EXPERIENCIA DE MEDIACION FAMILIAR EN CHILE:

MEDIACION Y RESOLUCION DE CONFLICTOS


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Myriam Barrientos Gómez


1 Licenciada en Filosofía Universidad Católica de Chile. Mediadora Familiar y del Sistema de Salud. Socia fundadora de la Red de Centros de Mediación. Coordinadora técnica equipo Instituto Familiar Sistémico de Chile (IFASIS CHILE)


Esquema de la Exposición

I) Perfil de la Red de Centros: antecedentes, fundamento, misión y objetivos

II) Datos estadísticos de la experiencia en mediación familiar

III) Proyección y desafíos de la Red de Centros

MISION DE LA RED DE CENTROS DE MEDIACIÓN:

Fomentar la cultura de la paz y la validación de las vías de solución pacíficas, en especial, la mediación; desde la unión y proyección del quehacer de los Centros de Mediación, en pos de constituirse en una presencia activa ante la sociedad, contribuyendo al enriquecimiento de las personas involucradas en las distintas problemáticas, potenciando su protagonismo en la búsqueda y construcción de acuerdos.

OBJETIVOS:

Difundir la mediación como un mecanismo válido para la solución pacífica de conflictos

Reconocer y validar el rol de la mediación y del quehacer del mediador en los diferentes ámbitos de aplicación

Fomentar en los mediadores la calidad del servicio que otorgan y los aspectos éticos de su quehacer profesional

Ser un interlocutor válido para los organismos correspondientes que velan por la instauración de la cultura de la paz

Propiciar la inclusión de Centros de Mediación a lo largo del país para proyectar lineamientos de trabajos en conjunto y permitir el intercambio de experiencias

Beneficios para los Centros de Mediación integrantes de la Red:

El compartir un desafío similar, como es validar la mediación en nuestro país, potencia el enriquecimiento de experiencias y resultados. Esto posibilita la articulación de proyectos en conjunto y se cuenta con un espacio solidario que nos ayuda en la evaluación de la gestión,

la superación profesional y un sentido de identidad como mediadores.

Beneficios para las personas que acuden a los Centros de la Red:

El recibir un servicio profesional respaldado por una asociación nacional comprometida en la gestión de trabajar con seriedad, confidencialidad y ética, en pos de respetar y privilegiar el protagonismo de quienes solicitan nuestra atención.

I.- Perfil de la Red de Centros de Mediación:

La Red de Centros de Mediación de Chile es una asociación que surge durante el año 2005, producto de la formulación planteada por un proyecto de los fiscales de la zona metropolitana sur., ante la puesta en marcha de la Reforma Procesal Penal en la Región Metropolitana. En lo específico, ante la necesidad de cumplir con la facultad que ella otorga al fiscal para ofrecer a la víctima y al imputado, la posibilidad de concurrir “voluntariamente” a un centro especializado de mediación que permita el desarrollo de la instancia del acuerdo preparatorio.

En el ámbito de la justicia restaurativa se entiende que las partes con riesgo en un delito específico resuelven colectivamente el cómo tratar las consecuencias del delito y sus implicaciones para el futuro. En este aspecto la Mediación surge como un mecanismo en el cuál las partes sienten que sus derechos son respetados y pueden lograr un acuerdo que satisfaga tanto a víctima como al ofensor.

Basado en este fundamento, se genera la necesidad de formar centros de mediación que apoyen dicho proyecto y, en forma paralela, la articulación de una Red de Centros de Mediación que coordine y proyecte esta gestión.

En la etapa de implementación del proyecto, Abril 2005, se convoca, desde el Instituto Profesional Carlos Casanueva a Centros de Mediación Familiar a participar en el proyecto y recibir una capacitación sobre Mediación Penal a cargo de los fiscales de la zona metropolitana sur.

De esta convocatoria y selección, surge la Red de centros de Mediación con seis Centros fundadores que reúnen a cuarenta profesionales mediadores para trabajar con el Ministerio Público, Fiscalía Regional Metropolitana Sur. Cabe destacar que las mediaciones de este ámbito habrían de ser de carácter gratuito para las partes y se entregarían como un servicio a la comunidad y como un aporte a la Paz., sin embargo, en este ámbito sólo fueron recibidos diecisiete casos.

En una segunda etapa, se invitó a nuevos Centros de Mediación para integrarse a esta Red. De esta forma para la entrada en vigencia de los Juzgados de Familia, Octubre 2005, la Red contaba con 16 centros de mediación.

En el período de Octubre a Diciembre 2005, la Red de Centros de Mediación ofreció sus servicios y participó activamente en la puesta en marcha de la Ley de Juzgados de Familia atendiendo en forma gratuita a través de nueve centros de mediación, más de doscientos cincuenta casos de mediación familiar que les fueron derivados por el 2º y 4º Juzgados de Familia del Área Metropolitana.

Del desarrollo y resultado de casos atendidos, en lo cuantitativo se acompaña una presentación estadística., sin embargo, en lo cualitativo, se puede afirmar que tanto la derivación (atendida desde la Red y de allí a sus Centros), la atención, la aceptación de acuerdos logrados por parte de los juzgados mencionados y en especial, el nivel de satisfacción de las partes como de los mediadores supera las expectativas iniciales.

Por otra parte, y en forma paralela, la Red de Centros de Mediación dispuso de mediadores familiares de estos Centros de Mediación para realizar pasantías en el 4º Juzgado de Familia. El objetivo de esta instancia fue brindar una labor de pre-mediación para aquellos casos con materia mediables. El resultado cualitativo de esta gestión nos permite afirmar que de momento que las partes reciben una información directa acerca de la naturaleza y alcances de la mediación se muestran dispuestos y ansiosos por acceder a ella.

La propuesta de esta difusión sólo contemplaba brindar información a la parte demandante y dejar su consentimiento expresado en la firma de la autorización para iniciar el proceso de mediación. Luego era menester del mismo juzgado la derivación pertinente, por esta razón, no contamos con el informe de la proyección real de los casos efectivamente mediados.

Ante la primera licitación de mediación familiar convocada por el Ministerio de Justicia, varios centros de mediación integrantes de la Red asumieron el desafío de presentarse cumpliendo los requerimientos exigidos, sin embargo, el resultado fue lamentable, por una parte, vivir la frustración de no ser adjudicados y por otra, enfrentar el alto compromiso económico tras la implementación de infraestructura acorde a los requerimientos solicitados en las bases de la licitación.

Para el inicio de 2006, La Red de Centros de Mediación continuó proyectando su quehacer tanto en lo concerniente a mediación penal y familiar.

En lo penal, se insertó en la Red de Mediación Penal.

En lo familiar, la recepción y atención de casos procede de la autogestión de los centros ya que la derivación de casos desde Juzgados se interrumpió debido a la existencia de mediadores y centros de mediación licitados, sólo ha sido ocasional para aquellos casos en que las partes conocen la existencia de nuestros centros.

En relación al desarrollo propio de los Centros integrantes de la Red, si bien el compromiso con la mediación se mantiene, debimos entender que durante los primeros meses del presente año y por dificultades económicas, se viviera la disolución de algunos centros fundadores.

No obstante, la interrelación generada por la Red de Centros de Mediación entre los mediadores ha permitido que se rearticulen proyectos y se formen nuevos equipos de trabajo entre los mediadores que originalmente pertenecieran a distintos Centros, incluso asumiendo nuevos costos de instalación de oficinas y la tramitación de su personalidad jurídica.

Actualmente la Red de Centros de Mediación está integrada por once centros ubicados en Santiago, de los cuales siete son privados, tres de entidades de capacitación y uno con dependencia municipal. Estos centros contemplan un total de cincuenta y siete profesionales, mediadores familiares y se ha constituido como asociación gremial.

Para el año 2006 la Red de Centros de Mediación fijó como uno de sus objetivos fundamentales el trabajar por la difusión de la mediación.

Es así como ha contribuido en las instancias pertinentes y, en especial se ha dedicado con esmero y profesionalismo en la organización del presente Foro, uniendo una vez más la voluntad y entrega generosa de sus integrantes, quienes han gestionado auspicios y colaboración de particulares.

En este evento, en que se han unido el Ministerio de Justicia de Chile, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la Red Nacional de Acceso a la Justicia y nuestra Red de Centros de Mediación se consolida una gestión que a nuestro juicio, se ha atendido con esmero y cuyo resultado se evaluará en el tiempo. Esta unión ha permitido reunir expositores de primer nivel en el ámbito de la mediación y además, ser la instancia de transferir conocimientos y experiencias de la mediación familiar, penal, comunitaria, de salud, laboral y escolar.

II.- PRESENTACIÓN DE MUESTRA ESTADÍSTICA (presentación power point)

III.- PROYECCION Y DESAFIOS DE LA RED

Dicen que una espiga se quiebra fácilmente pero unidas es difícil hasta doblarlas, así comparativamente, es nuestro eje de acción. El camino de la mediación en Chile hasta el momento no ha sido fácil. Para los profesionales del área social que hemos escuchado y sentido la motivación que brinda esta senda laboral, ha sido un compromiso que refunde vocación e incertidumbre. Por una parte, desatender un camino seguro, el de nuestra profesión de origen, para estudiar algo distinto y complementario, luego cumplir requisitos formales de acreditación para ingresar al Registro Único de Mediadores del Ministerio de Justicia, que implica disponer de de un espacio físico u oficina, acorde a la mediación y que, además, se situé en comuna de asiento del Juzgado, lo cual involucra embarcarse en presiones de tipo económicas.

Ser mediador demanda una formación que incluye adquisición de conocimientos y perfeccionamiento de habilidades, pero además, requiere de la obtención o desarrollo de una alta cuota de esperanza personal y de equipo, basados en que la difusión de la mediación justifique nuestras expectativas por contribuir en las diferentes instancias que ella se puede aplicar, luego, entender que los cambios culturales se generan con tiempo y paciencia. Entender que si bien se implementan políticas públicas, su puesta en marcha y correcciones se hacen al andar. En teoría suponemos que hay plazos y esperas justas, que los procesos pueden darse con relativa naturalidad si sus fundamentos son coherentes.

Sin embargo, hoy, a un año de la implementación de los Tribunales de Familia en cuyo interior se requiere de nuestro principal enfoque profesional, sabemos cual es el escenario. Las familias que acuden están resintiendo la incoherencia de promesas y resultados efectivos. Y por otra parte, estamos los mediadores que trabajamos por su instauración y una gran mayoría que aguardan cambios. Conocemos el proyecto que se estudia en el Parlamento y aunque se apruebe en lo referido a la mediación obligatoria, estamos ciertos que ello no garantiza el despliegue de nuestra función.

Los problemas de familia son muy diversos y requieren de una atención que involucra sutilezas y profundidad, motivo por el cual, si llegan al Juzgado es porque se han agravado y las posiciones se han extremado. Por esto sentimos que si bien es necesaria la implementación de mayores cupos administrativos en juzgados, mayor cantidad de jueces, el mejoramiento de las corporaciones judiciales y con ello, la inyección de recursos económicos para el ámbito de tribunales de familia, que por cierto es una deuda, porque comparativamente a lo que fue la puesta en marcha de la Reforma Procesal Penal en esta Ley la difusión sólo generó expectativas falsas por haber publicitado más la rapidez de resultados que podían alcanzar las familias, que la forma del procedimiento y sus alternativas, entre las que está obviamente la mediación. Se promovió la solución y con esto, se llenaron los juzgados, sin embargo, no se ha promovido la gran ventaja de esta ley y que consiste en ofrecer la posibilidad a las partes en conflicto de buscar y construir acuerdos, otorgando con ello el protagonismo para sus decisiones, todo esto con la ayuda de un tercero imparcial, que es el mediador y que velará porque dichos acuerdos estén conformes a la ley. Es por esto que se puede afirmar que el modelo sigue siendo el golpe del martillo, es decir la palabra del juez.

Por esta sensación de fracaso de la ley y los tribunales de familia que han sido evaluados como poco operativos, porque además de los plazos no cumplidos, las causas se presentan en forma confusa y no existen filtros adecuados en su recepción se justifica que en este proyecto se retome la concurrencia con abogados para presentar una causa y de ser aprobado este punto del proyecto, seguramente saldrá una futura licitación para una defensoría familiar, pero nos debemos plantear que si ello ocurre, se retrocede en el protagonismo de las partes y en el rol del los mediadores siendo que nunca hemos tenido la difusión adecuada y , por tanto, la oportunidad de aportar en disminución de causas judiciables.

Por lo expuesto en relación al proyecto de ley creemos que las políticas públicas podrían incluir el fomento de la mediación en etapa prejudicial, en una gestión preventiva a realizar por los mediadores que estamos llanos a trabajar en terreno desde los escenarios familiares y en una labor complementaria a los centros de dependencia municipal.

Podemos generar un servicio de mediación masivo, educativo y preventivo en conflictos subyacentes en los hogares, por ejemplo entre padres e hijos adolescentes, entre hermanos con progenitores que son adultos mayores, por mencionar algunos de los casos en que no se busque sólo la pensión de alimentos y la relación directa.

Anhelamos una presencia en espacios de comunicación como televisión para realizar franjas culturales en este tema, educando desde la comunicación a las familias aunque no vivan un conflicto. Anhelamos también, la subvención en la publicación de resultados y experiencias para una circulación gratuita que llegue a la población en general.

Creo que esto debe ser un llamado de atención para todos los que estamos en este desafió de impulsar la mediación. Si todos anhelamos o soñamos espacios que puedan favorecer a la familia y hemos constatado que la mediación en sus diversos ámbitos nos muestra que se pueden dar resultados positivos, que las partes en conflicto aún no logrando el acuerdo, potencian un cambio, una forma de mirar diferente al otro. Para quienes desconocen o disminuyen el mérito de la mediación aplicada en sus diferentes ámbitos, podemos afirmar, a partir del ejercicio y desarrollo de casos, que en estos procesos aunque inicialmente las partes se proyecten como adversarios lo serán menos al pasar por mediación.

¿Qué esperamos del MEDIADOR? Así como es nuestra experiencia, seguramente en el público hay muchos mediadores que podrían compartir experiencias y resultados similares o mejores. Sabemos que la mediación reúne lo profesional, el sello o características personales, un compromiso y cariño. Como en las obras de arte. Porque el mediar, se parece además al arte, en la medida que toda mediación es diferente y que cada uno de los mediadores aunque utilice técnicas y teorías, fundamentalmente, debe adentrarse en la realidad de las partes que media con imparcialidad y esperar … como en las obras de arte ,que el proceso fragüe en armonía y ojalá, en acuerdos.

Pero ¿Cuál es la diferencia? ¿En qué radica que nuestro trabajo pueda estar hoy reflejado en esta presentación?

Entre tú mediador, que estás esperando cambios… para compartir tu experiencia, fortalecer tu ánimo y perseverancia; estamos nosotros, los mediadores en Red que también experimentamos altibajos, pero que nos hemos mantenido porque estamos unidos.

Te llamamos a ser proactivo, sentimos que gradualmente nos podemos posicionar en el rol que nos ofrecer el nuevo marco legislativo pero fundamentalmente, el protagonismo va por el camino de ayudar al cambio cultural, a permitir que en nuestro país se vea que desde el conflicto puede surgir una apertura mediante el diálogo. Será un trabajo de hormiga pero ellas nos enseñan cuanto pueden mover en conjunto.

Si todos buscamos canales de difusión en la medida de nuestras posibilidades se dará el efecto que anhelamos, que las personas sepan que es la mediación, que la distingan de otros mecanismos de solución de conflictos, que aprendan que pueden resolver situaciones antes de acercarse a Juzgados. Sólo así seremos validados como profesionales, en la medida que se conozca nuestro quehacer y con esto, recibiremos la demanda por nuestra atención profesional y veremos la compensación justa en lo económico.

Sí, porque para quienes trabajamos en lo social, generalmente hablamos prioritariamente del valor agregado que sentimos al haber contribuido en algo, pero en esta instancia quiero dejar de manifiesto que si hemos de impulsar la mediación y el quehacer profesional del mediador, también debemos velar por nuestra gratificación en lo económico. Recordando a Santo Tomás quien es conocido por el “ver para creer” les diré que también decía que” nadie añora lo que no conoce”, por ende, cuando se asiente la importancia de la mediación, el valor agregado será la credibilidad profesional y la aplicación de nuestros honorarios.

Esperamos que el camino propuesto sea breve y constituya una invitación atractiva para los mediadores presentes y de esta forma, en un próximo encuentro el tenor de la reflexión sea diferente, tal vez hablar del autocuidado del mediador producto de los casos atendidos y del nivel de emociones que recibimos, de todas formas, quiero dejar algunas ideas al respecto, como mantener los espacios personales, no llevar a casa los problemas de las partes, atender el cuidado de nuestra alimentación y ejercicio, y otros.

La descripción anterior nos manifiesta que tanto el rol del mediador como la mediación se sitúan en un momento comparativo con un bebé que comienza a ponerse de pie, con tambaleos y temores. Es por esto, que el trabajo en Red nos permite nueva fuerza, mayor entusiasmo y creatividad.

En La Red de Centros de Mediación hemos realizado ejercicios de autocrítica y, en ocasiones, de recriminaciones, puesto que también estamos aprendiendo a ser más efectivos en el trabajo como red. Cuando un miembro se siente débil y no lo comparte, no somos propiamente red, cuando hemos visto que por distintos motivos un Centro de Mediación se disuelve sin haberlo planteado para buscar instancias de apoyo nos evaluamos como poco eficientes. Por eso hoy queremos compartir estas experiencias, para abrir una puerta a otros Centros y mediadores del país. Tal vez no brindemos lo que esperan o necesitan pero al menos, seremos un referente para acoger y propiciar nuevos lineamientos.

En el apoyo mutuo, en el intercambio generoso de ideas, en omitir o disminuir los protagonismos personales puede estar la clave.

Hasta el momento, el participar en instancias como este FORO nos otorga la posibilidad de autoevaluarnos, de conocer y compartir nuestras ventajas y debilidades, de ofrecer la posibilidad de cohesionarnos para el desafío de posicionar la mediación.

Nuestros Centros de mediación y fundamentalmente, la Red., están dispuestos y llanos a sumar voluntades y entusiasmos.

Por último, y entendiendo que este evento nos ha unido en un trabajo enriquecedor con el Ministerio de Justicia, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y la Red de Acceso a la Justicia, hemos cumplido con uno de nuestros objetivos fundamentales, como es “el ser un interlocutor válido ante los organismos correspondientes”.

Mediante esta presentación y trabajo en este Foro queremos validar nuestra experiencia en lo penal, lo familiar y de la experiencia de mediadores en lo escolar y en el ámbito de salud para dejar abierta la invitación a que nos consideren como una asociación de mediadores dispuestos para atender conflictos y situaciones macro como las vividas el presente año, tales como la movilización estudiantil, los problemas de los funcionarios de la salud y de los empleados fiscales. En todas las situaciones mencionadas, se puede ver observar que al primar las posiciones y no descubrir las necesidades subyacentes, el manejo y búsqueda de soluciones se torna más lento y dificultoso.

Instalar la mediación requiere de un trabajo en equipo, de un trabajo en red y si comparamos este desafío con el progreso espectacular que mostró la industria de ordenadores, podemos decir que el viejo modelo de tener un solo ordenador para satisfacer todas las necesidades de cálculo de una organización se reemplazó por otro con un número grande de ordenadores separados, pero interconectados, que efectúan el mismo trabajo. Tal vez estudiando este mecanismo podamos comprender como debemos trabajar en conjunto las Políticas públicas, para mejorar resultados y sentir que en nuestro país es posible fomentar e instalar una cultura de la paz.

Myriam Barrientos Gómez

IFASIS CHILE

Red de Centros de Mediación de Chile


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