desigualdades y los comadreos que aún perduran a pesar de haberse derramado la sangre a torrentes.
CAMARADAS: En pie de guerra. No desfallezcáis. Estad atentos al primer llamamiento que se os haga.
¡Viva la revolución social! ¡Abajo la contrarrevolución!
Loa a los camaradas caídos.

*

BALIUS, Jaime: "Por los fueros de la verdad. No somos agentes provocadores"[56]. El Amigo del Pueblo nº 1. Portavoz de Los Amigos de Durruti, Barcelona, s.d. [19 de mayo de 1937].

Han transcurrido muy pocas horas de las jornadas de mayo. Aun perdura en nuestros oídos el fragor del combate. Parece que aun tengamos a nuestro lado aquellos camaradas que, aureolados de una mocedad radiante, besaron con su frente el pavimento barcelonés.
Nuestro cuerpo y nuestros nervios están todavía presos de aquella agitación gigantina. Nos sentimos maltrechos y fatigados, pero nos sentimos doloridos, en grado sumo, por los conceptos que se han vertido contra los camaradas que exuberantes de amor a las ideas y a la revolución, quisimos defender unas posiciones que las veíamos rasgadas a cada momento y a cada instante, por los sectores que deberían tener un poco de consideración a aquellos hombres que salvaron a España, en las jornadas de julio, del predominio fascista.
No nos hubiese dolido que los sectores no afectos nos hubiesen motejado de provocadores; pero que nuestros propios camaradas se hayan confundido en la categoría de los improperios con el lenguaje de los marxistas y de los izquierdistas, es altamente censurable.
No es la hora de presentar una hoja de servicios. No vamos a decir quienes somos nosotros. Sería una puerilidad enorme que los componentes de la agrupación "Los Amigos de Durruti", tratásemos de desvirtuar todo lo que se ha dicho de nosotros desde las columnas de nuestra propia prensa confederal.
Publicamos una octavilla y un manifiesto[57] que no reproducimos por tener la seguridad de que la censura nos coartaría nuestra iniciativa. Tenemos una satisfacción inmensa de que el pueblo trabajador, el pueblo que sufre, que no come a dos carrillos y que no busca enchufes, nos recibía con un cariño desmesurado en la calle y que nos arrancaba las hojas de las manos.
Nuestra agrupación lanzó la octavilla y el manifiesto susodicho porque se percató de la desorientación que impera y de la desligazón que se descubría en la calle. Intentamos hacer lo que no hacía nadie. Quisimos dar una solución revolucionaria al impasse en que nos han colocado los comités que se llaman responsables.
"Solidaridad Obrera" se ha ensañado con nuestra Agrupación. No queremos decir ciertas cosas que no caben en la presente ocasión. Pero es indigno que el vocero de los trabajadores se atreva a infamar a unos camaradas que estaban en la calle y que algunos de ellos han ofrecido su juventud a la causa redentora.
Es sintomático que esta actitud desconcertante de "Solidaridad Obrera" haya sido imitada, al minuto, por la del diario "La Noche", que también se ha atrevido a estampar en sus columnas el epíteto de provocadores por lo que atañe a estos camaradas que aún tienen las mejillas calientes de las lágrimas que rasgaron nuestros ojos ante la vista de los cadáveres de los camaradas caídos.
La agrupación los Amigos de Durruti, está integrada por camaradas, en su mayor parte, que han luchado en el frente, y por buenos militantes de la retaguardia.
Sería prematura nuestra actitud si experiencias anteriores no abonasen nuestro grito airado. No pueden repetirse los errores que son congénitos con los individuos que por temperamento y contextura, han de estar siempre situados por debajo del ímpetu revolucionario del proletariado.
No hacemos caso del mote de provocadores. Años atrás defendimos desde "Solidaridad Obrera" a nuestros camaradas cuando se les insultaba desde "La Publicitat" - era José María Planas -y se les llamaba asesinos, atracadores y gánsters. La historia nos descubre que a los revolucionarios se les trata de infamar en todas las épocas y en todas las ocasiones.
No somos agentes provocadores. Nuestras vidas y la sangre derramada por los camaradas caídos es una prueba irrefutable que nadie puede empañar.
JAIME BALIUS.
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23.- [BALIUS, Jaime][58]: "El gobierno Negrín". Editorial. El Amigo del Pueblo, número 2. Barcelona, 26 de mayo de 1937.

La crisis que se ha producido en el Gobierno de Valencia, es el corolario lógico del meditado plan contrarrevolucionario que hemos vivido de una manera uniforme en el suelo catalán.
Los sucesos acaecidos en los primeros días de mayo nos hicieron concebir esperanza enormes por la crecida dosis de entusiasmo de que hizo gala el proletariado. Pero la ausencia de una inteligencia en los quehaceres que se debaten en la calle, nos ha abocado a una salida que fatalmente no podía conducirnos a otra concreción que la que registramos en la hora presente en el recinto de la capital valenciana
La Prensa que aplaudió el "alto el fuego", afirmó a grandes voces que de las jornadas de mayo salía fortalecida la autoridad del Gobierno de Valencia. Pero no era lógico que fuese precisamente un Gobierno de contextura sindical quien recogiese los frutos de la intervención de los cuerpos uniformados.
Largo Caballero calló en desgracia. Su consorte don Inda[59] le ha socavado el terreno de tal forma, que en el momento presente el líder del ala izquierdista del partido socialista no cuenta con la aquiescencia de los comités superiores del partido socialista español.
No queremos ser suspicaces. Pero no sería extraño que se repitiese aquel juego de rotación que denunciábamos en épocas pretéritas. Podría darse el caso que para desplazar a la CNT de los lugares de dirección, se hubiese recurrido a una artimaña de crecido volumen. De esta manera, con una postura desairada de Largo Caballero y con veleidades revolucionarias, se logra que la Confederación Nacional del Trabajo se ate al carro de los proyectos del socialismo y, al propio tiempo, se consigue que no se obstaculice la labor del nuevo Gobierno.
Nuestras presunciones tienen mayor alcance. Las potencias democráticas que están interesadas en un cese de la disputa española, quieren preparar el terreno para un problemático arreglo. La CNT es un estorbo para toda componenda. Era necesario, pues, que el Gobierno de Valencia tomase una consistencia de algodón en rama.
El partido comunista español ha sido el adalid de este profundo cambio que ha sufrido la política española. Los marxistas, que de tales sólo poseen la etiqueta, han capitaneado todas las ansias contrarrevolucionarias que ya hacía tiempo que pugnaban por surgir a la superficie con trazos indestructibles.
Las notas cruzadas a través de la gestación de la crisis son pruebas irrefutables de que unos propósitos nefastos se ciernen sobre las cabezas del proletariado. Los representantes de [la] Euzkadi vaticanista han descubierto la dolencia que todavía aqueja a nuestro país, a pesar de los torrentes de sangre que se han esparcido de un confín a otro de la península.
Los aspectos primordiales de la nueva situación radican en la plasmación de un ejército que ya no tendrá nada de común con aquellos hombres que en las primeras jornadas de nuestra revolución salieron a la calle desarrapados y con una fe sublime por la causa del proletariado. En lugar de aquel frenesí revolucionario, imperan, tan sólo, las órdenes emanadas de los ministerios que estarán supeditadas a las conveniencias de la de la política de los estados capitalistas.
Y otra de las cuestiones que con mayor fuerza se ha debatido en esta crisis, hace referencia al desarme de la retaguardia, que, en palabras literales, se ha de interpretar por el desarme de la clase trabajadora.
La intervención de las potencias extranjeras en la resolución de la crisis del Gobierno de Valencia nos da a entender que todavía España se halla en una condición de país colonizado. Este aspecto es de enorme trascendencia en el curso de los posibles acontecimientos que se producirán en la península ibérica.
A los anarquistas y a los obreros revolucionarios, no nos disgusta la salida de la CNT de la esfera gubernamental. Pero es que los representantes de la CNT no han abandonado el Gobierno por convicción propia, sino que han sido impelidos por las circunstancias. Y esto se ha producido por un mero hecho de lógica.
La revolución ha sido relegada por todos los sectores. Se cifraban todas las esperanzas en determinadas habilidades. Y así no se hace la revolución. Nuestras jornadas de julio debían seguir el flujo esperanzador de las primeras fechas y de ninguna de las maneras debían estancarse aquellos hechos prometedores en los departamentos de la sede de un gobierno catalán o valenciano.
La composición del Gobierno es decepcionante. A los diez meses de una lucha cruenta ha podido constituirse un gabinete llamado democrático y parlamentario. En él figuran tres socialistas, dos comunistas, un nacionalista vasco, un catalanista un afiliado de Unión Republicana y un acólito de Azaña.
A este Gobierno se le ha motejado, con sobrada razón, de contrarrevolucionario. En él se encuentra Irujo que propugna por la libertad de cultos. Y puede afirmarse que este Gobierno es del agrado de Edén, de Stalin y de Delbos, que lo manejarán a su antojo para la implantación de un armisticio y para que se reprima violentamente al proletariado.
A los diez meses tenemos un Gobierno Negrín. Que nadie acuse. Tenemos todos la culpa de que la revolución se halle en un trance de tamaña gravedad.

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"Acuerdo sobre la Agrupación Los Amigos de Durruti". Solidaridad Obrera, núm. 1600. Barcelona, 28 de mayo de 1937.

Dando cumplimiento al acuerdo recaído en el Pleno Regional de Locales y Comarcales celebrado en Barcelona el día 22 de los corrientes sobre el comportamiento de los componentes de la entidad denominada Los Amigos de Durruti, quienes en diferentes manifiestos hechos públicos los días 4 y 5 de mayo y otro posterior a ambas fechas[60], así como en su periódico El Amigo del Pueblo, de fecha 20 de los corrientes[61], reitera gravísimas calumnias contra el Comité Regional de la CNT y contra algunos militantes de ambas organizaciones (confederal y específica), y habiendo finido en más del doble el plazo dado por el mencionado Pleno Regional de Locales y Comarcales para que presentasen las pruebas acusatorias pertinentes, y como éstas no han sido presentadas a pesar de todos los requerimientos,
COMUNICAMOS a las dos organizaciones, confederal y anarquista, que deben proceder a la expulsión del seno de las mismas a todos los pertenecientes a dicha entidad "Los Amigos de Durruti" que no hagan públicamente manifestaciones en contra de la posición mantenida por dicha agrupación.
Asimismo hacemos saber que esta misma agrupación, ni ninguna otra al margen de nuestros organismos, está autorizada para emplear en su documentación, privada o pública, los anagramas de la CONFEDERACIÓN NACIONAL DEL TRABAJO y de la FEDERACIÓN ANARQUISTA IBÉRICA (CNT-FAI).
El Comité Regional de la CNT. El Comité Regional de la FAI
La Federación Local de Sindicatos únicos de Barcelona.

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"Una hora histórica". Editorial. El Amigo del Pueblo, nº 3. Barcelona, 12 de junio de 1937.

La eclosión callejera de los días sublimes de mayo marca una pauta que no puede soslayar ninguna organización obrera. Se ha roto la cacareada unidad antifascista. Por más que se quiera mantener esta inteligencia con la pequeña burguesía, los acontecimientos son superiores a los derroteros que se quieren marcar desde los comités y desde los corredores de los departamentos ministeriales.
Ha llegado el momento de hablar con claridad. La mayoría de los partidos que se agrupan en el susodicho núcleo antifascista poseen una dosis crecida de fascismo. La Esquerra Republicana, Estat Catalá, el PSUC, el Partido Comunista, son de una contextura fascista. No poseen una naturaleza tipo Franco, pero sus actitudes y sus provocaciones infames han de conceptuarse como de un colorido muy parecido a la idiosincrasia que prevalece en los sectores de las camisas de tinte obscuro.
Las revoluciones siguen un proceso que acostumbra a ser ascendente. A través de las etapas que se escalonan con rara precisión, se adivina, en todas las conmociones sociales, la influencia evidente de las nuevas promociones que salen a la vía callejera bajo el signo de anhelos renovadores.
En nuestro suelo hemos vivido las experiencias del 14 de abril y del 16 de febrero. Fueron ensayos pequeños burgueses. En dichas fechas se pudo analizar con la debida profundidad lo que son las etapas de los procesos históricos. Pero de la hilada de los sucesos humanos se ha de saber entresacar la debida experiencia y recoger los rasgos más salientes para rectificar o reafirmar las escenas desarrolladas con antelación.
Los errores cometidos con anterioridad, no pueden repetirse. Pero, a pesar de que en abril y en febrero se apuntaló a la pequeña burguesía, en julio se ha vuelto a incurrir en un desacierto de la misma índole.
La agresión de mayo tiene un parangón en el golpe de Von Kapp en Alemania y más parecido encuentra todavía en la intentona de Korniloff en Rusia. El proletariado catalán supo estar a la altura de los trabajadores rusos, y del proletariado alemán en los momentos que se desarrollaron los sucesos de raigambre histórica.
Desde mayo que se ha de plantear con la debida nitidez la entrada del proletariado en la dirección de la cosa pública. No es posible retardar un minuto más la hegemonía integral de la clase trabajadora. La guerra misma lo exige. Nuestros camaradas que luchan en el frente se sienten divorciados de los derroteros
de la retaguardia y necesitan saber porque luchan y para quien han de verter su sangre.
Además, la economía, después de la guerra, exigirá un sacrificio inmenso. Solamente los trabajadores podrán realizar este esfuerzo enorme, pero tendrán que emplear jornadas interminables al pie de la fábrica, del taller, de la obra en construcción, en la mina. Nuestros camaradas del campo, tendrán que exponer sus rostro a los rayos solares sin regatear el menor esfuerzo. Pero este desasosiego lo efectuará el proletariado si ha de cosechar el esfuerzo de sus actividades.
La amenaza de mayo es evidente.
En estas jornadas gloriosas se inicia una nueva etapa. Los momentos han de saber interpretarse y llevarlos a la arena de las concreciones sociales. Cerrar los ojos o retrasar la plasmación de los hechos es tanto como traicionar. Y no ha de repetirse la incapacidad de que se hizo gala en fechas pretéritas.
Nos encontramos en un momento de suma gravedad. Es cuestión de horas, de días. Si se establece el turno político en Valencia, si se consolida la Generalidad, si los militares vuelven de nuevo a imperar en los mandos del ejército, si se logra desarmar a la clase trabajadora, la revolución estará perdida.
El porvenir de la clase trabajadora va a jugarse dentro de poco. De nosotros mismos depende que se decida a favor o en contra. No abandonemos el espíritu de mayo.
Se presentarán circunstancias favorables para imponer nuestro criterio como trabajadores revolucionarios. Cuando llegue este instante volveremos a la calle para dar satisfacción a los intereses del proletariado.
En esta hora histórica no desfallezcamos. No seamos nerviosos, pero sepamos escoger la hora precisa para imponer nuestros designios.
Por la revolución social. Siempre adelante.

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"Cumpliendo el acuerdo...". El Amigo del Pueblo, número 3. Barcelona, 12 de junio de 1937.

Cumpliendo el acuerdo recaído en el pleno de grupos de la FAI y esperando que los comités de la CNT y de la FAI harán lo propio, rectificamos el concepto de traición que lanzamos en el manifiesto aparecido en las jornadas de mayo.
Repetimos lo manifestado en el pleno de grupos, que no dimos a la palabra traición el significado de venta ni mala fe sino un sentido de incapacidad y cobardía. Y por esta manera de interpretarlo usamos la palabra "traición" que hoy rectificamos esperando que los comités rectificarán también el concepto de agentes provocadores que lanzaron contra nosotros.
Hemos sido los primeros en rectificar, aguardamos a que en plazo breve los comités sigan la pauta señalada por nosotros en la presente nota.

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"Nosotros, "agentes provocadores e irresponsables", propugnamos:". El Amigo del Pueblo, número 4. Barcelona, 22 de junio de 1937.

Nosotros, "agentes provocadores e irresponsables", propugnamos:
Dirección de la vida económica y social por los Sindicatos.
Municipio Libre.
El ejército y el orden público han de estar controlados por la clase trabajadora.
Disolución de los Cuerpos Armados. Mantenimiento de los Comités de Defensa y de las Consejerías de Defensa. Las armas han de estar en poder del proletariado. Los fusiles son la garantía máxima de las conquistas revolucionarias. Nadie más que la clase trabajadora puede disponer de ellas.
Abolición de las jerarquías. Batallones de fortificación integrados por los enemigos del proletariado.
Sindicación forzosa. Bolsa de Trabajo. Cese de recomendaciones para conseguir trabajo. Carta de racionamiento. Trabajo obligatorio. En la retaguardia se ha de vivir para la guerra.
Socialización de todos los medios de producción y cambio. Lucha a muerte contra el fascismo y sus encubridores. Depuración de la retaguardia. Creación de los Comités de vecinos. Implantación inmediata del salario familiar sin excepciones burocráticas. La guerra y la revolución ha de alcanzar a todos por igual. Supresión del Parlamento burgués. Suspensión de pasaportes.
Movilización frente a la contrarrevolución.
Desobediencia total a las medidas coactivas del Estado, tales como la aplicación de la censura, desarme de los trabajadores, incautación de las emisoras de radio por el Estado, etc.
Oposición decidida a que los medios de producción sean Municipalizados, mientras la clase trabajadora no sea dueña absoluta del país.
Retorno al sentido ampliamente revolucionario de nuestras organizaciones.
Oposición total a la colaboración gubernamental por ser totalmente contraproducente para la emancipación del proletariado.
Guerra a muerte a los especuladores, a los burócratas, a los causantes del alza de las subsistencias.
En pie de guerra contra todo armisticio.

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"Programa revolucionario de la Agrupación Amigos de Durruti:" El Amigo del Pueblo, número 4. Barcelona, 22 de junio de 1937.

Programaa revolucionario de la Agrupación Amigos de Durruti:
Una Junta Revolucionaria.
El Poder económico a los Sindicatos.
Los Municipios Libres.
Queremoss llenar una etapa.
Somos anarquistas.
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SANTANA CALERO, Juan[62]: "¡Revolucionarios" Actuemos reciamente frente a la contrarrevolución". El Amigo del Pueblo, número 4. Barcelona, 22 de junio de 1937.

La revolución está en peligro. Lo sabemos todos los militantes que continuamente hemos propugnado por la realización de la misma. Quienes en julio cumplimos con nuestro deber y prometimos alcanzar la finalidad de nuestras vidas: la emancipación total del proletariado ibérico y con él, de sus hermanos del Mundo.
La contrarrevolución está organizándose para oponernos una batalla. Nosotros tenemos que aceptarla sin intentar rehuirla. Quien lo intente, claudica cobardemente. No hay ningún interés común entre ellos y nosotros. Se lanzan contra nosotros, porque ya han vendido al proletariado español a las conveniencias financieras del Capitalismo anglo-francés y a la tendencia reformista del stalinismo.
Para destrozar a la revolución está Negrín, testaferro de Prieto, en la Presidencia del Gobierno. Para impedir que la voz de la revolución surja potente, denunciando a los traidores, están empleando la censura. Prieto, apóstata honorario en las filas de la social-democracia, cumple con su deber de instrumento de la contrarrevolución internacional. Noske, el trágico personaje de la revolución espartaquista, tiene un discípulo en Prieto. Los traidores se imitan. Pero nosotros hemos de cumplir con nuestros objetivos, sin temor a la represión. Como ayer, hoy nos llama la revolución a luchar por sus esencias.
Hay que unificar nuestro movimiento aún más. Pero sin claudicaciones. Cuando el enemigo prepara sus fuerzas para desarticularnos orgánicamente, solamente los vacilantes pueden ceder, transigiendo y ofreciendo nuestra organización a una política antiproletaria. ¡No más colaboración con el Estado! Hay que desprestigiar a éste. Mostrar a las multitudes el grave error que significa revalorizarlo con nuestras fuerzas. El Estado se ofrece hoy ante los revolucionarios con más furor y sadismo. Dispuestos a repetir la dramática lección de Ucrania.
Compenetrarnos con la revolución, es la única consigna del anarcosindicalismo. Hasta ahora la constante transigencia - que es claudicación - ha beneficiado a nuestros adversarios. Luchar contra el fascismo hitleriano para que en la retaguardia se organice otro con la misma tendencia antirrevolucionaria, es un error. La guerra no la hacemos por defectuosidad mental y patrioterismo ramplón. La hacemos para ser libres. Para terminar con los profesionales indignos de la política. Para hacer de las industrias y la tierra, la base socializada de las nuevas definiciones liberatrices de la España revolucionaria.
Contra esto, se están movilizando los seculares enemigos de nuestra libertad. La diplomacia vendida a los intereses de la política de importación. Los girondinos hablando de libertad de cultos. ¡Alcémonos contra esta nueva dictadura que, impúdicamente, quiere ocultarse como antes del 19 de julio, en la farsa democrático-burguesa! No existen intereses afines entre esa canalla y nosotros.
Queremos batir al fascismo de Mussolini e Hitler, pero también a quienes con sus prevaricaciones, irresponsabilidad y concupiscencias le procrearon en España. Ningún revolucionario auténtico puede permanecer callado ante las continuas provocaciones que nos están haciendo. Ninguna Organización revolucionaria y menos la Confederación Nacional del Trabajo, puede admitir la censura para su pensamiento. ¿Hasta cuándo van a persistir las claudicaciones en nombre de un antifascismo que ellos violan constantemente?
Cada decisión de Prieto y su testaferro es un atentado a la revolución. Son profesionales de la ambición y por colmar sus aspiraciones no vacilarán en provocar una nueva guerra aún más terrible, si no nos sometemos a sus caprichos venales.
Actuemos con decisión. El movimiento anarquista exige en esta hora compenetración y heterodoxia leal. Solamente los sectarios o los inconscientes pueden negarla. Blum y Edén son los nuevos gobernantes de España. Prieto es un lacayo inmundo de la gran burguesía internacional. ¡Luchamos por ser libres y no esclavos de cualquier grupo de financieros!
¡Revolucionarios! Las horas son graves. Revaloricemos los Sindicatos. Hagamos frente a la contrarrevolución. Neguémonos a actuar de espectadores cuando es la libertad económica y política del pueblo, la que está en peligro. Hay que emplear nuestras actividades en evitar que la revolución se pierda. Más vale morir siendo revolucionario y por ende, hombres, que no testigos acobardados de nuestra derrota[63].
¡Juventudes anarquistas, a los Sindicatos! ¡Hombres de la FAI luchemos porque nuestra Organización marque una pauta profundamente revolucionaria en el doble aspecto demoledor y constructivo! ¡Militantes de los Sindicatos, no defraudemos a las multitudes expoliadas por la contrarrevolución! Si es preciso seguir nuestra ruta de sacrificios, sigámosla. Si es preciso morir ofrendaremos nuestras vidas. Pero permitir que se vilipendie a nuestros muertos y combatientes, a los campesinos y obreros... ¡¡NO!!
Unidad en el movimiento, camaradas. Pero unidad para luchar por los intereses específicos de la clase trabajadora. Para lograr el máximo de conquistas revolucionarias, por nuestra propia acción sin concomitancias que paralizan las mismas y debilitan la reciedumbre temperamental del anarquismo.
Y a quienes hablen con sofismas por "revolucionarios" que se consideren digámosle que hoy más que antes, debemos no olvidar esas frases de Malatesta: "Mientras haya un solo que pueda obligar a otro a trabajar para él, mientras que haya uno que pueda violentar la libertad de otro tomándolo por el cuello o por el vientre, la revolución no se habrá terminado; estaremos todavía en estado de legítima defensa, y contra la violencia que oprime opondremos la violencia que libera".
¡Revolucionarios! Un solo deber y objetivo: Ganar la guerra y hacer la revolución, para ser libres, aplastando a la contrarrevolución con nuestros órganos!!
J. SANTANA CALERO.

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BALIUS, Jaime: "En defensa propia. Necesito una aclaración". El Amigo del Pueblo, número 4. Barcelona, 22 de junio de 1937.

La polémica suscitada por las jornadas de mayo a dado pie a una disputa algo encrespada. En el diálogo hemos intervenido los Amigos de Durruti y los Comités Regionales de la CNT y de la FAI amén de la Federación Local de Sindicatos Únicos.
Los camaradas responsables de Los Amigos de Durruti hemos dado un tono revolucionario a las discrepancias, rehuyendo el sentido personalista que por parte de algunos camaradas se le ha querido dar. En determinadas ocasiones casi se nos ha maltratado.
No voy a hacerme eco de versiones infamantes. Pero sí que no puedo silenciar que en torno de mi persona se ha forjado una leyenda de marxismo que desearía se rectificase.
En Fragua Social de Valencia, se ha afirmado que yo soy marxista. En otros voceros se ha recogido esta insinuación de Fragua Social y se ha sostenido que nuestra Agrupación era una amalgama de marxistas y otras raíces similares.
En un pleno de grupos anarquistas tuve que morderme los labios para no contestar a un camarada que recordaba que yo procedía de un campo político. Y también me resigné a escuchar de labios de otros asistente al pleno, que yo era un despechado.
Hace tiempo que desde Solidaridad Obrera se me dijo lo mismo. No hice caso. Más tarde, a propósito de la aparición de un semanario que dirigía E. Carbó, al que ayudaba como redactor,se me tachaba de la misma condición. Y en diversas ocasiones he tenido que ser motejado con el mismo epíteto.
Pregunto a los camaradas que tal insinuación han lanzado, ¿el por qué me llaman marxista? ¿Es por ventura que yo sea marxista, porque soy un enemigo acérrimo de los partidos políticos pequeños burgueses y de toda la gentuza que en nombre de la revolución se han lucrado y todavía se lucran a pesar de que se derrama la sangre a torrentes en los campos de batalla? ¿Se me llama marxista porque soy anticolaboracionista y porque comprendo que nuestra posición fortalece, tan sólo, a nuestros adversarios? ¿Se me llama marxista porque yo he tenido la franqueza de escribir y de llevar a la luz pública, lo que otros camaradas sólo se atreven a decir en las meses de café? ¿Por qué se me achaca tal condición? ¿Es debido a que yo en mayo consideré que debía llevarse adelante el movimiento hasta la total anulación de la Generalidad? ¿Será por mi criterio de que la sangre no ha de derramarse estérilmente y que cuando se exige el sacrificio a la clase trabajadora ha de ser para beneficiarse, pero no para perder posiciones? Necesito una aclaración. Es preciso que se me diga - si es que se me considera como un camarada - el por qué se me ha dicho marxista. No me refiero a la palabra de agente provocador porque sobre esto hay un compromiso firme de que ambas partes rectificarían los epítetos lanzados. Los amigos de Durruti en el pasado número rectificamos el concepto de traición, en aras de la unidad anarquista y revolucionaria. Y ESPERAMOS QUE LOS COMITÉS rectificarán el concepto de agentes provocadores. Es de justicia. Es para mí doloroso que en el momento actual que vivimos haya quien se atreva a llamarme marxista cuando yo podría refutar con argumentos incontrovertibles a quienes me enjuician con una expresión que está fuera de lugar. Yo que asisto a las asambleas de los sindicatos y que acudo a reuniones específicas, podría hablar de la pérdida de sentido de clase que he observado en diversas ocasiones. He oído decir que teníamos que hacer política - así, camaradas - en un sentido abstracto y casi nadie ha protestado. Yo que me he horrorizado ante un sinfín de casos se me llama marxista porque me siento revolucionario, cien por cien.
Es penoso hacerse la defensa propia. Pero mi pluma que ha defendido siempre con calor a la CNT y a la FAI, es justo y lógico, que un día sirva para defender mi honradez y mi vida propia. Voy a recordar unos pasajes de mi actuación.
A la vuelta de mi exilio de tierras francesas en la época de Primo de Rivera combatí a la Generalidad en un instante que podían enchufarme y desde entonces que defiendo a la CNT y a la FAI. A pesar de estar casi paralítico he pasado por la cárcel y he ido esposado en una conducción a Madrid por defender con cariño y tesón a nuestras organizaciones, y por combatir a quienes eran antes amigos míos. ¿No es suficiente esto?
Siempre se me ha mirado con cierto recelo. Yo, camaradas, no he salido ni del taller ni de la fábrica. Procedo de una familia burguesa. Era estudiante de medicina. Y a través de la sala de disección, de los hospitales, de las cárceles y del destierro he ido superando mi procedencia hasta llegar a identificarme en absoluto con el proletariado.
¿Dónde está mi marxismo? ¿Será porque no he salido de una fábrica? ¿Qué culpa tengo yo que haya nacido en una mansión dorada? En cambio puedo afirmar que mi vida ha sido presidida por una absoluta honradez y que no me he lucrado nunca de nada. En una palabra, que no soy un aprovechado como hay tantos.
Ha llegado la hora de aclarar mi situación. No es bastante con decir que el asunto está zanjado. Es necesario que resplandezca la verdad. Por lo que a mí atañe, me dirijo a todos los camaradas que desde la prensa hayan lanzado tal afirmación a que me digan el por qué yo soy marxista.
No se trata de ventilar cuestiones personales. Es mi propia honradez la que está en litigio. Necesito una aclaración.

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"Detención de nuestro camarada Jaime Balius". El Amigo del Pueblo, número 4. Barcelona, 22 de junio de 1937.
Lo mismo que en los buenos tiempos de Primo de Rivera ha sido detenido nuestro compañero Balius por el delito de pensar y de escribir. A los nuevos mandones les molesta esto, es peculiar a todos los bribones y tiranos. Nuestro compañero ha sido procesado a prisión sin fianza. ¡En la clase media del actual gobierno no faltan neroncetes!

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"ATARCA": "La pequeña burguesía y la revolución". El Amigo del Pueblo, número 4. Barcelona, 22 de junio de 1937.

Se comprende, y es lógico, que los partidos políticos llamados marxistas, apoyen de una manera tan denodada a la pequeña burguesía, pues, estos partidos, que en el transcurso de su actuación sólo se han preocupado de adoptar posiciones cómodas, adaptándose a todos los medios, por mefíticos que éstos fueran, no es de extrañar obren así, máxime aún, cuando su finalidad, es servirse de los intereses colectivos, para satisfacer apetencias personales o para engrosar las huestes del partido.
Estos partidos que de marxistas sólo tienen el nombre, han demostrado, en el transcurso de su historia y en el terreno político, estar a la misma altura, en cuanto a escrúpulos se refiere, de los partidos de turno de la Monarquía. Ateniéndose a la táctica jesuítica - de justificar los medios por el fin perseguido -, se han erigido - aunque en detrimento de la misma clase que dicen representar -, en defensores de la pequeña burguesía. Les importa muy poco el porvenir económico y moral del proletariado. Aspiran a una dictadura - no para mejorar las condiciones de vida de la clase obrera - sino, sencillamente, para satisfacer sus apetitos inconfesables de poder. Y , ante esta tesitura, carente de todo sentimiento de justicia y ecuanimidad, no dudan en sacrificar el porvenir de un pueblo, en aras de sus ambiciones y apetitos bastardos.
Una prueba de ello es el PSUC, que ha llegado a la desfachatez insultante de organizar dentro de la UGT - organización sindical obrera, controlada en Cataluña por el partido que acabamos de indicar -, y bajo la denominación de GEPCI, a la pequeña burguesía que, en el terreno social, representa y ha representado siempre, intereses diametralmente opuestos a los que defiende la clase productora. Llegando, con esta actitud, a la colosal paradoja de cobijar bajo un mismo techo a lobos y corderos. [...]
La pequeña burguesía, lastre social de ayer, y de hoy, como lo será de todos los tiempos, tiene que ser suprimida en absoluto, no tan sólo de la dirección política, sino también de la administración autónoma, que aún conserva, gracias a la benevolencia de nuestras organizaciones, en el concierto económico. [...] la pequeña burguesía está más cerca de Franco, que de la República y, mucho menos, de la revolución. [...] El presente es un dilema de revolución o reacción. [...]
La pequeña burguesía es un peligro en todos los órdenes para el avance de la revolución y, si no sabemos inutilizar oportunamente sus medios de ataque y defensa, se corre el riesgo de que gracias a sus actividades reaccionarias, ahogue en germen la obra revolucionaria a costa de tantos sacrificios iniciada.
La revolución como la reacción - en lo que a nuestra lucha actual se refiere - están representadas por los desheredados o proletarios, en el más estricto sentido de la palabra, la primera, y por los privilegiados o poseedores de alguna riqueza material, la segunda. Eso, quiere decir, que el detentador de bienes materiales es reaccionario y, por lo tanto, en el caso presente en que la reacción está casi exclusivamente representada por el fascismo, es, a la vez, fascista, o, cuando menos, simpatizante de este régimen, motivo suficiente para restarle toda confianza. [...]
No adoptemos posiciones ambiguas y confusionistas. Nuestra fuerza radica en el proletariado auténtico. La pequeña burguesía está enfrente de nosotros, que es, a la vez, estarlo de la revolución. A la pequeña burguesía no hay que darle cuartel. Hay que combatirla y eliminarla. Que ciertos sectores antifascistas se dediquen a cantarles loas y se erijan en sus incondicionales defensores, no nos debe extrañar; esta posición es lo que más les caracteriza y evidencia como enemigos de la clase obrera. Pero, la CNT y la FAI, ni directa ni indirectamente deben respetar sus posiciones, ni mucho menos, mantenerse en un estado de indiferencia y pasividad frente a este problema. Pública y privadamente, hay que combatir, hasta su total aplastamiento, a esta clase. Ella es la que encarece los productos de primera necesidad. La que no se detiene ante nada con tal de aumentar sus caudales. La que propaga, junto con sus representantes políticos,
bulos tendenciosos y confusionistas. La que odia sórdidamente la revolución. La que procura por todos los medios que están a su alcance, que ésta no triunfe. La que sabotea la economía revolucionaria, especulando con los artículos más imprescindibles. La que nutre la quinta columna. La que serviría de dedo delator si por desgracia el día de mañana triunfara el fascismo. La que más señudamente se cebaría, si esto fuera posible, con el proletariado. Hay, pues, que combatirla y eliminarla.
Las fuerzas de la CNT y de la FAI, son auténticamente obreras. En esta característica inconfundible, radica todo su valor. Guerra, pues, a todo lo que representa un matiz diferente. La era nueva que nace, es proletaria. El porvenir pertenece a los desheredados. [...].

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"Se nos da un trato de excepción". El Amigo del Pueblo, número 4. Barcelona, 22 de junio de 1937.

Nuestro local social de la Rambla de las Flores, núm. 1, ha sido clausurado por la policía. Nos sorprende grandemente esta medida, porque el delito que se nos achaca es el de haber burlado la censura. Todos los días nos enteramos de que se cometen acciones de una índole semejante pero de ninguna de las maneras se procede a rajatabla como en el caso de los Amigos de Durruti.
No solamente se asaltó nuestro local, sino que nos arrebataron la bandera y otros útiles de la Agrupación. No vamos a implorar la reapertura del local, porque las súplicas no entran dentro de nuestro proceder. Estamos acostumbrados a exigir y a imponernos cuando nos acompaña la razón.
De todas maneras hacemos constar nuestra más enérgica protesta por el allanamiento de morada.

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"FULMEN": "La revolución francesa y la nuestra. Un gesto salvador"[64]. El Amigo del Pueblo, número 4. Barcelona, 22 de junio de 1937.

Una revolución es una situación de "fuerza" en la que coinciden todos los sectores liberales para ir en busca de un nuevo "derecho". Pedirle a la fase volcánica de una revolución principios jurídicos, orientaciones económicas, ordenaciones sociales y procedimientos democráticos, equivale a renunciar a las propias esencias de la revolución o, mejor aún: a dar por terminado, por liquidado, el ciclo de la barricada, para entrar, entre tanteos, incertidumbres y aciertos, en los ambientes de la legalidad. Ello quiere decir que "la Revolución no tiene legalidad y que quien pretende dársela en el fragor de la lucha, es un contrarrevolucionario porque trata de yugular, de reprimir, los impulsos de la revolución".
Naturalmente, "donde no haya legalidad, ha de haber mando" y este mando, que ha de ser férreo y rápido en lo ejecutivo, que ha de ser tajante en sus decisiones, que ha de ser vertical y decidido en su recta trayectoria hacia el fin que se proponga lograr, ha de poseer, también, una sensibilidad y una ductilidad tan afinadas, tan vivas, para captar y definir las etapas revolucionarias y darles formas, que sin esas virtudes en los dirigentes, no hay revolución posible y lo que habría de ser génesis creadora, se convierte en caos de una esterilidad y de una cruencia desesperantes. Los desmanes, los motines sangrientos, las expropiaciones violentas, las justicias irreparables e impremeditadas, son el ruido de la revolución, el estrépito del castillo de fuegos espectaculares con que el pueblo se "venga" de las atrocidades seculares de que se le ha hecho víctima, pero NO SON LA REVOLUCIÓN. La revolución está más allá, en el OBJETIVO, y ese no es patrimonio de las masas desbordadas, sino de las fuerzas ultraizquierdistas cuyos dirigentes se apoderarán de todos los resortes coactivos, detenterán el poder, asumirán el mando y orientarán las explosiones populares hacia el objetivo propuesto. Decimos detentar, porque en una revolución NO SE OBTIENE NADA POR VÍA LEGAL. Todo se adjudica por un supuesto derecho y cuando este derecho no existe, SE CREA. Las revoluciones van en busca de un nuevo orden, PERO NO SON UN NUEVO ORDEN.
No sabemos, ni nos importa aclarar, si los hombres que surgieron de las jornadas de julio, tenían o no tenían una directriz clara y definida de su misión en cada etapa convulsiva para llegar a un objetivo determinado. En una palabra: si eran revolucionarios hasta el fin y sabían a lo que iban, o si se conformaban con la conquista de unas cotas más o menos cercanas a la ambición, no digamos personal, egolátrica, pero sí muy próximas al encaje sindical de unas masas desorientadas dentro de un régimen tímidamente libertador.
No hablaremos de deserciones, no hablaremos de traiciones, pues seguramente ni unas ni otras han existido, pero si diremos que resulta de una infantilidad casi angélica, que en plena ebullición revolucionaria, húmedas todavía de sangre las barricadas y en latente convulsión muchas regiones ibéricas, pudiera hablarse de colaboraciones ministeriales, de ordenaciones sociales mediatizadas y de municipalidades "legalmente" constituidas. Cuando un dirigente revolucionario acepta tales matices y tan cómodos y muelles apoltronamientos, es que el objetivo de la revolución se le escapa de las manos sin darse cuenta, o que renuncia a él por considerar fracasadas sus teorías de clase.
Las revoluciones no son una comedia. No toleran las filigranas eutrapélicas de una interpretación capciosa. Toda revolución es una gran tragedia con una trayectoria definida; torcer esa trayectoria, equivale a quebrar el ritmo de la convulsión. Durante el período cruento, no puede haber medios poderes ni poderes proporcionales. No puede haber democracia aunque se luche por la democracia. No puede haber generosidad anárquica, aunque se vaya en busca de la implantación de los principios ácratas. O LA REVOLUCIÓN ES PODER, O MUERE AL DEJAR DE SERLO. Y naturalmente que para ser poder, ha de detentarlo, ha de usurparlo y echar por la borda a los factores tímidos que hayan contribuido al alzamiento. De ahí que la revolución francesa devorara a sus propios hombres, derrumbara sus genéricas creaciones y negara hoy lo que adorara ayer, porque, mientras ella iba avanzando por las barricadas, sus hombres y sus instituciones se asustaban al sentir sobre sí la responsabilidad del poder y envejecían vertiginosamente. Una revolución es irresponsable. Su poder es la fuerza. A cada amanecer surge el sol de un nuevo derecho que echa abajo el derecho de ayer por ella misma creado y si un hombre, un grupo o una organización intentara defender el derecho caducado, la revolución los trituraría implacable. En una revolución hay que actuar sobre la marcha y en muchas ocasiones pasar por encima de las propias convicciones, porque una revolución no tiene convicciones mientras está en la barricada, no tiene ideas, sí, objetivos. completamente al margen de la sensiblería y aun de la misma bondad. Es terrible, da susto hablar así, pero más terrible es aun comenzar una revolución y no acabarla dejando en la esterilidad los ríos de sangre que ella haya costado.
Cuando el apasionado Dantón se dio cuenta de que la Convención y la Commune, creaciones auténticamente revolucionarias, titubeaban, se hacían comprensivas y se adaptaban a un orden propio del Tercer Estado (nuestra burguesía), imprecó rabioso al dar por terminada una de las ya apacibles sesiones convencionales: "¡No os marchéis todavía!" ¡Exijo que ningún ciudadano consciente abandone esta sala!"
Y en aquel ambiente que comenzaba a enrarecerse y a sumergirse en las nebulosas políticas, al anochecer del memorable 10 de marzo, la voz tonante, divina de Danton, descendió del Olimpo de las Rebeldías y exigió la creación del Tribunal Revolucionario con sus terribles Comités de Salud Pública.
Y con este gesto, quizá dictatorial y desde luego antidemocrático en el gran demócrata, salvaba Danton la revolución y captaba el caudillaje de los "sans-culottes", cuya equivalencia habríamos de buscar hoy en nuestras juventudes libertarias. El ritmo de la revolución prosiguió en su curso ascendente, por la valentía de Danton que devolvía al pueblo el poder que los más destacados convencionalistas comenzaban ya a considerar como cosa propia ó de sus clubs y partidos.
Líbrennos los dioses de afirmar que Desmoulins, que Couthon, que Carnot, que Pethion, que Brissot y aun que los mismos Robespierre y Saint-Just, fueran malos revolucionarios; lo que sí afirmamos, sin temor a que nadie pueda desmentirnos es que "el único de los diez convencionales que en aquel momento precioso
supo apartar lo episódico de lo esencial, fue Danton y que sin Danton no hubieran sido posibles ni Marat, ni Robespierre". Cuando estos tres hombres, saltando por encima de los propios órganos de la revolución, se adjudicaron despóticamente el poder, cometieron un desafuero dictatorial reñido con todas las normas democráticas que habían informado su vida política, pero ya hemos dicho que una revolución no tiene ni puede tener otra legalidad que aquella que vaya creando ella misma de acuerdo con los apremios circunstanciales.
La lección histórica es sencilla y puede ser resumida en unas preguntas. Helas aquí: ¿Dónde está, en nuestros días, la figura gigante de Danton? ¿Dónde el hombre con teoría revolucionaria perfectamente definida que sacuda de un puñetazo la mesa ministerial y desparrame los legajos legalistas que la cubren poniendo en su lugar el revólver para decir: "la revolución está aquí; dejadla que hable, sin trabas, sin cauces, sin coacciones; cuando ella acabe su monólogo, recogeremos nosotros su espíritu puro, lo limpiaremos del barro del episodio, y entonces, sí, entonces todos, legalmente, democráticamente, haremos la "LEY" de acuerdo con el nuevo "DERECHO" que la revolución haya creado. Pero ante todo HAY QUE CREAR ESE DERECHO y ese derecho, en nuestro ciclo revolucionario, no puede establecerlo el pueblo más que con las armas en la mano para imponer sus órganos genuinos.

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"Una nueva fase de la revolución". Editorial. El Amigo del Pueblo, número 4. Barcelona, 22 de junio de 1937.
[...] La experiencia de julio es aleccionadora. La clase obrera blandió el fusil con un estigma evidente de indecisión y de confusionismo. Fue un mero acto de legítima defensa ante la arremetida brutal del oscurantismo español que saltaba amenazador al suelo hispánico desde los antros cuartelarios y desde las tinieblas de los centros religiosos.
Aquella fuerza ciclópea que en julio vibraba al unísono de los anagramas CNT-FAI no supo encontrar el centro de gravedad que se polarizaba en un nítido sentido emancipador. Falló la concreción. No tuvimos la suficiente comprensión para aplastar a los partidos pequeño-burgueses que disfrazados de un colorido escarlata se aprestaban a barrer el paso a los trabajadores insurrectos.
El ensayo pequeño-burgués ha perjudicado enormemente a las ansias del proletariado. La mesocracia organizada política y militarmente, pugna por retrotraernos a situaciones similares a las que prevalecían antes de las jornadas de julio. Y a medida que vayamos analizando la curva descendente que sucede a las fechas iniciales del levantamiento proletario iremos descubriendo la serie de contradicciones que fatalmente se habían de producir por el simple hecho de estar uncidos al carro de la pequeña-burguesía.
Pero las arremetidas de que ha sido objeto el proletariado hallan su repulsa más contundente en los gloriosos días de mayo. El asalto de la Telefónica por los enemigos de la clase trabajadora cae de lleno como un dardo en el alma misma del pueblo laborioso.
La lucha de mayo revistió las mismas características que la explosión de julio. ¡No sabíamos donde íbamos! Sólo conocíamos que el enemigo trataba de arrebatarnos las conquistas de julio y que íbamos a defenderlas, pero faltó una directriz que en aquellos instantes supremos podía ser decisiva.
El eco de mayo empieza a esfumarse. Pronto será un recuerdo. Pero el problema continúa planteado en los mismos términos. Solamente se ha aplazado la cristalización de unos anhelos que el proletariado siente con la intensidad propia de las gestas engendradas con el dolor de sus entrañas.
Somos anarquistas. Sentimos el ideal anarquista con la máxima honradez. Pero creemos que ante la necesidad de una realización inmediata de las cuestiones más palpitantes se han de aportar soluciones que encajen dentro de la etapa que estamos viviendo. [...]
Además hay que convenir en algo fundamental. La revolución necesita un órgano que vigile por la pureza de las realizaciones sociales. Es indispensable la constitución de una Junta revolucionaria, que de ninguna de las maneras se inmiscuiría en las funciones de los sindicatos y de los Municipios. Esta Junta revolucionaria sería elegida democráticamente por la clase trabajadora.
[...] Los sectores contrarrevolucionarios han de ser aplastados de un modo contundente. A la revolución le es imposible ir creciendo rodeada de un sabotaje constante de sus detractores. Se necesita limpiar la senda de abrojos para que las nuevas concepciones que patrocina el proletariado - y que patrocinamos los anarquistas - pueedan plasmarse con la debida solidez. Son necesarias medidas de salud pública. Pero no ensañándose con elementos de poca monta o inofensivos, sino que hay que destruir a los sectores que por su condición burguesa y pequeño burguesa han de apuñalar a la revolución. [...]
No hemos sido vencidos. Un nuevo mundo se abre a nuestros pies. Pero no han de olvidarse las experiencias de las dos grandiosas jornadas que con una diferencia de once meses nos han congregado a los trabajadores en el recinto de las barricadas liberadoras.
Tres cuestiones interesantísimas. La economía, es decir, todo el poder económico, para los sindicatos. La administración, y una diversidad de aspectos sociales, para los Municipios. Y una Junta revolucionaria que mientras durase la guerra ejercería un control y dirección de ella, y que velaría por el cumplimiento exacto de los anhelos del proletariado durante la guerra y después de la contienda bélica. [...] Procuremos estar alerta y atentos a las primeras señales que nos anuncien el comienzo de una nueva fase que con tanto desvelo aguardan los trabajadores que se sienten insatisfechos de la hora actual.

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"Una teoría revolucionaria". Editorial[65]. El Amigo del Pueblo, número 5. Barcelona, 20 de julio de 1937.

El giro que han tomado los acontecimientos después de los sucesos de mayo es realmente aleccionador. En la correlación de las fuerzas, que se manifestaron en la calle durante las jornadas de julio, se ha producido una sensible transformación.
Aquel poderío gigantesco que giraba en torno de la CNT y de la FAI, un año ha, ha sufrido un notable relajamiento. No se trata de que las masas obreras se hayan divorciado del sentir revolucionario que es algo inherente a la organización confederal y específica. Los trabajadores continúan abrazando el mismo frenesí de las primeras jornadas.
La trayectoria descendente ha de atribuirse exclusivamente a la ausencia de un programa concreto y de unas realizaciones inmediatas, y que por este hecho hemos caído en las redes de los sectores contrarrevolucionarios, en el preciso momento en que las circunstancias se desenvolvían netamente favorables para una coronación de las aspiraciones del proletariado. Y al no dar libre cauce a aquel despertar de julio, en un sentido netamente de clase, hemos posibilitado un dominio pequeño-burgués que de ninguna de las maneras podía producirse si en los medios confederales y anarquistas, hubiese prevalecido una decisión unánime de asentar el proletariado en la dirección del país. Pero no ha habido una visión de las incidencias vividas. En julio no interpretamos aquella hora grandiosa. Tuvimos miedo. Los cañones de las escuadras extranjeras infundieron pusilanimidad a un crecido porcentaje de militantes. Cedimos terreno a los sectores que más tarde se han enfrentado con las organizaciones típicamente revolucionarias con pretensiones de un destacado cariz reaccionario.
No consideramos que los fracasos hay que achacarlos exclusivamente a los individuos. Tenemos sendas pruebas de que la inmoralidad ha contribuido enormemente al deslunchamiento [?] de fechas atrás. Pero lo que verdaderamente ha contribuido, es decir, ha decidido la pérdida sensible de una revolución que sólo se podía escapar de las manos de unos incapaces, es la omisión de una directriz que hubiera marcado de una manera inconfundible el camino a seguir.
La improvisación siempre ha dado resultado pésimos. Nuestra presunción de que las concreciones sociales se forjan sin que exista una determinante que vele celosamente por la salvaguarda de las premisas de la revolución, es un tanto desplazada. Y en julio el determinante eran la CNT y la FAI, cometiéndose la simpleza de que una revolución de tipo social podía compartir sus latidos económicos y sociales, con los factores enemigos. Y éste fue el error máximo, pues hemos dado calor a la pequeña burguesía que se ha vuelto airada contra la clase trabajadora cuando por efecto de los derroteros de la guerra ha hallado un firme sostén en las llamadas potencias democráticas.
En mayo se volvió a plantear el mismo pleito. De nuevo se ventilaba la supremacía en la dirección de la revolución. Pero los mismos individuos que en julio se atemorizaron por el peligro de una intervención extranjera, en las jornadas de mayo volvieron a incurrir en aquella falta de visión que culminó en el fatídico "alto el fuego" que, más tarde, se traduce, a pesar de haberse concertado una tregua en un desarme insistente y en una despiadada represión de la clase trabajadora. La causa la hemos señalado. De pruebas tenemos muchas. A los pocos días de julio, algunos militantes que han participado en las formaciones híbridas, afirmaban públicamente que se había de renunciar al comunismo libertario. Pero lo que no se puede comprender es que después de esta negación, no se presentase inmediatamente una afirmación clara y categórica.
De manera que, al despojarnos de un programa, léase comunismo libertario, nos entregamos por entero a nuestros adversarios que poseían y poseen un programa y unas directrices. Desde este instante se perfiló nuestro desplazamiento, pues dábamos razón a los partidos que tan sañudamente habíamos combatido y a quienes entregamos en bandeja una resolución que nadie nos podía regatear. La falta de sentido de clase también ha coadyuvado a la etapa de descenso que estamos presenciando. A través de determinado discursos se han lanzado expresiones de un calibre contrarrevolucionario. Y en nuestras intervenciones hemos ido a remolque de la mesocracia, siendo así que había de ser la organización mayoritaria de julio la que había de disponer, en un sentido absoluto, de la cosa pública. Y a los partidos pequeño-burgueses había que aplastarlos en julio y en mayo. Opinamos que cualquier otro sector, en el caso de disponer de una mayoría absoluta como la que poseíamos nosotros, se hubiera erigido en árbitro absoluto de la situación.
En el número anterior de nuestro portavoz precisábamos un programa. Sentamos la necesidad de una Junta revolucionaria, de un predominio económico de los Sindicatos y de una estructuración libre de los Municipios. Nuestra Agrupación ha querido señalar una pauta por el temor de que en circunstancias similares a julio y mayo, se proceda de una manera idéntica. Y el triunfo radica en la existencia de un programa que ha de ser respaldado, sin titubeos, por los fusiles.
No obstante el cúmulo de errores cometidos, es presumible que más tarde o más temprano se volverá a manifestar el proletariado. Pero lo que se ha de procurar es que en la ocasión inmediata no vuelvan a prevalecer los timoratos y los incapaces que nos han situado en un terreno que está erizado de sumas dificultades.
Las revoluciones sin una teoría no siguen adelante. "Los Amigos de Durruti" hemos trazado nuestro pensamiento que puede ser objeto de los retoques propios de las grandes conmociones sociales, pero que radica en dos puntos esenciales que no pueden eludirse. Un programa y fusiles[66].
Mantengamos el criterio apuntado en los Sindicatos, en los lugares de trabajo. Hagamos prevalecer nuestros propósitos. Sin nerviosismos estériles, sin precipitaciones contraproducentes, preparemos a la clase trabajadora para que sepa escalar de una vez el lugar que le corresponde y que por falta de una teoría revolucionaria se ha perdido lastimosamente.

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"FULMEN": "La revolución francesa y la nuestra. Los malos doctores". El Amigo del Pueblo, número 5. Barcelona, 20 de julio de 1937.

Desde el punto de vista revolucionario, no es lo mismo ser doctor o ser pastor. Las misiones de unos y de otros son muy distintas. Hemos ya dicho en estos cuadros de contraste y de relación de afinidades entre nuestra revolución y la francesa, que el hecho de la convulsión, de la crueldad o del desmán, nada tiene que ver con las consecuencias o los derivados de una revolución. La historia está empedrada de gestas revolucionarias que las iniciaron los pastores y las aprovecharon los doctores de otro campo. LA ESENCIA DE LA REVOLUCIÓN, ESTA EN LA CONQUISTA DEL OBJETIVO QUE SE PERSIGA, NO EN LA LUCHA PARA ALCANZARLO, NI EN EL LANZAMIENTO PARA DESBROZAR EL CAMINO. Eso es episódico, emocional, inexperto; aquello es perenne, cerebral, habilidoso.
Se puede ser un gran pastor para conducir las masas hacia la violencia revolucionaria y un pésimo doctor para aplicar a cada fase de la revolución el adecuado estimulante o el sedante requerido.
Precisa advertir que quien redacta estas notas, no se propone abrir surcos proselitistas en los campos de la revolución. Analítico por temperamento, no propugna matices ni concepciones determinadas; mira los hechos desapasionadamente, desde la atalaya de la imparcialidad, y sobre ellos establece consecuencias lógicas.
Nadie se precie de haber hecho la revolución. Las revoluciones no las hace nadie, se producen ellas mismas. Son fases eruptivas del volcán social, cuyas entrañas se agitan en eterna actividad. Donde haya evolución no habrá revolución. Pero, si nadie hace las revoluciones, es innegable que, mientras unos las estimulan, otros tratan de retardarlas, y otros, al estallar, las hacen suyas. No obstante, al margen de estas actividades, las revoluciones se producirían por si mismas, por el solo hecho de ser racional la criatura humana. Racional quiere decir tener cerebro y corazón, pensar y sentir. De ahí que los perros, por mucho que se les maltrate, no hagan revoluciones, ni se produzcan ellas en familia irracional alguna. Muerden, sueltan zarpazos, pero sin plan ni propósito de mejora. No aspiran a nada. No se proponen nada. Se defienden o atacan, según las circunstancias. Su mordisco y su zarpazo equivalen al desmán, al incendio, a la expropiación violenta de la masa. El más fuerte, aniquila a su adversario, pero, después, todo sigue igual. No hay revolución, no hay teoría revolucionaria en su rebeldía. El instinto de ataque, de defensa o de conservación, son sus objetivos. Logrados estos, la vida sigue igual.
El corazón y el cerebro son el fulminante y la luz inextinguible que orientan la lucha humana en busca de un más allá, no siempre concreto y definido para el primero, pero con una meta fija para el segundo.
Las masas y sus pastores regularmente se entregan a la nobleza altruista de los impulsos cordiales. No saben con precisión a donde van, pero intuitivamente empujan hacia adelante. Ignoran de una manera definida lo que han de construir con su esfuerzo, pero saben, en cambio, que, con sus músculos, han de destruir cuanto se ponga a su avance. De ahí que en el estudio precedente dijéramos que el desmán revolucionario es irresponsable. La masa podrá no saber lo que quiere, pero intuye con rara precisión lo que le estorba. Danton fue un gran pastor; Marat y Robespierre unos doctores implacables, fríos o malintencionados para vencer al adversario. El primero emocionaba y alzaba a las masas con su verbo y con su gesto; los segundos, encerrados en su laboratorio, analizaban el producto que desde las barricadas les iban echando sobre la mesa de disección y determinaban el tratamiento a seguir. Su flujo y reflujo ante los desmanes del Pueblo, son de un sibaritismo refinado, que a veces bordean el sadismo.
Nuestra revolución ha contado con muchos y abnegados Dantones pero no ha surgido de ella ni un solo Marat orientador, ni un solo Robespierre imperturbable. ¿Por falta de ambiente? ¿Por carencia de materia prima? No. Por mediocridad mental, por ausencia de objetivo revolucionario, por incultura teórica. Nunca los dirigentes de la revolución francesa contaron con los elementos coactivos de que han podido disponer nuestros encauzadores del movimiento; jamás tuvieron en sus manos TODO EL PODER Y TODAS LAS ARMAS como en un momento controlaron nuestros hombres. Y ¿qué hicieron con ellas? ¿A qué ejercicios mentales, a qué sibaritismos revolucionarios se entregaron para asegurar la hegemonía de los principios que habían sido conquistados en las barricadas? Para ser pastor de masas, basta con leer a Schiller o a Mirabeau; para ser doctor revolucionario, hay que sumergirse en las profundidades pantanosas de Machiavelo.
Que los postulados máximos de toda revolución resultan a veces impracticables y que Kropotkine estorba a muchos lectores al enfrentarse con la realidad y manipular la carne viva de la revuelta, eso nos lo sabemos de memoria, pero, ¿y los postulados mínimos, las cotas más próximas, las ha tenido alguien en cuenta? ¿Dónde está el teórico sagaz que a la hora de las comprensiones y los ajustes haya dicho: "Hasta aquí sí; pero de aquí no se pasa"? ¿Qué frontera, qué barrera se ha establecido para que la revolución en su natural descenso no acabe en una militarada que llamaremos roja para distinguirla en algo de la otra, de la blanca? ¿Dónde están nuestros doctores? ¿Dónde sus diagnósticos? ¿Dónde sus bisturís? ¿Dónde su mesa operatoria para intervenir en todo momento de peligro y cortar por lo sano? ¿Cómo, con que van a defender la revolución si, no sólo han humillado la bandera de sus postulados, mas han entregado al adversario todos los elementos profilácticos, les han arrebatado las armas a los pastores generosos y han dejado inermes a las masas?
¿Qué plan ese ése, si lo hay? ¿Qué se proponen nuestros doctores, con su proceder suicida? ¿A dónde van? ¿Dónde nos llevan? El alzamiento de mayo fue un aviso que se les dio y que no supieron aprovechar. ¡Ay de ellos si el corazón del Pueblo invade impetuoso el campo cerebral de los doctores! ¡Ay de ellos, porque, para las masas amargadas, no existen los muros de contención! Cuando se desbordan, cuando es la hiel del desengaño lo que proyectan al vacío sus corazones, lo arrasan todo, lo destruyen todo y se llevan por delante a los doctores inexpertos, tímidos o excesivamente conformistas al repantigarse en sus poltronas.

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"Necesidad de una Junta revolucionaria". Editorial. El Amigo del Pueblo, número 6. Barcelona, 12 de agosto de 1937.

En el artículo editorial del número anterior, sentábamos la necesidad de que es absolutamente indispensable poseer una teoría revolucionaria para poder ejercer la debida influencia en la calle. Y afirmábamos que la CNT y la FAI no supieron recoger el espíritu revolucionario de las jornadas de julio y de mayo, por estar huérfanas de esta precisión teórica que nuestra Agrupación propugna.
Uno de los aspectos que consideramos más transcendentales, de esta concepción que ha de informar el después inmediato de las jornadas callejeras, es el que hace referencia a la defensa de la revolución.
Los militantes de la CNT y de la FAI, que nos agrupamos en "Los Amigos de Durruti", creemos que forzosamente se ha de velar por la pureza de las esencias revolucionarias, durante los días álgidos del frenesí insurreccional, y estamos completamente convencidos que, durante un período más o menos largo, se ha de ejercer una tutela que ha de estar encaminada a encauzar el ritmo de la revolución por el sendero que se manifiesta, siempre, en los primeros instantes.
Las revoluciones dan calor, en todas las grandes conmociones sociales, a nuevos organismos que están revestidos de funciones específicas. En el decurso del año vivido hallamos pruebas fehacientes de estos órganos que, nacidos de las entrañas de la nueva gestación, tenían un marcadísimo sabor de innovación. Pero los errores cometidos fueron tales, que estos organismos que podían haber situado la "Nueva España" en un plan de renovación, al cabo de doce meses de una lucha cruenta, permanece en pie el armazón burocrático que es la expresión fiel de la etapa anterior al 19 de julio.
La costosa experiencia vivida nos inclina a manifestarnos por la indiscutible necesidad de orientar al pueblo en los instantes insurreccionales, y en los momentos inmediatos que siguen al choque violento. Aceptando esta tesis se ha de concretar acerca de la manera de estructurar este organismo rector y defensor de la revolución.
Las formas estatales, con su complicado engranaje, han fracasado completamente. La máquina estatal asfixia y acaba por crear nuevas promociones de privilegiados y de defensores de unas mejoras que atañen exclusivamente a un número reducido de individuos. Se necesita para el buen funcionamiento de la sociedad naciente una fórmula más ágil y dúctil, que permita cumplir honradamente las funciones sociales que son inherentes al nuevo momento que surge.
La constitución de una junta revolucionaria es una premisa ineludible. Esta junta estará constituida por una representación genuina de los trabajadores que hayan salido a la calle arma al brazo. Los hombres de las barricadas son quienes [formarán la junta revolucionaria] para defender la revolución y son los únicos que no venderán ni traicionarán los frutos del triunfo.
Del movimiento de julio hemos de sacar la conclusión de que a los enemigos de la revolución se les ha de aplastar sin compasión. Este ha sido uno de los errores capitales que ahora estamos pagando con creces. Esta misión de carácter defensivo correrá a cargo de la Junta revolucionaria, que ha de ser inexorable con los sectores adversos[67].
La duración de la tutela, que han de ejercer los trabajadores revolucionarios, dependerá del tiempo que tarde en consolidarse el nuevo orden de cosas[68]. Pero lo que no debe ocurrir es que por sentimentalismo, por cobardía, por incapacidad, o por confusionismo, se incurra nuevamente en los desvíos que han malogrado, por el momento, un ayer esperanzador que se ha trocado en una incógnita más.
La importancia de la constitución de una Junta revolucionaria es grandioso. No se trata de una elucubración más. Es la resultante de [una] serie de fracasos y de desastres. Y es la rectificación categórica de la trayectoria seguida hasta el momento actual.
En julio se creó un comité antifascista[69] que no respondía a la envergadura de aquella hora sublime[70]. ¿Cómo podía desarrollarse el embrión surgido de las barricadas, con un codo a codo de amigos y enemigos de la revolución? No era el comité antifascista, por su composición, el exponente de la lucha de julio[71].
Es preciso captar las ansias que se manifiestan en la calle y si se permite que se adulteren, en los primeros momentos, es seguro que en los instantes sucesivos continuará la degeneración manifestada en las formas primarias. No cabe duda que, si en los comienzos se mantiene una expresión rígida e incólume, la revolución alcanzará la meta por la que tantas vidas se han inmolado.
Además, existe una determinada zona de la población que, aunque pase a confundirse con el estado de cosas incipiente, lo realiza por mero instinto de conservación. Estos individuos figuran en los Sindicatos, en los lugares de trabajo. A esta zona, que ha de calificarse de divorciados de la revolución, no se les puede conceder representación en los nuevos organismos y muchísimo menos se ha de conferir cargos a los que son declaradamente enemigos.
Por estas razones que preceden, somos partidarios de que en la Junta revolucionaria solamente participen los obreros de la ciudad, del campo y los combatientes que en los instantes decisivos de la contienda se hayan manifestado como paladines de la revolución social. Si se tiene en cuenta esta relación de valores revolucionarios, no volverá a ocurrir que una gesta que fue ganada por los trabajadores pase a ser un gaje de la clase antípoda.
La agrupación "Los Amigos de Durruti" que supo hacer una crítica exacta de las jornadas de mayo, sienta, desde este momento, la necesidad de la constitución de una Junta revolucionaria, tal como nosotros la concebimos, y la creemos indispensable para defender la revolución de las arremetidas de las zonas que, sin ningún género de dudas, apuñalarían las conquistas que tarde o temprano tengan que ganarse nuevamente con las armas en la mano[72].
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["FULMEN"][73]: "La revolución francesa y la nuestra. Mientras ruge el cañón". El Amigo del Pueblo, número 6. Barcelona, 12 de agosto de 1937.

Vamos a cerrar, con el presente artículo, el estudio comparativo entre los diversos episodios y etapas de la Revolución francesa y la nuestra. Sin la menor pasión, sin prejuicio alguno, hemos estudiado nuestras convulsiones revolucionarias para enfrentarlas con las francesas, que podrán servirnos de faro orientador, y, aun a pesar nuestro, hemos podido constatar los enormes errores de táctica en que han ido cayendo los dirigentes de los sectores de extrema izquierda en el curso natural de los acontecimientos.
Da pena contemplar el triste panorama que ofrece nuestro campo social. Ni una sola luz se ve brillar en el firmamento que indique un camino, un senderillo, un mal ramblizo a seguir para que el esfuerzo generoso del pueblo no resulte estéril.
Todo son tinieblas a nuestro alrededor. Todo lo ha podrido la egolatría estúpida, el afán de medro personal, el egoísmo salvaje de los hombres que se encontraron con una revolución en la calle y no supieron qué hacer con ella.
Ved en lo que han quedado las ideologías de la mayoría de nuestros responsables: ser ministro, ser consejero, ser jefe, ser subsecretario, ser director general, aferrarse a un enchufe, a dos, a tres...
Y esas apetencias de poder, ¿por qué? ¿Para defender desde las brechas gubernamentales los postulados mínimos de la revolución? ¿Para evitar estragos entre la población civil y hacer frente a la guerra? ¡Pero si no se ha defendido nada! ¡Pero si el pueblo no necesitaba acicates de clase alguna para lanzarse en masa contra el invasor! No: egoísmo, mediocridad mental, ausencia de todo plan estratégico, inexistencia de la más simple teoría revolucionaria. Eso es lo que ha determinado el desastroso proceder de nuestros responsables.
¿Dónde está el dirigente que pueda decir, que pueda gritar a todos los vientos agitando los puños: - Yo no he aspirado más que a un título: al de servidor de la revolución. ¿Quién, de los que ahora se roen los puños que a su debido tiempo no supieron levantar, puede ofrecernos una hoja de servicios limpia de pecado? A nosotros no nos importa lo que hagan los gubernamentales se llamen como se llamen. Lo que sí nos importa es el proceder de nuestros hombres, de nuestros responsables, de nuestros dirigentes. Y ese proceder no ha sido limpio ni abnegado. ¿Cuál de ellos en un rasgo de ejemplaridad renunció al sueldo del cargo que se adjudicaba y se limitó a percibir el mismo jornal de los que luchan en el frente? ¿Cuál de ellos ha renunciado a la cesantía en los destinos que la conllevan como secuela del orden burgués? ¿Cuál de ellos ha dimitido su cargo por cuestiones ideológicas? No, para vergüenza nuestra, todos se aferraron al presupuesto, y a todos se les ha debido echar de sus poltronas a puntapiés. ¿De qué han servido, pues, tantas concesiones, tantos girones dejados en la ruta, si no hemos plantado ni un mal mojón en la carretera? Desde la Convención, Marat, Robespierre y Danton, impusieron el orden revolucionario y se adjudicaron el poder con el que no contaban. ¿Qué hicieron nuestros hombres del poder TOTAL, ABSOLUTO, que el pueblo les entregó desde las barricadas? ¿Dónde está su obra? ¿Dónde su orientación? ¿Dónde sus fervores revolucionarios? ¿Dónde la huella de su paso? ¿Qué quedará en nuestro devastado solar cuando la sangre de los héroes anónimos se vaya secando? ¿Qué les diréis, hombres dirigentes, a las viudas, a los huérfanos, a las madres sin hijos cuando os pregunten en qué ha consistido vuestra revolución apoltronada?
Un hombre hubo, entre todos vosotros, que pudiendo satisfacer todas sus apetencias, justificadas por una larga vida de lucha y de dolor, renunció a ellas para caer como caen los héroes: dando el pecho y junto a sus hermanos, los parias. Ese uno, se llamó Durruti, cuyo ejemplo preconizáis vosotros en grandes carteles que el pueblo debe imitar. ¿Por qué no lo imitáis vosotros, pues? ¿Acaso ya no sois pueblo? Durruti no fue ministro, no fue consejero, no fue director general, y si fue "jefe", no es porque mandara sobre los lomos de los parias, sino en sus corazones. El era el sol, y el pueblo le seguía porque el pueblo siente el vértigo de la luz. ¿Por qué no le dais también esa luz?
Hay quien afirma que la presente guerra además de la tumba del fascismo, lo será también del anarquismo[74]. ¿De qué anarquismo? ¿De ese que para vivaquear precisaba de los ambientes enfermizos del gubernamentalismo? ¿De ese que al que desposeía a un capitalista de lo que injustamente atesoraba, le llama ladrón? ¿De ese que descubre agentes provocadores en los hombres de las barricadas? ¿De ese que todavía no se sabe exactamente si es colectivista, socialista, comunista o individualista?...
¡Si el anarquismo que ha decapitado la guerra es ese, que lo entierren y que le busquen familiares para llorarle, porque en la hermandad acrática, no hay quien le conozca! Ese es el anarquismo-topo y el nuestro es el anarquismo-luz.
No sabemos todavía lo que dará de sí la terrible convulsión que conmueve, no ya España, más el mundo entero. Muchos y muy contrapuestos elementos se agitan en la entraña del volcán hispano que es, en estos momentos, el centro del universo ideológico. La guerra es dura y hay que hacerla por algo. Y por eso, por ALGO, la hacía Durruti. Por eso, por ALGO, se entregó a ella en cuerpo y alma sin mancharse con el polvo y las telarañas de las poltronas ministeriales. Por eso, al hacerla, NO RENUNCIO A NADA NI CONDICIONO NADA, NI SE ACOMODO A NADA. Cargó con el fusil y se echó a la carretera que es donde estaba el adversario, dispuesto a adjudicarse la victoria a toda costa. Lo que hubiera hecho después, no lo sabemos. Sabemos lo que hizo y eso nos basta, que los hechos de los hombres son los que cuentan en las revoluciones, no las palabras, y mucho menos las buenas intenciones.
Sí; hay que hacer la guerra y hay que aniquilar la bestia carnicera que se nos ha venido encima. Nadie puede dudar de esta convicción en nosotros[75]. Nadie puede perseguirnos como elementos disolventes en estos momentos de angustia. Los anarquistas fuimos los primeros que salimos a la caza del lobo y ni un solo momento hemos abandonado las trincheras de vanguardia ni las dejaremos mientras la fiera aúlla. Pero de eso a suponer que la revolución está liquidada y que toleraremos que los lobos de retaguardia nos devoren, media un abismo. Ganaremos la guerra, sea como sea y a costa de lo que sea en sangre, pero, luego, cuando calle el cañón en los campos hispanos, cuando se quiera aclarar lo que se ha ganado en esta guerra, si los nuevos lobos quieren adjudicarse el botín, revivirá en nosotros, atronará el espacio la voz de Danton: - ¡Camaradas! - dirá - ¡La revolución no ha terminado!
Y los anarquistas muertos en las trincheras, los que no han sido ministros, ni consejeros, ni comisarios, ni directores generales, se levantarán de sus tumbas creyendo que es Durruti que les llama...

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"Nuevos derroteros. Una maniobra o un nuevo error". El Amigo del Pueblo, número 6. Barcelona, 12 de agosto de 1937.

No nos ha sorprendido, en lo más mínimo, el acuerdo tomado en el reciente pleno de Regionales de la Federación Anarquista Ibérica[76]. Sabíamos de antemano, que la mentalidad reformista que ha imposibilitado el triunfo de las esencias proletarias, en la revolución de julio, y más tarde, en el movimiento de mayo tenía que plasmarse forzosamente, más tarde o más temprano de una manera manifiesta.
No es el caso de discutir la importancia mayor o menor de que la FAI de ahora en adelante, pase a constituirse en una hilera de Agrupaciones que según el dictamen emitido por el pleno susodicho, tendrán el carácter de entidades públicas. Descubrimos un peligro mucho mayor.
La trascendencia del acuerdo tomado radica en que el grupo de camaradas que patrocinan esta metamorfosis, pretenden no solamente que la FAI posea una estructura orgánica similar a la que poseen otros sectores, sino que, en torno de esta disposición tomada de una manera ligera, se quiere perpetuar el colaboracionismo gubernamental que se inició después de julio.
Es decir, que cuando se presumía de una rectificación absoluta de errores y de tropelías, se agiganta la desviación y se sanciona como un algo perfecto todo un pasado catastrófico y contarrevolucionario.
La lección recibida no sirve para nada. En el transcurso del año vivido se ha podido constatar que no es posible compartir la responsabilidad revolucionaria con la pequeña burguesía, y con los partidos que aunque lleven la etiqueta marxista son un apéndice descarado de la mesocracia. Pero en nuestros medios no ha imperado todavía el sentido común.
Se ha dicho con toda claridad que se renuncia al comunismo libertario, con objeto de acercarse a los sectores antifascistas. Esto es formidable. ¿Por ventura los otros sectores renuncian a sus programas para atraerse a la CNT y a la FAI?
Es algo paradójico lo que ocurre de un tiempo a esta parte. En diversas ocasiones hemos dicho que nuestras organizaciones han apuntalado a Luis Companys y cuando el actual presidente de la Generalidad le ha parecido oportuno, se ha desprendido de la CNT. ¿A quién vamos a hacer ahora el juego? ¿A quién vamos a encumbrar para que después nos den la patada? ¿Será Largo Caballero? No nos extrañaría. [...]
Pero lo que verdaderamente nos preocupa es el nuevo programa que habrá de substituir al comunismo libertario. ¿Prevalecerá el confusionismo que sólo favorece a los arribistas y a los individuos que tan sólo pretenden encumbrarse a expensas del proletariado? ¿Se persigue que nuestras organizaciones pasen a ser un puntal de la democracia burguesa y por ende del capitalismo extranjero?
Parece que esta nueva orientación coincide con determinados editoriales aparecidos en Solidaridad Obrera. Se habla de gobernar. ¿Pero cómo se va a gobernar? ¿Se repetirán las composiciones híbridas que han discurrido a través del año contrarrevolucionario? ¿Se gobernará del brazo de la pequeña burguesía?
Hace cosa de unos días que uno de estos camaradas que patrocinan esta mutación, afirmaba públicamente que coincidíamos con una determinada frase o concepto emitida por Manuel Azaña en su último discurso. Pero ¿es posible se diga esto? Azaña hablaba de un régimen de libertad ¿Pero es que alguien creerá que Azaña puede garantizar un átomo de libertad a la clase trabajadora? ¿Y qué libertad es esa de la que nos habla Azaña? ¿Y cómo vamos a coincidir los anarquistas con uno de los mayores tiranos que ha tenido que soportar el proletariado?
Hemos llegado a la cima de las contradicciones que se han mantenido durante siete años. Se han combatido un sinfín de cuestiones y a muchísimos individuos para darles la razón en el instante en que todas las posibilidades para llegar a una concreción revolucionaria estaban declaradamente en favor nuestro. Y cuando era la hora de cumplir lo que se había difundido por medio de la palabra y de la pluma, se nos ocurre hacer la apología de Companys y de Largo Caballero y lo que es mucho peor, se ha anatematizado a los camaradas que se jugaban la vida para revalorizar las esencias de Julio que los reformistas de nuestras organizaciones pisotearon de una manera escandalosa.
La clase trabajadora está abocada a un trance difícil. En nuestro suelo todas las etiquetas eran falsas. Solamente se conservaban los actos sublimes de los camaradas que haciendo dejación de su vida ponían a salvo la dignidad del proletariado. Ahora se pretende desvirtuar la fracción más sana que prevalecía en la España obrera.
Mucho nos sospechamos que los patrocinadores del famoso dictamen no podrán uncir el proletariado al carro de la pequeña burguesía. Cuando termine la contienda actual o quizás antes, surgirá una gigantesca ola de rebeldía que sepultará a todos los enemigos del proletariado. Y entonces estaremos en la calle para llevar el proletariado a la cúspide de las conquistas revolucionarias.

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"Una dura experiencia". Editorial. El Amigo del Pueblo, número 7. Barcelona, 31 de agosto de 1937.

La crítica hecha en torno de los días memorables de mayo adolece de una falta de exactitud. No se ha llegado a aquilatar la importancia inmensa que entraña para la clase trabajadora el despertar brusco que nimbó por espacio de una semana las calles barcelonesas. Hemos escuchado de labios de militantes destacados de organizaciones obreras que nos son queridas, que la lucha de mayo poseía tan sólo el carácter de una protesta, y se ha negado públicamente que la insurrección, que superó en grandiosidad al levantamiento de julio, podía conducir al proletariado a la cúspide de sus quereres. Han transcurrido los días y parece talmente que mayo sea una fecha lejana. No se quiere profundizar en la envergadura de un gesto que presuponía la rectificación más absoluta al cúmulo de errores cometidos, y que nos han conducido a una situación de inferioridad respecto a los sectores que desde su infantamiento [?] son hostiles a los avances de la revolución social.
Persiste todavía el confusionismo. La sangre derramada en mayo no ha bastado para rasgar las telarañas que han ensombrecido la marcha triunfal del proletariado. Se insiste en una posición de término medio que fatalmente ha de beneficiar a los partidos políticos de la pequeña burguesía, en cuya órbita se encuentran los marxistas de la II y III Internacional.
Se renuncia a las soluciones totalitarias. ¡Se ha dado un carácter oficial a la decisión de omitir la implantación del comunismo libertario! El papel que va a jugar el anarquismo
- según declaraciones de camaradas que ocupan cargos de responsabilidad - es el de que ningún sector antifascista se aproveche, en beneficio propio, de los derroteros que podamos vivir de ahora en adelante.
¡Ni dictaduras, ni democracias!, se afirma. ¿A dónde vamos?
Sin un programa propio corremos el peligro de continuar siendo un apéndice de la democracia burguesa y nos exponemos a ser víctimas de cualquier sector que opere con audacia.
De las jornadas de mayo se comenta exclusivamente el número de bajas que ocasionó el choque violento. Pero la genuina significación de aquellos días, que pueden parangonarse con las convulsiones más brillantes que pueda registrar la historia, radica precisamente en el giro de una trayectoria anodina e inconsecuente.
Se han consumido ingentes resmas de papel para afirmar que el ensayo democrático burgués tuvo lugar en la etapa que data de abril de 1931 hasta los propios mojones de julio. En esta última fecha se vivió la imprecisión de un algo que sorprendió a las fuerzas más numerosas del proletariado sin aquella decisión que caracterizó una Convención francesa o bien un Octubre moscovita.
Nuestra hora presente ha de cifrarse exlusivamente en las enseñanzas vividas. Si nos empeñamos en cerrar los ojos a la realidad, que aún rezuma en los campos de batalla, en las cárceles, y en el conjunto de la arremetida contrarrevolucionaria, seremos descartados brutalmente de la arena peninsular.
Aún podemos salvar la revolución. Pero es preciso que nos dispongamos a actuar con inteligencia y coraje. No debemos ser tan necios que salgamos a la calle cuando el enemigo se lo proponga. Las insurrecciones han de plantearse cuando las circunstancias son favorables y cuando se tenga la convicción que el contrincante corre el albur de ser aplastado con relativa facilidad.
Pero una vez en la calle no se han de ceder las posiciones conquistadas y obrando con técnica insurreccional - se necesita una dirección y un plan de ataque - se ha de emprender una ofensiva vigorosa contra las posiciones enemigas.
No pueden ni deben repetirse las salvas callejeras. El momento actual - nacional e internacionalmente - es de una gravedad enorme. Cualquier falla que se registre puede ser de graves consecuencias para el avenir del proletariado. Son horas de responsabilidad que se han de traducir en la plasmación rápida de los propósitos.
Estas características que señalamos las hemos vivido en mayo. Si en aquellas jornadas se hubiese constituido una Junta Revolucionaria, posiblemente se habría neutralizado el cloroformo que se lanzó en grandes dosis, y se hubiera acabado con el mito de un armazón estatal que se cuarteaba por los cuatro costados.
No es tarea fácil la de lanzar profecías, pero sí estamos convencidos que el proletariado tendrá que empuñar nuevamente las armas para revalorizar las premisas sociales que con tanto ardor viene patrocinando la clase trabajadora desde años ha.
El proletariado catalán es mayor de edad. Conoce sobradamente su camino. Los trabajadores de la península no darán el brazo a torcer. La experiencia es durísima y de ella hemos de deducir que nos hemos de imponer con la contundencia de los fusiles y que hemos de aniquilar las fuerzas que son enemigas de la clase trabajadora y de la revolución.
No olvidemos la experiencia vivida. En ello radica nuestra salvación.
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"Proponemos la inmediata expulsión..."[77] El Amigo del Pueblo, número 7. Barcelona, 31 de agosto de 1937.

Proponemos la inmediata expulsión de nuestras Organizaciones de unos individuos llamados Miguel Bakunin, Pedro Kropotkine, Sebastián Faure, Enrique Malatesta y Ricardo Mella.
Como compensación a esta expulsión proponemos se organice un homenaje a los "intervencionistas" por haber logrado vencer el peligro contrarrevolucionario.
Nuestra "ortodoxia" nos hace incompatibles con los que facilitan conceptos y material a los "incontrolados", al tiempo que nos hace admirar la gloriosa "infalibilidad" de los grandes intérpretes de las "circunstancias".

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"Trece meses justos"[78] . El Amigo del Pueblo, número 7. Barcelona, 31 de agosto de 1937.

I.- Triunfo del proletariado en las jornadas de julio.
II.- Colaboración con la pequeña burguesía.
III.- Disolución de los comités antifascistas.
IV.- Golpe político de la URSS en el Gobierno de la Generalidad. V.- Muerte de Buenaventura Durruti.
VI.- Avance de la contrarrevolución.
VII.- Boicot de las columnas confederales.
VIII.- Venta de la ciudad de Málaga.
IX.- Jornadas de Mayo. ¡Alto el fuego!
X.- Gobierno Negrín en Valencia.
XI.- Gobierno presidencialista en Cataluña
XII.- Pérdida de las Patrullas de Control y de los Comités de Defensa.
XIII.- Orden Público y Defensa arrebatados por la contrarrevolución.
XIV.- Entrega de la factoría metalúrgica de Bilbao al fascismo.
XV.- Asesinato de militantes de las organizaciones revolucionarias.
XVI.- Represión violenta contra el proletariado.
XVII.- Las cárceles abarrotadas de trabajadores.
XVIII.- Prisiones gubernativas.
XIX.- Desaparición y muerte de Andrés Nin.
XX.- Asalto de colectividades, Sindicatos y centros culturales.
XXI.- Aherrojamiento de la Prensa revolucionaria.
XXII.- Disolución del Consejo de Aragón.
XXIII.- Miles de guardias, con abundante y moderno armamento, permanecen en la retaguardia, cobrando el plus de guerra.
XXIV.- Subida alarmante de las subsistencias.
XXV.- Azaña, Companys, y todos los grandes burócratas, siguen percibiendo los emolumentos de antaño.
XXVI.- Escasez de la comida. En los restaurantes de lujo siguen atiborrándose los mercaderes de la revolución.
XXVII.- El enchufismo a la orden del día.
XXVIII.- Los milicianos comen mal y cobran con gran irregularidad.
XXIX.- Reconocimiento de las prerrogativas religiosas.
XXX.- En Valencia se celebra la primera misa con carácter oficial.

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"Notas Breves. Se ha efectuado la reapertura del Parlamento catalán...". El Amigo del Pueblo, número 7. Barcelona, 31 de agosto de 1937.

Se ha efectuado la reapertura del Parlamento catalán. Todos los tiburones de la política catalana estaban presentes. La prensa destaca que también acudieron algunos diputados del Parlamento de Valencia que está a punto de reemprender sus tareas para continuar declarando cada mes el estado de alarma y seguir cobrando las mil pesetas.
Apretones de manos. Un ligero incidente entre España, el Fu-Manchú de los pasaportes, y Vidiella. Sonrisas del adámico autor de las "Tombes flamejants". Discurso presidencial. Reelección de Casanovas.
Los socialistas acusan a Casanovas de haber proferido frases encanalladas contra la España Antifascista. Se propone que se nombre una comisión. Los partidos burgueses opinan que no tiene importancia. Es natural. ¡Gassol pasando curas! ¡Casanovas en París intrigando contra el proletariado! ¡Los primates de Acción Catalana agarrados a las faldas del Padre Lobo! Los familiares de los ministeriales en el extranjero. Los bancos franceses cobijan los latrocinios de algunos encopetados políticos. Relaciones de toda esta recua de sayones con emisarios del fascio.
Por estas razones Izquierda Republicana de Cataluña, Acción Catalana y Romeva, consideraron que Casanovas es un buen muchacho... y que en el Jordán de la contrarrevolución todavía queda un obrero de agua para el castigador de una vedette famosa.
La revolución también lavará las culpas... Oído... ¿Llegará un día que todos los gandules vayan a trabajar?

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"La obra de la democracia burguesa". El Amigo del Pueblo, número 7. Barcelona, 31 de agosto de 1937.

Los acontecimientos se van precipitando. Aquellos augurios que meses atrás denunciábamos a la clase trabajadora, van adquiriendo consistencia en el radio peninsular.
En el artículo editorial aparecido en el segundo número de nuestro valiente paladín, señalábamos el gobierno Negrín-Prieto[79] como un espécimen descarado de la consagración de un nuevo orden de cosas que fatalmente había de repercutir en las filas del proletariado.
Nuestras presunciones están plenamente confirmadas. La cruzada emprendida por la policía catalana, al servicio del Gobierno de Valencia, contra el proletariado catalán se fundamenta en un pretexto de una futilidad enorme. Se patrocina el desarme de la retaguardia porque según los agentes de la contrarrevolución las armas deben estar en el frente. Con este motivo se asaltan Sindicatos, Locales culturales, Ateneos, Cooperativas, Colectividades y los domicilios que a la policía le interesa hollar.
El contraste a la búsqueda de armas, se descubre en los desfiles efectuados últimamente por los cuerpos uniformados en las vías céntricas de la ciudad. ¿Las fuerzas trasplantadas al suelo catalán, después de las jornadas de mayo, hacían gala de un material modernísimo, y abundante que mejor empleado estaría en el frente que defendiendo los intereses bastardos de una burocracia felona y voraz y de una burguesía que remonta de nuevo la cabeza como si la revolución fuese sólo una pesadilla pasajera.
No es de extrañar el ambiente que respiramos. El ministerio que preside el galeno de Prieto, del brazo de un acólito de Azaña, en la cartera de Relaciones Exteriores, ha nacido precisamente en un momento de desarticulación de las fuerzas obreras. Esta composición gubernamental pudo formarse porque "los trabajadores desorientados" abandonaron la calle y cedieron el perímetro glorioso de las barricadas a los enemigos encubiertos hasta mayo, pero declaradamente adversos después de mayo de nuestras conquistas de julio.
La labor represiva de los sectores del proletariado que todavía persisten en la senda emancipadora se ha acentuado enormemente. Nuestro camaradas son cazados como en los tiempos de mayor ensañamiento. Las mazmorras y las cárceles están repletas de trabajadores que son acusados de haber perseguido a fascistas, y estas denuncias son hechas por los propios fascistas que repuestos del espanto de los primeros días han vuelto a sus lares con toda clase de garantías gubernamentales y para colmo de los colmos, muchos de ellos exhiben descaradamente los CARNETS que el PSUC entrega deliberadamente a esta canalla fascista.
Los trabajadores que montaron una cooperativa son hundidos en la cárcel por los comerciantes que se sienten furiosos porque alguien se interpuso en su camino de latrocinios; nuestros camaradas del campo que mejoraron las condiciones de cultivo esforzándose en que la economía agraria rindiese lo indispensable para que los combatientes del frente, y sus hermanos de la ciudad estuvieran provistos de los artículos de primera necesidad, son perseguidos, acorralados, y sus cuerpos tostados por el sol y cimbreados por jornadas agobiantes son encerrados tras rejas como si en el haber de estos bravos camaradas existiese algún indicio de oposición al nuevo mundo que alboreaba con destellos de sangre a mediados de julio del año pasado; los milicianos también son detenidos, a pesar de que sus cuerpos están cosidos por las balas del enemigo; y los obreros de la ciudad que en mayo salieron a defender las conquistas económicas y sociales también van a Jefatura, a las cuadras de la Nestlé, y a la cárcel Modelo, lindamente maquillada con el sobrenombre de Preventorio Judicial, y los camaradas procedentes de tierras extranjeras que no hace muchas semanas desfilaban gallardamente por nuestras calles, en medio del aplauso unánime de la clase trabajadora y que puño al aire daban un colorido mundial a nuestra lucha contra el fascismo, son tratados como vulgares delincuentes, estos camaradas que los hemos visto llorar de emoción al pisar tierra española pasan ahora por le trance de verse perseguidos por quienes los recibían con aires de un marcado sabor internacional, hace cosa de no pocas fechas.
No es de extrañar que sea la clase trabajadora quien se vea maltratada por los sedicentes antifascistas. [...]
A los demócratas burgueses - Azaña, Negrín, Companys - les preocupa más que no falte la bencina a sus queridas que la puesta a punto de los aviones de caza con tal de ahorrar a la población civil los efectos terribles de los bombardeos; prefieren antes estos antifascistas que se agote la bencina en el frente y que muchos avances se vean entorpecidos por esta anomalía, que resignarse a que las mancebas que viven del presupuesto oficial y a costillas del pueblo, no puedan lucir sus desnudeces [...].
Pero la República democrática promete mucho más. El católico ministro de Justicia - Irujo - acaba de anunciar que en el solio antifascista se decreta la libertad de cultos; estratagema hábil para pactar con el catolicismo, pues en España no había otra secta religiosa que la Católica, Apostólica y Romana. Y en Valencia acaba de celebrarse oficialmente la primera misa con asistencia de representantes diplomáticos en el local de la delegación vasca y de algunas personalidades católicas. [...]
La Santa Sede bendecirá dentro de poco a los representantes de la democracia española; las prerrogativas espirituales del catolicismo han sido reconocidas por los demócratas burgueses. A la cabeza de esta maniobra criminal se hallan los satélites de Stalin. [...]
Sabemos que pensarán los camaradas del frente cuando se percaten de la traición que nos envuelve. Su primer impulso será el de arrojar el fusil, pues no sabrán si defienden a la clase trabajadora o al cardenal Segura; pero los trabajadores han de continuar [luchando en las trincheras, sin abandonar] los fusiles, para volverlos en la primera ocasión que se presente, contra los enemigos del proletariado que en Valencia y Barcelona están desnaturalizando aquellas esencias revolucionarias por las cuales tantos hogares sienten la nostalgia de sus seres más queridos.
Camaradas: Contemplad lo que puede dar de sí la democracia burguesa y los traidores y cobardes que patrocinan tamaños desafueros.

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"Un problema angustioso. El de las subsistencias"[80]. El Amigo del Pueblo, número 7. Barcelona, 31 de agosto de 1937.

No hay que ir con paliativos en este problema que ofrece diversos aspectos: el de la distribución equitativa por su carestía, sin tener en cuenta hombres y jerarquías y el de la venta al detall, sin intermediarios, que puedan encarecerlo hasta el infinito.
Son muchas las veces que hemos dicho, preveyendo estos momentos, y por espíritu de igualdad, que sólo la carta de racionamiento para todos, sin distinción, con las debidas sanciones para quien por otro conducto quisiera proveerse, sería la única manera de paliar tan importante problema. Pero la revolución no se ha ahondado para igualar jerarquías y anonimatos. Unos consumen a dos carrillos y el resto, aun con medios, no puede adquirir lo indispensable.
No menos importante es el trasiego de la venta al detall, hoy en manos de la pequeña burguesía, o sea tenderos. Estos han conseguido lo que se proponían: operar sin control y en plena libertad.
El PSUC, defensor de estos ogros, por medio de campañas de prensa calumniosas y demogógicas protestaba por la ingerencia de Comités de la CNT, afirmando ser los causantes de los precios elevados. Incluso se llegó a las manifestaciones de mujeres con pancartas. Por fin consiguieron sus propósitos: aquellos comités no ejercen ningún control, pero en cambio, hoy, con el presente desbarajuste de la venta libre, se han triplicado todas las subsistencias.
He aquí algunos de los artículos durante la intervención de los Comités y después: Barat, ayer, 1.75 pesetas la libra, hoy, 4 pesetas; Filetes, 2.50, hoy, 4.50; Jabón, 1.40, hoy 10; Alubias verdes, 0.60, hoy 1.75; Tomates; O.30, hoy, 0.60; Huevos, docena, 5, hoy 14, Conejos, uno, 7, hoy 15.

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SANTANA CALERO, Juan: "Jaime Balius, el periodista que no claudicó". Superación, número 41. Organo de la CNT-FAI de Sabadell. Sabadell 17 de septiembre de 1937.

¿Hay solidaridad en los estamentos proletarios? ¿Degeneran nuestros principios de ética justa y humana entre el tráfago de la mecánica orgánica? Ignoramos hacia donde marchamos en esta hora en que la revolución observa su perfil amenazado.
Jaime Balius, militante del movimiento libertario. Periodista incapaz de claudicar ante el dictado de cualquier influencia extraña a su propia interpretación revolucionaria, está preso. El hecho de haberse alzado entre tanta relegación ideológica para defender viril y enérgicamente el concepto anarquista de la revolución le ha deparado su larga prisión. Enfermo, atacado por los propios militantes de nuestro movimiento. Único en esta tarea de reivindicar al periodismo auténtico de ese otro falso y mercenario que presenta diferentes facetas, nuestro compañero es un símbolo que nosotros, sin estúpidas y degradantes idolatrías apreciamos por lo que tiene de noble y anárquico. Sin renunciar a las condiciones vitales que socialmente alentaron el 19 de Julio.
Y Balius está preso. ¿Delito? Eso: periodismo revolucionario[81]. Desplazamiento total del sofisma y de la intriga política. Actuación al margen de las transigencias suicidas cuyo corolario ha de ser el mismo que debió matizar constantemente la defensa de nuestros derechos. Cuando un periodismo sinuoso y torpe; ignorante e impersonal, surge entre el légamo del retroceso clasista, nuestro deber es acusar a nuestros compañeros de profesión. A quienes siendo periodistas proletarios e incluso compartiendo exactos principios aun cuando no iguales tácticas, rehusan la solidaridad y olvidan a ese hombre cuyo dolor nosotros aumentamos al no lanzar nuestro grito protestario.
Y deben saberlo los trabajadores de Cataluña. Y los del Centro. Y esos otros de Andalucía. Donde quiera que existan auténticos militantes revolucionarios no debe ignorarse que existe un periodista preso por no aceptar la barbarie que implica el restablecimiento de la censura para los artículos doctrinales. Para los comentarios formulados al margen de los planos militares.
Tenemos un concepto del periodismo algo distinto del que sustentan la mayoría de sus adeptos. Es fácil humillarse y actuar como pieza. Desprenderse de la propia idea y cederla a otros factores. Es más difícil, para muchos imposible, propugnar con dignidad por que las conquistas de la clase trabajadora no sean quebradas. A tal término hemos llegado que observamos el sectarismo y el odio...
¿Quién le hubiese dicho a Balius que después del 19 de Julio iba a conocer nuevamente el color sombrío de las celdas carcelarias? ¿Hubiesen sospechado los trabajadores que su sangre sería adulterada por los profesionales de la política llamada mentira y Estado?
Lo paradójico para nosotros no es la detención casi indefinida de Jaume Balius[82]. El estado cumple con su deber. ¿Y nosotros cumplimos el nuestro? !no! Recordemos la detención de Gonzalo de Reparaz. Inmediatamente se movilizó la Prensa confederal para proclamar esa violación de la libertad de pensamiento. Bien, Jaime Balius tiene tal vez la fatalidad de no poseer ciertos conocimiento universitarios. Pero tiene una ventaja. Su cerebro no ha retrocedido un momento en defensa de los auténticos principios y tácticas propias de la revolución. Solidaridad Obrera protestó de la detención de Gonzalo de Reparaz. No así de esta prisión prolongada que se hace a un militante libertario.
La solidaridad, condición indispensable en la lucha, quiebra ¿Qué causa motiva tal actitud? No las ignoramos. Pero la detención de Jaime Balius es un problema de dignidad. Y su solución pertenece a todos los núcleos libertarios. Hay que hacer que en todos los lugares de la España antifascista se reclame urgentemente la libertad del único periodista revolucionario encarcelado por tal motivo y actualmente enfermo y vigilado en una Clínica de Barcelona. Hay que patentizar que el proletariado no olvida en su amargura a los hombres que sin aspirar a la fanfarria y a la propaganda especulativa, sufren por nuestra propia causa que es la conquista de la verdadera libertad.
Tenemos fe en que se reaccionará ante este caso. Nuestra lucha de ayer, hoy y mañana, no puede deparar en esta situación irritante. Queremos que de los Sindicatos, Ateneos, Grupos Anarquistas, Juventudes Libertarias, etc... surja el clamor que logre arrancar a nuestro camarada de esta etapa sombría e incierta.
¿Lograremos este objetivo? Hay que procurar no fracasar. Jaime Balius: el periodista que no claudicó. El hombre íntegro que ha abierto con su pluma brechas de luz en el cerebro de los trabajadores. Tiene derecho a esta nuestra actitud.
Y la revolución, si es que no resulta una palabra-antifaz, tiene que lograr la libertad de él, para inmediatamente pedir ¡que vergüenza! la amnistía para los presos antifascistas recluidos en las cárceles antifascistas.
J. Santana Calero.
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"Para triunfar se necesita un programa"[83] . Editorial. El Amigo del Pueblo, número 8. Barcelona, 21 de septiembre de 1937.

A pesar de que los momentos que atravesamos están preñados de una intensa preocupación bélica, sería suicida si intentásemos soslayar el motivo fundamental que engendró la ciclópea disputa que hoy se dirime enconadamente en los campos de batalla.
No obstante el interés que se observa en todos los sectores antifascistas de cifrar tan sólo nuestras esperanzas en la consecución de los objetivos guerreros, creemos que es necesario que avistando un mañana más o menos inmediato, se forjen los pilares de un nuevo levantamiento de la clase trabajadora.
Pero la experiencia de catorce meses ha de servirnos para que nos percatemos, de una vez, que sin unas directrices categóricas y sin un contenido programático, es del todo imposible conducir el proletariado a la cima de sus propósitos.
En los medios anarquistas se había teorizado hasta los mismos lindes del 19 de julio acerca del Comunismo Libertario. Pero nuestros propios teorizantes se arredraron en el preciso instante que la voluntad de las masas populares se prestaban a los ensayos de mayor envergadura.
La desorientación iniciada en julio ha cundido de tal manera que al llegar a la fecha presente se observa un conformismo tal, y una renuncia tan enorme a las aspiraciones revolucionarias, que sólo puede atribuirse a la ausencia de una línea a seguir.
El detalle que estamos comentando se descubre en todos los sectores. La Revolución de julio hizo añicos todos los programas y todas las perspectivas que informaban las distintas organizaciones que acudieron al palenque de las armas.
La labor desarrollada por el proletariado, desde julio hasta la hora presente, ha de calificarse, sin ambages, de sostén de la burguesía que se apellida democrática. Nadie puede afirmar que la epopeya española haya sido encauzada por un sendero netamente proletario.
¿Puede atribuirse esta falsa interpretación de las jornadas de julio a los trabajadores? ¿Es culpable la masa, en general, de que de los charcos de sangre no brotase un mundo que estuviese de acorde con los anhelos que cobijaban las entrañas de aquellos camaradas que sacudieron con su gesto heroico una amenaza satánica?
A las grandes masas no se les puede conceder una absoluta responsabilidad de sus actos. Son todavía muy recientes los vicios en que nos ha envuelto - y nos envuelve todavía - el capitalismo. Las ingentes concentraciones de seres humanos necesitan que las oriente alguien.
¡Eran los elementos responsables de la CNT y de la FAI quienes debían llevar el proletariado a la meta de sus aspiraciones! No hubo una visión inmediata. La teoría se anquilosó ante la realidad de los hechos. A medida que el dislate ha ido tomando cuerpo, se han aumentado las proporciones del desastre. No se tiene confianza en la implantación del comunismo libertario. Pero en su lugar, ¿qué se mantiene, qué es lo que se defiende?
El número crecido de camaradas de la CNT y de la FAI que nos agrupamos en Los Amigos de Durruti nos hemos dado perfecta cuenta de por qué en mayo no se supo, ni se quiso, salvar la revolución. Las fechas vividas nos han brindado el enigma que tratamos de descifrar a trueque de los mayores sacrificios.
Las revoluciones no crecen como si se tratase de vegetación espontánea ni pueden abandonarse en manos de los mercaderes ni de los incapacitados. Las convulsiones sociales precisan de un guión que sea la salvaguarda de las masas que han intervenido en la conmoción.
Por las razones apuntadas, nuestra Agrupación sostiene la necesidad de que la próxima vez que el proletariado se bata de nuevo por la conquista de su supremacía absoluta en la dirección del país se constituya sin perder un solo minuto una JUNTA REVOLUCIONARIA integrada por los combatientes de las barricadas, por los camaradas de los lugares de trabajo, por los camaradas del campo y por los camaradas que luchan a brazo partido en los campos de batalla.
La exclusiva garantía de que el esfuerzo de los trabajadores no vuelva a desdibujarse, por enésima vez, en los pasillos de los centros burocráticos, en las antecámaras de los personajes (y para evitar que florezcan los eternos vividores) se encuentra únicamente en un codo a codo de los hombres que en los álgidos momentos de la lucha ocupan los puestos de peligro en la calle.
La revolución española rebrotará del marasmo actual. Pero no descuidemos de ir sentando un criterio favorable a las aspiraciones inmediatas que constituirán el enfoque del período de transición que más tarde nos ha de llevar a una sociedad totalmente anarquista.
La opinión hay que forjarla en los Sindicatos, en los lugares de trabajo o en las líneas de fuego. El programa de la Agrupación Los Amigos de Durruti se impondrá porque recoge la experiencia de las jornadas de julio y de mayo.
Nuestros camaradas han de propagar nuestro programa, que consiste en la creación de la Junta Revolucionaria para encauzar y defender la revolución; en la hegemonía intrínseca de los Sindicatos en la vida económica del país, y en el respeto absoluto a la personalidad indiscutible de los Municipios.
El triunfo de la revolución social precisa de un programa. Los resultados que estamos palpando atestiguan que tenemos razón.

*

"La Agrupación "LOS AMIGOS DE DURRUTI", a la clase trabajadora"[84]. El Amigo del Pueblo, número 9. Barcelona, 20 de octubre de 1937.

Nuestro origen.
La Agrupación "Los Amigos de Durruti" ha nacido al calor de las grandes jornadas revolucionarias.
A las pocas horas de aquel memorable levantamiento popular de julio un crecido número de militantes de la CNT y de la FAI se dirigieron arma al brazo hacia tierras aragonesas.
Las incidencias de la guerra y de la revolución, llevaron a nuestros camaradas a los lugares de avanzada. No éramos guerreros. Nuestros anhelos por una sociedad justa y humana, nos lanzó a trocar la herramienta de trabajo por el fusil.
Las desviaciones surgidas en la trayectoria de la revolución española nos indujo a intervenir de una manera activa y personal acerca de los derroteros de la misma.
A principios del mes de marzo del año en curso se constituyó en la ciudad de Barcelona la Agrupación "Los Amigos de Durruti". Nos juntamos en torno del recuerdo heroico del paladín de la clase trabajadora, un gran número de camaradas de la CNT y de LA FAI, venidos unos del frente de batalla y otros que cumplieron con justeza en cuantas ocasiones se han tenido que defender los intereses del proletariado en las barricadas, en los lugares de trabajo, y en donde haya sido necesario ofrendar nuestra vida por las reivindicaciones de los parias de la ciudad y del campo.
El nombre de Durruti es tan solo un lema distintivo. Pero nuestras aspiraciones se cimentan en un algo mucho más hondo que la personalidad del camarada caído en el cumplimiento de su deber.
Nos hemos constituido en Agrupación para defender la revolución amenazada desde luengas fechas por los enemigos declarados de ella y por los criterios vacilantes que no supieron perseverar las conquistas revolucionarias de los ataques enconados de los adversarios que permanecían agazapados en las primeras semanas subsiguientes a julio.
Sépanlo todos los camaradas y todos los trabajadores: Buenaventura Durruti es para nosotros el gran camarada, el hombre que derramó su sangre en el preciso instante que la capital de la España proletaria veía sus calles holladas por los cascos de la caballería morisca. Durruti es para nosotros el trabajador que mantuvo hasta la hora suprema de la muerte el espíritu indomable que ha de presidir la resurrección del proletariado español.
Pero el objetivo que nos mueve a "Los Amigos de Durruti" es un sentido altamente anarquista y revolucionario pasando por encima de los atributos del camarada que ha inmortalizado la expedición a tierras aragonesas. Perseguimos una finalidad redentora. Nos erigimos en paladines de la revolución social.
Las jornadas de Mayo.
El hecho más culminante que encontramos en el curso de los acontecimientos que se han desarrollado en el marco de la península ibérica, desde el momento que amanece el resurgimiento de la clase trabajadora, es el forcejeo de un colorido intenso de rebeldía que matizó con trazos de sangre el perímetro de la Cataluña proletaria.
En esta fecha histórica estuvimos en la calle. Defendimos con la sangre derramada por valerosos camaradas las conquistas de julio. Fuimos a las barricadas para barrer el paso a los sectores contrarrevolucionarios que con marcado empeño se oponían a que la revolución siguiera avanzando. Nuestra agrupación alcanzó nombradía en mayo. La octavilla que repartimos en las barricadas, y el manifiesto que lanzamos a los pocos días, despertaron la curiosidad de un crecido núcleo de la población antifascista, y al unísono pudimos constatar el interés que sentía por nuestros objetivos la clase trabajadora.
Es en las jornadas de mayo que se precisó el verdadero carácter de la revolución española. En julio se puede alegar que el impulso callejero respondía a una agresión de las fuerzas reaccionarias, pero en mayo se delimitaron los campos con tal nitidez que no queda la menor duda de la naturaleza de aquel choque que forzosamente ha de quedar sentado como un jalón en los anales de la revolución española.
Nuestra agrupación tuvo la virtud de saber interpretar el hecho de mayo. No tuvimos el menor propósito de zaherir a organizaciones que nos son entrañablemente queridas. Al situarnos en la calle procuramos salvaguardar los intereses y los postulados de la CNT y de la FAI.
Que nadie dude el propósito que nos informaba. Nunca hemos salido a la calle en contra de los ideales que nos son comunes y nunca atentaremos contra las organizaciones por las que hemos luchado siempre con marcado desinterés y con harto cariño.
La lucha de clases.
A pesar del abandono manifiesto del principio básico que anima a la clase trabajadora en su pugna cotidiana con la clase capitalista no es posible soslayar que las revoluciones de un profundo sentido social no pueden discurrir sin hacer hincapié, de una manera candente, en la lucha de clases.
La acción directa que es el verdadero exponente de la lucha de clases no ha hallado un reflejo exacto en nuestra revolución.
Mientras la clase capitalista era dueña de los destinos del país, sin estar sujeta a la más pequeña restricción en las esferas del poder, la lucha de clases tuvo campo abierto en tierra española. La Confederación Nacional del Trabajo representó el adalid de una clase que no acepta componendas ni tratos con sus adversarios.
Se ha alegado que desde julio se había iniciado una época constructiva y que aquellas características salvadoras, que tenían antes nuestras organizaciones, debían convertirse en otros caracteres que aún no han llegado a concretarse por ninguno de los defensores del cambio de táctica.
Nosotros entendemos que el espíritu de clase aún subsiste y que no debía haberse hecho dejación de aquel carácter irreconciliable que ha enfrentado siempre a trabajadores y a capitalistas.
Somos anticolaboracionistas.
La pérdida de la revolución ha de atribuirse exclusivamente al error en que se ha incurrido al compartir las responsabilidades del Estado con los capitalistas de grande o de poca monta.
Nos damos perfecta cuenta de la gravedad del momento actual. Conocemos los obstáculos que se han levantado contra la España antifascista y los inconvenientes que todavía subsistirán por parte de las potencias que impropiamente se llaman democráticas.
A pesar de los enormes peligros que se ciernen sobre el proletariado español estamos persuadidos de que es una medida absurda reforzar los organismos estatales burgueses. Precisamente se ha de seguir una táctica opuesta. Se ha de debilitar al enemigo de clase, aunque momentáneamente por una serie de circunstancias nos batamos juntos en las trincheras.
En los momentos culminantes es cuando se ha de hacer gala de mayor decisión y de mayor oportunismo. La pequeña burguesía y los sectores marxistas, no pueden vencer al fascismo sin contar con el proletariado revolucionario. Si intentan prescindir de los trabajadores auténticos serán arrollados. La potencialidad de una organización revolucionaria se ha de cotizar en su verdadero valor, en defensa de la propia revolución. Ya que en julio y en mayo no se estuvo a la altura de las circunstancias, en la hora presente hemos de rectificar los errores cometidos en aras de la unidad confederal y anarquista.
No tenemos necesidad de usufructuar carteras. Nuestro lugar está en los lugares de trabajo, en los campos de batalla, manteniendo el verdadero espíritu revolucionario que ha hecho invencible al proletariado que se ha cobijado bajo la enseña roji-negra.
La revolución saldrá ganando si nos alejamos de los departamentos ministeriales, y en cambio, insuflamos un espíritu de rebeldía en los frentes de batalla y en las filas de la clase trabajadora.
Teníamos razón.
No presumimos de videntes ni de infalibles. Pero en el caso presente la razón está de nuestra parte.
En un mitin celebrado por nuestra Agrupación en vísperas de mayo decíamos que la contrarrevolución trataría de diezmar las organizaciones obreras que aún no renunciaban a la concreción de los postulados por los que están encharcados los campos españoles de sangre y de restos humanos. Señalábamos una represión despiadada. No nos equivocamos. Las cárceles están abarrotadas de trabajadores sin que la algidez de la guerra y sin que los cantos de sirena en torno a la unidad, haga rectificar a los mercaderes de nuestro solio.
Se han asaltado sindicatos, colectividades, centros culturales. Se han asesinado obreros. Se han cometido innumerables tropelías.
Señalamos el por qué en fechas ha. Y hasta en el caso de Maroto fuimos los primeros en levantar la voz, pues sabíamos que si no se reacciona ante los atropellos y los desmanes el enemigo coge agallas y multiplica sus desafueros.
La unidad proletaria.
Somos partidarios de la unidad de la clase trabajadora. Pero queremos que se realice entre trabajadores, sin que a espaldas nuestras puedan seguir viviendo una retahíla de enchufistas y de vividores que sólo se acuerdan del proletariado para exprimirle el jugo como antaño hacían los potentados que hoy están al lado de Franco.
Pero hay que concretar. Nos hemos de unir con los que tengamos un objetivo común. Pero con los sectores pequeño-burgueses todo lo más que puede establecerse es una ligera entente con vistas a la guerra, pero sin ningún compromiso por lo que afecta a la marcha de la revolución.
El asalto de la UGT por los marxistas de Moscú, complica la campaña pro-unidad. No nos complace tampoco Largo Caballero. Pero si la UGT llega a situarse en un terreno revolucionario se puede aceptar una alianza, procurando que seamos los obreros de la CNT quienes arrastremos a la UGT y que no sea la UGT la que nos arrastre como casi siempre ha ocurrido.
Respecto a la UGT de Cataluña hay que hacer una salvedad. Esta central sindical no tiene nada de organización obrera. Es un exponente declarado del GEPCI, de la Lliga y del marxismo staliniano. No es posible pactar con ellos.
Los marxistas han de cambiar inmediatamente de táctica si no quieren ser desbordados por los propios trabajadores. Además, el Partido comunista español ha sufrido un rudo golpe con el descentramiento [?] de la política internacional. Al convertirse Inglaterra en el eje de los conciliábulos internacionales, el poder del Kremlin deja de pesar en España. No lo olviden los marxistas.
La actuación del marxismo ha sido funesta para la guerra y para la revolución. En la dirección de la guerra sólo han perseguido éxitos parciales, con el objeto de reforzar su posición política para desplazar a la CNT y a la FAI. Y así se produjo el desastre de Brunete, y así se ha tenido abandonado el frente de Aragón para impedir que los anarquistas pudiésemos vigorizar la revolución española con el despertar de nuestros hermanos de tierras aragonesas, que al verse libres de la opresión fascista hubiesen sumado sus esfuerzos a los bravos militantes de la Confederación Nacional del Trabajo.
No podrá hablarse de unidad proletaria, ni antifascista, mientras en las cárceles sigan aherrojados centenares de camaradas. Y cuando se trate el aspecto de la unidad no ha de olvidarse que la pequeña burguesía ha de confundirse con la clase trabajadora, pero nunca que sea la clase trabajadora quien pierda posiciones en pos de los intereses de la burguesía de poca monta.
No aceptaremos un armisticio.
Las complicaciones de la política internacional pueden desembocar en un desenlace trágico para la clase trabajadora española.
La tragedia de la China nos ha relegado a una condición de víctimas de segunda mesa. Los políticos del Foreing Office están sumamente preocupados por los enormes intereses británicos que en Nanquín, Cantón y en otras poblaciones chinas, se hallan en evidente peligro. El problema español les resulta engorroso. Si no fuera por el evidente interés que alcanza a Francia, ante una supuesta victoria fascista, es casi presumible que la política inglesa hubiera intentado ya liquidar vergonzosamente el pleito español.
No obstante la vecindad franco-española tememos que Inglaterra trate de imponer un armisticio en tierras españolas. Y quien sabe si en esta tarea cuenta con eficaces auxiliares entre el montón de politicastros indígenas.
El abandono registrado en la ciudad de Barcelona durante los últimos bombardeos y la ausencia de protección aérea en diversos lugares que nos reservamos, además de la táctica seguida por el gobierno de Valencia respecto al abastecimiento de Cataluña, quien sabe si está relacionado con la preparación de una psicosis favorable a la terminación de la guerra; y esto intentan lograrlo buscando el cansancio de la población de la retaguardia.
No es preciso ser un lince para percatarse de que se quiere dar un trato de "hotentotes" a los trabajadores españoles. Sepamos vigilar las maniobras de los enemigos y de los que se llaman amigos. No aceptaremos un armistico, pues el cese de las hostilidades, con el pretexto de la retirada de los voluntarios, tiende exclusivamente a imponer la más humillante de las situaciones que pueda registrar la historia.
Nuestra posición.
La Agrupación "Los Amigos de Durruti" mantiene un criterio especial dentro de los medios anarquistas que no está en pugna con el anarquismo ortodoxo pero que tiende a que los esfuerzos de los trabajadores no sean baldíos en las etapas culminantes de la revolución española.
De las experiencias de julio y de mayo hemos sacado la conclusión de que la revolución necesita una fuerza que la defienda y que la proteja contra los ataques de la burguesía
y de la pequeña burguesía, que sólo desaparecen cuando se las aplasta.
Nos damos perfecta cuenta de que el anarquista puro discrepará de nosotros en determinados aspectos, pero es necesario precavernos contra este fárrago de improvisaciones
que nos presenta inermes ante el enemigo. Para vencer se ha de emplear la fuerza sin olvidar la orientación ideológica y el aspecto programático.
Pero al hacer este distingo respecto al anarquismo ortodoxo hemos de señalar que también nos hallamos distanciados de los colaboracionistas con la burguesía, que comparten y refuerzan los resortes del poder que fatalmente se convierte en un dogal para la clase trabajadora. No estamos completamente de acuerdo con los anarquistas ortodoxos que en el curso de la revolución se han de emplear procedimientos y maneras, que a lo mejor estarán en pugna con nuestra manera de pensar, pero, que tienen la virtud de salvar la revolución y de llevarla a buen recaudo.
Y con la trayectoria seguida desde julio discrepamos de una manera manifiesta. Nos situamos en el término medio, entre los ortodoxos y los colaboracionistas.
Nuestro programa.
En anteriores números hemos trazado nuestro programa. Insistimos en la necesidad de que en un próximo o lejano movimiento, se constituya como medida defensiva una junta revolucionaria. Esta apreciación que introducimos, presenta una innovación en las propagandas hechas en nuestros medios.
Todos los demás aspectos - poder económico a los Sindicatos y Municipios Libres - entran de lleno en los postulados de la CNT y de la FAI. No decimos nada de nuevo. Revalorizamos los principios confederales. Tan sólo añadimos la Junta Revolucionaria. Pero sentamos y mantenemos su necesidad social y revolucionaria.
Camino a seguir.
Hemos señalado nuestra posición no colaboracionista. Hemos de mantener una alta dosis de serenidad sin caer en los hechos esporádicos e individualistas.
La revolución puede salvarse. Se precisa empezar de nuevo. Con tesón y con entusiasmo lograremos dar un giro favorable al devenir de la revolución.
No caigamos en el nerviosismo estéril. Los trabajadores que están dispuestos a defender la revolución han de ingresar en nuestra Agrupación. En las fábricas, en los talleres, en las compañías, en los batallones, en el campo y en todos los lugares se trabajo deben formarse Grupos de Amigos de Durruti.
Camaradas: Lucha a muerte contra el fascismo. Pero aprestémonos para renovar las jornadas revolucionarias cuando el momento sea propicio para ello.
*

"XX Aniversario de la Revolución rusa. LENIN: OCTUBRE". El Amigo del Pueblo, número 9. Barcelona, 20 de octubre de 1937.

Con Lenín, ocurre lo contrario de lo que con la mayoría de los hombre luminosos: es preferible hablar de su vida que de su obra. En la intimidad de Lenín todo es verdad, todo es ascético, todo es vertical, enérgico, terco y firme de líneas. En su obra no aparece más que la indecisión, la duda, la nebulosa teórica. Verdad es que la obra de Lenín apenas tuvo tiempo para tomar cuerpo, para formarse. Quedó en balbuceo. Ni siquiera un año pudo gobernar con lucidez. Y aun durante ese año hubo de luchar con dos factores casi inhumanamente insuperables: su carcomida resistencia física y la ausencia de convicciones revolucionarias en cuantos le rodeaban. El y Trotzki fueron de los contados hombres que en aquellos momentos épicos de octubre del 17 no temieron a la revolución y la arrastraron con todas sus consecuencias. Es muy deplorable reconocerlo, pero Lenín no era un constructor. En este sentido queda mucho más destacada la labor de Trotzky, que supo liberarse a tiempo de lo más pesado y capcioso de las influencias marxianas y vio la revolución desde un punto de vista más simple y eficiente.
Lo verdaderamente admirable en Lenín es su vida, sus gestos, sus actitudes, sus decisiones. Todo es subversivo en él. Nada de los existente en el mundo lo considera aprovechable. Todo ha de ser destruido.
Menudo, bilioso, reconcentrado, intolerante, tan implacable se nos ofrece consigo mismo como con sus adversarios. Ni a él ni a sus abnegados familiares, que le siguieron siempre en su éxodo sin fin, hizo nunca la menor concesión en cuanto a los goces que la vida ofrece. Del mundo capitalista no quería nada, ni siquiera la felicidad.
Muchas veces, al seguir sus pasos a través de sus biógrafos, nos ha producido la sensación de una locomotora de enorme potencia reconcentrada en sus entrañas, tratando de avanzar contra muros y murallas inabatibles y lanzándose sobre ellas con la esperanza de producir, si no su derrumbamiento, por lo menos algún desperfecto de consideración.
Casi solo, mantuvo siempre el principio de "la revolución hasta el fin". Lo que más le desesperaba eran las componendas, las válvulas de expansión a que recurrían mencheviques y bolcheviques ante la adversidad. No: cuanto más dura fuera ésta, mayor había de ser la resistencia que se le opusiera más profundo el odio que concentrara, más densa la bilis que acumulara. Nada de expansiones, nada de adaptaciones: a un lado una clase, al otro otra, hasta aniquilarse en los choques. El más fuerte triunfaría.
Cuando estalló la guerra europea, sus ojillos de hurón relucieron carbunclos. Era la fiera que oteaba la presa. El árbol de la revolución no tardaría mucho en poder ser sacudido, cargado de fruto.
Mientras rugían los cañones, se agazapó en Alemania y comenzó a trabajar "bajo tierra". No le interesaba a Lenín que vencieran los unos y los otros. TODOS ERAN SUS ADVERSARIOS. El mundo capitalista se destrozaba a si mismo. Por una vez recurrió a la astucia y buscó una amistad que le convenía. En eso vio claro. Se infiltró en los ambientes bélicos y supo dar la sensación a los germanos de que estaría dispuesto, en un momento decisivo, a ser "traidor" a su patria. ¡Su patria! ¡Estupendo tópico! ¿Cómo iba a ser traidor a su patria, si esta todavía estaba por nacer? Porque la Rusia capitalista no era su patria.
Los alemanes cayeron en el cepo y, en vez de fusilarle, decidieron aprovechar a Lenín para sus fines. Rusia estaba depauperada. No podía ya con la guerra. Tres años de lucha la habían dejado exhausta. Era un autómata que se mantenía en las trincheras por ley de inercia. Un vendaval revolucionario acabaría con el espantajo del frente oriental y los teutones podrían dedicar todos sus efectivos en su marcha hacia París.
Protegidos por los propios sabuesos de los Hohenzorllen, los más destacados elementos revolucionarios rusos residentes en tierras germánicas, salieron encajonados en un tren exclusivo hacia su país. La gran aventura comenzaba. "Vamos en busca del piquete que ha de fusilarnos", les dijo Lenín a sus amigos.
Nadie sabía como serían recibidos en Rusia, todavía monárquica y aliada. No obstante, avanzaron. Esta decisión perfila reciamente a Lenín. A la hora precisa se lo jugaba todo.
Rusia les recibió apoteósicamente. No esperaba esto Lenín. Sus ojos sintieron la humedad de las lágrimas. Aquel momento fue el más feliz de toda su vida. ¡la fruta del árbol estaba en sazón! ¡El la sacudiría!
Hubo de afrontar todavía días de lucha. No encontró en Rusia anticapitalistas absolutos. Los soviets, en estado embrionario, no sabían donde iban ni siquiera a lo que aspiraban. Deseaban un cambio de lugar en la situación de las cosas: que pasaran de unas manos a otras. Nada más. No iban contra las "cosas" como tales. A la manera de aquel albañil de la revolución francesa que se consideraba satisfecho con llevar a cuestas un pesado sillón que había pertenecido al rey y sentarse en él en la taberna para impresionar a sus contertulios, así veía el pueblo ruso la revolución. Otra vez la astucia ratonil de Lenín entró en juego para aprovechar el primitivismo ingenuo del pueblo ruso. "Ellos mismos destruirán lo que podría ser motivo de discordia", se dijo.
Y comenzó a actuar, encerrado ya en el Kremlin. En lugar de encauzar el río revolucionario, lo desbordó. Las masas respondieron al resorte.
- "¡Roba lo que antes te robaron a tí!" - dijo al pueblo desde las alturas del poder, ante el estupor de sus propios colaboradores.
Surgieron voces con apariencias de sensatez:
- "¡Están destrozando nuestras mejores joyas artísticas!".
- "Bueno, ¿y qué? Ese arte no es el nuestro. La revolución creará el suyo.
- "¡Los soldados lanzan las armas y abandonan el frente!"
- "Mejor. Así podrán ayudarnos aquí".
- "¡Nuestra economía se derrumba!"
- "¿Nuestra? Ignoraba que la revolución tuviera ya economía.
- "¡Asaltan los bancos, los almacenes, los comercios, los hogares!"
- "Supongo que esos Bancos, esos almacenes, esos comercios y esos hogares no serán "propiedad" de los revolucionarios, sino de los capitalistas. Me parece muy bien que los asalten y que no dejen nada de ellos: ni casas ni personas".
Y así, desde sus modestas habitaciones del Kremlin, acuciaba Lenín a la bestia enfurecida. ¡Era la locomotora desrielada que avanzaba con toda su potencia acumulada durante los años de lucha y lo derribaba todo! ¡Era la realización de un programa largamente madurado! Lenín, en el momento decisivo supo responder a la verticalidad de toda su vida en perpetua subversión.
En aquellas jornadas de octubre, el tenaz luchador dio de sí todo lo que llevaba dentro. Nada le detuvo. Ni una sola duda desdibujó su conducta. Lo arrasó todo sin dejarse llevar por el más leve sentimentalismo. ¡Era la subversión erigida en dueña de los destinos de Rusia en cuyo torbellino se lo llevaba todo! ¿De Rusia? ¡No! ¡Del mundo! Porque, en aquellos momentos casi egolátricos, Lenín estableció los dos ejércitos en lucha: el mundo y él.
Un año, dos, entregado al huracán destructor y segando a ras de tierra las hierbas que de sus propias filas trataban de medrar en la tierra abonada. El revolucionario apoltronado que se sentía "ya" conservador, caía implacablemente. Sangre, sangre, sangre, hasta ahogar con ella todos los apetitos, todas las rapiñas, todas las apetencias personales.
Esa fue su obra. Luego...
Con todo el poder en sus manos, no supo qué hacer con él. El ambiente gubernamental le asfixia, La nueva ordenación, le falla. Las teorías marxianas no encajan en el pueblo ruso. La máquina no rueda. El egoísmo de las masas es su desesperación. Arremete contra los campesinos , que se niegan a entregar sus labores. Se enfrenta con los soviets y unas veces les da todo el poder y otras se lo quita. Se indigna con sus colaboradores que viven como príncipes instalados en suntuosos palacios mientras él sigue habitando las modestas habitaciones del Kremlin, que desde el primer momento había escogido. Poco a poco se siente prisionero en el castillo. Un día descubre con verdadero horror que no puede salir a la calle si no es acompañado de un verdadero ejército formando escolta. La misantropía se adueña de su voluntad. Lenín no es ya Lenín. Los ataques de parálisis se suceden unos a otros. La locomotora se extingue por momentos. En sus calderas no hay energía.
Un día una voz estremece Rusia:
- "¡Lenín ha muerto!".
No: Lenín nació y murió en Octubre Rojo. Aquellas jornadas que conmovieron al mundo, son su obra, TODA SU OBRA, PORQUE EN ELLA PUSO TODA SU VIDA.
- - - - -
Queríamos establecer un parangón entre nuestra revolución y la rusa. No es necesario: bastará que el lector coja la linterna de Diógenes y vea si entre nuestros revolucionarios encuentra un Lenín.

*

"Nuestro programa y los ortodoxos". Editorial. El Amigo del Pueblo, número 10. Barcelona, 8 de noviembre de 1937[85].

A raíz de un manifiesto dirigido a la clase trabajadora, en nuestro número 9 de El Amigo del Pueblo, a manera también de programa reiterado de la Agrupación, hemos sido cuestionados por algún simpatizante sobre uno de sus puntos, cuando decíamos en una de sus partes: (Nuestra posición) "Y con la trayectoria seguida desde julio discrepamos de una manera manifiesta. Nos situamos en el término medio entre los ortodoxos y los colaboracionistas.
Ha habido compañero que ha confundido, y he aquí el error, la doctrina del anarquismo, no inmutable como todo lo humano, con el aspecto táctico que corresponde al programa de la Agrupación.
El anarquismo español y el de todos los países ha aceptado los matices, aunque afirmamos que todos están de acuerdo en considerar al "colaboracionista" como descartado de la familia anarquista, a pesar de que los que ejercen sus actividades dentro del Estado burgués se empeñan en llamarse anarquistas.
La Agrupación "Los amigos de Durruti" creemos servir a la causa del anarquismo y a la revolución española, que será tanto más anarquista cuanto más demos la espalda al viejo mundo que queremos destruir. Para esta labor hacemos acopio de materiales, que nos permitan tener un punto de partida a las creaciones y organismos que necesariamente toda revolución se ha de dar. La revolución que nosotros preconizamos ha de ser de clase proletaria y también anarquista, en lo que sea de posible hasta donde la sepan llevar los hombres de fe y que los trabajadores la animen y vivifiquen con su esfuerzo creador que no es poco, aunque lo nieguen los que quieren vivir a sus hombros haciendo de mentores.
Por estas razones, nuestra Agrupación tiene un programa, sin olvidar el elevado concepto de libertad que anida en el anarquismo como meta a todas las ansias que el hombre ha forjado en su mente, y sabiendo que serán inútiles todos los obstáculos que se opongan, por inmensos que sean.
Estamos lejos de afirmar que nuestro programa es un fin. Muy al contrario, es un medio del que nos servimos para propiciar el triunfo del anarquismo.
"La Junta Revolucionaria" incluye los derechos inherentes a toda revolución que quiere desbrozar el camino de cualquier escollo que los elementos retrógados pudieran oponer para volver a poseer sus condenables privilegios. "El poder económico a los Sindicatos" es la garantía de una clase que teniendo en sus manos los medios económicos de producción, y por lo tanto de la riqueza, es un baluarte contra posibles dictaduras, y "el Municipio Libre" corresponde a una función importante que es altamente sentida por todo el pueblo español, y que el anarquismo ha hecho suyo en diferentes manifestaciones.
De todo esto se colige que no hay dejación del espíritu máximo del anarquismo, sino el deseo irrefrenable de hacer frente a una realidad y cosechar en favor del anarquismo lo que los acontecimientos históricos nos depare. Todo lo demás es hacer elucubraciones y buscar la perfección.

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"Hay que hablar claro"[86]. El Amigo del Pueblo, número 10. Barcelona, 8 de noviembre de 1937.

Lo sabemos todos. Se ha repetido cien veces; Los Amigos de Durruti, son:
Primero: incontrolados.
Después: provocadores.
Más tarde: contrarrevolucionarios.
Por ahora no se ha llegado más allá en el arte de atacar, de hacer ruido, con el fin exclusivo de distraer la atención de los hastiados espectadores y poder realizar el juego de manos con aparente y casi desconcertante limpieza.
Difícil, muy difícil habría de serles a los puritanos determinar los actos sin control realizados por Los Amigos de Durruti, las provocaciones que se hayan lanzado y la revolución contra la cual hayan actuado. Pero ya es sabido que en el artilugio de la cartomancia y de la prestidigitación, cuando el taumaturgo advierte al público que va a complicar todavía más el juego, a hacerlo más difícil, es que trata de pasar el truco de matute.
A nadie deberá, pues, extrañar que de un momento a otro pasen a ser Los Amigos de Durruti elementos peligrosos al servicio de los facciosos. Al POUM ya le ha llegado este trance[87]. Bien claro nos lo dicen las notas de la policía y nadie ignora que lo que la policía dice es siempre verdad[88]. A Los Amigos de Durruti les corresponderá esta clasificación cuando menos lo piensen. Habrá que ver la cara que pondrán, el susto que se llevarán, cuando se enteren por los papeles de las turbias maquinaciones a que se entregan en sus inconfesables actuaciones. Desde luego, los encargados de ponerle el marchamo o el sambenito a la Agrupación, serán los que, para distraer la atención del público, necesitan echar mano de la caja de los truenos para pasar el alijo. Luego vendrán las truculentas notas gubernativas y en un abrir y cerrar de ojos habrá que coger a Los Amigos de Durruti con pinzas para no infectarse.
Bien; recordemos que bajo el sol no hay nada nuevo. Siempre les ha ocurrido esto a los luchadores abiertos que no aspiraban a otra cosa que a implantar sus ideologías sin cobardías ni lucubraciones mentales en el momento de hacerlo.
Aceptado, pues, que el núcleo Los Amigos de Durruti sea todo aquello que a sus adversarios más próximos les convenga que sea, cabe una pregunta: ¿Y ellos, los que así les combaten, qué son? Alto: no se trata ahora del proxenético "más eres tú", si no de aclarar gestos y aquilatar actuaciones.
Los Amigos de Durruti han defendido y resumido su programa en un solo artículo: LA REVOLUCIÓN POR LA REVOLUCIÓN Y SIN COLABORACIONISMOS CON LOS PARTIDOS BURGUESES. Eso está claro, llano, estricto. Ni van más allá, ni se quedan más acá. Afrontan la revolución y aceptan todas sus consecuencias. De lo "anterior" no quieren nada; todo está podrido: ideas, procedimientos, concepciones éticas y morales, principios jurídicos, sensiblerías artísticas... La declaración es tajante y no tolera interpretaciones: un fusil, una tea, un pico y... Adelante.
Así han hablado Los Amigos de Durruti. Así han procedido, no desde el 19 de julio, desde siempre. A nadie puede ni debe sorprender su actitud irreductible cuando, de la tribuna, o de los órganos confederales, saltaron a la barricada. Iban allí dispuestos a imponer a todo trance la sustancia pura de sus postulados. Es evidente, pues, que si son incontrolados ahora, lo fueron también cuando le iban echando dinamita al cartucho social, que si ahora se les conceptúa como elementos provocadores, provocadores habían de ser igualmente en la sangrienta etapa Anido-Arlegui; que si a su actitud se le puede adjudicar el estigma de contrarrevolucionaria, el mismo se le había de dar a la adoptada al levantarse en armas los fascistas y que si, finalmente, se les puede situar en los estantes crematísticos de los "vendibles" al viejo régimen, forzoso será reconocer que, estando ahora donde estaban antes, toda su labor, toda su obra defendida o propagada desde las columnas de los portavoces de la organización, era una superchería indigna, un afilado florentinismo para disfrazar sus sentimientos burgueses y capitalistas y poder asestar al proletariado el navajazo traicionero en el momento decisivo. Este absurdo cae por su base aclarando que los elementos dirigentes del núcleo Los Amigos de Durruti ocuparon cargos de vanguardia en la CNT y en la FAI cuando tales investiduras eran la antesala de la cárcel o de la mesa de disección, y que en el crisol de sus postulados se fundieron las concepciones sociales que hicieron imbatible a la hermandad proletaria.
Brevemente definida la procedencia y la posición de Los Amigos de Durruti, volvamos a nuestra pregunta: ¿Qué son, dónde están, qué y a quién representan sus afines ayer, sus detractores hoy? No basta ocupar unos cargos, lo esencial es no detentarlos. Aceptamos la hipótesis de un posible error en el núcleo en supuesta rebeldía. Ese error habrá de ser, forzosamente, de propósito, de objetivo o de procedimiento. Es decir: se equivocan en lo que quieren, o por como lo quieren. Si andan equivocados en sus propósitos, si erraron al establecer la meta tras la cual se había de ir, dígase de una vez cuales son los objetivos que persiguen los que los atacan. Si el error es simplemente de procedimiento, de táctica, señálese cuáles han sido los caminos más expeditivos seguidos por sus excomulgadores y dígase cual es la ruta a seguir.
Hacer ruido, bracear con indignación, es no hacer nada. Los Amigos de Durruti no han preconizado otro fin ni otro propósito que el de afianzarse en que la revolución adjudicó al proletariado y desde las trincheras fortificadas de este poder, totalmente controlado, seguir adelante y no cejar hasta el fin, pasando por encima de todo [objetivo] episódico. Este ha sido su "incontrol", ésta su provocación, ese su sentido pro o contrarrevolucionario. Lo han dicho sin titubeos, sin confusionismos capciosos: no quieren nada más, no aspiran a nada más. La convulsión de julio les entregó el poder y no quieren ni se resignan a renunciar a él. Si los que ahora les persiguen, les acorralan, les excomunican y tratan de expulsarlos de las organizaciones proletarias, creen que el 19 de julio fue una cúspide excesivamente elevada que forzosamente obligaba a iniciar el descenso, ahí están los resultados obtenidos: pronto la CNT y la FAI quedarán absolutamente descartadas en su relaciones con los que un día estaban en el fondo del pozo pidiendo desde abajo comprensión, serenidad, colaboración...
Ahora las cosas han cambiado y a fuerza de colaboracionismo y de tolerancia, quien está en la hondura del pozo es la CNT pidiendo, mendigando vergonzosamente las migajas de un poder que un día fue suyo en absoluto y que ni supo administrar, ni siquiera devolverlo íntegro, limpio, sin colaboraciones de clase alguna, a la revolución que desde la barricada lo había puesto en sus manos.
Los Amigos de Durruti - que ya se ha demostrado que son inexpugnables de aquellos organismos que ellos crearon[89] - no desean polemizar con los dirigentes dde las organizaciones que tarde o temprano habrán de volver a su cauce natural. No quieren, ni sabrían, ni podrían arremeter contra la CNT y la FAI. Eso sería envenenar las aguas de la fuente a la que todos hemos de acudir[90]. Lo que sí quieren, lo que sí piden para acabar de una vez con las situaciones equívocas, es que se hable claro y que cada cual defina su actitud. No basta que los responsables de nuestros órganos de lucha se crean en posesión de la verdad y de la pureza. Haya que saber donde están esa verdad y esa pureza. El problema es sencillo: el 19 de julio equivale a una fecha crucial de la que parten nuestra divergencias. Allí se iniciaron las dos rutas que cada día nos van separando más[91]. No compliquemos el asunto. Estamos en vísperas de una dictadura comunista-socialista que nos hará polvo si nos encuentra divididos. Precisa formar el cuadro y darle el pecho al enemigo.
Aclárese, pues, si, a partir del 19 de julio, se había de ascender y seguir adelante o era más aconsejable iniciar el descenso, hacer marcha atrás y neutralizar la violencia en las luchas del proletariado español con el capitalismo...
Aclarado esto en Asambleas de Sindicatos, Los Amigos de Durruti ofrecen acatar sus decisiones y seguir el camino que se les señale, cosa que no se logrará nunca con expulsiones y excomuniones grotescas que ni hemos motivado ni aceptamos como ejecutivas.
*
"El compañero Jaime Balius ha sido de nuevo detenido". El Amigo del Pueblo, número 10. Barcelona, 8 de noviembre de 1937.

Otra vez el compañero Balius ha sido encarcelado, después de un lapso de libertad que apenas ha durado quince o veinte días. El compañero Balius fue detenido la primera vez acusado de ser Director de El Amigo del Pueblo, sin embargo, El Amigo del Pueblo, a pesar de su encierro, continuó saliendo normalmente, por la razón que éste no tiene Director, ni ante la Agrupación ni ante la ley, por no reconocer ninguna ley inmanente de un Estado que patrocinan los mismos hombres que el 19 de julio, de manera miserable, abrieron las puertas a los fascistas, desencadenando esta hecatombe, y no creemos que los gobernantes actuales lo llevan a buen puesto, es más: los consideramos traidores.
Aquí no hay dirección personal del periódico, es toda la Agrupación que se hace responsable e innúmero los que escriben[92].
El compañero Balius, que está en estado de salud siempre vacilante, rehacía sus fuerzas perdidas en la cárcel, y es cuando retraido de toda actividad, la bestia del 19 de julio lo ha puesto de nuevo entre rejas. En los momentos de las grandes tiranías, los espíritus libres se cobijan, ya en la cárcel, ya en el apartamiento, o en la reflexión. Son demasiado dignos para contaminarse de la cobardía moral del ambiente. Con este régimen de democracia burguesa y de exclusivismos, los obreros que luchan en las trincheras se sentirán fortalecidos. *
"Un año después". El Amigo del Pueblo, número 11. Barcelona, 20 de noviembre de 1937.

Al conmemorar la muerte de Buenaventura Durruti no vamos a caer en los prejuicios de carácter ceremonioso ni en los festejos funerarios de un tinte más o menos exhibicionista.
En torno del camarada Durruti se han levantado un cúmulo de voces de un tono altamente elogioso, para el atamán fenecido, pero que a nuestros oídos resuenan con un aire de profunda melancolía.
No hay quien discrepe en estos trágicos momentos, para la clase trabajadora, acerca de la valía del guerrillero y caudillo, al mismo tiempo.
Hasta los políticos que años atrás encarcelaban y perseguían sañudamente a Buenaventura Durruti dedican frases
enaltecedoras para el hombre que cerró sus ojos a la faz del mundo sin manchar el ideal que presidió los derroteros de su vida.
La gloria de Durruti estriba en la fina sensibilidad revolucionaria de que hizo gala al encabezar la expedición hacia tierras aragonesas y al correr presuroso en ayuda de los trabajadores de la meseta castellana que se batían contra las mesnadas del fascio indígena e internacional.
Pudo ser ministro o bien un burócrata con fajín. No quiso rasgar sus vestiduras de luchador. Optó por una casucha de cualquier pueblecito aragonés o por una sórdida dependencia de una casilla de peones camineros.
A Durruti lo vemos siempre con el atuendo de miliciano, con aquella clásica vestimenta que nace en las barricadas famosas de julio. No empañó el origen de unos días de pasión y de cólera.
Su gesto final, cuando la ciudad de Madrid se encontraba en inminente peligro resume su pasión por un ideal que abrasaba a millones de trabajadores. Cayó en Madrid. [...] Un disparo hirió de muerte a aquel gigante que parecía imbatible y que por sus acusadas proporciones daba la sensación de ser invulnerable ante la propia muerte.
Días antes, Durruti había pronunciado un discurso memorable en el corazón de la Cataluña industrial. Sus palabras fueron como un dardo certero contra los contrarrevolucionarios que en la retaguardia vulneraban las esencial de julio y que en constante francachela amenizaban las horas en lugares suntuosos y de crápula.
Durruti decía a los políticos y a sus propios camaradas: NOS EXIGÍS DISCIPLINA ¿PERO QUE ES LO QUE HACÉIS EN LA RETAGUARDIA? Y en más de una ocasión, aseguró que las milicias obreras después de triunfar en los campos de batalla, enfilarían la puntería de sus armas hacia la retaguardia[93]. [...]
En el aniversario de su muerte se hablará del guerrillero, del luchador, de una manera velada, pero no se dirá que Durruti discrepaba de las tácticas reformistas que han patrocinado un gran número de camaradas suyos y que si Durruti pudiera levantar su faz aprisionada por el cruel destino condenaría enérgicamente a los mercaderes de julio y de una revolución que se nos ha escapado de las manos por arte de encanto y en medio de sonrisas mujeriles y de alegres notas de jazz.
El verdadero valor de Durruti radica en su férrea concepción revolucionaria. El esperaba reconquistar Aragón para imponerse a los fariseos de la Cataluña casquivana que no está a la altura de los camaradas que chapotean por el fango de las avanzadillas. Ese es el Durruti que nosotros encontramos a faltar.
En la revolución española han fallado los hombres. Sólo un nombre impone respeto y silencio: "el de Durruti". Todas las restantes figuras que han sido tratadas al son de bombo y platillos no pueden ser consideradas como tales. [...]
El papel de Durruti se esfumó muy pronto. Pudo ser la imagen verídica de los postulados de julio. No surgieron revolucionarios. Pero Buenaventura Durruti hubiese conducido el proletariado a las cimas de las grandes conquistas sociales.
El temperamento del caudillo desaparecido es el mismo que anima a la Agrupación de Los Amigos de Durruti. Durruti sabía, que sin aplastar al adversario no se podía desbrozar la senda revolucionaria.
Imitemos a Buenaventura Durruti. Sigamos la trayectoria que nos legó con jirones de su propia vida.
Luchemos hasta morir, como DURRUTI.
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"Comentando a Durruti". El Amigo del Pueblo, número 11. Barcelona, 20 de noviembre de 1937.

De Solidaridad Obrera: "Renunciamos a todo, excepto a la victoria".

Las frases y los hombres se han de comentar con la debida justeza. No es honrado atribuir a los hombres ciertas interpretaciones que no encajan en la realidad de los hechos.
Al comentar los titulares que encabezan este trabajo se ha querido dar a entender por el diario Solidaridad Obrera que nuestro Durruti estaba dispuesto a renunciar a todas las esencias de la revolución con tal de que se ganase la guerra a costa de las mayores renunciaciones y de no importa qué sacrificios en el sentido ideológico tengan que realizarse.
Estamos percatados de que Buenaventura Durruti, al lanzar tal expresión no había supuesto que la revolución sufriese una mengua tan formidable como la que se ha producido en cuestión de dieciséis meses.
Y hasta nos atrevemos a afirmar que si Durruti hubiera tenido la seguridad de lo que nosotros estamos viviendo quien sabe si en vez de permanecer en el frente hubiese zanjado a rajatabla los desmanes y el descoco de una retaguardia que está completamente alejada de aquellas jornadas de julio en las cuales se cimentaron valores como Durruti y Ascaso.
Durruti no renunció nunca a la revolución. Si bien dijo que había que renunciar a todo, excepto a la victoria, se refería a que debíamos estar dispuestos a las mayores privaciones, a la vida inclusive, antes que el fascismo pudiera someternos[94].
Pero en boca de Durruti el concepto de victoria no presupone el menor desglose de la guerra y la revolución. Nuestro malogrado camarada era un enamorado ferviente de la revolución.
¿Cómo podía renunciar Durruti a la revolución y a sus ideales más caros?
Se ha equivocado Solidaridad Obrera[95]. Ha querido parafrasear una expresión de Durruti y ha incurrido en un error de bulto. No es posible seguir por el camino de las renunciaciones. ¿Es que podemos renunciar a algo más?
Si Durruti viviera aclararía lo que dijo en la ocasión que señala Solidaridad Obrera.
No creemos y estamos convencidos de ello, que Durruti fuese partidario de que la clase, que lo ganó todo a costa de los mayores sacrificios, sea quien ceda constantemente y transija en provecho de la clase adversa.
Durruti era un proletario cien por cien. Si hubiese sobrevivido hasta mayo, no hubiera secundado el "alto el fuego", sino que haciendo tabla rasa de todas las componendas y de todos los compromisos tras cortina, hubiese encabezado aquel movimiento clasista que como en julio surgía de lo más hondo del alma de la clase trabajadora.
Buenaventura Durruti no renunció nunca a la revolución.
Durruti quería ganar la guerra, pero tenía la vista puesta en la retaguardia.
No lo olvide Solidaridad Obrera. No es un momento de frases y mucho menos a propósito del único hombre destacado que fue fiel hasta su muerte a los ideales de redención de la clase trabajadora.
Durruti no renunció nunca a la revolución. Los Amigos de Durruti tampoco renunciamos a ella.

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"Todo el poder a los Sindicatos". Editorial. El Amigo del Pueblo, número 12[96]. Barcelona, 1 de febrero de 1938.

Las revoluciones acostumbran a discurrir en torno de una diversidad de etapas. De la continuidad, en un sentido ascendente o descendente, depende que el hecho revolucionario
se radicalice o bien se esfume de una manera rápida.
Nuestra revolución se ha eclipsado con tal rapidez que es casi imposible imaginar un caso parecido. Los errores, las conculcaciones y el cultivo del sofisma, han arrinconado de un modo categórico el espíritu de las jornadas de julio.
Una de las causas que podríamos catalogar de fundamentales, por su desmesurada participación en el desinflamiento revolucionario, es el haber desestimado el valor importantísimo que representaban los Sindicatos en la gestación y en el desarrollo de la revolución española.
Después de la experiencia vivida, que tan duramente estamos pagando, nos suponíamos que se rectificaría. Pero no existe tal propósito. Se persiste en el manejo de la ambigüedad, de lo sofístico. No se precisa con la contundencia que exigen los actuales momentos.
Se esgrime todavía el criterio de que estructurando una economía más o menos proletaria, se podrá llegar al término de la guerra con un crecido porcentaje de posibilidades para imponer la personalidad revolucionaria del proletariado. Pero los defensores de esta sutil teoría olvidan que los órganos de coerción están en manos de la burguesía y que cuando ésta crea conveniente detener el avance económico empleará la fuerza provocando en la calle como ocurrió en los sucesos de mayo, o irrumpiendo en las fábricas.
Hemos de catalogar, pues, como peregrina la táctica narcotizante de crear inspectores de trabajo, de dialogar en torno de los salarios, si se piensa de una manera decidida en arrebatar los órganos de coerción a la burguesía.
Nos sorprende que contando la revolución española con un factor decisivo como son los Sindicatos, se emplee el tiempo en elucubraciones de un pésimo efecto. No hace muchos días que hemos leido en Solidaridad Obrera un trabajo de un camarada en el que se afirma que después de la guerra no podrán prevalecer situaciones totalitarias y que se impondrá una salida democrática.
Si se establece desde este instante que el proletariado renuncia a su indiscutible hegemonía en los destinos del país, no vale la pena de que hablemos más de revolución, pues será tanto como revalidar los errores y los desaciertos que han culminado con la consolidación del Gobierno de Valencia, que es netamente contarrevolucionario y adverso a las prerrogativas de los Sindicatos obreros.
En este terreno, es tanto como santificar la colaboración de la burguesía. Se escinde la clásica trayectoria de la I Internacional. El forjador del espíritu de clase del proletariado español, Anselmo Lorenzo, se manifestaba a los pocos días de la revolución de septiembre de 1868 como un irreductible enemigo de la alianza con los republicanos, por más federalistas que se catalogasen. Y a pesar de la defensa hecha en aquel entonces de los militantes de la I Internacional por los políticos republicanos Salmerón y Pi y Margall, nuestros predecesores supieron aquilatar el valor de sus defensores en el hemiciclo de las Cortes y señalaron taxativamente que a los republicanos y a los trabajadores revolucionarios les separaba un abismo.
La consistencia del espíritu y de las tácticas de la I Internacional, radica precisamente en el proceder anticolaboracionista de los camaradas de aquella época que encontraba su máxima expresión en la figura gigantesca de Bakunin. En las deliberaciones y en las resoluciones de la I Internacional se giraba siempre en torno de que la emancipación de los trabajadores es obra de los trabajadores mismos.
A mediados del siglo XIX no había crecido el engranaje sindical ni los trabajadores habían hecho gala de la potencialidad que observamos en la hora presente. Por estos motivos no se precisaba y se divagaba en bastantes ocasiones en torno de las cajas de resistencia y de las cooperativas de producción y de consumo, tipo burgués.
Pero de la época de Anselmo Lorenzo y de Fanelli, a la hora álgida de Durruti, media una diferenciación grandiosa en cuanto a realizaciones. En el siglo XIX no era posible concretar, en cambio, en el siglo actual se poseen argumentos sobrados para precisar qué derroteros ha de seguir la clase trabajadora y de que medios y organismos ha de servirse.
La España trabajadora ha llegado a colosales realizaciones merced a la organización sindical. Las luchas sociales se han desarrollado impulsadas por los Sindicatos. Nuestro proletariado ha aprendido a luchar, a organizarse y a estructurar en el seno de los Sindicatos.
La revolución rusa adoleció de la falta de organismos de clase. Los soviets no tienen la entraña revolucionaria y de clase que transpiran los Sindicatos. Pero en Rusia se tuvieron que servir de los soviets por no haberse podido desarrollar los Sindicatos a causa del régimen represivo. Y a pesar de la anomalía señalada, los camaradas de Cronstad supieron medir el alcance emancipador de los soviets en la revolución rusa y al grito de todo el poder a los soviets sucumbieron los marinos de Cronstad y prefirieron ser masacrados antes que permitir que la revolución fuese yugulada vergonzosamente como así ocurrió más tarde.
En España tenemos los Sindicatos. "Los Amigos de Durruti" representamos el mismo papel que los marinos de Cronstad. Nos damos perfecta cuenta de que la revolución española está completamente diezmada[97]. Para salvar la revolución, el proletariado y la CNT, es necesario destrozar los organismos que interfieren las funciones sindicales. Es indispensable que los Sindicatos sean dotados de la totalidad de funciones directrices que emanan de la calle y de los lugares de trabajo.
No es admisible que se forje una mentalidad que tildaremos de reformista, al propiciar una organización económica sin investir a los Sindicatos del poder de la calle que los burgueses acostumbran a calificar de poder público. Sin los dos poderes trazados no se puede triunfar.
La revolución pronto entrará en una nueva etapa. El triunfo de la clase trabajadora depende exclusivamente de que se derrumben los organismos estatales y de que se aplasten los partidos adversos, sin dejar nada en pie de la burguesía[98]. Y esta obra sólo la pueden llevar a cabo los Sindicatos, pero asumiendo el poder económico y el poder de la calle.

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"Lo que significa ser amigo de Durruti". El Amigo del Pueblo, número 12. Barcelona, 1 de febrero de 1938.

Ser amigo de B. Durruti significa hoy querer la revolución con la misma fuerza que la quería el pueblo del 19 de julio, significa, pues, enfrentarse con todos los que de la revolución se granjearon, quedándose en la retaguardia para ir gozando de enchufes y atracando puestos.
Ser amigo de Durruti es dejar de explotar su cadáver, para seguir su doctrina y su ideal, para plasmar en obras efectivas los anhelos del pueblo.
Ser amigo de Durruti es, hoy, la persecución y la cárcel, la calumnia y el sufrir inaguantable. Pero en un próximo mañana, ser amigo de Durruti tendrá que ser la Célula de Honor revolucionario.
"Los Amigos de Durruti" son la Libertad sin trampa. Los que persiguen a "Los Amigos de Durruti" tiemblan ante un mañana justiciero.
Nosotros podemos ser perseguidos, encerrados y silenciados. Pero sería la primera vez en la Historia que los carceleros no fuesen a su tiempo encerrados.
Porque Durruti no fue un hombre libre, sino que fue la Libertad. No fue un revolucionario español, sino que fue, y sigue siendo, la Revolución de España, en toda su fuerza, verdad y claridad.
Sencillamente, ser amigo de Durruti es ser revolucionario. Los que persiguen a Durruti en la persona de sus amigos, son unos perfectos reaccionarios sin médula, como sin arrestos.
Vale más un amigo de Durruti en la cárcel, que todo el enchufismo en el trono.

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"Notas Breves". El Amigo del Pueblo, número 12. Barcelona, 1 de febrero de 1938.

Diego Abad de Santillán es un militante anarquista que se da cuenta de las barbaridades que comete, al cabo de los siglos. Ha publicado un libro en el que se arrepiente de su actuación pretérita.
Pero es un hombre original. Afirma en el libro en cuestión,
que la lucha de clases no existe. Y entona un canto, o casi dedica una sonata, a la pequeña burguesía. Se nos destapa el buen hombre como un enamorado de la grey mesocrática.
Habla del proletariado como un algo casual. Hay que meditar y razonar. Escribir al tuntún es inadmisible.
- - - -
A nuestro Horacio Prieto le ha cogido la manía de la escala de salarios. Alega que es necesario el estímulo para producir. Y se lamenta que determinados camaradas no cuenten con mejor retribución .
¡Ah! De manera que ha de haber quien cobre 1500 pesetas
- pongo por caso los ediles - y en cambio los obreros perciban un promedio de 100 pesetas a la semana.
Es sintomático que nos lamentemos del menguado salario de los ex-ministros, y de otros burócratas, y no pongamos el grito en el cielo por los salarios de miseria que percibe la clase trabajadora.
Esto de la escala de salarios nos huele a chamusquina. Horacio Prieto puede pedir el ingreso en el cuerpo de bomberos. Allá encontrará escaleras a granel.
- - - -
Los Cuerpos uniformados también disfrutan de privilegios. Les dan pan y diversos artículos alimenticios. Y entre los mismos guardias tienen preferencia los del Partido comunista.
A las familias de los milicianos no les dan pan, ni arroz, ni judías. Y con diez pesetas no pueden comer. ¿Hasta cuándo va a durar tanta infamia?

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BALIUS, Jaime: : "Recordando Julio de 1936". Solidaridad Obrera / Le Combat Syndicaliste (1-4-1971).

La constitución de comités de obreros, campesinos, milicianos y marinos fue un reflejo instantáneo de la destrucción del aparato coercitivo capitalista. No quedó fábrica, barrio obrero, pueblo, batallón de milicias o barco donde no se constituyera un comité. El comité era la máxima autoridad, sus disposiciones y acuerdos tenían que ser acatados. Su justicia, la justicia revolucionaria con exclusión de toda otra. La legislatura burguesa quedó arrinconada, no existía más ley que las necesidades imperiosas de la revolución. La mayoría de los comités era elegidos democráticamente, por los trabajadores, milicianos, marinos y campesinos, sin distinción de tendencias, realizándose así la democracia proletaria, superando la fementida democracia parlamentaria burguesa. En una palabra, en los lugares de trabajo sólo existía un poder: el trabajo y los trabajadores.
La expropiación de la burguesía y terratenientes fue efectuándose, por lo general, a compás de la constitución de los comités. Las sombras gubernamentales de Madrid y Barcelona, contemplando impotentes lo que ocurría, procuraron, en algunos casos, incautar o nacionalizar ciertas industrias, para evitar que los trabajadores se hiciesen cargo de ellas. Pero cuando se presentaban los testaferros del gobierno, los obreros ya estaban al frente de la industria, quienes se negaban, naturalmente, a entregarla. Sin excepción toda la gran propiedad industrial y agraria pasó a manos del proletariado y de los campesinos. Igual traspaso de poderes se produjo por lo que respecta al armamento. Vencido y dislocado el ejército pretoriano, los trabajadores tuvieron la ocasión, que ya veremos cuando se repite, de conseguir cuantas armas quisieron. Se constituyeron milicias, sin perder un minuto, que se dirigieron a hacer frente a las mesnadas fascistas en Aragón, Sierra del Guadarrama, Andalucía, Extremadura. Para el mantenimiento del nuevo orden revolucionario nacientes se crearon patrullas de control en Cataluña y milicias de retaguardia en el resto del país[99].
La respuesta del proletariado hispánico a la agresión a la reacción española coaligada con toda la reacción mundial, fue bien categórica e inteligente. La reacción fue aplastada en la calle y expropiada económicamente y el proletariado se constituyó en árbitro del país, es decir, en los centros donde había densidad proletaria, y por tanto, sentido de clase. [...]
Las conquistas revolucionarias de Julio fueron arrebatadas, poco a poco, por la contrarrevolución, que tenía raíces sólidas en el poder. Las Milicias obreras fueron disueltas para dejar paso al Ejército Popular Regular, controlado por los stalinistas. Hubo desde luego, oposición por parte de los hombres de julio. Podemos constatar que grupos numerosos de milicianos abandonaron los frentes de batalla antes que someterse a una disposición que desnaturalizaba completamente el espíritu surgido de las barricadas. [...] El resultado fue evidente. Desapareció la combatividad. Las deserciones se multiplicaron. Los trabajadores no sabían lo que defendían ni por lo que luchaban. Ni la oficialidad estalinista ni los militares profesionales inspiraban confianza a los trabajadores. Se esfumó la moral de las gloriosas jornadas de julio. La guerra y la revolución habían sido disociadas. La suerte estaba ya echada. El epílogo lo hallamos en los campos de concentración
del país vecino.
La contrarrevolución hizo tabla rasa con todos los organismos surgidos en las jornadas de julio. Las Patrullas de Control fueron disueltas. Los Comités de Defensa también. Todo lo que habían creado los trabajadores al calor de la lucha fue arrebatado: Patrullas de Control, Comités de Defensa, Colectividades, Milicias... Y se llegó más lejos. Se persiguió y encarceló a los trabajadores que en la refriega contra el ejército pretoriano expusieron sus vidas desde el primer instante de la sublevación militar. Se fabricó el famoso proceso de los cementerios clandestinos.
La contrarrevolución pudo afianzarse en el Poder porque las organizaciones obreras (CNT-UGT) cedieron posiciones que no debían haber cedido nunca. Sobre todo en Cataluña el predominio de la Confederación Nacional del Trabajo era bien notorio. La calle era nuestra. Se dejó la mano libre a los contrarrevolucionarios, quienes en conjunción con los stalinistas se apoderaron de los puestos clave de la retaguardia y del frente.
Esta experiencia no puede olvidarse. Y máxime cuando contábamos con los organismos adecuados para construir un nuevo estado de cosas. Fue una revolución malograda. Y quizás hubiésemos ganado la partida a la reacción mundial de haber existido una moral revolucionaria en la retaguardia. Tal moral hubiese surgido, y se habría mantenido de haber sido el proletariado a través de las organizaciones sindicales quien hubiera asumido la máxima responsabilidad en todas las actividades de la zona antifranquista. No se tuvo la visión necesaria y nos dedicamos a reforzar el Estado capitalista que se estaba cuarteando por los cuatro costados.
Hemos querido hablar de julio por si la historia se repite. En todas las grandes convulsiones sociales surgen nuevos organismos de expresión popular, es decir, de la entraña del pueblo. El deber de los revolucionarios es el de aprovecharse de ellos para dar cima y expresión a lo que el pueblo espontáneamente ha forjado o parido. En julio faltó el acierto para coordinar los organismos populares que estaban en nuestras manos y dar un puntapié al Estado. Nos salimos del Comité de Milicias Antifascistas para ir a reforzar la Generalidad de Cataluña, también se fue a reforzar el estalinizante Gobierno Central al que prestamos cuatro ministros. Es decir, que nos alejamos del espíritu de julio y nos lanzamos en brazos de la contrarrevolución.
Y quiero terminar en la insurrección de mayo de 1937. Todavía se hubieran podido corregir los errores cometidos. De nuevo éramos dueños de la calle. Dos divisiones del frente se dirigían a Barcelona, pero el "Alto el fuego", y las presiones y consideraciones hechas a los responsables de las dos Divisiones, imposibilitó que llegasen a la capital catalana. Había sonado la hora de la contrarrevolución. En mayo, la vacilación dio al traste con la epopeya proletaria del siglo XX.
De haber contado con una decisión capaz y revolucionaria hubiésemos hecho y consolidado una revolución que hubiese servido de pauta al mundo y habríamos acabado, de una vez para siempre, con el manoseado espejo moscovita.
Es triste y lamentable tener que reconocerlo, pero no se estuvo a la altura de las circunstancias. A través de este artículo no puedo zaherir a nadie, pero he querido decir lo que dije en España en El Amigo del Pueblo, portavoz de la Agrupación de Los Amigos de Durruti.
JAIME BALIUS.
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BALIUS, Jaime: "No es hora de confusionismos". Solidaridad Obrera / Le Combat Syndicaliste (14-4-1971).

A los treinta y tantos años de exilio es lamentable constatar que determinados grupos con etiquetas dispares practiquen el sofisma, el equívoco y los juegos de palabras o crucigramas.
Que el fantoche de Santiago Carrillo se dedique a cultivar la idiotez es cosa que no sorprende a nadie. Todavía se comenta y se recuerda, con asco, "lo de la hoz y el martillo en una mano y la cruz en la otra". Posteriormente en Mundo Obrero, no puedo precisar si es el del chulo Líster o bien el del arzobispo Santiago Carrillo, preconiza una Alianza Antifascista en la que caben los fascistas arrepentidos "y cualquier quisque" con tal
de hacer el juego al partido comunista. La noticia apareció en el diario Le Monde, de París, que al parecer tiene cierta debilidad por el Partido Comunista español, haciéndole una publicidad que de por sí es sospechosa.
Suponemos que se trata del Mundo Obrero de Carrillo, puesto que como anzuelo condena la matanza de trabajadores polacos por el equipo de Gomulka y condena también la ocupación de Checoslovaquia por los rusos. Estas añagazas no impresionan a nadie. Lo primero que debía haber hecho S. Carrillo, al cesar en la nómina del Kremlin, es lo de condenar los asesinatos de los militantes obreros españoles por los crápulas del Partido comunista, en el período de 1936-1939.
Para los que hemos presenciado la vesanía comunista en el curso de la Revolución española no podemos ni queremos olvidar los crímenes ni las checas.
Durante el gobierno del comunistoide doctor Juan Negrín las cárceles estaban repletas de militantes obreros. Yo hablo porque estuve recluido en la primera galería de la cárcel Modelo de Barcelona. Esto se sitúa en mayo de 1937, después de las jornadas de mayo. Las aglomeraciones también estaban repletas. Los reclusos en su inmensa mayoría pertenecían a la CNT-FAI y Juventudes Libertarias. El resto pertenecía al POUM. También nos acompañaban un grupo de oficiales de la Escuela de guerra y quiero recordar que las Patrullas de Control y los Comités de Defensa se hallaban cuantiosamente representados en el antro de la calle de Entenza, sin olvidar los procesados por cementerios clandestinos.
Los manejos de los comunistas no transcienden más allá. El descrédito del marxismo autoritario es tal, que van perdiendo terreno a pasos agigantados.
Lo más preocupante es que haya grupos de tendencia libertaria que propugnen fórmulas de tipo ambiguo desprovistas de sentido libertario y revolucionario.
Se ha dicho, por ejemplo, que hemos de ofrecer una alternativa al actual estado de cosas imperante en España. Los anarquistas no tenemos como misión la de buscar un reemplazo al Estado fascista español. Nuestro deber como anarquistas es el de destruir la sociedad capitalista y su cúspide: el Estado.
No existe ninguna alternativa posible. No hay otra razón de existencia para nosotros: O bien seguimos defendiendo lo que siempre defendió la CNT en España prosiguiendo la gesta libertaria de los años treinta, o bien seremos sepultados por los acontecimientos que indudablemente se producirán en España, cuyo prólogo ha de situarse en la jornadas de diciembre de 1970.
[...] La experiencia vivida en España en el curso de la revolución no puede soslayarse y hemos de recoger las enseñanzas. Cuando en el término de la gloriosa batalla de Barcelona, en la que Buenaventura Durruti encabezaba el asalto de la Maestranza de Atarazanas al grito de "Viva la FAI", se cometió el error de aceptar como árbitro a la Generalidad y como resultado inmediato nació el espíritu colaboracionista, siendo así que la calle era nuestra. Luego participamos en el gobierno central, prestando cuatro ministros. Nos codeábamos con los stalinistas, adversarios irreductibles, y compartíamos las labores gubernamentales con los sectores que se denominaban democráticos. Pues bien, los sectores democráticos, respaldaron a los stalinistas en las agresiones contra la CNT. ¡Y no olvidemos mayo de 1937! Tuvimos en contra a todos los que formaban el frente antifascista. [...]
El confusionismo es propio de la contrarrevolución.
En esta hora preñada de grandes promesas, con un pueblo magnífico, como es nuestro pueblo, sepamos estar a la altura de las circunstancias, no repitiendo los errores pasados.

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BALIUS, Jaime: "Por los fueros de la verdad". Solidaridad Obrera / Le Combat Syndicaliste (2-9-1971).

El malabarista Daniel Guérin, que se empeña en conciliar el marxismo con el anarquismo, que es tanto como querer que coexistan el agua y el fuego, ha publicado un libro intitulado: Ni Dieu, ni Maître, editado por las Ediciones Maspéro, que es el editor de múltiples ediciones marxistas. Pero lo que no concibo es que la querida compañera Federica Montseny haya picado el anzuelo comunistoide y que nos endilgue un extracto del susodicho libro en Espoir del 25 de julio. Yo no me lo explico.
La compañera Federica Montseny, en su famosa "Mise au point" se lamenta de la crítica despiadada que se ha hecho contra la participación de la CNT en el gobierno, en el curso de la revolución española. Ella aconseja que es necesario informarse y que es necesario saber comprender y tratar de explicarse el porqué. A los 35 años de la epopeya hispánica quien se manifiesta en semejante forma es que no ha sacado la menor enseñanza del traspiés dado por la CNT. Y agrega que se lapida a los hombres y "sobre todo a la mujer", que fueron conducidos por la fuerza de las cosas a ocupar puestos en el gobierno.
No se explica esa alusión a la mujer. No caben diferencias de sexo. Somos anarquistas o no lo somos. En los medios anarquistas no existe la discriminación sexual. La mujer es un militante con los mismos derechos y deberes que el hombre. Son exactamente lo mismo, porque en nuestros medios no hay jóvenes ni viejos. Todos somos anarquistas y militantes y compañeros.
Desde estas mismas columnas he publicado dos artículos, gracias a la buena acogida del compañero Juan Ferrer[100], diciendo textualmente que la participación gubernamental fue una traición[101] y una entrega descarada de las conquistas de julio de 1936.
No se trata de endosar la culpa a Horacio Prieto. Este individuo que escudándose en su hijo ha querido presentarse como la eminencia gris del período 1936-1939, era fusilable en España como tantos otros y así hubiésemos salvado la revolución, y el fascismo habría sido derrotado.
¿A qué viene eso de moderados y extremistas? Dice F. Montseny que López y Peiró representaban a los moderados y que ella y García Oliver a los extremistas en las poltronas ministeriales. En los medios anarquistas no hay moderados ni extremistas. Hay tan sólo anarquistas.
La verdad es que no fue consultada la base por más que se alegue que asistieron a las reuniones los elementos más destacados de la CNT y de la FAI. Fue una decisión tomada entre bastidores. No existía ninguna razón para tomar precipitadamente una medida de tal género. Los compañeros que se hallaban en el frente de Aragón no fueron consultados y la base sindical y los grupos de la FAI fueron escamoteados.
Si el Pleno de Regionales se inclinó por el Consejo Nacional de Defensa, ¿cómo se explica que no se respetara la inconformidad de incrustarse en el armazón del Estado?[102] Los anarquistas podemos ir a la cárcel, morir como murieron Obregón, Ascaso, Sabater, Buenaventura Durruti y Peiró, cuyas vidas son dignas de ser cantadas por un Plutarco. Podemos morir en el exilio, en los campos de concentración, en el maquis, o en el hospicio, pero ostentar el cargo de ministro, eso es inconcebible[103]. La CNT en Cataluña era dueña de la situación. A F. Montseny le parece que haber obrado por nuestra propia cuenta era tanto como un golpe de Estado. ¿Es que no existían los comités de defensa, las patrullas de control y los sindicatos y el fervor popular, que se había volcado masivamente al lado de la CNT, y el cinturón obrero de Barcelona?
Se habla en la "Mise au point" del malestar que produce la lectura de la colección de Solidaridad Obrera de la etapa revolucionaria, y yo que figuraba como redactor junto con Alejandro Gilabert, Fontaura y otros, debo aclarar que hay que distinguir la Soli cuando era director Liberto Callejas de la Soli dirigida por Jacinto Toryho. Mientras figuró Callejas de director se defendieron siempre las conquistas del julio cenetista y enaltecidos y propagados los principios anarquistas. Pero cuando Jacinto Toryho fue impuesto director de Solidaridad Obrera, por los contrarrevolucionarios incrustados en los comités, o sea por la camarilla que no perseguía otro objetivo que despojar la auténtica CNT, entonces no sólo se defendía la militarización, como insinúa F. Montseny y algo más. Se leía diariamente en la Soli camarada Prieto y camarada Negrín. Digámoslo todo: entraron a formar parte de la redacción de Solidaridad Obrera hombres de reputación dudosa, como Cánovas Cervantes y Leandro Blanco, ex redactor de El Debate. Era imposible convivir en la Soli. Yo me fuí. Y fue precisamente en una reunión celebrada en la Casa CNT-FAI para tratar de imponer la autoridad de Toryho que Mariano Vázquez afirmó de una manera ostentosa que nunca había salido tan bien la Soli como durante la dirección del sucesor impuesto a Liberto Callejas.
Respecto al portavoz de la Regional catalana, quiero añadir que ningún redactor, ni el director Jacinto Toryho, quisieron afiliarse al Sindicato de Prensa de la CNT. Es más, siendo yo vicepresidente de nuestro Sindicato de Prensa impugnamos orgánicamente la presencia de Leandro Blanco en la Soli. Fuimos desestimados. Como que se alude a los acontecimientos de mayo de 1937, vamos a hablar detenidamente, puesto que es una fecha histórica que siempre ha sido soslayada.
La purga realizada en Rusia cuando el fusilamiento de Zinoviev, Kamenev, Bujarin y de una gran cantidad de individuos de la vieja guardia bolchevique, representaba el período álgido de la contrarrevolución. Esto ocurría en semanas o en algunos meses anteriores al choque ocurrido en Barcelona. Si la burocracia rusa se afirmaba en el poder anegándose en sangre no iba a permitir que en Europa subsistiera un foco revolucionario capaz de encender el continente europeo. Por esta razón se trató de acabar con los anarquistas catalanes. La réplica de la clase trabajadora fue categórica. Y era a la sazón que la Agrupación de los Amigos de Durruti armamos el gran alboroto cuando, a raíz de la orden de "Alto el fuego", dada por los ministros de la CNT, lanzamos un manifiesto tratando de "traidores y cobardes" a los comités responsables de tal orden. Dicho manifiesto fue repartido por toda la capital catalana por los miembros de la Agrupación y por las Juventudes Libertarias[104].
Mayo de 1937 es el Kronstadt español. Solamente podía surgir en Cataluña, teniendo presente la potencialidad de la CNT. Y así como en Rusia los marinos y los trabajadores de Kronstadt se levantaron al grito de "Todo el poder para los Soviets", la Agrupación de Los Amigos de Durruti reclamaba "Todo el poder para los Sindicatos", y lo hicimos públicamente en los numerosos pasquines pegados en todos los lugares de la urbe barcelonesa y en el manifiesto que lanzamos y que logramos imprimir en el fragor de la pelea[105].
La Agrupación de los Amigos de Durruti es muy poco conocida y ha sido objeto de críticas malévolas. Desde CNT de Madrid, siendo director el compañero García Pradas y desde Castilla Libre, siendo director Eduardo de Guzmán, que hoy forma parte de la cuadrilla de renegados de Madrid, y desde Fragua Social de Valencia, se nos atacó de una manera despiadada.
Luego vino el úkase de los comités superiores decretando nuestra expulsión, que fue rechazada por la base, en las asambleas sindicales y en un pleno de grupos de la FAI celebrado en la Casa CNT-FAI.
Dejemos lo episódico, pero hay que hacer historia y que sea veraz.
La Agrupación de los Amigos de Durruti tiene su origen en la oposición a la militarización. Fue la Agrupación de Milicianos de Gelsa que se trasladó en masa a Barcelona. Al frente de la A. de Gelsa figuraba el compañero Eduardo Cervero. Coincidieron pues, en la retaguardia catalana un crecido número de compañeros del frente de Aragón, que entendían que de ninguna de las maneras se podía renunciar al espíritu libertario de las milicias.
Recordamos con gran cariño a los compañeros Progreso Ródenas, a Pablo Ruiz, a Marcelino Benedicto y otros, para no hacer interminable la relación de los compañeros que, con armas y bagajes, se trasladaron a la capital catalana. Se tomó el acuerdo de crear una agrupación en Barcelona y se optó por cobijarse bajo el símbolo de Buenaventura Durruti. Pertenecieron también a la Agrupación durrutista los compañeros Alejandro Gilabert, Francisco Carreño, Máximo Franco, delegado de la división Rojinegra, Ponzán, Santana Calero, y muchos más.
A medida que la contrarrevolución iba arrinconando las conquistas de julio nuestra Agrupación hacía sentir su protesta. Quiero recordar que en un mitin de la CNT celebrado en la plaza de toros Monumental, en Barcelona, acudió una nutrida representación, ostentando visiblemente un gran lienzo en el que figuraba la libertad de Maroto y de todos los presos antifascistas víctimas del stalinismo. Celebramos varios actos públicos denunciando la amenaza de la contrarrevolución encabezada por el Partido comunista, obedeciendo órdenes de Moscú. ¿Qué hacían los cuatro ministros de la CNT en el gobierno de Largo Caballero? No hacían otra cosa que respaldar moralmente la arremetida del PC que desembocó en mayo del 37, y gracias a la sangre generosa de los anarquistas se evitó que cayera el baluarte cenetista en manos de la GPU. Fue asesinado el anarquista italiano Camilo Berneri. En Espoir, Floreal Castilla dice que Camilo Berneri fue el líder de la oposición en mayo. Es un error. Camilo Berneri publicaba Guerra di classe,
pero no tuvo una participación activa. Quienes pusieron la carne en el asador fueron los hombres de la Agrupación de Amigos de Durruti. Fueron los mineros de Sallent quienes levantaron la barricada en la Rambla, esquina a la calle Hospital, junto al local de nuestra querida Agrupación. A los pocos minutos de haberse iniciado el tiroteo en la Telefónica el fragor del combate resonaba en la arteria más popular de Barcelona. El episodio es sobradamente conocido. Se aceptó la tregua sin garantías. Nuestros militantes [de la] CNT y [de la] FAI fueron entregados a la represión. Las cárceles las llenamos los combatientes de mayo. Se formó el gobierno Negrín, con un ministro de la CNT, el compañero Segundo Blanco, que al parecer fue impuesto por el propio Negrín. Nos hallamos en pleno triunfo contrarrevolucionario. He ahí el resultado de la colaboración.
El pacto germano-soviético estaba gestándose, y para su conclusión había que liquidar la pelea en suelo español. Los comunistas y los agentes de Moscú ocupando los puestos clave en la dirección de las operaciones militares provocaron el hundimiento de los frentes. Jesús Hernández, en su libro intitulado Yo fuí ministro de Stalin, revela el crimen cometido con el pueblo español. Realizaron operaciones descabelladas que provocaron desastre tras desastre. La alevosía comunista culmina en la batalla del Ebro, donde quedó cancelada la pelea.
Desde luego, orgánicamente, no existe problema, puesto que la colaboración ha sido condenada y se han reconocido los errores. Por eso he querido replicar a Federica Montseny, que fue de una manera inconsciente a hacer el juego a los colaboracionistas. Hace poco leí en Comunidad Ibérica un artículo de Ramón Alvarez, que fue secretario de Segundo Blanco en el gabinete Negrín, que afirmaba en el artículo en cuestión que los actuales colaboracionistas se inspiran en las huellas que dejó la colaboración gubernamental de los años treinta.
No sé cómo se le ha ocurrido a la querida compañera Federica Montseny[106] publicar esa "Mise au point", que seguramente habrán aplaudido los comunistas y que ha servido a Daniel Guérin de propaganda para su libro de marras, que halló la buena acogida del marxista Maspéro.

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"Hace cuarenta años". [Introducción de Balius, en 1978, a la traducción inglesa[107] del folleto editado en 1938 por la Agrupación de Los Amigos de Durruti: "Hacia una nueva revolución"].

La Agrupación de Los Amigos de Durruti se formó a principios de 1937. Sus miembros y simpatizantes fueron destacados camaradas del frente de Gelsa. Fieles a sus ideales anarquistas, rehusaron someterse a la militarización, y en consecuencia se marcharon a la capital de Cataluña (Barcelona) donde, junto con otros camaradas de Barcelona, fundaron la Agrupación. Tomaron como símbolo la figura de Buenaventura Durruti, un idealista que dedicó toda la vida a sus creencias anarquistas. Fue un hombre de acción, como testifica su heroica muerte en el frente de Madrid... ese heroico y eterno Madrid que late en la espontánea consigna que la huida del gobierno de la República de la ciudad inspiró a los habitantes de la capital... ¡viva Madrid sin gobierno! Ese indomable espíritu del pueblo de Madrid permaneció durante todo el asedio de la capital, y fue el espíritu que la Agrupación adoptó como propio. Así fue como los milicianos de Gelsa (que formaban parte de la Columna Durruti en el frente de Aragón) se convirtieron en los heraldos del mensaje: "Resistencia y lucha hasta el final". Esas fueron las virtudes que nadie puede negar a Durruti, el anarquista de León. A su funeral en Barcelona
se le tributó una de las mayores manifestaciones de todos los tiempos, pues el proletariado catalán se lanzó en masa a las calles para rendir homenaje al hombre que dió su vida por la causa de los desheredados del mundo entero.
Habiendo dado ya un tosco esbozo sobre la naturaleza de nuestra Agrupación haremos ahora una breve introducción a nuestro folleto: Hacia una nueva revolución. Primero de todo, ¿cuándo fue escrito?. Hacia mediados de 1938[108]. Pero debe subrayarse que para nosotros escribir un folleto de ese tipo, con el título citado, fue una acción enormemente sugestiva, que significaba un grito de esperanza para los combatientes de España. A pesar de su heroísmo y tenacidad, se encontraron cercados por la deserción más cobarde de la retaguardia, al sumar su fracaso de aplastar a la contrarrevolución dirigida por los estalinistas, a los reformistas camuflados en el interior de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y la Federación Anarquista Ibérica (FAI), y todos los vividores situados en los escalones superiores del Estado. En 1938 (hace cuarenta años), se había llegado a un punto en que la guerra era ya una causa perdida, y cuando los frentes se fueron colapsando uno tras otro a consecuencia de la traición de los estalinistas en las posiciones clave de los centros de mando, obedeciendo las órdenes de Stalin para minar al proletariado español en armas. Hasta que llegó la trágica hora de la última reunión de la Agrupación de Los Amigos de Durruti, que tras un prolongado examen del desastre en el que la contrarrevolución nos había hundido, y a pesar de su magnitud, rehusó aceptar que era ya totalmente inevitable. La infame policía que siguió existiendo con Largo Caballero, de cuyo gobierno formaban parte varios militantes anarquistas, fue erosionando la moral revolucionaria de la retaguardia, y el gobierno Negrín, el gobierno de la derrota o la capitulación, dió a esa derrota proporciones de hecatombe. Por esta razón decidimos publicar "Hacia una nueva revolución" que fue, como ya he dicho, un mensaje de esperanza y una determinación de reanudar la lucha contra un capitalismo internacional que había movilizado sus gendarmes de los años treinta (es decir, los "camisas negras" y los "camisas pardas"), para aplastar la clase obrera española a cuya cabeza marchaban los anarquistas y las bases revolucionarias de la Confederación Nacional del Trabajo.
En los preludios de Julio podemos discernir entre la España proletaria sin más afán que el de destruir, y la teocrática España Negra gobernada por los grandes terratenientes que habían entregado la economía del país a los poderes extranjeros. Este viejo conflicto fue planteado constantemente desde el siglo XV hasta 1936, en el marco de la lucha de la libertad contra la tiranía, el progreso contra el oscurantismo; hasta que se hizo presente en este viejo conflicto el anarquismo y la Confederación Nacional del Trabajo, cuyos militantes fueron el blanco de la salvaje represión bajo la monarquía de Alfonso XIII, el abuelo de Juan Carlos, el actual monarca impuesto al pueblo español por el capitalismo internacional. Esta imposición puede añadirse al terror que la Revolución Española inspira aún en todas las interconectadas fuerzas capitalistas, terror a la sublime gesta de los tres años de rebelión de la década de los años treinta. De ahí el miedo del eje Washington-Moscú y del triángulo Bonn-París-Londres.
Cuarenta años después, se ha hecho evidente la importancia de lo que escribimos en aquellas horas, cargadas de pasión y dolor. Si en los años treinta el proletariado español se arrojó en un prodigioso combate, aunque desarmados y con sus frentes de batalla y su retaguardia minadas por la híbrida y asesina policía de los comunistas, hoy el proletariado español una vez más se lanza a la gran aventura de la revolución. Hay señales de esperanza en la forma de la magnífica joven generación forjada en la cárcel, que está equipada con las enseñanzas leidas en los libros, particularmente con los escritos por los revolucionarios, que resistieron con firmeza el maremoto de la contrarrevolución... y que en cuanto a temas teóricos está quizás mejor equipada que los hombres de Julio de 1936, que quedaron pasmados ante la grandeza de la revolución social que tan gloriosamente había amanecido sobre el suelo ibérico, y que, para utilizar una expresión apropiada, pudo llegar a ser el primer escalón de una revolución primero europea y después mundial.
En ese folleto de 1938 decíamos que todas las revoluciones son totalitarias. Ellos deben interpretarlo y expresarlo por su propia cuenta en el sentido de que todas las revoluciones son un todo completo. Es decir, no pueden hacerse a medias, o por partes, sin que el gran edificio de la revolución se enfrente con su destrucción. Es terrible que algunas vías de la encrucijada de la revolución lleven al desastre. La Revolución Española fue condenada a muerte en el instante en que el espíritu revolucionario y la guerra se divorciaron. Veamos por ejemplo el decreto de militarización de las Milicias. Si se respetaba la estructura estatal la Revolución Española ya no podía sobrevivir. Los comités de defensa, las patrullas de control y las colectividades fueron disueltas. Esta fue la causa determinante de la imprevista insurrección del proletariado catalán en Mayo de 1937, cuando los trabajadores decidieron recuperar las conquistas de Julio.
Los Hechos de Mayo fueron descritos en nuestro folleto. La lección de Mayo es inconfundible. Las revoluciones no pueden limitarse a si mismas en los confines de su tierra nativa. Una nueva Revolución Española podría, si se produjera, asumir proporciones europeas. Hoy Europa está sentada en los bordes de un volcán. Fieles a nuestro mensaje de 1938, lucharemos por una nueva revolución europea, pues la Revolución Española de 1936 y la Revolución Portuguesa de 1974 deben ser etiquetadas de europeas. Ambas sufrieron el mismo defecto: dejaron intacto el Estado, y en ambos casos los seudorrevolucionarios reconstruyeron las descompuestas estructuras estatales.
Los trabajadores europeos deben ayudar al proletariado español en su lucha contra el capitalismo internacional, que ya ha empezado en nuestro suelo. La solidaridad europea es indispensable para poder derrocar a la monarquía impuesta al pueblo español por el capitalismo internacional. Otra vez más el proletariado español será el catalizador del proletariado europeo si establecemos una cerrada alianza con los trabajadores revolucionarios españoles para contrarrestar un cerco capitalista que tiene el beneplácito tanto de socialistas como de comunistas.
El trascendental impacto de la Revolución Española de 1936, que debería haber iniciado necesariamente un ciclo de revoluciones europeas, aterrorizaba a los magnates capitalistas que temían su extensión continental; y por eso masacraron al pueblo español.
Ya hemos indicado las causas de la derrota, pero queremos subrayar la necesidad de preparar un auténtico internacionalismo proletario que deba descubrirse a si mismo con la creación de un poderoso movimiento libertario europeo. Abandonemos nuestra dudas y esperanzas sobre el inmaduro espíritu libertario de los jóvenes europeos, en esta Europa que está sólo a un paso del fascismo. La nueva revolución española se está formando: lo único que queda por hacer es organizar la movilización de todos los revolucionarios europeos alrededor de España, sin desfallecer ni por un instante, y que pese al terrible baño de sangre en el que el capitalismo internacional nos sumergió durante los años treinta, y pese a los años de terror de los cuarenta y bajo la presente monarquía, fracasada según declara ella misma.
La monarquía es una criatura de los lacayos del eje Bonn-París y de los mercenarios del gendarme USA, sin olvidar la tácita aquiescencia de la URSS.
Jaime Balius. Los Amigos de Durruti.

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RUIZ, PABLO: "Elogio póstumo de Balius". Le Combat Syndicaliste / Solidaridad Obrera (22-1-1981).

Como todos los primero de año, dirigí mi acostumbrada misiva al compañero Balius, en la cual le decía: Te hago saber que a mediados del mes de febrero cumpliré los 84 años, aunque tú me sigues de muy cerca. Esta longevidad nada tiene de esotérico, el revolucionario de verdad, no vive acuciado por el afán de ganar fortuna, ni padece angustias por alcanzar lugares de relieve en la sociedad. Esta paz interior reforzando todo su ser, tanto material como psíquico ¿será el secreto?
Ese mismo día por mis obligaciones de función, me personé en el Comité Local, en donde los compañeros me hicieron saber tan fatal noticia, o sea, su defunción. Todos convinieron, que siendo uno de sus más viejos amigos y que más lo conocía, era el llamado a hacer el elogio póstumo, y voluntario me presté satisfactoriamente.
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El compañero Balius procedía de una acaudalada familia; nacido en Barcelona, cuando joven le hicieron entrar en un establecimiento docente y al cabo de algún tiempo, obtuvo el bachillerato y más tarde en la Facultad de Medicina [se preparó] para el doctorado, pero una parálisis no le permitió concluir los estudios.
Los primeros pasos que dio en la vida política y social, fue adhiriéndose al Partido Nacionalista Catalán de Izquierda, fue siempre un idealista y por ello sintió los efluvios, el perfume de la tierra catalana, con su lengua, tradiciones y costumbres. Pero esta actividad fue de poco tiempo, dióse cuenta pronto que el nacionalismo es un consenso de clases y que [para] las leyes que rigen la historia, dicha noción es del todo sin importancia, a lo sumo, una especulación de políticos profesionales para llegar al poder.
Yo conocí a Balius en el año 1932 en el Ateneo Enciclopédico Popular, emplazado en la calle del Carmen. Es en dicho año que el compañero Balius ingresó en el Movimiento Libertario, no en tanto que obrero asalariado, ya que disponía de medios materiales. Sus actividades las desplegó en la Federación Anarquista Ibérica y en tanto que escritor colaboró en las diferentes revistas y periódicos libertarios; fue redactor de Solidaridad Obrera y durante la guerra civil, director del periódico La Noche de Barcelona.
Constituimos un grupo de la FAI a base de los compañeros Bruno Lladó de Sabadell, obrero culto y autodidacta, Balius, Cervera, Ruiz y dos compañeros más. Este grupo[109] tuvo gran influencia en el Movimiento Libertario; coincidíamos en la idea que una vez constituido el cuerpo de doctrina, la actividad no podía ser más que obra de la acción del número, cuanto más mejor, a base de huelgas, manifestaciones, protestas [...].
En todo movimiento popular siempre hay una gesta que simboliza el total de las acciones: ésta [el 19 de julio de 1936] fue Atarazanas y sus cuarteles. Yo asistí a este asalto histórico y puedo certificar que en el terreno de la lucha no había republicanos, socialistas ni nacionalistas catalanes y sí sólo militantes de la CNT. Sin esta acción heroica, los insurrectos hubieran realizado un paseo militar por toda la Península. Por lo mismo para ulteriores realizaciones políticas y económicas hay que tener en cuenta este precedente, el que lo olvida o lo ignora es un mentecato o un ventajista.
Yo creí que era mi deber el ir a los frentes de lucha y me incorporé a la Columna Durruti y mandé la 4ª Agrupación de Gelsa, compuesta de más de mil milicianos, pronto pude constatar que la zona antifascista era un caos, asistía a una atomización de Columnas de colores diferentes, sin ninguna eficacia y que nunca se agruparían en un frente común; es por lo que cuando desde el interior nos imponen el Ejército Popular, creyendo que por razones diferentes el remedio es peor, dimito y me reintegro a la retaguardia con tres decenas de compañeros[110].
Es a base de esto y por inspiración del compañero Balius, fundamos la Agrupación de Los Amigos de Durruti y a continuación nos damos el órgano en la prensa El Amigo del Pueblo[111]. Desde este periódico combatimos las soluciones bastardas, ya que nosotros sosteníamos que habiendo sido los autores de una alternativa frente a los fascistas, la de asumir la responsabilidad de ser los rectores de la revolución y de la guerra con nuestras inéditas instituciones administrativas, el Municipio libre, la Región autónoma y el Gran Consejo Ibérico. Para los efectos económicos, los Sindicatos y las Federaciones de Industria. Por nuestra parte se consideró que la participación al Gobierno de la República era una traición. El procedimiento legal para justificar esa participación fue una tramoya. Además los resultados de esa participación fueron catastróficos. Nuestra Agrupación por nuestra crítica dejó en buen lugar el honor y la dignidad de la CNT. También con nuestra propaganda preparamos a los militantes frente a la conspiración que se preparaba en contra de la CNT por parte del Partido Comunista y demás reaccionarios, que culminó en las jornadas de mayo de 1937.
En esas jornadas nuestra Agrupación fuerte de 400 militantes bien armados fue la que se movió en buen orden según las necesidades de la lucha. Ocupamos en toda su longitud las Ramblas y la calle del Hospital, en su cruce hicimos una barricada. Desde ésta el compañero Balius leyó un mensaje, dirigido a la clase obrera de Europa, llamándoles a la solidaridad de clase[112]. Ilusión. Los obreros de Europa estaban ganados a la cultura capitalista, creían más en los dioses de la burguesía que en la Revolución Social; además vivían acogotados en el redil de la socialdemocracia y cualquier veleidad no les sería permitida. Después de varias escaramuzas el enemigo, la reacción, es vencida, no da señales de vida, está soterrada. En este momento, un ministro de la CNT, representante del Gobierno da la orden de ¡Alto el fuego! Error monumental, mayúsculo. Preñado de consecuencias.
Pero hay que tomar una resolución en los próximos segundos: en los confines de las provincias de Tarragona y Castellón hay una columna estacionada que espera una orden para marchar sobre Barcelona. El compañero Balius nos hace una proposición: la de organizar otra columna para salirle al encuentro. Todos estamos de acuerdo, nos dividimos en comisiones para consultar a los militantes de base, en los sindicatos y en la calle. Confrontadas estas respuestas son en su mayoría negativas. De haber sido positiva la respuesta, la Columna salida de Barcelona hubiera sido engrosada en el camino y no pocos elementos de las divisiones del frente de Aragón se hubieran agregado. Que la hubiéramos vencido, nunca lo pusimos en duda, y a continuación hubiéramos marchado sobre Valencia, y después...
No somos partidarios de ninguna dictadura del color que sea, por lo mismo no quisimos lanzarnos a esa aventura sin contar con el consenso de la base. Desde ese momento, con pesadumbre nos retiramos a nuestras casas.
Muchos creerán que el panegírico que hago de Balius es el fruto de la idolatría que siento por él. Nada de esto; es la consecuencia de la franca amistad, los momentos emocionantes que vivimos, luchando con las armas en la mano, con el verbo y con la pluma.
Pablo RUIZ. París, 7-1-1981.

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EPILOGO:

El 4 de noviembre de 1936 había mucha expectación por escuchar el anunciado discurso de Durruti por Radio CNT-FAI, que sería trasmitido a toda España por las emisoras barcelonesas. Ese mismo día la prensa anunciaba la entrada de cuatro anarquistas en el gobierno de Madrid: Federica Montseny, Juan García Oliver, Juan López y Joan Peiró. La Columna de Durruti no había conseguido tomar Zaragoza. Las dificultades de aprovisionamiento de armamento eran la principal dificultad del frente. Durruti había recurrido a todos los métodos a su alcance para conseguir armas. Incluso había enviado un destacamento de milicianos, a principios de septiembre, en una expedición punitiva sobre Sabadell, para obligar a que le entregaran las armas que habían sido almacenadas con vistas a la formación de una Columna Sabadell que no había llegado a constituirse. Por si fuera poco, el 20 de octubre, el gobierno había decretado la militarización de las Milicias. Tanto amigos como enemigos esperaban con atención qué iba a decir Durruti.
Ya antes del discurso la gente se aglomeraba en las proximidades de los altavoces instalados en los árboles de Las Ramblas, que solían trasmitir canciones revolucionarias, música y noticias. También en los locales sindicales, en los bares y en cualquier lugar de la ciudad de Barcelona donde hubiera una radio la expectación era notable.
El decreto de militarización había sido apasionadamente discutido en la Columna Durruti, que había decidido no admitirlo, porque no podía mejorar las condiciones de lucha de los milicianos voluntarios del 19 de julio, ni resolver la crónica falta de armamento. La Columna rechazaba además la necesidad de una disciplina de cuartel a la que oponían la superioridad de la disciplina revolucionaria: "Milicianos sí; soldados nunca".
Durruti, delegado de la Columna, expuso en su discurso la indignación y protesta de los milicianos del frente de Aragón ante el curso claramente contrarrevolucionario que se estaba abriendo paso en la retaguardia. A las nueve y media de la noche empezó a radiarse el discurso de Durruti:
"El fascismo representa y es, en efecto, la desigualdad social, si no queréis que los que luchamos os confundamos a los de retaguardia con nuestros enemigos, cumplid con vuestro deber... Vais equivocados consejeros, con el decreto de militarización de las milicias. Ya que habláis de disciplina de hierro, os digo que vengáis conmigo al frente. Allí estamos nosotros que no aceptamos ninguna disciplina, porque somos conscientes para cumplir con nuestro deber. Y veréis nuestro orden y nuestra organización. Después vendremos a Barcelona y os preguntaremos por vuestra disciplina, por vuestro orden y por vuestro control, que no tenéis..."[113]

Al cabo de unas horas de haber escuchado a Durruti se seguía comentando lo que había dicho con su acostumbrada energía y entereza. Las palabras de Durruti resonaron con fuerza y emoción en la noche barcelonesa, encarnando las preocupaciones y el instinto de la clase trabajadora. Había sido una voz de alarma que recordaba a los trabajadores su condición de militantes revolucionarios. Durruti no reconocía dioses en los demás, ni la clase obrera en él. La revolución perdura hasta el momento en que es corrompida por los necios. Durruti no era vanidoso ni necio. Ni lo fueron quienes con él lucharon, compañeros militantes en su mayoría, anarquistas probados. Durruti había afirmado que los milicianos que se enfrentaban al fascismo en los campos de batalla no estaban dispuestos a que nadie escamotease su contenido revolucionario y emancipador: no se luchaba por la República o la democracia burguesa, sino por el triunfo de la revolución social y la emancipación del proletariado.
No hubo en todo el discurso una frase demagógica o retórica. Eran trallazos para los de arriba y los de abajo. Para los obreros y para los jerarcas cenetistas apoltronados en cientos de cargos de responsabilidad, para los ciudadanos de a pie y para los consejeros de la Generalidad o los flamantes ministros anarquistas. Una diatriba contra las derivaciones burocráticas de la revolución y una condena contra la política del gobierno, con o sin confederados al frente del tinglado. En la retaguardia todavía se confundía lamentablemente el deber con la caridad, la administración con el mando, la función con la burocracia, la responsabilidad con la disciplina.
Sus palabras, dirigidas a sus hermanos de clase, tenían todo el valor de un testamento revolucionario. Testamento, y no proclama, porque la suya era una muerte anunciada. El 20 de noviembre de 1936 una bala perdida, o no, segó su vida en el frente de Madrid. Pero a Durruti había que matarlo dos veces. Un año después, en la conmemoración del aniversario de su muerte, la todopoderosa máquina de propaganda del estalinista gobierno Negrín trabajó a pleno rendimiento para atribuirle la autoría de un eslogan, inventado originalmente por Ilya Ehrenburg[114], y respaldado después por la burocracia de los comités superiores de la CNT-FAI, en el que le hacían decir lo contrario de lo que siempre dijo y pensó: "Renunciamos a todo, menos a la victoria". Esto es, que Durruti renunciaba a la revolución. Ni siquiera nos queda una versión completa y fidedigna de su discurso, radiado el 4 de noviembre de 1936, porque la prensa anarquista de la época dulcificó y censuró a Durruti en vida.
Una vez muerto, Durruti ya podía ser Dios
Anarquismo y anarcosindicalismo fueron durante la guerra civil una hidra de mil cabezas. Imposible saber quién pensaba qué, porque cada cabeza hallaba su opuesto en otra, y mutuamente se anulaban. La ambigüedad ideológica del movimiento libertario fue incapaz de provocar un corte preciso y tajante, que separase nítidamente las posiciones revolucionarias de las reformistas. En estas condiciones, el Durruti revolucionario fue engullido por el "anarquismo de Estado" (o si se quiere la socialdemocracia libertaria) hasta hacerlo totalmente irreconocible.
Si pudo manipularse de esta forma a Durruti, no ya por los estalinistas, sino por gente que se llamaba a si misma anarcosindicalista y/o anarquista, qué no iba a pasar con la revolución del 19 de Julio de 1936. Debemos constatar un fenómento histórico de enorme importancia: la socialdemocracia ganó a todas las organizaciones obreras durante la guerra civil, y llegó a ser mayoritaria en todas ellas, incluida la CNT. La ideología de unidad antifascista impuso la socialdemocratización del movimiento obrero español hasta el punto de hacer no sólo minoritaria, sino absolutamente marginal, en el propio seno de la CNT y de la FAI, cualquier posición revolucionaria. Esa socialdemocratización, que afectó también al POUM y al PSOE, hizo posible el acercamiento de posiciones políticas y la colaboración práctica de todas ellas en el objetivo común de fortalecer el gobierno burgués de la República. Y fue también esa socialdemocratización de libertarios, socialistas y poumistas la que facilitó el ascenso del estalinismo a los órganos de poder del Estado republicano, ya que eran los que defendían con mayor rigor la implantación de un Estado burgués fuerte, capaz de aplastar la amenaza revolucionaria, al tiempo que hundía en la clandestinidad (y/o en la marginación dentro de sus propias organizaciones) a los revolucionarios: grupos ácratas como la Agrupación de Los Amigos de Durruti, los grupos anarquistas Libertad, Acracia, etc..., un sector crítico y descontento de las Juventudes Libertarias, la izquierda del POUM (célula 72 de la que era secretario Josep Rebull), la Sección Bolchevique-Leninista de España (dirigida por "G. Munis" y Domenico Sedran "Carlini") y el Grupo Bolchevique Leninista Le Soviet (dirigido por Nicola Di Bartolomeo "Fosco" y Virginia Gervasini "Sonia").
Cada momento histórico inventa sus héroes, y no importa que se parezcan o no al original. Durante el franquismo Durruti fue aquel héroe legendario del que se hablaba en voz baja, porque el terror fascista encadenaba los propios pensamientos. Y sin duda fue un gran héroe, dada la rabia, los insultos, ¡y el miedo!, que su nombre desencadenaba entre los enemigos de clase. Se perdió la guerra, se perdió la revolución, pero siempre nos quedaba "un durruti" puro, invicto, un trabajador más que un día hizo posible lo imposible, un héroe revolucionario de la clase obrera. Y además, si ayer hubo "un durruti", mañana podría salir otro.
Sin embargo hoy, ya es hora de desmitificar al individuo Durruti, y entenderlo como resultado y efecto de su estrecha relación con las masas revolucionarias que lo hicieron posible. No en vano fue el aparato de propaganda estalinista el principal responsable de la mitificación de Durruti, cuando en el primer aniversario de su muerte lo convirtió en el campeón de la unidad antifascista y de la renuncia a la revolución en favor de la victoria militar. Los mitos y deificaciones son siempre cadenas.
Quizás ha llegado la hora de señalar felones y herederos. Y de reivindicar el papel revolucionario de Los Amigos de Durruti.
Este trabajo de recopilación de documentos no puede finalizar sin mencionar que sólo pretende ser un complemento documental del trabajo sobre Los Amigos de Durruti[115], publicado en el número 3 de Balance.
Agustín Guillamón.
Barcelona, setiembre de 1999/mayo 2002.





http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref1 [1]Según testimonio de Marcos Alcón: "Recuerdo perfectamente el efecto que hizo ese discurso en muchos compañeros "responsables" de la CNT y de la FAI, y con más razón recuerdo también el pánico que sintieron los medios políticos catalanes. Durruti les hizo saltar de miedo cuando, en lenguaje extremadamente duro, les anunció que hicieran lo que hicieren, no lograrían estrangular la revolución so pretexto de un antifascismo incoloro. No te exagero, y hay aún testimonios que unánimemente están de acuerdo al considerar que el texto publicado por la prensa, incluso la confederal, era un texto que, aunque violento, había sido censurado. Puedo asegurarte que ni de lejos el texto publicado correspondía a las palabras pronunciadas por Durruti, cuyas frases sonaron como verdaderas bofetadas para los aprovechadores de la Revolución. Estos cortes y arreglos al discurso hacen a veces de él algo incoherente, pero queda que fue un discurso violento, agresivo, pero razonado." En PAZ, Abel: Durruti, el proletariado en armas. Bruguera, Barcelona, 1978, p. 476.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref2 [2]El texto publicado por Solidaridad Obrera el 6 de noviembre es exactamente el mismo publicado por La Noche el 5 de noviembre. ¿Fue copiado por Solidaridad Obrera? ¿Se trataba de un texto preparado por una agencia de información o por un periodista concreto? Sea como fuere, ello no quita responsabilidad alguna a la publicación censurada y dulcificada del discurso de Durruti, por el órgano oficial de la CNT en Cataluña.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref3 [3]GUILLAMON, Agustín: "La Agrupación de Los Amigos de Durruti (1937-1939). Balance nº 3, serie de estudios e investigaciones (2º edic. revisada, mayo 1995); "Debate de Balance (2). Los anarcosindicalistas en la guerra civil española", Balance nº 6, serie de estudios e investigaciones (septiembre 1998); "El informe SECRETO de Helmut Rüdiger, presentado al congreso de la AIT, reunido en París, el 7 de diciembre de 1937, PUBLICADO por el CN de la CNT en 1938", Balance nº 13 (octubre 1998).
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref4 [4] Idem.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref5 [5]Acracia (Lérida, 5 noviembre 1936). Notas tomadas por Peirats del discurso radiado por Durruti la noche del 4 de noviembre de 1936.

http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref6 [6]Para la cuestión del concepto de "situación revolucionaria" véase las "Tesis...", publicadas en el número 21 de Balance.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref7 [7]Un pacto todo lo provisional que se quiera: "hasta la toma de Zaragoza", decía Durruti. Un pacto todo lo necesario que se quiera: "primero hay que ganar la guerra al fascismo". Pero un pacto. Y un pacto no es una revolución; en el mejor de los casos es una situación revolucionaria que se desperdicia en cuanto se llega a un acuerdo con el enemigo de clase.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref8 [8]Miembro destacado de la Agrupación de Los Amigos de Durruti. Maestro de profesión. Responsable de Información del Comité de guerra de la Columna Durruti. Viajó a Moscú en representación de la Columna Durruti en conmemoración del veinte aniversario de la Revolución de Octubre. Amigo personal de "Munis". Durante las Jornadas de mayo de 1937 se entrevistó con los bolchevique-leninistas José Quesada y "Adolfo Carlini". En el Pleno de la CNT reunido en Muret en 1944 fue elegido secretario general. Falleció en Toulouse el 17 de febrero de 1948.

http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref9 [9]Cofundador con Jaime Balius de Los Amigos de Durruti. Ambos habían pertenecido al grupo "Renacer" de la FAI.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref10 [10]Fundador y teórico más importante de la Agrupación de Los amigos de Durruti. Inválido y de delicada salud, era físicamente imposible su incorporación como miliciano a la Columna Durruti.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref11 [11]En ningún lugar el Gobierno civil armó a los trabajadores. El alzamiento militar triunfó allí donde los trabajadores se dedicaron a pactar y a hablar, y fracasó dónde los trabajadores prepararon la acción para un inmediato enfrentamiento armado. Tampoco en Barcelona habían armas para los trabajadores hasta que éstos las tomaron en el asalto al cuartel de San Andrés.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref12 [12]O lo que es lo mismo, las fuerzas obreras habían perdido la iniciativa.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref13 [13]En realidad se trataba de una auténtica expedición punitiva y expropiadora de la Columna Durruti, que padecía en el frente una angustiosa falta de armamento. Durruti había dado orden de bajar a Sabadell para incautarse del armamento que se había acumulado con motivo de la formación de una "Columna Sabadell" que no había llegado a constituirse. Abad de Santillán consiguió negociar con Josep Moix (PSUC) la entrega del armamento, salvo una pequeña dotación para el comité local: "En una ocasión logramos adelantarnos a una expedición punitiva que había organizado Durruti en Bujaraloz contra Sabadell, persuadiendo antes a los dirigentes obreros, entre ellos el actual ministro de Trabajo, a que entregasen voluntaria y espontáneamente una parte del armamento que habían recogido", en Homenaje del Comité Peninsular de la FAI a Buenaventura Durruti (1896-1936), en el segundo aniversario de su muerte, Barcelona, noviembre 1938, pp. 12-13. El documento firmado por Carreño aceptaba salvar la cara de los psuquistas que habían tenido que ceder a las amenazas que suponía la sola presencia del destacamento de la Columna Durruti.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref14 [14]Los historiadores burgueses aprovecharán las frases de este artículo para fortalecer sus calumnias sobre los "sanguinarios" Amigos de Durruti, porque para ellos no eran más que "comecuras y mataburgueses". Sin embargo, a los ocho meses de la publicación de este artículo fue a los militantes revolucionarios a quienes se asesinaba, perseguía, encarcelaba y juzgaba, sin cuartel ni miramientos de ningún tipo, con la utilización de métodos de tortura por parte de una policía al servicio de un terrorismo de Estado, institucionalizado por el gobierno de Negrín. Y eso sí que les parecerá normal, sin necesidad de justificación legal o ética, a esos historiadores burgueses, que por supuesto continuarán remachando su propaganda de revolucionario = incontrolado = comecura. A los "Amigos de Durruti" se les califica de sanguinarios por lo que dijeron y no hicieron, a los estalinistas de demócratas y luchadores de la libertad pese a todos los asesinatos y barbaridades que hicieron, pese a todas las falsedades y calumnias que arrojaron sobre sus víctimas.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref15 [15]Ese representante era Francisco Carreño. La delegación estaba formada por Francisco Carreño Villar, Martín Gudell Petrowski (que hablaba ruso) y José Berruezo Romera.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref16 [16]Se trataba de un llamamiento de la clase trabajadora española a la rusa. Es muy notable la ausencia de referencia alguna a ningún gobierno, sea ruso o español, y sobresale sobre todo la ausencia de cita alguna al todopoderoso Stalin, cantado por Neruda, y divinizado por los dirigentes estalinistas españoles.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref17 [17]Meses después este argumento del aprovisionamiento de material de guerra se convirtió en un chantaje: las columnas que no aceptaran la militarización no recibirían material de guerra.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref18 [18]Tras largos meses de discusiones en el seno de las columnas y después de una asamblea de los representantes de todas las columnas confederales, reunida en Valencia a principios de febrero de 1937 (editada por Los Amigos de Durruti) la Columna Durruti aceptó la militarización. En marzo de 1937, tras duros enfrentamientos que estuvieron a punto de degenerar en confrontación armada, varias decenas de milicianos de la cuarta agrupación de Gelsa de la Columna Durruti, liderados por Pablo Ruiz y Eduardo Cerveró, decidió NO ACEPTAR la militarización y abandonar el frente llevándose las armas a Barcelona.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref19 [19]Reproducido con ligeras variaciones en : "Palabras póstumas de Buenaventura Durruti". El Amigo del Pueblo nº 3, Barcelona, 12 de junio de 1937.

http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref20 [20]Durruti emitió por radio este discurso el mismo día en que cuatro anarquistas tomaron posesión de sus cargos de ministros en el gobierno de Largo Caballero. El discurso recogido por Solidaridad Obrera, según todos los testimonios existentes, censuraba y dulcificaba las palabras y el tono del discurso de Durruti que arremetía contra los burócratas de la CNT y los vividores burgueses de la retaguardia, a quienes amenazaba con bajar a Barcelona para hacer una limpieza de contrarrevolucionarios.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref21 [21]La comparación de estos breves fragmentos de Acracia con el discurso censurado y dulcificado publicado por Solidaridad Obrera, nos permiten vislumbrar el tono desafiante y duro del discurso de Durruti, que acusa directamente de incompetencia a unos consejeros de la Generalidad que disfrutan de intolerables privilegios de clase. Durruti arremetía también contra la burocratización de la CNT y la incompetencia de los dirigentes más destacados: recordemos que el discurso se pronuncia el mismo día en que se conoce la aceptación por la CNT de cuatro carteras ministeriales.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref22 [22]Según cuenta el propio Peirats; en PEIRATS, José: "Razones y sinrazones de la participación libertaria en el Gobierno". Polémica nº 22-25 (1986). Peirats resulta algo confuso y dice erróneamente que Solidaridad Obrera al reproducir ese discurso lo resumió con los titulares a toda plana "renunciamos a todo, excepto a la victoria". También afirma que él tomó notas del discurso que escuchó por radio, y que lo reprodujo luego en Acracia, aunque no explica que sólo eran unos pequeño fragmentos.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref23 [23]Creemos que el artículo se debe a Peirats, porque como se explica en la nota anterior fue él quien publicó en Acracia los fragmentos del discurso radiado de Durruti.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref24 [24]Referencia a la rápida burocratización de muchos y valiosos militantes cenetistas.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref25 [25]Referencia a la entrada de cuatro cenetistas en el gobierno de Largo Caballero.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref26 [26]Referencia a la censura y dulcificación del discurso de Durruti en la prensa anarquista.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref27 [27]Balius se refiere al discurso de Durruti, radiado el 4 de noviembre de 1936.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref28 [28]El carácter necesariamente TOTALITARIO de la Revolución española fue una característica fundamental del pensamiento teórico de la Agrupación de Los Amigos de Durruti. El término totalitario no significa dictatorial, sino total, esto es, que abarca TODOS los aspectos de la vida cotidiana, social y política de todos, tanto burgueses como proletarios.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref29 [29]La noche del 4 de noviembre de 1936, en la que Durruti habló por radio.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref30 [30]Carrasco i Formiguera, a raíz de este artículo de Balius, y por consejo de Tarradellas, aceptó salir de Cataluña para evitar las represalias de los "incontrolados". En su viaje en barco desde Francia al País Vasco fue capturado por los franquistas, encarcelado y más tarde fusilado, pese a su militancia católica. La historiografía ha culpabilizado a Balius de la muerte de Carrasco i Formiguera. Nos parece obvio señalar que en Cataluña en 1936 cuando se quería liquidar a alguien no era necesario publicar su nombre en un diario, sino que bastaba con susurrarlo a la persona indicada. Si Balius señaló el caso de Carrasco i Formiguera era porque en la Cataluña revolucionaria de diciembre de 1936 su actuación contrarrevolucionaria era un escándalo aún inadmisible. Y aunque le pese a la vigente historiografía, al católico Carrasco i Formiguera no lo fusilaron los comecuras anarquistas, sino los católicos franquistas.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref31 [31]Es la primera vez que en la prensa se cita el nombre de la Agrupación de Los Amigos de Durruti, que se constituyeron formalmente algunos días más tarde, el 17 de marzo de 1937.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref32 [32]Se hace referencia al discurso radiofónico de Durruti del 4 de noviembre de 1936.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref33 [33]Este artículo fue glosado muy favorablemente por Nin en La Batalla.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref34 [34]Francisco Pellicer fue destacado militante del Sindicato de la Alimentación de la CNT de Barcelona. No debe confundirse con los hermanos Pellicer, delegados de los milicianos de la Columna de Hierro. El Sindicato de la Alimentación procedá de los Comités de Abastos de la CNT, que en julio de 1936 organizaron los comedores populares y aseguraron el abastecimiento de la ciudad de Barcelona. Se convirtió en un puntal de la Agrupación de Los Amigos de Durruti.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref35 [35]Esta convicción es el fundamento de toda la teorización posterior de la Agrupación de Los Amigos de Durruti.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref36 [36]Alusión a la entrevista que los líderes anarquistas mantuvieron con Companys, recién derrotado el golpe militar, en el que el presidente de la Generalidad reconoció el dominio de la calle por los anarquistas y se ofreció a colaborar en los que ellos mandasen.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref37 [37]Se trata de la IV Agrupación del sector de Gelsa de la Columna Durruti, dirigida por Pablo Ruiz.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref38 [38]Nos hallamos ante una aplicación brutal de la tesis colaboracionistas y circunstancialistas del sector reformista del anarquismo. Pero si las ideas no sirven para afrontar la realidad: ¿para qué sirven? ¿A dónde podía llevar la dejación de principios, sino a la renuncia al propio programa, a la propia táctica, a la propia personalidad y a ser arrastrados por la ideología de la burguesía catalanista, o aplastados por los estalinistas? ¿No se podía combatir al fascismo con un ejército revolucionario, enraizado en una profunda revolución social en la retaguardia, proclamar la independencia de Marruecos y promover la solidaridad internacional de la clase obrera europea?
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref39 [39]Aquí si que se renuncia a todo excepto a la victoria.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref40 [40]El Pleno más importante fue el reunido en Valencia el 5 de febrero de 1937. Las actas de este Pleno fueron publicadas por la Agrupación de Los Amigos de Durruti: "Acta del Pleno de Columnas Confederales y Anarquistas, celebrado en Valencia el día 5 de febrero de 1937".
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref41 [41]Como puede seguirse en el Acta citada anteriormente, a las trabas burocráticas para expresarse los antimilitaristas sufrían el chantaje de que si no aceptaban la militarización no recibirían ni armas ni paga. No se daba más alternativa que aceptar la militarización o abandonar el frente "y dejar vencer al fascismo". La Agrupación de Gelsa, pese a todos los chantajes, se mantuvo firme en sus posiciones antimilitaristas: "milicianos sí; soldados nunca".
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref42 [42]La discusión sobre la aceptación, o no, de la militarización podía llegar a un enfrentamiento armado en el seno de la propia Columna Durruti.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref43 [43]Probablemente el abandono del frente se produjo a finales de febrero de 1937
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref44 [44]Quienes abandonaron el frente bajaron a Barcelona con sus armas.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref45 [45]Creemos que se trataría de un centenar de hombres, aunque Pablo Ruiz en su artículo "Elogio póstumo a Balius" hablaba de tres decenas.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref46 [46]En la partte gráfica de este número de Balance reproducimos ese pasquín.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref47 [47]El programa expresado por Los Amigos de Durruti ANTES DE MAYO DEL 37 se caracterizaba por el énfasis puesto en la gestión de la economía por los sindicatos, la crítica de todos los partidos y de su colaboracionismo estatal, así como cierto retorno a la pureza doctrinal ácrata. Los Amigos de Durruti expusieron su programa en el cartel con el que cubrieron los muros de Barcelona a finales del mes de abril de 1937. Esos carteles propugnaban ya, ANTES DE LOS HECHOS DE MAYO, la necesidad de SUSTITUIR al gobierno burgués de la Generalidad de Cataluña por una Junta Revolucionaria. El cartel de abril del 37 anticipa y explica la octavilla lanzada durante las jornadas de mayo, y abraza muchos de los temas y preocupaciones tratados por Balius en los artículos publicados en Solidaridad Obrera, La Noche e Ideas (sobre la justicia revolucionaria, el canje de prisioneros, la necesidad de que la retaguardia viva para la guerra, etcétera). Se plantea por primera vez la necesidad de una Junta Revolucionaria que sustituya al gobierno burgués de la Generalidad. Esa Junta Revolucionaria era definida como un gobierno revolucionario formado por obreros, campesinos y milicianos.
Pero lo más importante es la expresión conjunta de las tres consignas finales. La sustitución del gobierno burgués de la Generalidad por una Junta Revolucionaria, aparece junto a la consigna de "Todo el poder para la clase trabajadora" y "Todo el poder económico a los sindicatos". El programa político expresado en ese cartel, inmediatamente antes de las jornadas de mayo, es sin duda el más avanzado y lúcido de todos los grupos proletarios existentes, y convierte a la Agrupación en la vanguardia revolucionaria del proletariado español en ese momento crítico y decisivo. Y así lo reconocieron el POUM y la Sección bolchevique-leninista de España.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref48 [48]El miércoles, día cinco de mayo, Los Amigos de Durruti distribuyeron en las barricadas la conocida octavilla que les dio fama. Esta octavilla fue confeccionada la noche del cuatro al cinco de mayo bajo amenaza armada, en una imprenta del barrio chino. La improvisación y la falta de infraestructura de la Agrupación era evidente. El texto fue redactado tras la reunión con la Ejecutiva del POUM, celebrada a las siete de la tarde del día cuatro, cuando entre la Agrupación y el POUM se había acordado ya una postura defensiva de retirada, sin abandono de las armas, y con la exigencia de pedir garantías contra la represión. La octavilla, aprobada por el POUM, y reproducida en el número 235 (del 6-5-1937) de La Batalla, no tenía tras de sí ningún plan de acción, no era más que una declaración de intenciones y un llamamiento a la espontaneidad de las masas confederales para que perseverara en su acción ante los avances de la contrarrevolución. El POUM precedía la reproducción facsímil de la octavilla de Los Amigos de Durruti con la siguiente nota: "Los camaradas de la Agrupación Los Amigos de Durruti hicieron pública ayer, a primera hora de la tarde, la siguiente octavilla, de un interés realmente extraordinario, que reproducimos muy gustosos:"
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref49 [49]Se trata de un error de los responsables de la CNT: la octavilla del día 5 es de Los Amigos de Durruti, pero la del día 4 es de la Sección Bolchevique-Leninista de España, y decía así:
"Viva la Ofensiva Revolucionaria. Nada de compromisos. Desarme de la GNR y Guardia de Asalto revolucionarias. El momento es decisivo. La próxima vez será demasiado tarde. Huelga general en todas las industrias que no trabajen para la guerra, hasta la dimisión del gobierno reaccionario. Sólo el Poder Proletario puede asegurar la victoria militar. Armamento total de la clase obrera. Viva la Unidad de Acción CNT, FAI, POUM. Viva el Frente Revolucionario del Proletariado. En los talleres, fábricas, barricadas, etc.: Comités de Defensa Revolucionaria. Sección Bolchevique-Leninista de España (por la IV Internacional)". ¿Quizás el error proceda del llamamiento a la unidad de acción CNT-FAI-POUM?
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref50 [50]Este manifiesto es un balance de las Jornadas de Mayo hecho por Los Amigos de Durruti inmediatamente después de acabada la lucha en las calles.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref51 [51]La diferencia no es trivial, se trataba en realidad de considerar las jornadas de julio como el inicio de una lucha antifascista (como afirmaban los anarquistas colaboracionistas influidos por la ideología de unidad antifascista), o bien de una revolución proletaria, y por lo tanto de lucha contra la burguesía (fuese fascista, democrática o republicana), como afirmaban Los Amigos de Durruti y otras minorías revolucionarias. Los Amigos de Durruti afirmaban el carácter revolucionario de julio de 1936 (no sólo de oposición al levantamiento fascista) y de mayo de 1937 (no se contentaban con un simple cambio de nombres en el gobierno).
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref52 [52]Frente a las componendas parlamentarias que la Agrupación calificaba de engaño, Los Amigos de Durruti oponían su programa revolucionario, ya expuesto en la octavilla lanzada el día 5 de mayo, y en el cartel difundido a finales de abril de 1937.

http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref53 [53]La Agrupación de Los Amigos de Durruti no dudaba en afirmar que la batalla había sido ganada por los trabajadores, y que por lo tanto había que acabar de una vez con una Generalidad que no significaba nada. La Agrupación acusaba de TRAICIÓN a los comités superiores y dirigentes de la CNT, que habían paralizado una insurrección obrera victoriosa.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref54 [54]El Manifiesto finalizaba con una breve autocrítica de algunos fallos tácticos durante las Jornadas de Mayo, y con una optimista perspectiva de futuro, que la inmediata oleada represiva, iniciada el 28 de mayo con el cierre del local de la Agrupación y la prohibición de La Batalla, demostraría como vana e inconsistente. Mayo del 37 no acabó en tablas, sino que fue una severa derrota del proletariado. El 16 de junio de 1937 el POUM fue ilegalizado y sus dirigentes encarcelados y procesados. Andrés Nin, secretario político del POUM, fue secuestrado por la NKVD, torturado y asesinado. Los militantes revolucionarios, fueran anarquistas, trosquistas o poumistas fueron perseguidos y encarcelados. La unidad antifascista de la CNT y la FAI con la burguesía republicana y la contrarrevolución estalinista no hubiera sido posible jamás sin el consentimiento y la complicidad del anarquismo de Estado.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref55 [55]No compartimos este análisis: se puede estar armado militarmente y estar desarmado políticamente.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref56 [56]Este artículo es la respuesta de Balius al intento de expulsión de Los Amigos de Durruti de la CNT-FAI.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref57 [57]Octavilla y manifiesdto reproducidos en este número de Balance.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref58 [58]Artículo editorial publicado sin firma que le valió a Balius ser encarcelado.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref59 [59]Indalecio Prieto.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref60 [60]Los redactores de la nota publicada en Solidaridad Obrera cometían un error con la octavilla del día 4, ya que esta octavilla estaba firmada por la Sección Bolchevique-Leninista de España, y no por Los Amigos de Durruti. La octavilla del día 5, y el manifiesto del día 8 de mayo, sí que eran de la Agrupación de Los Amigos de Durruti.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref61 [61]Se trata del número 1 de El Amigo del Pueblo, que aunque aparece sin fecha se publicó el 19-5-1937.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref62 [62]Juan Santana Calero fue un destacado líder de las Juventudes Libertarias en Málaga, y luego en Cataluña. Redactor de Ruta y de El Amigo del Pueblo. Tuvo que someterse a un "juicio de honor", promovido por Fidel Miró y el sector colaboracionista de las JJ. LL., que le acusaron públicamente (lo que equivalía a denunciarlo a la policía) de ser redactor de la publicación clandestina El Amigo del Pueblo y de pertenecer a la Agrupación de Los Amigos de Durruti.

http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref63 [63]Juan Santana Calero murió pistola en mano enfrentado a las tropas fascistas que entraban en la ciudad de Valencia.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref64 [64]Se trata de un artículo extraordinario, porque es una profunda y rigurosa reflexión sobre la cuestión del poder en una revolución. Aún es mucho más extraordinario si tenemos en cuenta que tal tipo de reflexiones es inexistente entre los anarquistas españoles. No puede afirmarse con seguridad quien escribía bajo el seudónimo de "Fulmen".
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref65 [65]El número 5 es uno de los más interesantes de El Amigo del Pueblo. En primera página aparece un artículo titulado: "Una teoría revolucionaria". Sólo este editorial sería suficiente para destacar la importancia política e histórica de Los Amigos de Durruti, no sólo en la historia de la guerra civil, sino de la ideología ácrata. En el editorial, Los Amigos de Durruti atribuían el avance de la contrarrevolución y el fracaso de la CNT, tras su triunfo de julio del 36, a una sola razón: la ausencia de un programa revolucionario. Y esa había sido también la causa de la derrota de Mayo del 37. La conclusión a la que habían llegado es definida con una enorme claridad.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref66 [66]Este texto es fundamental, marca un hito en la evolución del pensamiento anarquista. Los conceptos teóricos aquí vertidos, sólo esbozados muy confusamente con anterioridad, se expresan ahora con una claridad cegadora. Y estas conquistas teóricas serían, más tarde, repetidas y razonadas en el folleto de Balius Hacia una nueva revolución. Pero aquí aparecían por primera vez. Y a nadie puede escapar su novedad e importancia dentro del pensamiento anarquista. Los Amigos de Durruti habían asumido viejos conceptos teóricos, que habían conquistado tras una dolorosa experiencia histórica, en el transcurso de una guerra civil y un proceso revolucionario, que había mostrado descarnadamente las contradicciones y las necesidades de la lucha de clases. ¿Acaso podemos creer que esta evolución del pensamiento político de Los Amigos de Durruti pueda atribuirse, seria y documentadamente, a la influencia de un grupo ajeno, sean trosquistas o poumistas? Es innegable que se trata de una evolución atribuible únicamente a la propia Agrupación de Los Amigos de Durruti, que en el análisis de la situación política e histórica habían llegado a la conclusión de la necesidad, ineludible en una revolución, de establecer una Junta Revolucionaria. Los Amigos de Durruti, por supuesto, no utilizaban la terminología propia del marxismo, sino que empleaban otro vocabulario, propio de la ideología ácrata: y ese vocabulario, con el que exponen el concepto de "dictadura del proletariado", es una prueba más de que estamos ante una evolución interna de la Agrupación, y no ante un proceso de colonización o captación por parte de un grupo ajeno. La realidad social e histórica era lo bastante tozuda, y lo suficientemente dura, como para que el abecé de la teoría revolucionaria pudiera cuajar en un grupo revolucionario que simplemente mantenía los ojos abiertos y la mente despierta.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref67 [67]En este párrafo se nos da una definición precisa de la Junta Revolucionaria.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref68 [68]Los Amigos de Durruti se estaban apropiando de una noción básica en toda revolución proletaria: la dictadura de clase del proletariado sobre la clase burguesa, esto es, la consolidación de una democracia proletaria, basada en la expropiación de los capitalistas, y la defensa de la revolución proletaria contra los inevitables ataques de las organizaciones contrarrevolucionarias burguesas.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref69 [69]El Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña (CCMA).
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref70 [70]El CCMA fue un comité antifascista, es decir, de alianza y colaboración entre los obreros y la burguesía para luchar contra los fascistas. La Junta revolucionaria, propuesta por Los Amigos de Durruti, sería en cambio un gobierno revolucionario, exclusivamente obrero, en confrontación con la burguesía, por muy republicana, democrática y antifascista que fuera esa burguesía, y en defensa de las conquistas políticas y económicas de la clase obrera, y sobre todo del programa histórico internacional de emancipación de la clase obrera mediante la abolición del trabajo asalariado y la plusvalía, los ejércitos y la policía, las fronteras nacionales, y en definitiva de todas las clases sociales.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref71 [71]Los Amigos de Durruti constataban que la constitución del CCMA fue no sólo un error, sino el principio del fracaso político de una insurrección obrera victoriosa militarmente.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref72 [72]La evolución del pensamiento político de Los Amigos de Durruti es ya imparable. Tras el reconocimiento de la necesidad de la dictadura del proletariado, la siguiente pregunta que se plantean es ¿quién ejercerá esa dictadura del proletariado?. La respuesta es una Junta revolucionaria, que es definida como vanguardia de los revolucionarios. Y su papel, no podemos creer que sea diferente al atribuido por los marxistas al partido revolucionario (que no tiene nada que ver con los partidos estalinistas y la dictadura del partido-estado de la burocracia). Sin embargo, Munis en el número 2 de La Voz Leninista, criticaba este número 6 de El Amigo del Pueblo, porque apreciaba en sus afirmaciones un retroceso respecto a las mismas formulaciones hechas por la Agrupación de Los Amigos de Durruti durante, e inmediatamente después, de las jornadas de mayo.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref73 [73]Artículo anónimo, pero que sin duda pertenece a la serie sobre la Revolución francesa, firmada en anteriores números de El Amigo del Pueblo con el seudónimo de "Fulmen".
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref74 [74]El colaboracionismo de la CNT y la FAI con el gobierno burgués republicano le llevó a la renuncia de los principios antiestatales y antiburgueses fundamentales del anarquismo. Desde la perspectiva de un anarquismo revolucionario ese "anarquismo de Estado" o "socialdemocratización del anarquismo" es absolutamente irreconocible y no cabe solidaridad ni corresponsabilidad alguna con él, porque está ya del otro lado de la barricada. Es la primera vez (y una de las raras ocasiones) en la que DESDE LA PROPIA MILITANCIA ANARQUISTA se señala la necesidad ineludible de una ruptura entre dos corrientes anarquistas, que son YA antagónicas.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref75 [75]Durante la guerra civil era clara y manifiesta para todos los anarquistas la prioridad de enfrentarse al fascismo. Pero tras el decreto de militarización de las Milicias, en octubre de 1936, surgió un enorme descontento que llevó a un núcleo de milicianos de la Columna Durruti a abandonar el frente. "¡Milicianos sí; soldados nunca!" En esos milicianos (entre los que destacaba Pablo Ruiz), que rechazaron la militarización de las milicias, estuvo el origen de la Agrupación de Los Amigos de Durruti.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref76 [76]Los días 4 al 7 de julio de 1937 se celebró en Valencia un Pleno peninsular de la FAI en el que se acordó sustituir la federación de los grupos de afinidad por una organización territorial. El cambio organizativo respondía a la necesidad de convertir a la FAI en un partido político más, bien adaptado para cubrir puestos de responsabilidad en los organismos de colaboración con el aparato estatal de la burguesía republicana. La organización territorial también implicaba una férrea burocratización que controlase e impidiera la formación de grupos anarquistas críticos con la línea colaboracionista de la FAI, como por ejemplo Los Amigos de Durruti, el grupo Libertad, etc...
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref77 [77]La amarga ironía de este breve texto nos permite apreciar, tras las punzantes frases de humor, la honda desesperación de unos militantes que habían dejado de identificarse con las posiciones políticas de su propia organización.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref78 [78]La simple enumeración, ordenada cronológicamente, y sin comentario alguno, de los principales acontecimientos vividos después del 19 de julio, permite subrayar con fuerza y de forma concisa la profundidad de la derrota sufrida por los revolucionarios, y el imparable avance de la contrarrevolución burguesa.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref79 [79][BALIUS, Jaime]: "El gobierno Negrín". Editorial. El Amigo del Pueblo, número 2. Barcelona, 26 de mayo de 1937. Editorial por el cual Balius fue encarcelado.

http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref80 [80]La crítica populista de los dos anteriores artículos, que podríamos calificar como la visión obrera de los actos sociales de la burguesía, se convierte aquí en cerrada defensa del control obrero de las subsistencias antes de enero de 1937, en que pasaron a ser controladas por Comorera del PSUC, y sobre todo de la necesidad de imponer un estricto racionamiento al servicio de los trabajadores, que penalice a "burócratas y vividores". En la angustiosa situación de penuria y hambruna del momento la comparación del precio de los artículos (y su escasez) no puede ser calificada de demagógica, sino de realista, por tener en cuenta las necesidades básicas de la vida cotidiana de los trabajadores.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref81 [81]Era director de El Amigo del Pueblo. Para para evitar la censura, que había mutilado un tercio del primer número del órgano de Los Amigos de Durruti, salió clandestinamente desde el número 2. En ese número 2 había publicado además un artículo muy crítico contra Negrín.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref82 [82]Ingresó en la Prisión Modelo el 18 de julio de 1937, procedente de la Delegación General de Orden Público, donde había estado un mes, y a disposición de ésta. Estaba acusado de amenazas, injurias y desobediencia a la autoridad. El 3 de agosto se le concedió prisión atenuada y se le trasladó a la Clínica del Pilar, bajo vigilancia policial, que le fue retirada el 26 de setiembre de 1937, por haberse dictado su libertad.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref83 [83]Frente al realismo y la defensa de las condiciones de vida cotidiana de los trabajadores de otros artículos, en éste nos encontramos con una clara exposición teórica de las soluciones políticas propuestas por Los Amigos de Durruti. Que son: la defensa de un programa revolucionario, el control de la economía por los sindicatos, la organización política territorial a partir del Municipio, y sobre todo la formación de una Junta Revolucionaria (constituida por los revolucionarios que han combatido en las barricadas) capaz de defender ese programa revolucionario de los ataques de la contrarrevolución burguesa.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref84 [84]Es uno de los artículos más interesantes publicados en El Amigo del Pueblo. En este artículo no sólo se hace una breve e intensa narración de la historia de la Agrupación de Los Amigos de Durruti, sino que se expone con precisión las razones que dieron origen a la Agrupación y se subraya la necesidad de mantener los métodos y objetivos de clase, imposibles de mantener si se opta por el colaboracionismo con la burguesía. Opinamos que donde se utiliza la palabra "marxismo" debería emplearse hoy la palabra "estalinismo".
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref85 [85]En este artículo hemos modificado algunas expresiones sintácticas y de vocabulario, evidentemente oscuras o erróneas, con el fin de facilitar la comprensión global del texto.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref86 [86]Estamos ante un artículo de gran fuerza expresiva que combina la ironía y la amargura de los insultos y calumnias recibidos por Los Amigos de Durruti con una crítica clara y radical del colaboracionismo.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref87 [87]El POUM tras una larga campaña de desprestigio y de calumnias vertidas por los estalinistas desde diciembre de 1937, fue ilegalizado el 16 de junio de 1937. Fue acusado de ser una organización fascista-trosquista. Nin, su secretario político, fue secuestrado, torturado y asesinado por la policía soviética. Otros dirigentes fueron encarcelados y juzgados; sus militantes fueron perseguidos, encarcelados o asesinados. Los agentes soviéticos actuaron en la impunidad, arropados por el aparato de propaganda y difamación del PCE y del PSUC, gracias a la complicidad de las autoridades republicanas y de todos los partidos antifascistas.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref88 [88]Afirmación de evidente carácter irónico.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref89 [89]Alusión hecha al intento fracasado de expulsión de Los Amigos de Durruti de los Sindicatos de la CNT, que habían promovido los dirigentes y comités superiores de la CNT y de la FAI.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref90 [90]Jamás se propusieron romper con la CNT, y siempre se resistieron a ser expulsados.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref91 [91]Aunque la Agrupación no se planteó nunca la escisión de la CNT, si que constató la extrema divergencia política existente, así como el irreconciliable antagonismo entre dos corrientes del movimiento libertario: la reformista (del "anarquismo de Estado") y la revolucionaria (de Los Amigos de Durruti), que la realidad histórica había situado ya, en mayo de 1937, a distintos lados de la barricada.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref92 [92]Aunque se reivindica, no sin razón, el papel colectivo y anónimo del periódico, no debemos descartar su exageración en descargo de las amenazas de cárcel que pesaban sobre Balius, como director de El Amigo del Pueblo. Por otra parte, Balius, incluso en sus períodos de encarcelamiento, había seguido colaborando en la elaboración del periódico. De todas formas es cierto que tanto Eleuterio Roig como Santana Calero eran capaces de llevar ellos solos el diario.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref93 [93]Estas afirmaciones de Durruti, rigurosamente ciertas, no podían menos que ser ignoradas inmediatamente después de su muerte, ya que contradecían el decidido colaboracionismo sin frenos de la CNT y la FAI. La manipulación de los ideólogos del anarquismo de Estado y de los estalinistas, como ya hemos comentado en la introducción, llegó a falsear y resumir el ideario de Durruti en la frase (atribuida sin pruebas a Durruti): "renunciamos a todo, menos a la victoria".
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref94 [94]El redactor de El Amigo del Pueblo parece aceptar acríticamente que la frase es realmente de Durruti, aunque fuera de contexto y manipulada. La lectura del número de Solidaridad Obrera del 10 de noviembre, en el que se publica en portada y en caracteres de gran formato la frase "renunciamos a todo; excepto a la victoria", induce a pensar que se trata sólo de un eslógan. En ningún momento se indica ni el lugar, ni la fecha, ni los testigos, y mucho menos las circunstancias, en las que Durruti pronunció esa frase.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref95 [95]A medida que se aproximaba el primer aniversario de la muerte de Durruti empezaron a publicarse en la portada de Solidaridad Obrera con letras de gran tamaño, y acompañadas por un dibujo del busto de Durruti, unos eslógans que supuestamente resumían el pensamiento de Durruti en una frase. Así en los números de Solidaridad Obrera del 4 y del 5 de noviembre se publicó en portada y a gran formato la siguiente frase: "PRONTO HARÁ UN AÑO: "Responsabilizar a la retaguardia. Durruti en Madrid". El día 10 de noviembre de 1937 se cambió ese eslogan por otro que decía así: "EL HABLO POR TODOS: "Renunciamos a todo, excepto a la victoria". Se trataba de un eslogan más, que pretendía resumir el pensamiento de Durruti en una frase. No se buscaba ni intentaba siquiera justificar que la frase fuera de Durruti. En realidad ni siquiera se dice que la frase sea de Durruti: sólo aparece el busto dibujado de Durruti, y en letras minúsculas esta pequeña explicación: "Y expresó en síntesis magistral el pensamiento de todo un movimiento de masas, en el que se compendia la generosidad más fervorosa. Habló poniendo en sus labios el acíbar de la verdad. De la verdad que no tiene etiqueta, ni color de partido. ni sabor de secta. Con rudeza cordial, firme el ánimo, erguida la voluntad y entero el carácter, sin retórica, sin perífrasis. con un ansia de triunfo indescriptible dijo: "Renunciamos a todo, excepto a la victoria".
Solidaridad Obrera el 10 de noviembre de 1937 resumía toda la obra y el pensamiento de Durruti en una frase que se le atribuía, sin indicación de lugar ni tiempo, a un Durruti divinizado. No era suficiente con la primera muerte de Durruti, era necesario volver a asesinarlo. Y esa frase inventada, o manipulada fuera de contexto, por los ideólogos del anarquismo de Estado que dominaban Solidaridad Obrera se convirtió en LA FRASE DE DURRUTI. Esa portada del 10 de noviembre viene acompañada por otros dos artículos que no desmerecen en nada al eslogan colgado a Durruti: "Para que la unidad antifascista sea un hecho", que conmemora el aniversario de la revolución rusa y glorifica la Rusia de Stalin, y otro titulado "Mera y El Campesino símbolos de la unidad del ejército", que glosa la integración libertaria en el Ejército Popular.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref96 [96]Se trata probablemente del último número de El Amigo del Pueblo editado durante la guerra.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref97 [97]Todo el artículo está concebido bajo el aplastante peso de la derrota de la revolución. El paralelismo entre soviets y sindicatos es bastante discutible; en todo caso en julio de 1936 cabía hablar de una paralelismo entre soviets y comités revolucionarios.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref98 [98]En julio de 1936 ni se destruyó el Estado, ni se abolieron los partidos burgueses. Se solucionó de forma expeditiva la cuestión de la Iglesia, pero se dejaron en pie las demás instituciones burguesas. Los Amigos de Durruti constatan la necesidad de que una revolución proletaria arrase las instituciones de la burguesía, la necesidad en suma de la destrucción del Estado burgués. La lección ha sido demasiado cara, por eso es necesario exponerla, aun cuando ya todo parece perdido definitivamente.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref99 [99]Estos dos primeros párrafos han sido copiados literalmente del libro "Jalones..." de Munis.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref100 [100]Juan Ferrer i Farriol, militante cenetista nacido y formado en Igualada, de oficio curtidor, dirigió durante la guerra civil Catalunya, órgano en lengua catalana de la Confederación. En el exilio dirigió Le Combat Syndicaliste/Solidaridad Obrera. Balius pudo publicar diversos artículos en dicha publicación gracias a la protección de Joan Ferrer. Para más información sobre Joan Ferrer, anarquista catalán de amplísima cultura, puede consultarse: PORCEL, Baltasar: La revuelta permanente. Planeta, Barcelona, 1978. Algunas obras de Ferrer: "De l'Anoia al Sena sense pressa" (1966); "Costa Amunt. Elements d'Història scoial igualadina" (1973).
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref101 [101]Treinta y cinco años después Balius seguía calificando de traición el colaboracionismo gubernamental de la CNT.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref102 [102]Son afirmaciones muy importantes. Balius está acusando a una élite de dirigentes anarquistas de violar los acuerdos de un Pleno de Regionales, que había aprobado la formación de un Consejo Nacional de Defensa, y de decidir, sin consultar a la base sindical, ni a los grupos de la FAI, ni a los milicianos de Aragón (entre ellos, Durruti), la colaboración libertaria con el gobierno de la burguesía republicana.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref103 [103]La belleza y la fuerza expresiva de estas frases de Balius, merecedoras de figurar en cualquier antología del anarquismo, corren parejas a la indignación que a más de treinta años de distancia le sigue produciendo la existencia de "ministros anarquistas" en un gobierno burgués, no sólo porque le siga pareciendo "inconcebible", sino porque implicaban la renuncia a la revolución.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref104 [104]Reproducido en este mismo número de Balance.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref105 [105]Aquí se hace referencia al pasquín elaborado y distribuido ANTES DE MAYO (reproducido en el documento número 18) y al manifiesto distribuido el 8 de mayo de 1937 (reproducido en el documento número 21). Nos parece notable y sugestiva la comparación histórica de mayo del 37 con Kronstadt.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref106 [106]Las alusiones a Federica Montseny son formalmente tan suaves como irónicamente envenenadas.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref107 [107]Perdido, desgraciadamente, el original en castellano el texto aquí reproducido es una traducción del inglés al español de Agustín Guillamón.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref108 [108]A Balius le falla aquí la memoria. En el número 12 de El Amigo del Pueblo, fechado el 1 de febrero de 1938, aparece un índice del folleto "Hacia una nueva revolución". Por lo tanto el folleto había sido editado en enero de 1938, no a mediados de 1938.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref109 [109]Grupo "Renacer" de la FAI.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref110 [110]Los treinta milicianos que cita Pablo Ruiz contrasta con el elevado número dado por otras fuentes.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref111 [111]El número 1 de El Amigo del Pueblo fue editado el 19 de mayo de 1937, después de las jornadas revolucionarias del 3 al 7 de mayo de 1937.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref112 [112]Son datos muy interesantes sobre la intervención de Los Amigos de Durruti en las jornadas de mayo. Pablo Ruiz da una cifra: 400 combatientes armados; un lugar: Las Ramblas y calle Hospital; y un acto excepcional: el llamamiento de Balius, desde las barricadas, a la solidaridad de los trabajadores europeos con el proletariado revolucionario español.
http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref113 [113]Acracia (Lérida, 5 noviembre 1936). Notas tomadas por Peirats del discurso radiado por Durruti la noche del 4 de noviembre de 1936.

http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref114 [114]EHRENBURG, Ilya: Corresponsal en la Guerra Civil española. Júcar, Madrid/Gijón 1979, p 24.

http://es.geocities.com/hbalance2000/pagina_n5.htm - _ftnref115 [115]GUILLAMON, Agustín: La Agrupación de Los Amigos de Durruti 1937-1939. Balance, Barcelona, 1994. Existe una traducción al inglés: Guillamón, Agustín: The Friends of Durruti Group: 1937-1939. AK Press, Edinburgh/San Francisco, 1996.



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