Guerra declarada del Estado y el Capital: Tácticas anti guerrilla, copamiento de zonas criticas y misiones de acoso policial estarían previstas contra

Guerra declarada del Estado y el Capital: Tácticas anti guerrilla, copamiento de zonas criticas y misiones de acoso policial estarían previstas contra activistas mapuche.

colaboradores anónimos hommodolars

Si solo el día de ayer el Informe Anual Sobre Derechos Humanos 2008 que elabora el Centro de DD.HH. de la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales denunciaba que el gobierno “mantiene, justifica y defiende altos e intensos niveles de represión policial y hostigamiento” hacia las movilizaciones y conflictos sociales, no tuvo que pasar mucho tiempo para que la merecida quema del fundo del primo del perro latifundista Jorge Luchsinger fuera una excusa mas para amenazar y justificar nuevos métodos de represión con el objetivo de ser aplicados en las zonas del sur que actualmente se encuentran en conflicto. De esta forma, y sin pelos en la lengua, se anuncio el reforzamiento del contingente y de labores de inteligencia en la zona de la Araucanía para evitar que los latifundistas y empresas forestales sufran algún tipo de recuperación de tierras o escarmiento por parte de quienes exigen la devolución de los terrenos ancestrales que les pertenecen.

De esta forma el paco jefe Eduardo Gordon y otros perros que defienden el capital desde las herramientas que ofrece el Estado (ese que le saca plata para subsidiar capitales para que lo exploten mejor y lacrimógenas por si se pone muy bueno para alegar) se habrían juntado para implantar tácticas “anti guerrilla”: copamiento de zonas criticas y misiones de acaso policial hacia los grupos más radicales y limitar así sus movimientos. Las vigilancias nocturnas aumentarían para sorprender a los autores infraganti y de esa forma tener una verdadera excusa para balear por la espalda (luego que los peritajes de los Ratis demostraron que la muerte de Catrileo había sido porque les lanzaban piedras a los pacos)

Claro está, las coordinaciones con el Ministerio Publico serán vitales a la hora de decretar la legalidad de las futuras acciones represivas. De esta manera se vuelve a poner en el tapete mediático la situación en la Araucanía y por sobre todo, la “solución final” para el estado: intensificar la violencia del estado contra quienes ejercen la violencia contra el capital, legitima para nosotros en tanto intenta repropiarse de lo que le fue expropiado a la fuerza.

No es casualidad que este año las fuerzas policiales hayan tenido reacciones sumamente represivas contra los estudiantes secundarios y trabajadores: seguimientos, secuestros, torturas y detenciones selectivas. A esto se le debe agregar el encarcelamiento de ex presos políticos y el aumento progresivo de montajes conjuntos entre la policía y los medios de comunicación para construir una realidad que legitime el actuar desproporcionado del Estado. Pero nosotros no somos santitos, no somos blancas palomas. Si de algo somos culpables y lo aceptamos a mucha honra es de pretender destruir su podrida sociedad de clases. Es por dicha razón que el Estado y el Capital llevan a cabo todas las acciones posibles para frenar y neutralizar los conflictos sociales identificando a quienes son parte de ellos como sus enemigos. Y en cierta forma tienen razón, nos tratan como sus enemigos, nos nombran como si fuéramos tales. La guerra por parte de ellos está declarada. El punto radica ahora en como el movimiento anticapitalista “en general” enfrentara a este poderoso pero no absolutamente eficaz enemigo y las estrategias de lucha, organización y mediáticas para dar una resistencia capaz de pasar a la ofensiva: atacar y auto defenderse, evitar la infiltración y contar con organizaciones que no tiendan a la burocratización y ser capaces de gestar nuestras propias redes comunicativas para deslegitimar la acción del estado y validarnos entre la población.

Una serie de interrogantes que necesitan de una cierta unidad que en primer lugar se despoje del tabú de la violencia que varios sectores de izquierda poseen y nos ha desarmado ante la fiera represión policial. El tema organizativo es más complejo. Lograr movilizaciones capaces de generar una efectiva presión requiere de constancia, combatividad pero también un posicionamiento ante la población que no venga fijado desde los medios corporativos.

En conclusión, somos testigos de una escalada represiva en tanto las crisis suenan por todas partes y lentamente algunos radicalizan su accionar, pero otra gran mayoría queda en la indiferencia, arrojada a lo que le dirán de la realidad los medios y que servirá para justificar en algún futuro las más brutales represiones contra los luchadores. Dentro de ese escenario es que debemos seguir dando la lucha en todos los sectores.

Fuente:

http://diario.elmercurio.com/2008/08/19/nacional/nacional/noticias/36FFF5B6-74C0-489E-BD80-E4E00B0C10B7.htm?id=%7B36FFF5B6-74C0-489E-BD80-E4E00B0C10B7%7D